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Diana Fuentes: "Mi nuevo disco tendrá sinceridad"

Diana Fuentes

Diana Fuentes

Por Amary Santiago Torres
Primera Hora, Puerto Rico

La intérprete cubana Diana Fuentes tuvo su primer encuentro con Puerto Rico en el 2010, cuando pisó un escenario como parte de la banda del cantautor Carlos Varela. La artista se dejó abrazar por el calor del público sin saber que, meses más tarde, se plantearía la posibilidad de vivir en Puerto Rico.

La esposa de Eduardo Cabra, uno de los líderes de la agrupación boricua Calle 13, tiene fuertes raíces artísticas en su natal Cuba, donde residen sus familiares y amigos.

Esta lejanía física de sus seres queridos y de los espacios en que se desarrolló como artista no interrumpe sus aspiraciones musicales, sino que, todo lo contrario, permite que su dulce voz llegue hasta una audiencia internacional.

"Es como empezar de cero, pero la vida es eso, empezar. No todo es negativo, tengo el apoyo de Eduardo, de sus padres y su niña (Azul). Eso es suficiente", dijo la cantante, de 27 años, los que cumplió ayer, como su cuñado, René Pérez.

Diana Fuentes es una mujer tan transparente que, en tan sólo minutos, se muestra tal cual es: sencilla, humilde y simpática. Ella no esconde su rostro con maquillaje ni se preocupa por si se ve exacta para las fotos. Además, demostró que no necesita mucho para ser feliz.

"Lo único que siempre pido es salud y la unión de mi familia. Todo lo demás viene solo", comentó con una mirada nostálgica como si se imaginara los rostros de sus padres, la doctora Mirta Lavastida y el piloto Frank Fuentes, y su hermano, el músico Frank David.

Diana Fuentes y Eduardo Cabra se casaron en enero de 2011. Desde ese momento, la directora coral vive dos procesos: el de adaptación y el de fortalecimiento de su carrera.

"Ha sido un proceso duro, me ha tocado fuerte. Lo más difícil es la cotidianidad. Tengo una familia supergrande y unida. Me cuesta no poder caminar para ver a mi abuela sentada conversando con los vecinos. Hoy no es lo mismo que hace meses, que los días se me hacían imposibles", comentó la colaboradora de artistas cubanos de renombre como Silvio Rodríguez, Omara Portuondo, Beatriz Márquez y X Alfonso.

"Eduardo siempre está trabajando. Muchos piensan que es una maravilla viajar, lo que te da cultura y conocimiento, pero está la otra parte de la casa, de tener tiempo para la familia, de despertarse y tomarte un café, de llevar a su niña a la escuela", expresó.

La artista se reserva detalles específicos de cómo inició su relación sentimental, aunque comentó que ambos se conocieron en La Habana, pero realmente, en Miami, tuvieron tiempo para conocerse mejor. "Coincidimos 12 días en Miami y, luego, decidimos vernos nuevamente hasta que apostamos por una vida juntos", dijo la intérprete del piano y la guitarra.

Su música

En su primer álbum, Amargo pero dulce, la vocalista presentó una propuesta con temas sobre las manifestaciones del amor en los géneros del pop, soul y R&B. El productor fue Descemer Bueno.

La voz de Música de fondo, de su autoría, adelantó que en su segundo disco apostará por el pop, las fusiones y los ritmos afrocubanos.

"Era un disco sencillo, sin grandes cuestionamientos. Era más joven. En el segundo álbum hay otras experiencias. Este tema de salir de mi país me pone a ver situaciones desde lejos. Tengo un espectro más grande a la hora de recurrir a la biblioteca personal para escribir. El disco tendrá sinceridad y verdad", comentó sobre el proyecto que se nutrirá del trabajo de producción de Eduardo Cabra y que espera culminar este año.

Aunque suele escribir, a la artista le apasiona más probarse como intérprete. Admitió que le cuesta armar sus composiciones, por lo que se deja guiar por figuras como Carlos Varela, X Alfonso y Alexis Díaz, con quienes colabora.

"Se ha perdido la cuestión de la interpretación. Quizás es un momento en que todo el mundo quiere escribir por la cuestión del negocio, de que te llegue un cheque a la casa porque tienes tu letrita y musiquita. No me estoy quitando, sino que estoy intentando y probando. Además, hay un montón de música de mi país y otros países para ser interpretada y rescatada", señaló quien comenzó su carrera profesional con el grupo de música afrocubana Síntesis.

¿A cuál generación de intérpretes cubanos perteneces?

Soy de la generación de músicos cubanos que está floreciendo. Como intérprete y compositora, me guío de todos (Silvio Rodríguez, Pablo Milanés). Mi generación está bastante regada en Canadá, España, Alemania, Estados Unidos. Estamos buscando nuestro camino. Todo el mundo tiene derecho a buscar por dónde quiere ir. Creo que eso es lo genuino que tiene la obra de Silvio, de Pablo, de Los Van Van, que hablaron de todo lo que estaba sucediendo en el país. Mi generación está buscando de Cuba, pero también de otros lugares.

¿Cuál es el tema común de tu generación?

Tenemos cincuenta y tantos años de un tema común. El unitema de mi país es político y de lo que los cubanos hemos pasado, ya sea por el bloqueo de todas partes y de todos los lugares. Nací en el 85 con todas estas cosas y, en cinco años, me tocó el periodo especial, una de las épocas más complicadas de mi país. Mi generación ha tratado de echar para adelante, de no quedarse con lo que ha sucedido. Es una generación que está despojándose de los arapos y de cosas viejas, caminando hacia un futuro. Lo que ha pasado con mi país es algo que no se puede cambiar. Hablo de las cuestiones de las separaciones con los cubanoamericanos, en Miami, hablo de todo eso, no se puede cambiar, pero sí podemos cambiar lo que está pasando ahora. Estamos en un momento de cambio total, se están abriendo muchas puertas. Sí, están surgiendo cambios dentro y el mismo pueblo lo está sintiendo.

Su incursión en el cine

Diana Fuentes es la protagonista del filme ecuatoriano Criaturas abandonadas, del director Francisco Cevallos.

Sin tener claro dónde sería el rodaje, la artista envió su currículo y mereció el papel principal de la historia de drama y suspenso en una vieja casona en Quito. El estreno será este año.

"No había hecho ni teatro. Me envían un e-mail con la audición y pensé que era en La Habana. Me enviaron unas escenas y las hice. Me fui un mes a Quito a tomar entrenamiento y, luego, el rodaje duró tres meses. Es tremendo lo que uno puede explorar como ser humano porque tienes que recurrir a técnicas, pero tienes que recurrir a la más grande, la de ponerte en la piel de otra persona, para sentir y vibrar", señaló al destacar que repetiría esta experiencia.