Díaz-Canel: "Hace falta un pensamiento más fresco y revolucionario en la promoción cultural"

Después de estos días de debate, parece que queda poco por decir, comentaba Miguel Díaz-Canel, Primer Vicepresidente cubano, antes de leer las palabras que cerraron el Segundo Congreso de la AHS. Díaz-Canel saludó la nueva dirección que tiene la Asociación, con la elección de Rubiel García como presidente, así como la renovación de otros cargos, e hizo "un merecido reconocimiento a los salientes: a Morlote y su tropa, que han realizado una comprometida labor" de dedicación, facilitación del diálogo y comprensión en torno al arte joven en Cuba.

El Primer Vicepresidente cubano se refirió a la influencia de "un frívolo e injusto modelo civilizatorio, cuyos mensajes, aparentemente diferentes, forman parte de un discurso único, hegemónico, que asocia juventud y frivolidad, felicidad y consumo, éxito y dinero que se opone a cualquier causa que no respalde sus intereses y a todo pensamiento independiente. (...) "Cuba está sometida también (a esa influencia), por eso es bueno tener una vanguardia artística que pueda ser decisiva camino a una sociedad socialista próspera y sostenible, donde lo que distinga no sea la posesión material sino la riqueza del conocimiento, cultura, sensibilidad". Para ello, señaló, "se trata de lograr desarrollo y crecimiento económico y social, pero con el alma llena de sentimientos de solidaridad, amor, respeto. Y eso se logra salvando la cultura. Se trata de una batalla estratégica, no coyuntural. Nos exige que seamos cada día más eficaces en la defensa de nuestra identidad nacional y la promoción de los valores de la cultura cubana, tanto de los más jóvenes como de los maestros, y de lo mejor de la cultura universal y del enriquecimiento espiritual de todo el pueblo".

Llamó a "continuar buscando respuestas para solucionar los problemas señalados por el General de Ejército (Raúl Castro) en la asamblea Nacional (del Poder Popular). (...) Necesitamos que el pueblo sea culto en el sentido amplio del término y para ello hace falta el concurso de la familia y la comunidad, de las instituciones educativas". Apeló a revertir la deformación del gusto y recuperar "el sentido estético que siempre distinguió al pueblo cubano. Debemos actuar, por encima de cualquier espíritu de feudo, con mayor intencionalidad e integralidad".

Asimismo evocó: "La gestión de nuestras instituciones culturales, educacionales y de nuestros medios ha sido criticada durante estas sesiones con argumentos y proposiciones serias y constructivas, proponiendo alternativas y soluciones", a lo que añadió: "La mayoría de estas críticas parte de errores, de problemas graves, y debemos atenderlas y encontrar las soluciones que corresponden".

Llamó al reconocimiento de los aportes que ha hecho la organización "en la atención a movimientos de la cultura que han sido desatendidos por las instituciones". Y en tal sentido identificó el cambio como una necesidad urgente. "Hace falta en este momento un pensamiento más fresco y revolucionario en la promoción cultural. No debemos permitir que por errores burocráticos haya creadores valiosos que se distancien de nuestras instituciones. Los dirigentes de las instituciones culturales no pueden dar respuestas burocráticas a los creadores. Si la burocracia es funesta en todos los sectores, en el de la cultura puede ser particularmente dañino".

Finalmente, celebró que "una generación de jóvenes creadores, artistas, nacieran en la complejidad de las condiciones del período especial y que ha crecido y vivido en medio de nuestra lucha por sobrevivir y además perfeccionar, sea portadora esencial de valores revolucionarios y humanos, tenga sensibilidad y compromiso y exprese tan claramente sus convicciones y aspiraciones es definitivamente un triunfo y la sólida base para nuevas victorias de la Revolución.