Strike 3: Víctor contraataca (+ Fotos)

Si la Luna tarda 28 días en dar una vuelta en redondo a la Tierra, la vida hace lo mismo cada nueve entradas. A veces, como esta tarde-noche, cada diez. Es decir, los episodios que requirió Matanzas para derrotar a Pinar del Río, equilibrar el duelo a dos triunfos por bando y forzar el retorno al Victoria de Girón.

Al principio del juego, mientras el público entonaba coros contra él, Víctor Mesa se limitó a hacer el típico gesto del dedo que cercena la garganta, para luego indicar que el play off se empataba este sábado. Todavía sin hallar un line up productivo, el mentor yumurino había vuelto a revolucionar la tanda: ahora Lázaro Herrera, Dainer Moreira y Víctor Víctor recuperaban la titularidad en detrimento de Yasiel Santoya, Yariel Duque y Yurisbel Gracial.

Pero a despecho del optimismo de VM32, Pinar tomó pronta ventaja. En el segundo acto de la obra, William Saavedra le ‘pescó’ un envío afuera a Joel Suárez y voló la pelota sobre las cercas del izquierdo a pura fuerza de muñecas. Era el sexto bambinazo en la postemporada del moreno, el bateador más inspirado de los verdes junto a David Castillo.

No obstante, Suárez capeó como pudo el vendaval hasta explotar en el sexto capítulo, víctima de un hit de Donal Duarte, la imprecisión de José Miguel Fernández sobre el palomón de Saavedra y el boleto a Yosvani Peraza. Con los ángulos cuajados, Matanzas optó por cerrar el cuadro y apareció un cohete de Lorenzo Quintana que se combinó con error en el intento de barrido de Yadiel Hernández. 3x0. Parecía la muerte del partido.

(Dicho sea de paso, la Parca había irrumpido antes en el drama, pero Guillermo Heredia logró conjurarla con una sensacional cogida sobre el cuasi jonrón de Roel Santos con dos compañeros en base, jugada que desembocó en doble matanza. Para cerrar la entrada, Raúl González fue brillante sobre el cepillazo de Andrés Quiala).

Yosvani Torres estaba en sesión perfecta. El derecho –que suele comenzar tambaleante- sacó 18 outs consecutivos mezclando con criterio, enfocado en la localización de cada lanzamiento, haciendo estragos con el tenedor y un cambio que envenenaba el swing del cocodrilo. Llovían las rolatas inocentes y los elevados por el cuadro, más algún que otro ponche para marcar el territorio.

La magia perduró hasta el séptimo, cuando Ariel Sánchez conectó de hit hacia el right field y enseguida –ante la evidente desconcentración de Torres, que veía esfumarse la hazaña- lo imitaron tercero y cuarto bates. Sin embargo, los rojos apenas anotaron una vez, para beneplácito del Capitán San Luis repleto a contrapelo de un sol enervante, primero, y de los anuncios de aguacero, más tarde.

Con el choque reñido, la emoción se multiplicó a la altura del octavo, donde Lázaro Herrera llegó a home impulsado por el rolling de Moreira. Los nervios llegaban hasta el cielo: quería llover, Matanzas apretaba y Urquiola sustituía a un Torres nuevamente inmenso, que no quería dejar el box y no iba a hacerlo de no ser por el esfuerzo persuasivo de Duarte, el capitán. Julio Alfredo Martínez, otra vez, subía al montículo.

El zurdo liquidó esa entrada, pero en el noveno soportó hit de José Miguel que puso la igualada en la inicial. Quintana le dio paso a Olber Peña detrás del pentágono, mas el cambio defensivo fue sucedido por un descomunal lineazo de Eriel que intentó llegar a la intermedia y resultó enfriado por el tiro fenómeno de Santos. De todos modos, la visita puso a un hombre en la antesala con solamente un out.

A esas alturas daba la impresión de que el empate sería cosa de coser y cantar. Pero (siempre hay un pero) nadie contaba con que Yadiel, el limpiabases por excelencia de la tropa, se ponchara. Dos outs, y Raúl González en turno. Dos strikes después, casi todo el estadio empezaba a festejar, y fue entonces que el avileño perpetró un hit por el infield que provocó el abrazo en el score.

¿Habría juego nuevo? Sí, porque el acoso pinareño no se tradujo en carrera al fallar Quiala con Osniel Madera a 90 pies de la goma, luego de que Víctor renunciara a mantener en el box a Carlos Juan Viera y se encomendara a Noel Ortiz -para liquidar a Roel Santos- y Félix Fuentes, que completó el capítulo.

El décimo trajo consigo un pavoroso silencio en la afición de casa, lo cual es directamente proporcional a la algazara de la conga cenaguera. De emergente, Santoya abrió con imparable, avanzó por sacrificio de Moreira, robó tercera y puso a su escuadra arriba gracias a un wild pitch de Julio Alfredo que no alcanzó a bloquear el máscara.

La historia había cambiado repentinamente. El enroque de Pinar hacía aguas, y Félix Fuentes –esta vez sí en plan de matador- no dio respiro desde el box. 2 a 2. Por el momento hay tablas.

Positivo: La ejecución de Yosvani Torres, por distancia, el mejor lanzador del campeonato. Negativo: El toque de bola de Luis Alberto Valdés en el sexto episodio. Preocupante: La poca fiabilidad del bullpen de los mejores equipos de la Serie. Incomprensible: Cerrar el cuadro matancero en el sexto inning. Recomendable: Preparémonos para un cierre de infarto en predios yumurinos.