En la noche de asueto, Kobe Bryant se llevó a James Harden, Andre Iguodala y Chris Paul rumbo a la pista de entrenamiento del Estadio Olímpico de Stratford, no con el objetivo de sentarse y, en calma, conversar sobre los errores o la poca solidez mostrada en el encuentro frente a Lituania. No. El objetivo radicaba en relajar y jugar a ser Usain Bolt.
Menuda diversión la de los norteños, en torno a quienes se abrió un espectro de dudas tras el apretado pleito ante los lituanos, en el que solo lograron ganar por cinco puntos de diferencia (99-94).
Mas no hay mal que por bien no venga y, contra Argentina, para muchos el rival más exigente del grupo, los NBA dieron en Londres una majestuosa demostración que no tuvo otro desenlace que los gauchos arrollados en una segunda mitad brutal, finalizada con una estruendosa ventaja de 66-38 que dejó el electrónico final en 126-97.
Luego de concluidos los dos primeros parciales (60-59) todo hacía indicar que, de nuevo, los pupilos de Mike Krzyzewski afrontarían dificultades para abrir un cerco tremendo con sus rivales en el marcador. Los continuos problemas ofensivos y una extraña falta de puntería los complicaron, al punto de "sentir la presión", tal y como expresara Coach K.
En esa primera mitad, la generación dorada de argentinos demostró que puede convertirse en un martirio significativo para la camada de estadounidenses. Manu Ginóbili, Andrés Nocioni, Carlos Delfino y Juan Gutiérrez incordiaron sin cesar a todos los quintetos de las barras y las estrellas que saltaron a la cancha londinense.
Sin embargo, ya en los 20 minutos definitivos Kevin Durant se vistió de superhéroe y comenzó un monólogo de altura, digno del máximo anotador por tres campañas consecutivas en la NBA. Falló poco y desde el perímetro enseñó pulso de cirujano, con ocho anotados en 11 intentos, incluido un misil teledirigido a más de ocho metros que redondeó su cuenta particular de 28 cartones.
En planes de escolta anduvieron Lebron James y Chris Paul, el primero desatascando el armazón defensivo de los gauchos, y el segundo con un ritmo de conducción endemoniado, sin obviar su precisión en los tiros de campo.
Precisamente, en pos de evitar el enfrentamiento de todas estas cualidades -poderes sobrenaturales si se quiere-, varias de las escuadras del grupo B prefirieron sacrificar un partido y no su despedida prematura de los Juegos.
España perdió ante Brasil (88-82), derrota calificada por la prensa hispana como "la más dulce", en clara alusión al cruce frustrado con los norteños en cuartos de final. Rusia también cayó contra todo pronóstico frente a Australia, finalmente los menos beneficiados de la jornada, pues ya andan desvelados pensando en la muerte súbita con Estados Unidos.
Por su parte, Francia sí cumplió, no sin antes sacar el extra versus Nigeria, mientras Lituania puso rumbo a casa a Túnez y los locales se despidieron con apabullante triunfo sobre China.
Concluida la fase de grupos, los cotejos de cuartos, el miércoles, serán como sigue: Rusia se medirá a Lituania, Francia y España reeditarán la última final europea, mientras Brasil y Argentina escenificarán un clásico sudamericano. Por último, Australia buscará no marcharse con la moral demasiado baja tras toparse con Estados Unidos.
Por su parte, en la rama femenina la fase decisiva comenzará hoy con Estados Unidos como protagonista frente a Canadá. Chocarán además Australia-China, Turquía-Rusia y Francia-República Checa.