Entre altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos subsiste hoy la idea de que la guerra en Siria se ha convertido en un desastre apocalíptico, luego de casi tres años de intentos para derrocar al gobierno del presidente Bashar al-Assad.
Durante una intervención este martes ante el Comité de Servicios Armados del Senado, el jefe del servicio de inteligencia estadounidense James Clapper informó que más de 134 mil sirios murieron y otros 10 millones fueron obligados a refugiarse o desplazarse a consecuencia de los enfrentamientos y violencia en la nación mesoriental.
Asimismo, estimó en algo más de 115 mil el número de los denominados opositores, organizados en mil 500 grupos que intentan concretar lo que gobiernos occidentales llaman cambio de régimen, destacó el diario The New York Daily.
Clapper reconoció la existencia de combatientes extremistas asociados a distintas organizaciones como al-Qaeda, cuya cifra estimó en alrededor de 26 mil.
Explicó que según distintos cálculos, en el conflicto intervienen unos 75 mil mercenarios de más de 50 naciones.
Y cuando consideras el panorama humanitario en esa nación no queda más remedio que considerarlo un desastre apocalíptico, resumió el alto funcionario, citado por la publicación.
Siria padece desde hace 35 meses un agudo conflicto armado entre el gobierno y grupos opositores, integrados en su mayoría por entidades fundamentalistas y radicales islámicos que pretenden derrocar a al-Assad e imponer un califato donde rija la sharia o ley islámica.
Damasco acusa a Catar, Arabia Saudita, Turquía, así como a gobiernos occidentales, entre ellos Estados Unidos, de brindar amplio apoyo financiero, logístico y mediático a los denominados rebeldes sirios.
Muchos de las entidades asociadas a al-Qaeda se han responsabilizado con los más mortales ataques suicidas, matanzas y hasta el uso de armas químicas que han devastado a la nación de Oriente Medio y provocado decenas de miles de muertos, en su mayoría civiles.
Las reuniones en Ginebra iniciadas el 22 de enero pasado entre representantes del gobierno y de la llamada oposición externa siria buscan poner fin al contencioso y avanzar en un plan de reconciliación nacional que favorezca la reconstrucción y efectuar cambios en el sistema político de ese país.
El gobierno sirio insiste en la necesidad de discutir el tema del terrorismo y el mercenarismo, si realmente existe la voluntad política de acabar el conflicto.
El presidente Barack Obama alegó la víspera sentirse frustrado ya que las negociaciones de paz distan mucho de alcanzar su objetivo, debido a las posiciones encontradas de las partes.
(Tomado de Prensa Latina)