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Guille Vilar: Al lado del corazón de Juan Formell

Juan Formell y Guillermo Vilar

Juan Formell junto al musicológo y director de programas de radio, Guillermo Vilar (Guille).

Hermano, hace apenas minutos que en medio de una descarga familiar, nos enteramos de tu partida y ya me encuentras sentado frente a la computadora para tratar de escribir algo sobre lo mucho que te mereces.

Si por casualidad, lees algo que te resulte familiar, no me eches a mí la culpa. Es la expresión de todo un pueblo como el nuestro que tanto te admira y cuyo sentimiento intentaré recoger en mis palabras. Afirmar que artistas de tu estirpe son de los que avanzan directamente hacia el podio de los vencedores porque nada es capaz de detenerlos en su proyección, puede que sea una verdad compartida por millones de tus compatriotas, pero de todos modos resulta imprescindible reafirmar en momentos como este, por la importancia de tu legado.

Nada mi hermano, que para llegar al escalón que ocupas en la música cubana, eso ha pasado no porque pretendías ni mucho menos ser gracioso, ni tampoco porque creías que la clave del éxito era moverte mucho en el escenario, sino concretamente por la profunda experiencia adquirida en un camino de constancia, entrega y abnegación en un rango similar al entrenamiento de los campeones olímpicos en cualquier rama del deporte.

En otras palabras, que a estas alturas del juego, ahora nadie venga con la cartilla de que la música cubana se hace con una lata y un palo, pues haber logrado que la obra de una orquesta como la de Los Van Van se mantuviera vigente entre la preferencia de tus compatriotas por casi 45 años, es una proeza que solo se explica por el rango profesional por ti alcanzado, suceso merecedor del mayor respeto que sabes te has ganado.

Aunque te lo comenté en más de una oportunidad, desde hace más de 35 años de mi trabajo como crítico y director de programas de radio y televisión, no hay forma que la gente no me deje de identificar con Los Beatles por la promoción que le he hecho en los medios a la música del famoso cuarteto británico. Sin embargo, la última vez que compartí con la orquesta, minutos antes de comenzar el concierto que tuvo lugar en Casa de Las Américas, me sentía absolutamente realizado, dueño de una plenitud inusual, cuya razón de ser era el orgullo de estar en el mismo vértice de ese mito por ti creado. Allí estaba junto con nuestros Paul McCartney, nuestros Jimmy Page o nuestros Eric Clapton. Me encontraba convencido de que ustedes habitan en semejante Olimpo por derecho propio. Ni más, ni menos.

En tal sentido, hace tan solo semanas, comentábamos sobre la celebración de los 45 años de la orquesta en París para este próximo mes de diciembre. Yo te decía que a lo mejor te regalaban un gran pedazo de la torre Eiffel, gesto que hasta ahora no han tenido con nadie. Pero también te aseguraba que para ti no hay emoción mayor como aquella que sale de cualquier cubana y cubano, de los que te admiran muchísimo, pero sabían que les era muy difícil encontrarse contigo frente a frente, porque eran muchos, Formell, eran muchos quienes querían tener el privilegio de estrecharte las manos, nada más que para poder darte las gracias, las gracias por lo que nos entregaste: un poderoso talismán que al encerrar toda la energía de la música Van Van en casi cinco décadas, cuánto nos ayudaste a vivir, cuánto hiciste crecer al cubano en su amada identidad, y ese premio, el del compatriota que está en Baracoa escuchando tu música por un programa de radio tanto como el que tiene sintonizada la misma emisora en su auto en cualquier calle capitalina, ese premio, tú sabes que ese es el Premio Mayor: el que te ha dado el pueblo de Cuba. Y ese, Formell, ese es tuyo, mi hermano, porque todos te tenemos al lado del corazón, para siempre.

(Tomado de Cubarte)