Un tribunal italiano decidió el martes que Francesco Schettino, el capitán del crucero que naufragó frente a la isla de Giglio el mes pasado, provocando la muerte de al menos 17 personas, debe permanecer bajo arresto domiciliario.
Schettino fue arrestado al día siguiente del desastre del 13 de enero, acusado de homicidio y de abandonar el Costa Concordia, de 114.000 toneladas, antes de que los 4.200 pasajeros y tripulantes fueran evacuados.
El capitán, que admitió ante la fiscalía que acercó demasiado el barco a la isla, salió de la cárcel y fue puesto bajo arresto domiciliario el 17 de enero.
Al confirmar que debe continuar bajo arresto domiciliario, el tribunal de Florencia rechazó la petición de los fiscales, que argumentaban que debía volver a prisión, y del abogado de Schettino, que había solicitado su libertad.
La semana pasada, las autoridades suspendieron la búsqueda de cuerpos en la embarcación tras recuperar 17 cadáveres. Un total de 15 personas permanecen desaparecidas.
El casco del Costa Concordia sigue sobre una zona de rocas a menos de 100 metros de la costa de Giglio y hay equipos extrayendo las 2.300 toneladas de combustible que el buque llevaba para evitar un desastre medioambiental.
El martes, el titular de Protección Civil de Italia dijo que el barco no sería retirado al menos durante 7 a 10 meses.
(con información de Reuters)