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Masetti y Gabo, fidelidad común y con Cuba

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Así era Gabriel García Márquez cuando lo conocí en La Habana, a principios de la Revolución.

Así era Gabriel García Márquez cuando lo conocí en La Habana, a principios de la Revolución.

Dos muertes, la de Jorge Ricardo Masetti, ocurrida hace medio siglo, y la de Gabriel García Márquez, el jueves 17 de abril de este año, remueven recuerdos y me compulsan a tomar la pluma. Son duras pérdidas, y se sienten por igual, aunque hayan acontecido en escenarios, tiempos y modos diferentes.

A ambos los conocí en los días de fundación de la agencia Prensa Latina, hace 55 años. Y si los recuerdo unidos hoy es porque ese argentino, periodista y guerrillero, y ese colombiano, periodista y escritor que obtuvo el Nobel de Literatura, fueron fieles uno al otro, y porque ambos fueron fieles a Fidel Castro y a la Revolución cubana.

Masetti desapareció el 21 de abril de 1964 en la región selvática de Salta, al norte de Argentina, cuando encabezaba, como el “Comandante Segundo”, el Ejército Guerrillero de los Pobres.

El director-fundador de Prensa Latina no murió exactamente tal como lo había pensado y como lo dejó escrito en una de las anotaciones, que frecuentemente hacía en alguna de sus libretas de notas. Allí escribió:

“En la morgue me darán unos tajos y luego viajaré en un carro negro hasta el cementerio. Me echarán algunas paladas de tierra y no veré más. Comenzaré a secarme a medida que las maderas se irán poniendo húmedas. Y entonces vendrán los gusanos, caerá mi boca y se tragarán mi lengua. Y ya no podré gritar. Poco a poco, dejaré de ser. No sentiré en mi pecho ninguna opresión ni me zumbarán los oídos ni me dolerán las piernas rígidas. Quizá un par de buenos bichos glotones se entretenga en mis sesos y se indigeste con mis últimos pensamientos… Habrá llegado el momento de la tranquilidad. Estaré vacío. Vacío. Y por último no estaré. Me habré confundido con la tierra. Y cuando renazca en flor o en grano o llegue a lo alto de una rama, no temeré al hombre que me cercene, porque no seré yo. Seré flor o trigo o rama…”

Única foto conocida de Masetti y García Márquez juntos en un aeropuertoCincuenta años han pasado desde la muerte de Masetti y no se han podido determinar sus circunstancias. Solo se sabe que desapareció en la selva, en medio de una operación del ejército argentino contra su grupo guerrillero que intentaba consolidarse en el norte de Argentina como parte de la estrategia del Che Guevara para liberar su patria y a América Latina de las miserias plagadas por el colonialismo, el neocolonialismo y el imperialismo. En los últimos años los restos de Masetti se han buscado en la selva de Salta, pero nada ha aparecido. ¿Es que acaso, en verdad, se convirtió en flor o trigo o rama?

Rodolfo Walsh, otro fundador de Prensa Latina, y también fiel a Masetti, y quien fuera asesinado en Argentina por las fuerzas militares, escribió sobre los sucesos de Salta, en el prólogo de una edición del libro Los que luchan y los que lloran:

“El hambre acosa ahora a la guerrilla: la zona está desprovista de caza, incluso de pájaros. El guerrillero Antonio muere despeñado. El 18 de abril es sorprendido un nuevo grupo. Días después, en un confuso choque con la gendarmería resultan muertos Hermes (Hermes Peña, cubano) y Jorge. Diego, César y Marcos mueren de hambre. Los dispersos van cayendo en grupos de dos o tres. Masetti no aparece nunca. Se ha disuelto en la selva, en la lluvia, en el tiempo. En algún lugar desconocido el cadáver del comandante Segundo empuña un fusil herrumbrado. Tenía al morir 35 años…”

El Gabo vivió 87 años, e incluso pudo celebrar su último cumpleaños en el México que lo acogió como un hijo más a lo largo de casi medio siglo. Murió como resultado de una infección respiratoria y urinaria.

De izquierda a derecha, Ricardo Sáenz, Gabriel Molina, Conchita Dumois, Gabo, Marta Rojas, Juan Marrero y Joaquin OramasE insisto en que después de 1964 fue tan fiel a Masetti como lo había sido antes cuando participó en el impulso del proyecto de la agencia Prensa Latina para oxigenar al mundo con verdades y no mentiras, distorsiones y manipulaciones de las agencias y medios al servicio de fuerzas hegemónicas, en particular de Estados Unidos. Cada vez que el Gabo venía a Cuba, y siempre que le fuera posible, establecía contacto con Conchita Dumois, viuda de Masetti (ya fallecida), y tenía amenos encuentros con algunos de los fundadores de la agencia y otras figuras del periodismo cubano. Temas centrales de esos encuentros: el periodismo en Cuba y, por supuesto, el importante papel de Prensa Latina, que el próximo 16 de junio cumple 55 años de vida, aunque las fuerzas imperiales le dieron a lo sumo un mes de vida.

Al igual que José Martí, el Gabo jamás olvidó que su cuna de fama estuvo en el ejercicio periodístico. Y en los citados encuentros, en los que participábamos, entre otros, Ángel Augier, Gabriel Molina, Ricardo Sáenz, Joaquín Oramas, Marta Rojas y el autor de esta nota, aportaba ideas sobre cómo proceder para que la prensa en Cuba elevase su calidad. Era bien crítico, pero muchas veces no le faltaban razones. Planteó, incluso, emprender un proyecto para hacer un Granma diferente con la misma agenda informativa. “Solo tenemos –decía—que modificar títulos, estilos de redacción y despliegues y lugares de posición de los materiales. Solo con eso haríamos un mejor periódico”.

En aquellos encuentros, que podemos calificar de familiares, el ejemplo periodístico de Masetti no dejó jamás de estar presente. Recordábamos su hazaña entrevistando a Fidel y el Che en la Sierra, su consagración total en la organización de Prensa Latina, su audacia reporteril cuando la explosión del barco La Coubre en el puerto de La Habana, en Playa Girón o en el Escambray… y también, lo que hizo después, en Argelia y en Salta cuando dejó a un lado grabadora, cámara fotográfica y lapicera, y empuñó un fusil… Y recordábamos que ya eso lo pensó hacer cuando estuvo en la Sierra y vio una masacre de la dictadura de Batista contra campesinos inocentes, y se preguntó: ¿qué hago yo aquí con estos instrumentos de trabajo en lugar de tener en mis manos una ametralladora?

Gabo y Masetti, en fin, merecen honor porque lucharon por un buen periodismo y por un mundo justo y mejor. Nuestro respeto a ambos en este abril que también lo alumbrará siempre una victoria como la de Playa Girón que permitió a los pueblos de América ser un poco más libres e independientes.

Gabo en Prensa Latina.

Gabo en Prensa Latina.

(Tomado de Cubaperiodistas.cu)

Se han publicado 3 comentarios



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  • Nancy dijo:

    Excelente comentario de la historia de dos grandes hombres,que han dejado su impronta a presentes y futuras generaciones.Ambos periodistas revolucionarios , luchadores por la libertad y la emancipación latinoamericana.Uno guerrillero y el otro famoso escritor, el más grande del siglo XX .
    Gracias a Marrero por trasladarnos tu vasta experiencia como periodista y fundador de Prensa Larina .

  • Marcos Jesus Concepcion Albalat dijo:

    ...Excelente... MUY, PERO MUY IMPORTANTE lo que aqui se ha escrito... Y espero que sigan contando historias como estas, las nuevas generaciones deben conocerlas tal y como se vivieron... Mis repestos a la Agencia de Informacion Internacional Prensa Latina (PL)... Diria que la historia no contada... Gracias por darnos esta posibilidad de conocer mas alla al Gabo... Gracias por leerme, Marcos Jesus...

  • Marcos Jesus Concepcion Albalat dijo:

    Les cuento, si me lo permite CUBADEBATE... Que en la Isla tengo un amigo que nunca he conocido personalmente, pero es mi amigo, me refiero al Poeta e Internacionalista, Mieguel Crispin... En una ocasion me dedico este poema, que su realidad es la que muy poco se cuenta y se debe conocer:

    Crónica: A mi generación, muchos ya no están, pero estuvieron**

    CRONICA… ARGOS: AGOSTO 13 DE 2012…

    xMarcos Jesús Concepción Albala*

    Hoy día 13 de Agosto del 2012, ¡Felicidades Comandante Fidel! - recibo un hermoso Poema de mi Amigo y Compañero Miguel Crispín Sotomayor, Poeta residente de La Habana, Cuba, que me involucra de forma viva, incluso, me entusiasma a responderle en forma de Crónica sobre nuestra generación…

    Sin permiso, dedico este generoso poema de Miguel a muchos otros compañeros y compañeras que ya no podrán leer…

    BREVE TESTIMONIO GENERACIONAL

    xMiguel Crispín Sotomayor

    A mi generación, muchos ya no están, pero estuvieron.

    Yo conocí a un pueblo sembrado de ignorancia
    y me fui a combatirla con libretas y lápices.

    Conocí los cañones treinta y siete milímetros, las marchas
    y los tiros nocturnos tendido sobre el lodo y arriba un temporal.

    Y aprendí a distinguir entre estrellas y aviones,
    lo que es un hombre rana y qué las noctilucas, a controlar el miedo.

    Conocí los resbalo en empinadas lomas y el café recogido
    voltearse del morral en medio de la lluvia y truenos estomacales.

    Las frías madrugadas
    y al mediodía el sol derretir el cerebro en un cañaveral.

    Yo conocí el hambre con dos mudas de ropa para vivir el día. Y otra para hospital,
    velorios y festejos. Los zapatos de yute con suela de madera, “estilo japonés”.

    Conocí a luchadores que fueron guerrilleros y luego asesinados
    por fuerzas represivas de alguna dictadura.

    Conocí la miseria de los negros africanos, la crónica malaria y su tuberculosis,
    y a niños disputarles la comida a los perros, en tachos de basura.

    Yo conocí, lo que nunca se olvida.

    Mi estimado Compañero y Amigo Miguelito, gracias por interesarte en lo que otros han olvidado, o no quieren recordar, con ello me haces de nuevo pensar que valió la pena vivir como vivimos…

    En el mundo de los vivos existe un punto final, y muy pocos, contados con los dedos de mis manos, trascienden el después, estos últimos dejan legados que perduran para siempre...

    Tuve un compañero de trabajo, Lucilo Echevarría, que a través de sus ocurrencias aprendí a conectarme con realidades que lograron identificarme con el grupo al que pertenezco…

    Entrando una tarde a la oficina, veo a varios Compañeros revisar la prensa escrita, enorme fotografía en primera plana anunciaba el arribo al Aeropuerto Internacional ‘José Martí’, de La Habana, Cuba, de una Delegación Gubernamental de la Republica de México, recibida por el Ministro de Relaciones Exteriores cubano y otros funcionarios…

    Uno de mis Compañeros le preguntaba a Lucilo, ‘¿dime Lucilo, donde aparecemos nosotros?’… Y Lucilo respondió con simpática gracia, ‘ahí, ¿no lo lees?, no seas zocotroco, fíjate bien… ¿Qué dice ahí?... ‘otros funcionarios’… A ese Grupo pertenecía yo…

    En los titulares están los integrantes de la obra con un muy bien montado guion, en los segundos los que aplauden disfrutando a favor o en contra, y los terceros no aparecen ni en las misas espirituales, pero existimos... Precisamente, en este ultimo grupo están los ‘otros funcionarios’… Este es mi grupo…

    El poema de mi amigo Miguel es un excelente recordatorio de lo que fue nuestra generación con una gran mezcla de alegrías y tristezas… Me viene a la mente lo que me escribió el Maestro Raúl Milián cuando me obsequió una de sus obras con esta nota que reproduzco a continuación:

    - ‘En esta obra he tratado de superar una especie de infierno interior, pero me parece que no lo he logrado y el infierno se hace manifiesto. De todos modos creo que esta obra carece de importancia… He trabajado como el cazador que mata leones para no matarse a sí mismo... “El valor estético de una obra de arte no depende del sentimiento que nos suscita”…. Así dijo Hegel.
    - ‘Lo mismo la alegría que la tristeza, la dicha o el quebranto, el valor estético es siempre positivo... El arte, aunque exprese lo más trágico, es una afirmación de la vida…’

    Miguel… Yo conocí el rostro de la ignorancia y la miseria… Sentí el ahogo y el cansancio escalando ‘5’ veces el pico más alto… Mis ojos se irritaban con la luz de un farol… Aprendí a disparar con un ‘AK-M47’… Combatí defendiendo las conquistas… Aprendí a distinguir entre el bien y el mal… Compartí con vidas arrebatadas por el enemigo… En fin, también no solo conocí, sino también aprendí a sentir el abandono de los que le regalé mi mejor tiempo, obligándome a olvidar lo que yo conocí…

    **El titulo de esta Crónica se lo tome prestado al Poema de Miguel por su muy generosa contribución…

    *Marcos Jesús Concepción Albala… (Trinidad/Casilda, SS, Cuba)… Reside en Miami, Florida, Estados Unidos… Licenciado en Gestión Comercial Internacional… Miembro de la ‘FELAP’ http://www.felap.info - Director de la Agencia de Información ArgosIs-Internacional… @: argosisdirector@yahoo.com - argosisinternacional@gmail.com - WEB: http://www.argosisinternacional.comhttp://espanol.groups.yahoo.com/group/ArgosIs-Internacional

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Juan Marrero

Juan Marrero

Periodista cubano, vicepresidente de la Unión de Periodistas de Cuba

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