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Sabotaje al cine Riesgo, otro crimen del terrorismo norteamericano

Foto: Bohemia.

Foto: Bohemia.

Apenas días después del triunfo de la Revolución de enero de 1959 comenzaron contra Cuba actos terroristas organizados y financiados desde Estados Unidos que han sembrado dolor y luto en familias de la isla.

La larga lista de sabotajes incluye asesinatos, incendios y atentados como el perpetrado en el cine Riesgo, en Pinar del Río, ataque que dejó 26 niños y 14 adultos lesionados.

Aunque algunos apenas recuerdan los últimos animados y las cortinas humeantes, el atentado ocurrido el 28 de mayo de 1961 pasó a la historia como uno de los más crueles cometidos contra los niños cubanos.

Cinco décadas después y a pocas horas del Día de las Víctimas del Terrorismo de Estado contra Cuba, muchos intentan reconstruir la historia de forma coherente pero sólo consiguen traer al presente escasas huellas de un episodio de terror vivido por centenares de personas, la mayoría de ellos infantes.

Sólo los mayores pueden dar fe de los detalles del suceso provocado por el fósforo vivo y que por su naturaleza y las víctimas escogidas conmocionó a los habitantes de la isla. Varias decenas de heridos graves y quemados fue el saldo inicial.

Alina López, actual periodista de la televisión local, fue testigo del siniestro, desatado mientras disfrutaba de la habitual matinée del domingo.

Lo único que recuerdo -asegura- son unos elefantes muy grandes en la pantalla y luego las llamas, el calor, los gritos... pero ahí terminan mis memorias. Su hermano mayor y unos vecinos la acompañaron ese día.

No sé cómo salí de allí, pero lo logramos. Más tarde supe que el hecho fue uno de los más cruentos perpetrados contra mi pueblo y que detrás de los terroristas, como tantas veces, estuvo la mano de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), aseveró a Prensa Latina.

El propósito -añadió- fue sembrar el terror y destruir el proyecto social iniciado en enero de 1959, así como a su futuro: los niños.

Enrique Henríquez tenía 11 años y a pesar de su esfuerzo por alcanzar la salida sufrió graves lesiones, entre ellas un hundimiento parcial del tórax.

Todos salieron corriendo cuando se produjo el fuego pero yo me caí entre la multitud que intentaba escapar de las llamaradas, por eso recibí golpes y en medio de la confusión algunos hasta me pasaron por encima, recordó en declaraciones a la prensa.

Un vecino lo reconoció en la Casa de Socorros, las magulladuras fueron tantas que mis padres me pasaron por el lado varias veces y no me identificaron, rememoró. Henríquez estuvo ingresado durante meses hasta su recuperación.

La avalancha humana fue detenida por las fuertes puertas de cristal del frente del inmueble, que estaban cerradas y para abrirlas era necesario hacerlo de afuera hacia adentro, algo imposible en ese momento.

Lo que hicieron los terroristas fue monstruoso, algo que no se concibe que puedan hacer los seres humanos, expresó Facundo Naranjo, otra de las víctimas del fatal acontecimiento.

La organización Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR) se adjudicó el acto terrorista en el que emplearon el fósforo vivo, sustancia muy difícil de apagar, suministrada por la CIA, revelan apuntes históricos.

Afortunadamente muchas de las personas que transitaban por la céntrica calle José Martí, se brindaron para ayudar a los heridos y colaborar con la extinción de las llamas, solidaridad reflejada por la prensa de la época.

Historiadores atestiguan que la antigua Casa de Socorros y el Hospital León Cuervo Rubio tuvieron una afluencia de público sin precedentes, la gente acudía espontáneamente para donar sangre o auxiliar a los niños y sus familiares.

El incendio del cine Riesgo (hoy Pedro Saidén) en Pinar del Río forma parte de la larga lista de atentados contra Cuba, que ocasionaron la muerte a más de tres mil 400 personas, e incapacitaron a unos dos mil 99, sentenció López.

Mediante un Decreto-Ley quedó declarado el 6 de octubre de cada año como Día de las Víctimas del Terrorismo de Estado contra Cuba.

Ese día, en 1976, un acto terrorista promovido por la CIA y gestado por Luis Posada Carriles segó la vida de los 73 seres humanos a bordo de un DC-8 de Cubana de Aviación

(Con información de Prensa Latina)