Cubadebate

En la añeja barra del bar-restaurante Floridita, donde el afamado escritor estadounidense Ernest Hemingway saboreó lo más autóctono de la coctelería de Cuba, 15 jóvenes cantineros de la Isla disputaron el título de Rey del Daiquirí.

Como parte del concurso, que pretende estandarizar la preparación de ese cóctel clásico en el país, coronaron como gran campeona a Dunia Rafa, quien labora en el recién abierto Sloppy Joe's Bar.

La quinta edición arriba en el ámbito de las celebraciones por el aniversario 196 del emblemático establecimiento, sito en el corazón de La Habana.

A diferencia de eventos anteriores -cuando los organizadores reunieron a profesionales de gran experiencia en el sector-, el presente apostó por la participación de figuras noveles y, sobre todo, por el fomento de la presencia femenina, puntualizó a la prensa Andrés Arencibia, gerente del local.

Para Rafa, constituye motivo de orgullo demostrar que la mujer cubana también puede destacarse en un mundo que los hombres reservaban tradicionalmente para ellos.

En el segundo y tercer lugares quedaron Yosvany Álvarez, del restaurante Don Cangrejo, y Bismak Chávez, de la Bodeguita del Medio, respectivamente.

Chávez calificó al certamen de excelente oportunidad de intercambio y superación profesional para quienes se inician en este campo, a fin de perpetuar a través del tiempo tragos que han prestigiado la coctelería cubana en bares internacionales.

Con el apoyo del Grupo Extrahotelero Palmares, Havana Club y la Asociación de Cantineros de Cuba, la competencia consistió en preparar una cantidad de copas determinada por un jurado técnico y de expertos, de acuerdo con los estándares impuestos por el Floridita desde hace 110 años.

Fundado bajo el nombre de La Piña de Plata en julio de 1817, ese bar-restaurante figuró entre los siete más famosos del mundo en la década de los años 50 del pasado siglo, y actualmente aspira a lograr la categoría de Cinco Tenedores.

Historiadores cuentan que el Daiquirí lleva el nombre de unas minas del oriente de la Isla, donde dos ingenieros extranjeros mezclaron ron, azúcar y limón, en busca de una bebida que los refrescara, tras concluir sus faenas.

Al llegar a La Habana, se le incorporó el licor marrasquino y el hielo frappé.

(Con información de la AIN)