Los accesos a la ciudad panameña de Colón están hoy cerrados en el octavo día de protestas contra una ley que permite la venta de tierras de la Zona Libre (ZLC) mientras se esperan ofertas del gobierno que den un giro al conflicto.
Los llamados a marchas y paros son generales en todo el país en apoyo a los colonenses, cuyos representantes se niegan a aceptar cualquier oferta del gobierno si no toma en cuenta la derogación de la Ley 72, la cual subroga la 18 de 1948 que creó la ZLC y permite la venta de tierras.
La Asamblea Nacional se declaró en vigilia permanente en espera de lo que ocurra hoy en el cuarto intento del gobierno de dialogar con representantes del Frente Amplio y la Cámara de Comercio de Colón entre otras instituciones de las fuerzas vivas provinciales.
Aunque el nivel de violencia ha bajado y las fuerzas policiales han respetado un poco más a los manifestantes en su represión, la tensión es evidente y se vio ayer en la masiva participación en el sepelio del niño Josué Bethancourt, primera víctima del conflicto.
El cerco se le ha cerrado casi completamente al gobierno que ya no puede aguantar mucho más las multimillonarias pérdidas que ha generado a la economía nacional la Ley 72 en sus ocho días de promulgada debido al rechazo y los paros laborales que ha generado.
Cerca de 40 barcos y siete mil contenedores están varados en los puertos de la costa atlántica y se calcula en 500 millones de dólares las pérdidas en una semana. Ese es el costo de la imposición de la ley y no de las protestas, aclararon miembros del Frente Amplio.
(Con información de Prensa Latina)