La localidad de Buñol, en España, se tiñó de rojo en la tradicional "Tomatina", la mayor guerra de tomates del mundo, una fiesta que este año se celebró bajo una intensa lluvia, con rayos y relámpagos, y en la que por primera vez en sus 68 años de historia hubo que pagar entrada para participar.
La "Tomatina" congregó a unas 20.000 personas de 60 países en las calles de esa localidad de Valencia, en el este de la geografía española, algo menos de la mitad de los hasta 50.000 asistentes de años anteriores.
El ayuntamiento decidió en esta ocasión limitar la participación por cuestiones de seguridad y cobrar 10 euros por cabeza para aligerar la carga económica que la fiesta tiene en sus arcas. Unos 5.000 vecinos de Buñol pudieron tomar parte gratis en la fiesta.
Ante el avance de una tormenta, la batalla comenzó con quince minutos de antelación. A las 10:45 horas (local), camiones cargados con 130.000 kilos de tomates habían comenzado ya a repartir las hortalizas entre los guerreros.
Muchos acudieron en bañador, con gafas de buceo para evitar el impacto de los proyectiles en los ojos y camisetas blancas que terminaron teñidas de rojo pese a la lluvia. Otros se enfrascaron en la batalla campal con disfraces. Y no hubo que lamentar ningún incidente más allá de alguna contusión.
Y mientras la batalla se producía en Buñol, otro lugar de España celebró una "Antitomatina". En Córdoba, en el sur, un mercado decidió repartir mil kilos de tomates a un precio simbólico de 50 céntimos de euro el kilo para criticar el "desperdicio" de hortalizas que se hace anualmente en la localidad valenciana.
"Ellos los tiran y nosotros nos los comemos. Los queremos poner en valor y acercarlos al consumidor", dijo a medios españoles uno de los organizadores de la iniciativa, que tuvo lugar bajo el título de "¿Qué culpa tiene el tomate?".
El ayuntamiento de Buñol, que gracias a la venta de entradas logró recuperar la inversión de 140.000 euros en la "Tomatina", calificó entretanto la fiesta de "perfecta". "Mucho tomate y ningún problema en las entradas", resumió el concejal responsable del evento.
Como en ediciones anteriores, atrajo a numerosos turistas de fuera de España, encabezados por australianos, japoneses y británicos. Y también a un centenar de medios de comunicación de numerosos países, como Corea del Sur o Nueva Zelanda.
La "Tomatina" se celebra anualmente el último miércoles de agosto en la localidad de 10.000 habitantes como parte de las fiestas estivales en honor a San Luis Bertrán.
En 2002 fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. Pero su origen se remonta a 1945, con varias versiones respecto a por qué aquel año se produjo la primera guerra de tomates.
Una de ellas apunta a que un grupo de jóvenes comenzó a lanzar hortalizas a los músicos de las fiestas patronales, que pronto respondieron al ataque tomando tomates de una frutería cercana.
Otra señala a que un grupo de gente decidió saldar una discusión política arrojándose todo tipo de hortalizas.
Y otra indica que un grupo de jóvenes que quería participar en un desfile de gigantes y cabezudos empujó a los participantes, iniciándose entonces una batalla campal con las hortalizas de un comercio cercano.
(Con información de DPA)