Cubadebate

Ayer leía en BBC una noticia sobre nuevos documentos que se van a desclasificar en Rusia sobre la crisis de obtubre. Me gustó mucho ese artículo, quitándole siempre sus pinceladas de malas intenciones que ellos le añaden. Pero deja muy clara la posición de ser independientes que asumió nuestro país y especifiacamente Fidel en esos momentos.

Debían recoger las vivencias de aquellos que estuvimos movilizados, como simples milicianos, algunos en lugares donde hubiéramos podido ser barridos en caso de un desembarco. En el batallón, y en mi caso, la primera compañía que yo comandaba, no teníamos ni un simple hueco para cubrirnos en caso de un bombardeo, ni se podían hacer trincheras sin usar equipos y dinamita, de lo que algo tuvimos, pero en cantidad muy limitada. De esa labor se ocupan Alejo, artillero de canteras, y el gigante de Mito, “El Isleño”, que no descansaba haciendo huecos con el taladro neumático. Estábamos desplegados, poco más de 500 efectivos con armas de infantería y un pelotón de ametralladoras, en unos 4 kilómetros de costa (el borde delantero), con unos emplazamientos de cohetes soviéticos en la profunda retaguardia, y a unos 40 kilómetros de La Habana. No había miedo, de eso estoy completamente seguro, y no dudo que hubiéramos combatido hasta la última bala y hasta el último hombre, pero no estábamos realmente conscientes de la amenaza que pesaba sobre nosotros. Durante la noche, se veía desde nuestro punto de observación (y no dudo que también desde los barcos enemigos que patrullaban el horizonte) los fósforos que irresponsablemente se encendían para prender cigarros y tabacos en contra de las instrucciones que se daban, sin la menor y elemental idea del peligro que corrían. Al menos con eso se sabía que estaban despiertos, porque algunos dormían a piernas sueltas casi toda la noche, incluso los jefes de pelotones. El puesto de mando de la compañía se situó en una arboleda de anones. Jamás ni había comido ni he vuelto a comer tantas de esas frutas. Parejas de aviones enemigos nos sobrevolaron en dos ocasiones, tan rasantes, que se podía ver la cara de los pilotos. No nos asustaron. Dejaron de hacerlo cuando el “Comandante mandó a parar”.

aún no ha terminado la guerra fria

Maravilloso museo. Mucho más para alguien como este servidor, que tuvo la oportunidad histórica de formar parte del primer grupo de cubanos que relevamos a los soviéticos en esas unidades. Me reconforta muchísimo el hecho de poder estar cerca de las rampas de lanzamiento y de la técnica que manejamos en esa fecha, siendo aún muy jóvenes, pero con la decisión de hundirnos en el mar por defender nuestras conquistas. La crisis de octubre nos puso a prueba y pienso que, al estar aquí mismo 50 años después, es el mejor indicador de que vencimos.
Desde ahora le propongo a los compañeros responsables que nos convoquen el próximo 2013 para celebrar un brillante 50 aniversario de nuestra entrada en las unidades Armas Estratégicas, sin importar nuestras jorobas, canas, bastones o sillas de ruedas.
El mérito mayor es de nuestro pueblo, pero el actor principal, ese inmenso estratega, lo seguimos teniendo al frente de la tropa: Fidel.

DISCULPEN MI ERROR, QUISE DECIR COHETE R-12