Jesé pugna por el balón con Rico. / VINCENT WEST (REUTERS)
Después de un primer tiempo muy físico aunque sin disparos a puerta, el Real Madrid salió brioso en la continuación y Jesé culminó una combinación de los delanteros. Más tarde, en dos minutos, cambió la decoración con el empate de Ibai Gómez tras un rechazo y la expulsión de Ronaldo tras un barullo.
Se esperaba una salida en tromba de los vizcaínos pero fueron sus rivales quienes después de ganar el sorteo y, por primera vez en esta campaña, salieron enchufados desde el arranque, en el que Cristiano Ronaldo tuvo una gran ocasión mediante un disparo lejano que se fue a la derecha de la puerta de un Gorka Iraizoz que estaba muy descolocado. Con Jesé por la derecha, los de Ancelotti buscaban herir a los leones y convertirse en alternativa a sus vecinos del Manzanares. Superado el susto, los rojiblancos se fueron arriba y equilibraron un choque que se presentaba apasionante.
A la habitual intensidad de los locales, los madrileños propusieron ímpetu y velocidad. Un desgaste físico que, a priori y por el desgaste de la Copa, favorecía a los blancos, quienes se llevaron un buen susto cuando Adúriz se quedó solo ante Diego López y disparó fuera cuando tenía todo a favor para cobrar ventaja. Luego, fue Muniain quien remedó a su compañero cuando iba solo en carrera. Para entonces, los vizcaínos ya dominaban el choque, con un Ander Herrera muy impulsivo, tanto para lo bueno como para lo malo. Con más de seis faltas no fue amonestado por reiteración.
El primer tiempo se fue en un suspiro, con un derroche físico innegable, pero sin que alguno de los conjuntos disparasen entre los tres palos. Se repitió el guion tras el descanso y Modric, desde fuera del área, se convirtió en el futbolista más certero con un disparo que atajó Gorka con una espectacular palomita. Los visitantes salieron decididos, y con la defensa anclada prácticamente en el centro del campo. Ahora, los rebotes eran siempre suyos y el meta local tuvo que emplearse de nuevo a fondo por un tiro de Benzema.
De Marcos, fundido, dejó su puesto a Iraola para frenar la banda de un Cristiano Ronaldo mucho más activo. Pero los blancos seguían percutiendo, y fruto de ese domino se adelantó en el marcador. Di María le roba un balón a Iturraspe antes de combinar con Benzema. El francés asistió a Ronaldo que, escorado, cedió el esférico al punto de penalti donde llegaba Jesé Rodríguez que, fiel a su cita con el gol, desvió lejos del arquero local.
Valverde recurrió a Ibai Gómez, aunque los bilbaínos ya habían cedido terreno, producto del cansancio y del golpe moral recibido. Sin embargo, el Real Madrid no pudo completar su noveno partido sin recibir un gol porque el propio Ibai recogió un rechazo de la zaga blanca, tras una falta cometida por Xabi Alonso y disparó un misil que golpeó en el poste y se introdujo en la puerta de Diego López. Todavía sufrirían más los de Ancelotti porque una tángana al borde del área vizcaína terminó en un enfrentamiento entre Gurpegui, Iturraspe y Cristiano Ronaldo que Ayza Gámez, bastante casero, resolvió expulsando al portugués y amonestando al central. El centrocampista, incomprensiblemente, se fue de rositas.
Dos acciones en un par de minutos que cambiaron la tónica del choque y las posibilidades de ambos contendientes con un cuarto de hora por delante. Ancelotti se asustó y cambió a Jesé por Illarramendi, a Morata por Benzema y al reaparecido Varane por Carvajal. Un mensaje claro para mantener el empate, a lo que respondió su colega con la inclusión de Beñat. Los minutos se fueron al galope y los goles no llegaron.
(Con información de PDEF.com)