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Fergurson, Premio Nacional de TV 2013: Toneladas de prestigio

Para mí, Roberto Ferguson es sinónimo de clase artística, inteligencia, buen gusto, propuesta cultural de altos quilates. Como ser humano creo que lo distinguen la bondad y la caballerosidad.

Para mí, Roberto Ferguson es sinónimo de clase artística, inteligencia, buen gusto, propuesta cultural de altos quilates. Como ser humano creo que lo distinguen la bondad y la caballerosidad.

Debí entrevistarlo hace años; pero lo fui posponiendo y, un tiempo atrás, cuando estuvo más cerca de la muerte que de la vida, le rogué que no se fuera, le afirmé que le debía un texto, porque por Roberto Cornelio Ferguson nada más he sentido admiración desde que me enredé en este mundo televisivo.

Este creador ha cosechado toneladas de prestigio, no solo por ser un excelente profesional, sino —y sobre todo— por ser una persona decente, de esas que llevan la ética como bandera pero sin lucirla como pavo real.

Aún recuerdo su cara de niño pícaro cuando lo abracé al enterarme de que era Premio Nacional de Televisión. En su rostro había asombro y un intento de negativa; hasta que me dijo que sí, que se lo habían dicho, pero pidió por favor que fuera un secreto.

Inmediatamente, me comentó que se lo darían junto con Antonio Gómez, “El loquillo”, que muy bien se lo merecía. Ferguson habló del otro homenajeado porque se ruborizaal platicar sobre él —licenciado en Historia, profesor, fundador de Tele Rebelde, director de programas de televisión, director de emisión del Noticiero Nacional de Televisión (NTV), por un cuarto de siglo y, a la vez, vinculado con programas infantiles, dramatizados y musicales.

Ferguson tiene en su haber, por ejemplo, dirigir la trasmisión  del Concierto por la Paz y las respectivas galas del Festival Internacional de Ballet.

Unido a ese quehacer cultural, este hombre de hablar pausado y a la vez enérgico, ha integrado equipos especiales encargados de la difusión de actos políticos, y como director de televisión cubrió las visitas a Cuba de S.S. Juan Pablo II,  en 1998, y en 2012 de S.S.Benedicto XVI.

Dirigió la Mesa Redonda, a partir de 1999, nacida a raíz del secuestro del niño Elián González, y en ella se mantuvo por una década.

Ha merecido numerosos premios, entre ellos la Distinción por la Cultura Nacional (1996); la Medalla Conmemorativa 50 Aniversario del Ballet Nacional de Cuba (1998); la condición Artista de Mérito del ICRT (2006) y Premio de Honor del Cubadisco 2012.

Desde 1996, dirige contra viento y marea, el Programa ¡Bravo!, una entrega de buena música y danza que ha recorrido varios horarios y canales de la televisión. Sus seguidores han estado junto con su director en esa batalla permanente por difundir el ARTE.

Si tan solo Roberto Ferguson tuviera esos méritos, por supuesto que se merecería no uno, sino varios trabajos sobre su quehacer televisivo. Pero él tiene mucho más, una virtud especial: es un ser humano querido por quienes lo conocen. Su honradez y respeto al otro, hacen que despierte comentarios elogiosos.

Y de las muchas opiniones que pude recoger, aquí están las que llegaron a tiempo para esta entrega, respondiendo a mi pregunta: “¿Puedes decirme en un párrafo cómo tú ves a este hombre de la televisión en lo profesional y lo humano?”

Magda González Grau

Directora de televisión

Para mí, Roberto Ferguson es sinónimo de clase artística, inteligencia, buen gusto, propuesta cultural de altos quilates. Como ser humano creo que lo distinguen la bondad y la caballerosidad.

Es una suerte para todos los cubanos que Ferguson exista, piense y trabaje para nuestra televisión. Lo felicito de todo corazón.

Georgina Herrera

Poeta y guionista

Hablar de alguien que ya lo tiene todo dicho sobre sí mismo es una osadía, porque Roberto Ferguson, compañero y amigo, es algo así como su mejor elogio en el decursar del tiempo.

Se le ve y escucha, como compañero, en las reuniones más que necesarias solamente, como si rompiera a diario el récord Guinnes en no perder el tiempo. Mas, lo veo y nos saludamos cuando, a prisa, entra o sale de sitios imprescindibles para la vida, siempre a pie, porque es como si, aparte de la necesidad, supiera que así es como hay que trasladarse para saber cómo andan las gentes y las cosas de este tiempo. Tranquilo, amable, transparente. Después, aparece su nombre en la pantalla de nuestra TV, en ese modo suyo de darnos alegrías y esperanzas a través del arte que derrama. Entonces, parece que su nombre es de otro, pero es él mismo.

Loly Estévez

Periodista

Conocí a Roberto Ferguson hace más de 40 años, cuando aún era yo estudiante de periodismo e iniciaba mis prácticas en el entonces cariñosamente conocido como “palacio de la noticia” de P y 23. Uno de mis queridos profesores, el hoy académico Dr. Pedro Pablo Rodríguez, me lo recomendó como persona competente y dispuesta a ayudar al principiante y compartir conocimientos. Han transcurrido más de 40 años. He vivido con Ferguson las tensiones, insatisfacciones y alegrías que me ha provocado trabajar en el desaparecido programa Panorama, en las emisiones del Noticiero Nacional de Televisión y en qué se yo cuantas trasmisiones en vivo de acontecimientos nacionales e internacionales de primera magnitud. He disfrutado la obra de Ferguson como director de espacios como ¡Bravo! y de producciones que forman parte del patrimonio audiovisual de Cuba como los cursos de Universidad para Todos “Historia de la Danza” y “Canciones y Emociones”. Todos esos avatares, y más de cuatro décadas, me han demostrado que Pedro Pablo tuvo buenas razones para recomendármelo. Felicidades a Ferguson por su Premio Nacional de Televisión, más que merecido, al igual que el de quien lo recibirá junto con él: Antonio Gómez, nuestro querido “Loquillo”, un cámara para respetar.

Tomás Piard

Director

Creo que Ferguson es una de las mejores personas que he conocido en la televisión. Es un profesional probado, con una sensibilidad a prueba de misiles. Su programa ¡Bravo! es una muestra de ello, por la divulgación de obras del arte musical que, solo de esta manera, han llegado al gran público. Es una pena que este programa estelar haya sido transferido para el Canal Educativo que tiene un audio tan defectuoso, siendo este una de las características fundamentales de este programa tan valioso. Durante muchos años, hemos sido compañeros de la Comisión de Admisión de nuestra Asociación de Medios Audiovisuales y Radio de la UNEAC, contexto donde creo que se ha fortalecido nuestra amistad. Y para finalizar, es muy importante señalar que estamos ante un hombre decente, humanamente hablando en términos martianos.

Dulce María Hernández Céspedes

Asesora y directora de televisión

Ejerzo con gran placer la oportunidad de decir en público lo que pienso, y me inspira una persona tan apreciada como Roberto Ferguson, director de nuestra televisión en el que se aúnan virtudes como la modestia, sensibilidad, humildad, el compañerismo y la mano siempre tendida a los que llegamos a la Televisión cuando él ya era todo un profesional. Ferguson, no por reconocido ha dejado de ser —como suele ocurrirle a muchos de sus rango— el excelente ser humano, amable y caballero que conocí cuando en 1998 comencé a frecuentar lugares del ICRT, todavía entrañables para mí.

Pedro Quiroga

Periodista

Roberto es un erudito del switcher y las cámaras de televisión. Conoce el ángulo perfecto, el close-up ideal, siempre presto para el consejo oportuno y la mirada crítica. Su conocimiento de las artes escénicas y en especial, del ballet, lo han convertido en un excepcional maestro de la dirección televisual. De espíritu altruista, en no pocas ocasiones se ha despojado de intereses individuales para atender, de modo incondicional, asuntos de otros colegas y solicitudes de primer nivel.

Alden Knight

Actor

Sencillo, esforzado, humilde. Técnico, trabajador, artista. Amigo que no se rinde. Presto para la conquista.

Ana María Rabasa

Directora de televisión

Un  profesional

Frank Padrón

Escritor y crítico

Ferguson es un ser humano extraordinario y un profesional de altura. Por poco entro yo en coma cuando una falsa información lo “mató” durante su convalecencia de una neumonía que, ciertamente, por poco se lo lleva; enseguida llamé al hospital y su hija me tranquilizó contándome que, aunque delicado aún, parecía que de esta salía. Soy colaborador suyo en su excelente ¡Bravo! donde siempre me requiere para que presente conciertos brasileños, pero lo admiro en tantos espacios que ha dirigido con conocimiento de causa y destreza. Pero, mejor que el director televisual, es el amigo: Ferguson es un gran ser humano y por eso me enorgullezco de su amistad

Julia Mirabal

Directora de televisión

Ferguson es televisión

(Tomado de La Jiribilla)