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Rehabilitación cardiovascular: Vida para un corazón herido

Para Irma, la paciente más disciplinada de un singular gimnasio.

Muy segura, Mailín Garrigas verifica el estado del paciente.

Muy segura, Mailín Garrigas verifica el estado del paciente.

Sólo quien ha sufrido una operación a corazón abierto sabe lo que significa un masaje en la espalda cuando se tiene un poco de tos. Si esa acción terapeútica se realiza con eficacia jamás se olvidará a la persona que logró el milagro de aliviar el dolor. En diciembre del 2010 yo no sabía su nombre (Rohely Martínez), nada más que era un joven sonriente que cada mañana aliviaba mis adoloridos músculos toráxicos, luego de la intervención quirúrgica que cambió mi vida para mejorarla, un via cruxis del que escribí entonces.

Salud Publica-1Supe que Rohely era un integrante del Departamento de Rehabilitación del Instituto de Cardiología y Cirgugía Cardiovascular, centro de referencia a nivel nacional en su especialidad y un mes después lo vi en el gimnasio.

Allí había (hay) otros y otras especialistas. Con Susana Hernández, la jefa  técnica del departamento tuve mi primer entrenamiento. Fue en el cuarto piso, donde se dan los pasos iniciales: manejar la bicicleta estática, caminar (o correr) en la estera, un grupo de ejercicios como preámbulo y otros a manera de epílogo en cada jornada.

En el tercer piso están otros licenciados: José Ángel Mustelier,  Mailín Garrigas, Cecilia Sánchez Azcui y  Eliécer Ramos, en el cuarto también trabajan Margarita Taylor y Arturo Pozo, un colectivo que completan Gonzalo González y Jesús González, suerte de activistas que ayudan de forma variopinta, desde repartir un café hasta entregar y controlar las llaves de las taquillas.

José Ángel me comenta que diariamente van al gimnasio entre 150 y 160 personas de siete de la mañana a seis de la tarde, de las que cerca de un cuarenta por ciento son operadas, un grupo ha tenido episodios isquémicos y otras  son portadoras de factores de riesgo como hipertensión u obesidad. Algunos pacientes están en la convalecencia y otros en la etapa de mantenimiento.

El grupo de especialistas instruye a estudiantes de licenciatura en cultura física terapéutica y también transmite sus conocimientos a tecnólogos de la salud, de ahí que es normal ver cuatro o cinco alumnos en las diferentes sesiones del gimnasio.

El Dr. Eduardo Rivas Estany, Presidente de la Sociedad cubana de cardiología y de la Asociación Internacional Amigos del Corazón Alrededor del Mundo así como miembro y Governor for Cuba de la International Society of Cardiovascular Pharmacotherapy, es  el Jefe del Departamento de Rehabilitación del ICCCV. En una entrevista que me concedió hace un tiempo me dijo “está comprobado que los ejercicios físicos, como parte esencial de un programa de rehabilitación cardíaca integral, no sólo mejora la calidad y cantidad de vida, sino que disminuye la morbilidad, es decir la aparición de nuevos episodios coronarios agudos y nuevas hospitalizaciones por conceptos cardiovasculares.

Disminuyen también el consumo de medicamentos y producen un aumento de la confianza y autoestima de las personas que los practican, así como disminuyen la ansiedad y depresión que usualmente se observa en pacientes cardiópatas, principalmente después del infarto cardíaco o la operación coronaria o de otro tipo. Además, el ejercicio físico mejora la función sexual, disminuye la disfunción eréctil en el hombre y por ende propicia relaciones sexuales más placenteras y seguras. Desde el punto de vista económico hemos demostrado en estudios previos que los pacientes con episodios coronarios agudos o después de la cirugía cardiovascular, se incorporan más tempranamente a su trabajo u otras actividades cotidianas y además presentan menos ausencias al trabajo por conceptos médicos que los no rehabilitados. Estos, entre otros, están entre los principales beneficios que los ejercicios físicos producen en los pacientes cardiópatas rehabilitados”.

salud Pública-2En Cuba se acaba de celebrar el VIII Congreso Cubano de Cardiología, con la presencia de expertos de unas veinte naciones, de todos los continentes, menos Australia, me comenta Rivas, presidente del Comité organizador del encuentro, que tuvo por lema Enfermedades Cardiovasculares: nuestro desafío en el Siglo XXI y en el que se trataron temas como prevención, diagnóstico imaginológico con técnicas de última generación, tratamiento médico, intervencionista, quirúrgico y rehabilitación. Paralelamente, sesionó el Forum Global sobre Prevención y Rehabilitación Cardiovascular en la Práctica Clínica y el XXI Simposio Internacional y IX Taller Nacional de Cardiología Intervencionista.

Su máximo organizador expuso que asistieron 217 profesionales de otros países, y una buena parte quedó impresionada de los avances que se evidencian en Cuba en esta área de la Salud Pública.

Junto a Rivas, en el departamento de  rehabilitación trabajan otros cardiólogos como el Dr Darío Barreras, el que meses atrás me dijo “Se ha demostrado que la cirugía exige una rehabilitación constante y adecuada para que el paciente tenga más calidad de vida.”.

Le pregunté a Rivas por qué se ha dedicado no sólo a ejercer sino a documentar la rehabilitación y me respondió: “En este sentido tengo que reconocer la influencia ejercida en mí por dos personas, ambos fallecidos, que siempre admiré y recuerdo mucho, el Dr. Orlando Ponce de León Aguilera, pionero de la Rehabilitación Cardíaca en Cuba, con quien me introduje y formé en este campo y el Dr. Dimiter L. Dorossiev, cardiólogo búlgaro de reconocido prestigio internacional, considerado de los iniciadores de la rehabilitación de los pacientes con enfermedades cardiovasculares en el mundo y con quien tuve el privilegio de adiestrarme en su Servicio en Bankja, en las inmediaciones de Sofía, durante tres meses en los finales del año 1982. Ellos siempre me insistieron en la necesidad de investigar y comprobar la efectividad del ejercicio físico y la rehabilitación en estas enfermedades, que por esta época aún estaban por confirmarse. Sólo lamento que por mi condición básica de cardiólogo clínico no haya tenido yo la oportunidad de haberme dedicado con más tiempo y pasión a la investigación en esta esfera, que tantos beneficios médicos y socio-económicos aporta.”

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Experto en aliviar dolores, Rohely Mustelier atiende a la enferma.

Rivas me explicó además  las condiciones, que según su experiencia,  debe tener un  técnico en rehabilitación “Una buena relación médico-paciente quizás sea la “piedra angular” de la rehabilitación cardíaca y en este sentido me refiero a la relación de todos los integrantes del equipo de rehabilitación con los pacientes, donde el licenciado o técnico de esta disciplina ocupa un lugar preponderante por su contacto frecuente y estrecho con ellos. Por ende un buen rehabilitador, además de estar adecuadamente calificado para el desempeño de su labor, debe ser amable, cortés, siempre mostrarse preocupado por los problemas de los pacientes y sus familiares, hasta los más mínimos, y estar convencidos de que todos nosotros nos debemos a nuestros pacientes y que aunque fueran muy exigentes, como es el caso de los cardiópatas, en principio, siempre tendrán la razón.”

No se lo dije, pero en su departamento se cumplen esas condiciones para los rehabilitadores. Ellos y ellas logran que con disciplina nos acostumbremos al ejercicio, a partir de los beneficios que recibimos y se hacen más evidentes cuando por alguna razón dejamos de ir a nuestro gimnasio.

Los cardiópatas pueden (y deben) levantar pesas aunque... controlados.

Los cardiópatas pueden (y deben) levantar pesas aunque... controlados.

(Tomado de Cubasí)