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Saramago deja un libro para cuando "no esté"

saramago-1-0691A sus veintitantos años de edad, José Saramago entregó un texto a un editor, quien poco caso le concedió. Sin embargo, este último lo conservó, y cuarenta y tantos años después, pretendió publicarlo, pero el autor ya no quiso que saliera a la luz, sino hasta después de su muerte.

"Fui yo quien atendió el teléfono cuando llamaron de la editorial para decir que en un cambio de instalaciones lo habían encontrado. Saramago se estaba afeitando en ese momento, luego fue a recogerlo y claro, inmediatamente el editor lo quería publicar, pero el autor dijo que no, mientras estuviera vivo".

El libro en cuestión es "Claraboya", rechazado en 1953 por un editor mala cabeza, informó hoy Pilar del Río, la esposa y traductora de la obra del autor portugués nacido en 1922 y muerto en 2010, y Premio Nobel de Literatura 1998, al mostrar su beneplácito por hallarse este volumen en los primeros sitios de ventas en México.

Explicó que Saramago no quiso que se publicara, primero, porque cada año tenía un libro nuevo. En segundo porque en ese momento pensó que sería mejor dar al mundo un libro nuevo cuando ya no estuviera físicamente aquí y, en tercer lugar, quizá porque le producía cierto dolor.

Para la traductora, experta en la obra de este autor, el libro no es sino una gran puerta de entrada a la obra de Saramago. Un volumen donde está su voz, aunque no su estilo, "pero sí sus personajes, preocupaciones, sucesiones y la esencia del autor; el estilo de Saramago nació en 1982 con Levantado del suelo'".

La entrevistada quedó atrapada por "Claraboya" porque prácticamente todo el mundo hace la misma lectura de la obra, por la madurez de un autor de escasos veintitantos años, y las sucesiones que serían su sello en el futuro, ya están en este libro sin cambiar nada en él; evolucionó y maduró con el mundo.

Para Del Río, los seguidores de este autor deben leer "Claraboya", publicitado como "El libro perdido..., donde todo comenzó" porque cada quien encontrará rasgos de su propia vida. "Porque siendo un libro escrito en 1953, parece un texto escrito para hoy y porque leerlo nos enriquece y hace más buenos".

Tras leer un libro de Saramago, abundó en sus declaraciones, sabemos que hemos aprendido a mirar el mundo, a entender a nuestros semejantes y que
hemos ensanchado nuestra capacidad de bondad, por eso su obra es tan genial y tan distinta a la de otros autores, más allá del placer estético de la lectura.

Del Río aseguró que en el libro está todo el autor, que es una suerte de puerta de entrada para que el lector tenga al Saramago total.

"Aquí está con toda su lucidez, su solidaridad y su excepcional forma de ver al mundo. Puso aquí sus preocupaciones éticas, gustos y pasiones", estimó la traductora con emoción.

Al asomarse al ideario y pensamiento filosófico del autor de otras obras de capital importancia para las letras en español, como "Manual de pintura y caligrafía" y "Ensayo sobre la ceguera", Del Río mencionó que en sus textos se aprecia que aun de las dificultades y estrecheces se puede sacar
felicidad.

Explicó: "El siempre pensó que de los pequeños momentos, de una charla con amigos, de una cena apacible, el ser humano puede obtener una felicidad y una dicha que no necesariamente deben costar dinero. Es decir, con la buena voluntad y un sentido humanista, se puede vivir al margen de toda violencia.

(Tomado de NTX)