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Renier González: "Yo le voy al Valencia, pero nadie juega más lindo que el Barça"

Reinier González, durante una presentación en la Mesa Redonda de la Televisión Cubana.

Reinier González durante una presentación en la Mesa Redonda de la Televisión Cubana.

Por: Carlos Díaz, profesor de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.

Yo me acerqué al fútbol de niño, saca un cigarro de su bolsillo. Estaban construyendo mi casa. Da la impresión de que los cigarros van a caérsele de los bolsillos. Como los goles a Romario. Un argentino hablaba de fútbol junto al señor que trabajaba en mi casa.Y me interesé. Es curioso, no traba el cigarro por el filtro. Tendría yo 8 ó 9 años. Pero toma la fosforera derecho.

Mi hermano había jugado portero de niño, al principio de la Revolución. ¡Quién ha visto coger una fosforera por la piedra! Pero mi hermano no era fanático. A no ser que se le quiera arrojar a alguien. A todo el mundo lo que le gustaba era la pelota. Pero él no va a arrojar la fosforera. Me gustaba jugar al fútbol...ya no. No habría sacado el cigarro de su bolsillo. Me gustaba jugarlo pero...ya no, sonríe, me operaron de una pierna por la gracia.

Ahora, de pie, recibe la grabadora con su mano libre y se graba. Sin pose. Ubica la voz, ajusta el diafragma y explica. Yo empecé entrenando ajedrez. Hice un torneo y quise reportarlo. Lo reporté. Le gustó a la gente de la COCO y me dijeron que me quedara colaborando, y cuando hubo la plaza me quedé. Hoy no pudiera. Hay que ser universitario para ser narrador. Yo solo terminé el preuniversitario. De ahí fui derecho, sonríe, derecho pa´l servicio militar.

Tuerce el cigarro por el medio. Sus dedos le pesan de aburrimiento. Él se sienta y devuelve la grabadora. La fosforera oscila y su líquido hierve. En la COCO me ven Rodolfo García y Ernestico Ruiz Faxas. Todo Deportes pasaba entonces juegos de la Champions los domingos y les poníamos voz en un estudio del ICRT. El primer partido que hice lo recuerdo como si fuera hoy. Arquea sus cejas. Ayax-Panatinaikos. Las endereza. Año 96´. De ahí comentamos la Eurocopa, algunos partidos más y me dijeron que me quedara colaborando y me quedé. Vino el mundial del 98´ y después 2002, 2006, 2010 y...sonríe, hasta que el cuerpo aguante.

A mí Di Estéfano, Pelé, Maradona, Víctor Hugo Morales, el mejor narrador que he escuchado en mi vida, Cruyf y Beckembauer, Garrincha, Zidane y Ronaldo, Romario el fantástico, el Ronaldinho de aquellos dos tres años con el Barça, el Milan de los últimos ochenta, el Barça dreamteam y este Barça de ahora. Yo le voy al Valencia, pero nadie juega más lindo que el Barça. Se levanta y da uno spasitos en el puesto. El azar pone el filtro en sus dedos y el líquido de la fosforera a punto de estallar. Messi. No tengo la más mínima duda.

Aunque mi hijo es fanático de Cristiano. Pero bueno, sonríe, eso es él.

Es una pregunta que me hacen seguidamente. Sus ojos se le quieren salir de la cara. Sus ojos a su cara lo que los cigarros al bolsillo. ¡Si por ver fútbol fuera a desarrollarse el fútbol, nosotros ya fuéramos campeones del mundo! Y no iremos ni a un segundo mundial. Se enciende. Su cigarro lo envidia. En todos los países se ven todos los deportes. Nada tiene que ver con el desarrollo específico de alguno.Yo no sé quién sacó esa polémica. Pero me parece absurda.

En el fútbol cubano se ve una luz: Guadalajara. Estamos en un buen momento al nivel de nosotros: El Salvador, Guatemala. Todavía no estamos al primer nivel de CONCACAF: Costa Rica, México, EstadosUnidos, Honduras. Ojalá.

Casi nunca hago lo mismo. Piensa que el narrador tiene que amarlo que hace. Tú sabes que yo tengo los tornillos medio sueltos. Que ha de vivir para su trabajo y no de su trabajo. Está convencido de que un narrador ha de ser hiperquinético. Me levanto y leo el correo a ver si entró algo. Que una gente tranquila puede dar un gran comentarista. Me pongo a leer, leer, leer y a tratar de conocer más todos los días. Pero nunca un gran narrador. Aunque eso es cuando puedo. Lleva el cigarro a la boca. Ahorita tengo que ir a la bodega y buscar aquello, sonríe, mi mujer después me lleva recio.