Cubadebate

Los hechos: Un resultado a la elección presidencial mediocre.

Las causas: La persona, es desde mi punto de vista, la causa principal de ese resultado. No hace falta conocer personalmente al presidente Nicolás Maduro para darse cuenta que no tiene el carisma del Comandante Supremo Hugo Chávez. Hasta ahí, nada más normal porque no hay dos personas iguales, queda por verse que desde su propia personalidad el presidente Maduro sepa apropiarse profundamente de los principios que hicieron del chavismo una ola regional. Y es a mí parecer lo que falta, es decir, poder situarse y expresar la convicción que hacen de su persona el presidente que ha encarnado esos valores y llevara a buen puerto el proyecto de nación.

La campaña, en un segundo lugar yo situaría la campaña como causa del mal resultado, no es lo mismo ser declarado el elegido físico, en este mundo material, aquí y ahora, con los pies sobre la tierra y a partir de ahí proponer cosas concretas que extrapolarse en un mundo espiritual que pertenece a los muertos y que hasta hoy nadie conoce con lujo de detalles pero hay que creer y confiar por dogma sin el más mínimo indicio de prueba. Es por eso que la campaña desde mi punto de vista nunca debió salirse de contexto, ya que a pesar de lo creyente que es el continente en materia de política no tenemos derecho a usurpar lo místico, eso debe quedarse en la intimidad del hogar así sea el pajarito más lindo que jamás haya sido visto, la gente no quiere escuchar eso en la boca de un hombre público, es extremadamente desesperanzador, no hay nada más que hacer, es el fin, solo queda abolir el sistema político de gobierno y darle las riendas a la iglesia que nos promete un salvador que vendrá a arreglar las cosas y castigar a los malos, sin más esfuerzo de nuestra parte que la oración. Entonces resumiendo, estamos en la capacidad de asumir el reto que es gobernar y trabajar por arreglar lo que aún no funciona o esperamos que el cielo nos mande un redentor. Seamos serios, mesclar la religión y la política es una forma de crearse problemas. Eso no quiere decir que no cohabiten en armonía, sino que un escrupuloso respeto debe imperar, cada quien en su campo.

Eso es lo que podemos decir del inicio de la administración Maduro, un elegido menos elegido de lo esperado, que debe enfrentarse a una oposición feroz e impredecible, que a veces da muestras de adherir a la idea de nación y su sagrada institucionalidad pero otras quiere precipitar el caos, el desorden, la destrucción y hasta la muerte. Pero bien eso nos ha permitido un conocimiento profundo y detallado del candidato Capriles y sus múltiples faces, casi como la luna “Con las disculpas del astro”.

Pero bien, el tema que nos debe ocupar, es el presidente Maduro, yo estoy segura que aún no nos ha terminado de sorprender. Porque al heredarle tremendo fardo que es gobernar Venezuela el Comandante Supremo Hugo Chávez no solamente le designo una responsabilidad sino que lo evaluó capaz. Es en ese sentido que yo diría que el presidente Maduro debe sorprendernos. Si bien es cierto que el Comandante Supremo Hugo Chávez hizo mucho, aún queda mucho por hacer, es interesante constatar que el modus operandi del norte ( Destrucción y reconstrucción cíclica) es magistralmente puesto en práctica por las elites latinoamericanas cuando se trata de fraccionar a la población, de sacar criterios de segmentación de la manga de la camisa (Generalmente económicos y profesionales) para diferenciar a los individuos en clases, pero son los mismos que hoy llaman a la unidad, desunir para poder unir. Es esa fractura social que está en espera de reparación, que debe de ser prioridad del presidente Maduro, porque él es el único capaz, veamos al hoy ilustre Mandela, no es el discriminador el llamado a jugar el rol de pacificador sino nunca prestarían la guitarra, es el líder de la prole el que llama a la unidad como gesto fundador de la patria, y que a su vez permite a todos y cada uno “Pertenecer y Participar” a la construcción del nuevo tejido social, tirar con todas sus fuerzas las cuerdas que sacaran del bache a la nación.

La lucha fue ruda, pero con la ayuda de Cuba el Comandante Supremo Hugo Chávez invento las misiones, hay que recordar que los médicos le dieron la espalda llevándose de encuentro a la gente que les necesitaba en los rincones de Venezuela, y ya no se diga de los intelectuales en las universidades que lo calificaban de populista pero que cualquiera de ellos a la cabeza de Venezuela sería incapaz de liderar la región y la creación de los organismos multilaterales que hoy tenemos, la banca del sur, el sucre, el alba, la celac y tantas estrategias que permiten al continente proteger sus recursos, ninguno de los gobiernos de derecha ha creado tanto, si bien es cierto que las alianzas regionales ha habido que financiarlas porque el resto de países sur americanos, al igual que Venezuela, estaban bajo la dominación Usamericana y no se hubieran podido voltear a ver sus intereses bajo los chantajes del norte. Hay que ver que Ecuador y Bolivia, entre otros, son consecuencia del liderazgo de Chávez y no la causa.

El Comandante Supremo Hugo Chávez fue nuestro Quijote, ese que a gritos y coraje, (no a bombazos) abrió la brecha, a pesar de las amenazas.

“Deja que LOS PERROS ladren Sancho amigo, es señal que vamos pasando.”

Que su estilo no era del gusto de todos no significa que el hombre fue un idiota, lejos de eso fue es uno de los grandes de Nuestra América, y quizás el más grande de nuestros tiempos, nadie hizo por la región lo que el Comandante Supremo Hugo Chávez hizo. Pero no todos lo comprendimos, y lo más irónico del caso es que en sus luchas hasta las elites regionales han ganado en estatus pasando de la tradicional aceptación a la negociación.

Saludos,
JLC