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EEUU: Kerry sustituirá a Hillary Clinton como secretario de Estado

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Foto: Jason Reed/Reuters.

Foto: Jason Reed/Reuters.

El senador demócrata John Kerry será finalmente el nominado para sustituir a Hillary Clinton como secretario de Estado. Según han adelantado fuentes anónimas a las cadenas de televisión CNN y ABC News y a la agencia Reuters, Kerry es el elegido por el presidente Obama para liderar la diplomacia estadounidense a partir de las próximas semanas.

El veterano senador, de 69 años, y que representa al estado de Massachusetts desde 1985, también fue candidato a la presidencia por el Partido Demócrata en 2004, cuando fue derrotado por el expresidente George W. Bush. Kerry preside además el Comité de Política Exterior en el Senado y cuenta con una amplia experiencia que ha hecho que desde hace varias semanas sonara su nombre para sustituir a Clinton, y quizás con más fuerza desde que Susan Rice, la embajadora de EE UU ante Naciones Unidas, renunciara a ser nominada.

La posible candidatura de Rice, que nunca llegó a ser confirmada por Obama, se vio rodeada de numerosas críticas por las declaraciones que ofreció la embajadora tras el ataque al consulado estadounidense en Bengasi, el pasado 11 de septiembre, y que costó la vida al representante diplomático en el país, Chris Stevens, junto a otros tres americanos. Rice presentó su renuncia esta semana a Obama y el presidente, aunque lamentando su decisión, la aceptó.

Se espera que la todavía secretaria de Estado abandone su cargo en las próximas semanas. Clinton, la política de la Administración Obama mejor valorada entre los ciudadanos, todavía no ha confirmado si finalmente se presentará como candidata a la presidencia en las elecciones de 2016.

Kerry ha trabajado en los últimos años como aliado de la Casa Blanca en el Capitolio y una de sus tareas más recientes fue la de liderar la delegación que negoció con el Gobierno pakistaní tras la operación estadounidense que acabó con la vida del líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, en aquel país en mayo de 2011. En 2009, visitó Afganistán para negociar con Amid Karzai. El senador apoyó al presidente Obama desde que éste anunciara su primera candidatura a la presidencia en 2007 y en las últimas elecciones fue su contrincante -en el ‘papel' de Mitt Romney-, durante la preparación de los debates presidenciales.

El demócrata es bien conocido por los ciudadanos por su experiencia como legislador y por su candidatura presidencial en 2004. Esta semana, el senador republicano John McCain -que amenazó con hacer todo lo que estuviera en sus manos para impedir la confirmación de Rice como secretaria de Estado- se refirió a Kerry como "Mr. Secretario", renovando los rumores sobre su posible nominación.

La candidatura de Kerry permitiría a Obama obtener la obligada aprobación del Senado evitando toda la polémica que hubiera rodeado la de Rice, acusada de manipulación por atribuir el ataque en Bengasi a un vídeo publicado en YouTube y que insultaba al profeta Mahoma. "Creo que John Kerry sería un candidato excelente y que sería confirmado rápidamente por sus colegas", afirmó la senadora republicana Susan Collins esta semana.

Las fuentes citadas por los medios estadounidenses afirman que el presidente Obama esperará unos días para anunciar oficialmente la nominación, tras el tiroteo que ha conmocionado a todos el país con la muerte de 27 personas -20 de ellos niños- en un colegio de Newtown, Connecticut.

(Con información de El País)

Se han publicado 5 comentarios



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  • orestes dijo:

    En el historial de este hombre esta su posición favorable respecto a un cambio de politica hacia Cuba.
    Dejemos pasar los dias y el tiempo dira la ultima palabra.
    Confiemos en que la racionalidad comience a inundar los espacios en la Casa Blanca, aunque tenemos muchos anos experimentando que "una cosa en flauta y la otra es con violín".
    Cuba, como reiteró Raul hace unos días al clausurar el periodo de sesiones de la ANPP, mantiene en pie su disposición de diálogo con EEUU en todos los terrenos con una sola condición: SIN CONDICIONES.

  • pablo perez dijo:

    que bien e interesante este anuncio de QUE Kerry para secretario de estado,me parece que es un hecho bastante aceptable para los que de una manera u otra estamos a favor del acecamiento entre las dos naciones,sin condicionamientos,con este senor podria ser mejor las posibilidades de un mejor entendimiento entre eu y cuba,pues al parecer este hombre no esta lleno de odio y confundidas ideas confrontativas respecto a cuba es mas consecuente con relacion a las meteduras de pata que han hecho los anteriores secretarios de estado al respecto,ojala sea nombrado para que inicie lo que es indiscutible e inaplasable el conversatorio entre los dos paises vecinos de manera respetuosa de la soberani de cuba,ojala le aclare al presidente muchas cosas respecto a cuba,que no es un pais terrorista,ni mucho menos, y america latina que hasta ahora el, no se ha dado cuenta de la LA REALIDAD ACTUAL DE CUBA Y LA AMERICA LATINA

  • camarero dijo:

    la política exterior de estados unidos no la decide ni su presidente ni el líder de su diplomacia así que lo que pase en este tema nada tiene que ver con obama o con kerry... y en el caso cuba, menos que menos...

  • Gustavo dijo:

    Creo útil compartir una traducción libre de un discurso de John F. Kerry, ante una Comisión Senatorial del Comité de Relaciones exteriores, cuando era apenas un joven oficial del ejército norteamericano, veterano de la guerra de Vietnam:

    Fuente - Libro de Fuentes de la Historia Moderna:

    Declaración de John F. Kerry ante una comisión senatorial del Comité de Relaciones Exteriores, en nombre del grupo “Veteranos de Vietnam contra la guerra, 23 de abril de 1971
    Desearía hablar en nombre de todos aquellos veteranos y decir que hace unos meses en Detroit se llevó a efecto una investigación, en la cual más de 150 veteranos de reconocida reputación, muchos de ellos con altas condecoraciones, aportaron testimonios acerca de los crímenes de guerra cometidos en el Sudeste asiático. No se trataba de incidentes aislados sino de hechos criminales realizados día a día con la absoluta complicidad de la oficialidad a todos los niveles y escalones de la cadena de mando. Es imposible describirles con toda exactitud lo que ocurrió en Detroit – las emociones que se respiraban en el ambiente del salón donde sesionábamos, los sentimientos de los hombres que revivían sus experiencias en Vietnam. Ellos resucitaron el horror de los hechos que este país, en cierto sentido, les hizo cometer.
    Ellos contaron como en ocasiones violaron, cortaron orejas, aplicaron torturas con electricidad a los genitales de prisioneros, cercenaron sus brazos y piernas, volaron sus cuerpos, dispararon aleatoriamente sobre civiles indefensos, arrasaron pueblos de forma que hacía recordar las tácticas de las hordas bárbaras de Ghengis Khan, le disparaban por diversión al ganado y a los perros, envenenaban las reservas de alimentos y generalmente ocasionaban una destrucción superior a la que ocurre normalmente en acciones de guerra y la que es de esperar producto de la supremacía aérea y el potencial de bombardeo que tiene este país.
    Denominamos nuestra pesquisa la Investigación del Soldado Invernal. El término Soldado Invernal es un juego de palabras que se nos ocurrió al parafrasear la expresión empleada en 1776 por Thomas Paine cuando llamó Patriotas del Sol brillante y soldados de verano a los que desertaron en Valley Forge cuando la situación se tornó difícil.
    Nosotros, los que hemos llegado hasta Washington lo hemos hecho porque sentimos que tenemos que ser los soldados invernales de hoy. Pudimos retornar a nuestro país, pudimos quedarnos tranquilos, pudimos habernos mantenido callados, pudimos no contar lo que ocurría en Vietnam, pero percibíamos que era ese el peligro principal que amenaza a este país la principal, no el de los comunistas rojos, sino el de los crímenes y las fechorías que estamos cometiendo, es por eso que debemos hablar, es por eso que debemos denunciar…..
    En nuestra opinión y partiendo de nuestra propia experiencia, Vietnam del Sur no representa de modo alguno peligro real para los Estados Unidos de Norteamérica. El intento de justificar la pérdida de una sola vida norteamericana en Camboya, Laos ó Vietnam vinculándola a la preservación de ideales de libertad, que estos pueblos desgraciados ultrajan, es para nosotros la cumbre de la hipocresía criminal, y ese es el tipo de hipocresía que percibimos ha aislado este país.
    Nos percatamos que aquella no era solamente una Guerra civil, un esfuerzo hecho por un pueblo que había buscado durante años el camino de su liberación del dominio colonial ó cualquier otro, pero asimismo nos dimos cuenta que los vietnamitas, a quienes intentamos moldear acorde a nuestra propia imagen, estaban sólidamente convencidos de llevar adelante su lucha contra los peligros de los cuales nosotros pretendíamos defenderlos.
    Comprendimos que mucha gente no distinguía las diferencias entre comunismo y democracia. Ellos solo deseaban trabajar en sus campos de arroz, sin helicópteros que los ametrallaran, sin bombas de napalm que quemaran sus poblados y arrasaran su país. Ellos lo vinculaban todo a la guerra, en particular con la presencia externa representada por los Estados Unidos de Norteamérica, deseaban que los dejaran lidiar con sus vidas, solos y en paz, y practicaban el arte de la supervivencia, tomando partido ó alineándose con la fuerza militar que estuviera en un momento dado imponiéndose, fueran los Viet Cong, el ejército norvietnamita ó el americano.
    Apreciamos también que cada vez era mayor la frecuencia conque nuestros soldados morían en las arroceras por querer apoyar a sus aliados. Vimos de primera mano como el dinero aportado a partir de los impuestos que pagaban los ciudadanos americanos era usado por un régimen dictatorial y corrupto. Observamos como muchas personas en este país tenían una visión unilateral acerca de lo que representa luchar por proteger la libertad que brinda nuestra bandera, y que la mayoría de las bajas mortales las aportaban nuestros soldados negros. Contemplábamos un Vietnam devastado en la misma medida por las bombas americanas, nuestras misiones de localización y destrucción, tanto como por las operaciones terroristas del Vietcong – y aún así escuchábamos con estupor como en este país se intentaba culpar de todo ese horror al Viet Cong.
    Decidimos destruir sus poblaciones para salvar a los habitantes. Vislumbramos la pérdida de los valores morales de nuestro país cuando aceptamos fríamente la masacre de My Lai y sin embargo rehusamos borrar la imagen de soldados que sacan de sus mochilas peters de chocolate y mascan chiclets. Aprendimos el significado de zonas de de fuego total, donde se le dispara a todo lo que se mueva y notamos como América subvalora las vidas de los orientales.
    Advertimos como los Estados Unidos falsificaban las bajas enemigas, de hecho inflaban los reportes de bajas enemigas en combates. Escuchábamos mes tras mes que estábamos a punto de quebrar la Resistencia del enemigo. Luchábamos usando todo tipo de armas contra “seres humanos orientales”. Combatimos usando armas tales contra esa gente que no me imagino que este país sea capaz de emplearlas en caso de que el teatro de operaciones fuera Europa. Fuimos testigos de soldados que atacaban posiciones en montes y colinas solo debido a que un general había ordenado tomar esas alturas, y después de perder uno ó dos pelotones se retiraban dejando la colina libre para ser reocupada por las tropas norvietnamitas. Vimos como el orgullo ciego nos hacía librar escaramuzas sin importancia, como si fueran batallas claves, porque nosotros no podíamos perder, ni debíamos retirarnos, y porque no interesaba cuantas vidas de soldados americanos se perdieran para probar la certeza de esos extravagantes principios; y ahí están los combates de las Colinas de Hamburger y el Khe Sanhs y el de la Colina 81, y el de la Base de Fuego 6s, y muchos otros.
    Ahora se nos dice a los hombres que allí luchamos que debemos interpretar tranquilamente las bajas norteamericanas como nuestra contribución al increíble ejercicio de arrogancia de la “vietnamización de los vietnamitas”. Cada día para facilitar el proceso mediante el cual los Estados Unidos lavan sus manos en Vietnam alguien tiene que dar su vida, porque los Estados Unidos no está dispuesto a admitir lo que todo el mundo reconoce, ya que no podemos decir que hemos cometido un error. Alguien tiene que morir para que el Presidente Nixon no sea, y estas son sus palabras “el primer Presidente que pierde una guerra”
    Le pedimos a nuestros conciudadanos que reflexionen sobre esto porque nos preguntamos como es posible pedirle a un hombre que sea el último en morir en Vietnam?, ¿Cómo Ustedes le pedirían a un hombre ser el último en morir por un error?.... Estamos en Washington para decir que esta guerra no es solo un asunto de la guerra en sí ó la diplomacia, esta es una cuestión de todo aquello que nosotros como seres humanos le hemos transmitido a la gente de nuestro país – el tema del racismo predominante en la vida militar, muchas otras cosas tales como el uso de las armas; la hipocresía de ampararnos en la Convención de Ginebra y enarbolarla como justificación para continuar una guerra, aún cuando seamos nosotros los principales violadores de los acuerdos de la Convención de Ginebra; por el uso de zonas de fuego total, la ejecución de disparos por la espalda a enemigos en aplicación de la ley de fuga, lo cual no es posible de probar, las misiones de localización y destrucción de objetivos, los bombardeos, la tortura de prisioneros, todo ello utilizado como políticas aceptadas en la conducta normal de muchas unidades en Vietnam del Sur. Eso es lo que tratamos de denunciar cuando afirmamos que los ejemplos parciales son sólo piezas de una actitud total y generalizada.
    Un Indio norteamericano amigo mío, que vive en la Reservación India de Alcatraz me ha dado su enfoque, muy sucinto sobre este asunto, con el siguiente ejemplo. Él me ha contado como cuando era un pequeño niño y vivía en la reservación india, miraba la televisión y era común que vitoreara a los vaqueros que, en las películas, tiroteaban y mataban a los Indios, de repente un día él se detuvo a pensar en Vietnam y se dijo “Dios mío, yo estoy haciéndole a esta gente la misma cosa que le hicieron a mi pueblo antes” y no lo hizo nunca más. Y es lo que nosotros pretendemos decir, que pensamos que esto tiene que acabar.
    Estamos aquí para preguntar, y al hacerlo queremos que se perciba nuestro deseo de exigir una respuesta, ¿dónde están los líderes de nuestro país?, ¿dónde está el liderazgo? Estamos aquí para saber ¿dónde están los McNamara, Rostow, Bundy, Gilpatrick, y otros muchos? ¿Dónde andarán ellos, ahora que nosotros, los hombres que ellos enviaron a la Guerra, hemos retornado? Esos son los oficiales que han desertado de sus tropas y no hay peor infracción que esa en los reglamentos de la guerra. En el Ejército se dice que nunca se debe abandonar a sus heridos. Los marines incluso dicen que nunca dejan de recoger sus muertos. Estos hombres han abandonado a todas las bajas renunciando a la rectitud moral de su deber público.
    Quisiéramos que un Dios misericordioso barriera de nuestras memorias los recuerdos de la participación en estos hechos, tan fácilmente como esta administración ha eliminado la existencia de todos nosotros de la suya, pero todo lo que han hecho y todo lo que puedan hacer para negarnos servirá para reforzar nuestra determinación en llevar a cabo nuestra misión postrera – localizar y destruir hasta el último vestigio de esta barbarie, llevar la paz a nuestros corazones, vencer los odios y los miedos que han guiado este país en los 10 últimos años, y más, y más, y cuando dentro de 30 años nuestros hermanos pasen por una calle, sin una pierna, sin un brazo ó con las señales de sus lesiones en la cara y el cuerpo, y un niño pregunte el porqué de esas heridas, seremos entonces capaces de decir “Vietnam” y que eso no signifique desertar, ni indeseados recuerdos obscenos, sino que “Vietnam” sea la imagen del momento en que América finalmente cambió, porque soldados como nosotros, con nuestra actitud contribuimos a ese cambio.

  • Elena dijo:

    Tal ves este señor no es tan desgraciado como lo es la señora Clinton que entre sonrisas hipócritas mataba a tantos inocentes a tantos niños por que en su alma solo radica la maldad

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