Según la Organización Internacional del Trabajo, cerca de 10,5 millones de niños laboran como empleados domésticos en casas de familia, y en ocasiones realizan actividades peligrosas, en régimen de esclavitud.
Durante su participación en la segunda jornada de la III Conferencia mundial sobre el Trabajo Infantil que se desarrolla en Brasilia, la delegación de Brasil propuso el empleo de nuevas fórmulas educativas y que estimulen el estudio como herramientas eficaces para eliminar la explotación de los niños y el trabajo infantil en el mundo.
Tereza Campelho, ministra de Desarrollo Social y Combate al Hambre, destacó la necesidad de encontrar fórmulas efectivos para combatir ese fenómeno, tras la inauguración del encuentro por la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.
Campelho abogó por transformar las escuelas y convertirlas en centros más atrayentes, y la implementación de programas sociales y de transferencia de rentas, citando como ejemplo la Bolsa de Familia, una medida que en Brasil garantiza una mejor vida para 11 millones de hogares pobres.
Por otro lado, la Ministra rechazó las políticas de algunas naciones -especialmente de Europa- que en medio de grandes problemas financieros, lo primero que hacen es recortar los gastos de los sectores sociales.
“Las acciones punitivas son bienvenidas, más no resuelven el problema del trabajo infantil”, subrayó Campelho, para luego destacar la necesidad de ejecutar políticas en beneficios de los menos favorecidos y darles continuidad, en lugar de medidas de austeridad.
Un día antes, la mandataria brasileña había advertido que la erradicación de todas las formas de abuso y de empleo de los niños y adolescentes debe ser un compromiso de todos los países, ya que constituye “un desafío global".
"El lugar de los niños está en las escuelas", indicó Rousseff, quien además recordó que en su país, entre los 2000 y 2012, se redujo en un 67 por ciento el número de menores que trabajaban, inscribiéndolos en planes de estudio y dando un paso adelante hacia la erradicación de la explotación infantil.
Por su parte, el representante de la Organización Internacional de Empleadores, Octavio Bustamante, defendió la idea de fortalecer el papel del educador para erradicar el flagelo social en debate.
“Abrazamos la causa de los profesores y es importante invertir en la formación de buenos maestros y pedagogos”, apuntó.
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cerca de 10,5 millones de niños laboran como empleados domésticos en casas de familia, y en ocasiones realizan actividades peligrosas, en régimen de esclavitud. Las estadísticas de esta agrupación revelan que un 71 por ciento de esos niños son del sexo femenino.
EL titular de la OIT, Guy Rider, adelantó que no cumplirán con la meta fijada hace una década de eliminar pata 2016 “las peores formas de trabajo infantil”, como la esclavitud, servidumbre, trabajo forzoso y explotación sexual.
La Conferencia es organizada por Brasil y la OIT, tiene previsto concluir este miércoles con la aprobación de la "Carta de Brasilia", documento que recogerá las conclusiones del debate.
(Con información de Russia Today)