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Jugarse las cartas

Por Daymaris Martínez Rubio

¿Qué querría de mí la memoria el día en que la luz vacilante de una lámpara me devolvió entrañables, intensas, intactas, aquellas estampas remotas de la infancia: la casa en penumbras, la nariz tiznada y la espera silente al pie de los mecheros, donde hora tras hora miraba consumirse las vueltas enteras del reloj?

El 21 de diciembre de 1991, la URSS mordía una McDonald en el último acto de un prestidigitador -abundante en conejos y sombreros de copa- que alguna ventisca occidental se llevó junto a paradigmas, estatuas y banderas. Lo recuerdo. Yo también estaba en las lunetas. Nunca más volvió a abrirse el telón.

En Cuba, las cifras de casi todo cayeron al desesperante ritmo de un cuentagotas. Entonces, se "deshizo" la luz y otro génesis -de pomos de conserva y tubos de pasta-, sería escrito en la "iluminada" metáfora de los días de apagón.

“Pasar la página” de los tiempos aciagos, habría eclipsado el significado del apagón como punto de partida para una transición energética en la Isla. (Foto: Archivo de Casa Editora Abril).

“Pasar la página” de los tiempos aciagos, habría eclipsado el significado del apagón como punto de partida para una transición energética en la Isla. (Foto: Archivo de Casa Editora Abril).

Años antes, mientras sacaba melodías de su guitarra, el físico Daniel Stolik sintió el zumbido de una "seria" premonición: ni petróleo ni uranio ni abracadabras. "La clave es el sol", dijo. Pero, la prensa no decía lo mismo. Y lógicamente, casi nadie le creyó.

Todavía amanece gratis

2006, el Año de la Revolución Energética en Cuba, se anunciaba como esos parte-aguas urgentes en medio de una era de excesos, hábitos y patrones de vida arcaicos, por siglos instaurados en el imaginario público.

El uso racional de los recursos, la descentralización (como expresión de autonomía, incluso política) y la multiplicación de perspectivas más cercanas al desarrollo sostenible, en armonía con el medio ambiente, comenzaban a "refinar" el crudo "desarrollista" del pensamiento occidental.

Pero, un año después, "energía" continuaba siendo sinónimo de "electricidad". Y en los periódicos, el aire triunfalista del "fin del apagón" reforzaba la sospecha de que las millonarias inversiones tecnológicas no bastaban para una transición de tipo cultural.

La gente pasó la página, sin captar la verdadera dimensión del problema, intuye Antonio Werner de Dios (Tony), ingeniero mecánico e investigador del Centro de Estudio de Tecnologías para la Energía Renovable (CETER).

Tiene 28 años, y ¡como una década de conciencia energética! -acepta la broma-. "Mi preuniversitario, Ceiba 1, del municipio de Caimito, tenía un vínculo especial con Cubasolar, una ONG dedicada a la promoción de las fuentes renovables de energía y el respeto ambiental.

"Fue la primera vez que interactuamos con paneles y cocinas solares, molinos de viento, y hasta sistemas de calentadores y de bombeo tradicional de agua... Aquello nos fue llamando la atención. Además, teníamos un profesor de Física muy entusiasta que organizó un equipo de promoción de fuentes renovables, y así anduvimos por un montón de escuelas".

Andy Rodríguez, compañero de "gesta", recuerda las emociones de su primer calentador solar: "un verdadero ‘derroche' de imaginación", se burla contento. Aunque, "lo importante fue el modo en que aquello marcó la ruta de nuestras vocaciones: desde estudiar ingeniería mecánica hasta hacer la maestría en fuentes renovables de energía, aquí en el CETER".

"Se aprende un mundo", asegura Tony. "Con el tiempo comprendes que lo urgente, más que pensar en el pico petrolero, es introducir cambios graduales en la matriz energética de la sociedad. Si un semáforo puede trabajar con energía solar, entonces para qué gastar el petróleo -que a lo mejor es un vaso de 20 mililitros de crudo o de fuel oil, pero es dióxido de carbono que va a la atmósfera, nos afecta a todos y nadie lo paga".

Ese es el punto, diría Daniel Stolik, convencido de que, aunque muchos entendieron la Revolución Energética como una transición hacia el uso de las fuentes renovables de energía (FRE), la realidad es que los nuevos paradigmas aún deben batirse con el ADN del pensamiento tradicional.

"Están los detractores, los eufóricos, los optimistas, los pesimistas, y los realistas. Yo soy de los realistas", asegura Stolik, entusiasta defensor de las FRE "como única alternativa posible". El futuro, piensa hace décadas, se juega en una carta: "la integración" de esas fuentes naturales, distribuidas y limpias, cuyo principal "combustible" es el sol.

"Hay quien me ha tildado de ‘fanático idealista', porque soy un convencido de las ventajas de la energía fotovoltaica (FV), pero, los años han ido dándome la razón. Además, no hay nada más cercano al fotón que la Física, y ¡yo soy físico!, y encima, un realista capaz de reconocer las circunstancias de un mundo donde el petróleo es todavía un gran negocio".

Julio Torres, vicepresidente de Cubasolar, propone jugar este póker en el tiempo: "A Cristóbal Colón lo trajo el viento. Pero, la Revolución industrial nos cambió la percepción del problema y casi obligó a pensar que si no tenemos petróleo, estamos sentenciados desde el punto de vista del desarrollo. Esa es la gran mentira que nos han repetido por siglos. El asunto es que hemos llegado a creérnosla".

Por décadas -señala Tony- "el pretexto ha sido presentar a la FV como muy cara, cuando en realidad lo complicado es la inversión inicial. Para mí, es como la diferencia entre comprarse un par de zapatos ‘de marca' y otros de a peso: ¿cuánto cuestan los ‘de marca'?, ¿50 de un golpe? Los otros también, pero a la larga... Y sí, me apasiona la FV que, además, es la más sociable de las energías. Cualquier otra tiene mil requerimientos, pero el sol sale para todos".

A fin de cuentas...

studios enmarcados en proyecto SWERA, confirman que la posición geográfica de la Isla favorece la obtención de altos valores de radiación solar, uno de los pilares del éxito de la alternativa fotovoltaica. (Fuente: EcoSol Energía)

Estudios enmarcados en proyecto SWERA, confirman que la posición geográfica de la Isla favorece la obtención de altos valores de radiación solar, uno de los pilares del éxito de la alternativa fotovoltaica. (Fuente: EcoSol Energía)

Julio Torres es directo: no es tiempo de deshojar margaritas. "Necesitamos producir electricidad y mi opinión es que debe ser con fuentes renovables. En estos momentos, la primera en Cuba, por su abundancia e importancia, es la biomasa cañera. Pero, no es mejor que la FV, cuya limitante fundamental es que a los capitalistas no les interesa desarrollar demasiado su eficiencia, porque sustituiría petróleo y les conviene retardar ese momento".

Por fortuna, reflexiona Stolik, la propuesta de Naciones Unidas del Año Internacional de la Energía Sostenible para Todos, ha venido a atizar la confianza de un sector de la sociedad cubana que se inclina por "despertar" del idilio de los combustibles fósiles, y "aprovechar, de una buena vez, las ventajas que nos dio la naturaleza", insiste el promotor principal del Taller Cuba fotovoltaica, una iniciativa de fines de 2011.

"Teníamos la impresión de que la necesidad de desarrollar las distintas FRE había quedado poco reflejada en los Lineamientos. Ni siquiera a la FV se le hacía referencia por su nombre específico. Además, el aumento significativo de la producción mundial, la disminución de los costos, el gran desarrollo tecnológico industrial automatizado, y la consolidación del liderazgo de China, entre otros aspectos, nos indicaban que había un escenario internacional favorable.

"Comenzamos a sacar cuentas y vimos que la inversión, por ejemplo, incluye un ‘costo de capital' relacionado con quienes aportan el dinero. Esos cobran como loco, ¡y tienen una ganancia increíble! Un por ciento importante pertenece al montaje, sobre todo, por lo caro de la mano de obra. Pero, aquí lo hace EcoSol Energía - ¡con casi 20 años de experiencia! -, a un costo mínimo en divisas.

"Como ese, sobran los ejemplos. Porque no es trivial: entre ingeniería, diseño y montaje, podríamos estar hablando de entre un diez y un 20 por ciento del precio del sistema FV. Si a ello sumamos el costo de la estructura de aluminio -tenemos una fábrica en Santiago de Las Vegas (La Habana) - llegaría a un 30 por ciento del total. Mi lucha ha sido tratar de que se vea integralmente".

La integración de múltiples saberes hacen de la industria fotovoltaica una de las áreas del conocimiento más multidisciplinarias y prometedoras (Ilustración: Cortesía de Daniel Stolik)

La integración de múltiples saberes hacen de la industria fotovoltaica una de las áreas del conocimiento más multidisciplinarias y prometedoras (Fuente: Daniel Stolik)

Para un físico, piensa María Sánchez, decana de la Facultad de esa ciencia en la Universidad de La Habana, la FV es como ser pez y nadar en el agua. "Precisamente, hace cinco años abrimos una carrera como ingeniería física, ideal para ese tipo de industria. Lamentablemente, la decisión del país fue cerrarla.

"¿La explicación?: ‘escasa demanda'. Por supuesto, no nos convence. ¿Cómo puede haber demanda de lo que no se conoce? Lo único que hemos logrado hasta hoy, ha sido la propuesta del Ministerio de Educación Superior (MES) de que, si logramos ‘demanda', abrimos otra vez. En mi opinión, es una posición equivocada. Tanto que, este curso nos devolvieron físicos de lugares donde supuestamente había necesidad planificada".

"Pero, ojo, insiste Stolik. La FV es un sistema multidisciplinario. Tiene que ver con la ciencia de los materiales, y ahí entra el químico; y el ingeniero electrónico cuando se trata de inversores; y el ingeniero de redes cuando se precisa de conectarlo a una red. O sea, que atrae e integra potencialmente a otras áreas del conocimiento. Y hasta regiones.

"La situación de América Latina, por ejemplo, es pésima en FV. En los 33 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), no llegamos a 200 MW de potencia instalada... Italia y España tienen más de tres mil cada una. Lo curioso es que en nuestra región hay más sol que en muchos lugares de la Tierra, incluyendo a Europa, y encima, condiciones para fabricar nuestra propia tecnología. Un sistema FV ¿qué incluye?: ¿vidrio plano? México es uno de los primeros productores en el mundo; ¿cable de cobre? Chile es el primer productor del planeta; ¿estaño? Bolivia es el número uno. Entonces, yo me pregunto: ¿habrá idea de qué estamos hablando?".

Zona de strike

Con la energía, no se trata de la simple “descarbonización” de los actuales modelos de generación, sino de cambios del entramado cultural de productores y consumidores. Foto: Cubasolar.

Con la energía, no se trata de la simple “descarbonización” de los actuales modelos de generación, sino de cambios del entramado cultural de productores y consumidores. Foto: Cubasolar.

En noviembre de 2011, los ecos del taller Cuba fotovoltaica alcanzaron las selectas páginas de Photon International, una suerte de elogio en la distancia para una iniciativa con admirable poder de convocatoria: "Allí estaba todo el mundo, desde la bella durmiente hasta la vieja de la torre", bromea José Luis García Cuevas, director de Ciencias del MES.

"Es una completa insatisfacción no tener un programa nacional de FRE en Cuba, y mi propuesta concreta al auditorio fue que debe haber uno por cada fuente renovable de energía y una gran matriz energética resultante de la suma integrada de todas ellas. Todavía no se han dado las condiciones para implementarlo, por falta de conocimientos, sobre todo".

Pero el escenario "se pinta solo", subraya Julio Torres, mientras evoca las discusiones del último período de sesiones del Parlamento cubano. "Por primera vez, en varios años, la Comisión de Energía y Medio Ambiente centró sus debates en tema de las FRE, especialmente en el aprovechamiento de la biomasa cañera", como recomendara el Programa de Desarrollo para Fuentes Nacionales de Energía, aprobado por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros hace casi dos décadas.

"En Cuba si hacemos un programa inteligente, si hacemos lo que tenemos que hacer, tendríamos la posibilidad de sol gratis para un sistema fotovoltaico con una duración, pongamos, de 25 años... ¿A cuánto saldría el kilowatt hora (kWh)? Esa es mi pregunta para los escépticos que solo ven que la inversión inicial es realmente fuerte. En Cuba puede estar sin mucho trabajo en menos de 10 centavos de dólar, incluso, comprando todo en el exterior. Ahora, ¿qué sucedería si pudiéramos armar los componentes aquí dentro?".

"No iríamos lejos sin marcos regulatorios", repone tajante Ihosvany Cabrera, especialista de EcoSol Energía. "Lo peligroso aquí es el desconocimiento, incluso de algunos compañeros de la Unión Nacional Eléctrica (UNE) que han manifestado que los esfuerzos están a nivel ‘teórico', 17 años después de fundada una entidad como la nuestra".

"Hay un problema de despertar de la conciencia", sostiene Torres. "Pero, Liborio está despertando. En los Lineamientos..., por ejemplo, yo había propuesto incluir una serie de cosas como estas, pero inicialmente no fueron aceptadas. Luego resultó que salieron como consecuencia de la discusión popular. ¿Qué quiere decir? Que algo está caminando. Y sostengo la idea de que tal vez se trate de un proceso de maduración de las cosas. Y las cosas, cuando maduran, se dan".

"Tal vez estemos en la zona de strike, y sea hora de batear", medita José Luis García. "Claro, sin triunfalismo. Con estudio prospectivo, con visión de escenarios, criterios de expertos... Y con conocimiento de la ecuación mundial y nacional para maniobrar con la variable de soberanía tecnológica".

"Sin embargo -lamenta Torres- hay quien todavía cree que con el petróleo del Golfo se resolvería la demanda de energía para generaciones y generaciones. No sé por qué se me erizan los pelos cuando alguien hace semejantes apuestas. Yo diría, con todo respeto, que si alguien quiere resolver el problema de la energía para generaciones y generaciones, lo único que tiene que hacer es ir y mirar por la ventana.

"Para mí, la biomasa cañera puede ser la chispa iniciadora de una nueva época, para la cual, si me pidieran un valor de éxito, me sentiría tentado a decir diez. Y luego me pondría ‘cuidadoso'... y diría siete. Pero, eso ¡ya es aprobado!".

(Tomado de Juventud Técnica)