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Dr. Ángel Paredes: "Dejamos nuestra piel en el salón de operaciones"

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Satisfecho, Paredes sigue trabajando por lograr  mil 200 operaciones al año.

Satisfecho, Paredes sigue trabajando por lograr mil 200 operaciones al año.

Fotos Claudia Paredes Placencia

Con la audacia propia de la necesidad Ángel Manuel Paredes Cordero maneja desde hace 15 años un  Studebaker, de 1955 (reconocido  popularmente como Studesgracia).  En ese cacharro, el cirujano cardiovascular valorado como uno de los mejores, sino el mejor, en la actualidad en Cuba, transitó de Alamar al Instituto de cardiología y cirugía cardiovascular, ICCCV, a cualquier hora del día o la noche.

Cuando vivió en Infanta y Manglar muchas veces fue a pie para ver un paciente complicado. El jefe  del Departamento de cirugía cardiovascular del ICCCV, Profesor e Investigador Auxiliar, Miembro directivo de la Sociedad cubana de cardiología y  Jefe del Grupo nacional de cirugía Cardiovascular, ha devenido un mecánico capaz para no quedarse botado en la calle.

Ese mismo hombre, un guajiro natural, como a veces jocosamente se nombra, todos los años realiza una  estadía de intercambio profesional en el Hospital Europeo Georges Pompidou en París, Francia. En la ciudad luz representa a Cuba como en otros congresos que asiste para intercambiar con renombrados especialistas del mundo en su área médica.

¿Cómo fue su niñez? ¿Qué recuerda con más nitidez?

Nací el primero de marzo de 1958, en un pequeño pueblo de campo, conocido como  Puerta de Golpe, en la provincia de Pinar del Rio. Fui el primogénito de una pareja joven, mi padre tenía 21 años de edad, trabajaba en el departamento económico de la fábrica de refresco La Jupiña, en Pinar del Rio y mi madre con 16 años, ama de casa. Según cuenta mi mamá, mi nacimiento fue muy traumático para ella: en casa asistido por el médico del pueblo que necesitó utilizar fórceps, instrumentos que fueron "esterilizados" en agua hirviendo,  !qué comienzo en la vida de un futuro cirujano cardiovascular !-.

Mi infancia más temprana la compartía con mis padres y con mis abuelos paternos que vivían en la casa contigua, hasta aproximadamente  los cinco años de edad que  coincidiendo con el nacimiento de mi hermano Alexis, me fui a vivir con mis abuelos, a  los que asumí también como padres. En realidad fui afortunado porque a pesar de criarme con mis abuelos que se desvivían por mí,  nunca me faltó el cariño, el amor y el desvelo de mis padres, sobre todo de mi madre.

Tuve una infancia normal, compartía con mi hermano, mis primos y amigos del barrio, era un fanático a la pesca y a la práctica del beisbol, por cierto muy bueno en la defensa, pero bateaba muy poco. Inquieto, inventor, soñador.

Mi hermana Yaquelín, nació cuando ya era un adolescente. Con mis dos hermanos siempre he tenido excelentes relaciones, los respeto y quiero muchísimo, probablemente más de lo que imaginan. A pesar de la distancia, nos comunicamos con frecuencia y nos vemos cuando le es posible visitar Cuba, al igual que mi querida madre Martha.

De mi infancia tengo muchos recuerdos, te contaré uno que quizás definió mi futuro profesional, pero que me desagradaba. Cuando alguien enfermaba en casa, a mi me correspondía levantarme temprano y vigilar la llegada del médico al pueblo, el Dr. Pozo, que venía en un Impala azul del año 60. Eran largas horas de  espera y cuando lo divisaba, este, con frecuencia se detenía antes, a visitar a otros vecinos que le reclamaban, ¿podrás imaginar lo impaciente que me ponía?, hasta que finalmente aquel médico negro, alto, muy amable y competente para la época llegaba a casa con su clásico maletín  lleno de medicamentos y jeringuillas, acto que significaba mi  libertad.

Debo confesarte que cuando enfermaba por malestares de estómago prefería ser asistido por la negra Josefa una vecina cercana que "curaba" pasando la mano por el abdomen con manteca caliente y mandando cocimientos de hiervas, que ser visto por aquel médico de la familia que posteriormente fue mi colega y amigo.

-¿Por qué se hizo médico? ¿Y cirujano?

Con mis abuelos paternos, establecí una relación muy especial, fundamentalmente con mi abuelo Félix, trabajador de comercio. Había pasado mucho trabajo desde su niñez, marcado por la pérdida temprana de su madre y la necesidad de criar junto a mi abuela a seis hijos en la etapa prerrevolucionaria. Lo admiraba y respetaba muchísimo. Él influyó mucho en mi decisión de hacerme médico. Desde mis estudios primarios le comentaban que yo aprendía con facilidad, para la época los médicos eran muy bien remunerados y quizás pensó que yo podía ser  la carta de triunfo de la familia que, aunque económicamente no vivía mal, sin dudas mejoraría con el salario de un médico.

No he logrado identificar lo que determinó que fuera cirujano, pero siempre tuve una idea fija  "si logro ser médico, seré cirujano". Desde el primer año de la carrera de medicina en la facultad Victoria de Girón, en la Habana, mientras mis compañeros empleaban el tiempo libre en descansar yo pasaba largas horas disecando piezas en los laboratorios de anatomía humana, bisturí,  tijera y pinza de disección en mano. Ser cirujano era una verdadera obsesión.

-¿Dónde estudió? ¿Podría nombrarme algún o algunos profesores que nunca olvidará?

Los dos primeros años de la carrera los hice en la facultad de medicina Victoria de Girón, allí tuve excelentes profesores, muy respetados unos y muy temidos otros por su exigencia e intransigencia, un claustro muy profesional de los que recuerdo entre otros a Washington Russell, Ivo Pérez, Alonso y Elsa Pradera entre otros buenos especialistas. Los años del tercero al quinto los hice en el único Hospital Clínico Quirúrgico que había en Pinar, el León Cuervo Rubio y el sexto lo cursé como  internado rotatorio municipal en el Hospital de San Cristóbal. Tanto en el área clínica como quirúrgica, conocí a magníficos profesores. Son muchos los que no podré olvidar por su dedicación y entrega, no los menciono por temor a omisiones involuntarias.

-¿Cuándo operó un paciente por primera vez? ¿Qué sintió en ese instante?

El entrenamiento y aprendizaje quirúrgico es paulatino y progresivo, de forma tal, que empiezas ayudando, conociendo los pasos de la operación,  la anatomía de la región y cuando demuestras conocimientos, destreza y habilidades los profesores comienzan por permitirte hacer algunos pasos de la intervención  y  cada vez más, hasta que logras de forma guiada realizarla completamente, como nosotros decimos, de piel a piel. Desde el tercer año de la carrera comencé a hacer guardias de cirugía voluntarias, vinculándome con un equipo de  excelentes profesores que me fueron guiando, las primeras cirugías menores las hice  en quinto y sexto años de la carrera. Después de graduado y como residente de cirugía general empecé a operar mis primeros pacientes. En el instante que uno se inicia  asumiendo el rol de cirujano se mezclan muchos sentimientos -responsabilidad, dudas de competencia, satisfacción, de confianza depositada por los profesores- que son difíciles de describir.

-¿Cómo llega a la cardiocirugía? Y de paso ¿entonces es que se muda para La Habana?

En el año 1984 por indicación del Ministerio de Salud Pública se realizó un concurso nacional con el fin de captar residentes o especialistas jóvenes de cirugía general  para hacer la residencia de cirugía cardiovascular, teniendo en cuenta que la edad promedio de los cirujanos cardiovasculares entonces era muy alta y se hacía necesario asegurar el relevo.  En realidad nunca antes había pensado ser cirujano cardíaco, vivía fuera de la capital, ¿cómo matricular?, la única motivación que tenía era el recuerdo de la auscultación que un día estando en cuarto o quinto año de la carrera,  le hice a un compañero de estudios secundarios, Juan Pérez, piloto de aviación, al que el profesor Noel González le había sustituido dos válvulas cardíacas por lesiones reumáticas. Ese sonido metálico del funcionamiento de las válvulas me impresionó tremendamente.

En Pinar fui seleccionado como candidato y tuve la suerte de ser incluido dentro del grupo de los 16 residentes en la especialidad. Evidentemente, esto motivó que viniera a vivir a la Habana, en un apartamento que nos habilitó el estado en Alamar.

-¿Qué significa para Usted el Instituto de cardiología y cirugía cardiovascular?

El 18 de noviembre de 1985 me presenté por vez primera en el instituto como residente y de él no he salido. Llevo un cuarto de siglo laborando en sus instalaciones, lo siento como mi segunda casa. Los conocimientos y habilidades quirúrgicas adquiridas en mi provincia de origen se ampliaron y polarizaron hacia el corazón y los grandes vasos. Tuve la gran suerte de  ser discípulo de magníficos y prestigiosos profesores como, Jaime Graña, Canello, Florencio Gamio, Ada Kouri, Mireya Amoedo, los hermanos Roberto y Lorenzo Llerena, Dorticós, Dorantes, Bueno, Zayas, Rucabado, Rivas, Barrera, en la parte clínica y en la parte quirúrgica Taín, Rodiles, Carballido,  Milvio, Horacio, Arango, Sainz, Santos, Vicente Denis, Quintero y muchos más. Toda mi formación básica ha sido en ese centro.

-¿Recuerda aún la sensación de tener por primera vez un corazón palpitando entre sus manos? ¿Cómo y dónde fue?

Eso se recuerda como la primera novia. Fue en el año 1987. Retengo nombre y dos apellidos del paciente, me los reservo por respeto.  En mi mente aún conservo la expresión de los padres al verme tan joven, cuando me entregaron  a su hijo de 8 meses. Para satisfacción de todos la operación fue un éxito, ¿imaginas?, la primera y bien, un recuerdo fantástico.

-¿Qué experimenta un cirujano cardiovascular cuando después de realizar una intervención quirúrgica exitosa el paciente muere?

El éxito de una operación de corazón depende de muchos factores, desde la selección del paciente, su estado clínico, las enfermedades asociadas, la realización de una operación técnicamente correcta, la conducción transoperatoria, la reanimación y su recuperación. En todo el proceso intervienen un número importante de profesionales.

Sin dudas cuando se pierde un enfermo después de un esfuerzo por devolverle la salud, el sentimiento de angustia es indescriptible, rebasa los límites del hospital, quita el apetito, deprime, aplana afectivamente y con frecuencia se padece durante varios días e incluso, créeme,  en ocasiones semanas. No puedes imaginar  lo que te cuento.

-Usted ha hecho prácticamente la carrera de cardiología ¿por qué?

La formación como cirujano cardiovascular exige conocimientos de cardiología clínica. Durante el programa de formación el tercer año, de los seis  exigidos, es para rotar por los distintos servicios de cardiología. Desde mi iniciación comprendí que el conocimiento teórico de la especialidad es fundamental para adoptar las mejores decisiones ante los enfermos. Desde entonces empecé a exigirme y te confieso mientras más estudias y revisas, más necesidad de estudio se genera. Nuestra especialidad avanza aparejado al desarrollo de la tecnología, aparecen nuevas opciones de tratamiento, nuevos conceptos, nuevos enfoques, inmensa cantidad de información teórica. Además como  bien sabes,  porque eres una valiosa colaboradora,  me desempeño como editor principal de la página Web de Cirugía Cardiovascular, que exige estudio para mantener el sitio lo más actualizado posible. En  nuestra profesión  no se termina nunca de aprender.

-Los salones de cirugía del ICCCV sufrieron una reparación capital ¿puede realizar una comparación a partir de los resultados entre los equipos de  ahora y los de  hace seis años?

Debo confesarte que la ampliación del Instituto fue capital y fabulosa. Es un centro que lo merecía, por la tradición de trabajo de sus excelentes profesionales  y sobre todo por los cientos de pacientes, nacionales y extranjeros que allí se atienden. Tuvimos la oportunidad de formar parte del grupo de compañeros que describieron las características deseadas de la futura unidad quirúrgica y su sala de cuidados intensivos postquirúrgicos. Cada detalle tuvo en cuenta los requerimientos internacionales, y esos conceptos  fueron excelentemente interpretados y diseñados por los especialistas encargados de realizar los proyectos, que exigieron su cumplimiento con rigor en cada paso de la ejecución de tan compleja obra. Te aseguro con satisfacción que  desde el punto de vista civil y estético cumple con los estándares internacionales, los salones están dotados con el equipamiento esencial, disponemos sin dudas de un excelente escenario que nada tiene que envidiarle a los quirófanos foráneos y nada que ver con los que teníamos en el pasado; son salones de lujo.

-Una persona que lo admira mucho me dijo es "implacable" ¿es cierto? ¿Contra qué?

Desde el año 1995 me desempeño como jefe de servicio de cirugía del Instituto, supondrás que es una gran responsabilidad. Alrededor de los que tenemos que tomar decisiones se fabula mucho, en realidad me considero una persona normal, de fácil de acceso, comunicativa. Cuando los enfermos se acercan a nosotros buscando salud, se entregan psicológica y físicamente; es la situación más indefensa de un ser humano. Estamos en la obligación de velar por su salud, tenemos que actuar con seriedad, respeto, profesionalidad, delicadeza, debemos hacer el máximo de nuestros esfuerzos, dejar nuestra piel en el salón si fuera necesario para devolverle la salud a ese enfermo. Realmente soy implacable con el que no cumpla con esos principios, con los chapuceros, con los insensibles, con los superficiales.

-¿Cómo se puede llevar una vida profesional tan intensa, con tanta pasión y responsabilidad, junto a la vida social y familiar?

Para llegar hasta aquí he hecho grandes esfuerzos y sacrificios, mi formación como cirujano y el  trabajo diario me consumen mucho tiempo, si no la mayoría. De verdad ha sido posible por la ayuda y comprensión de mi familia y de forma especial de mi esposa, médica anestesióloga, con la que tengo una relación  estable  que ya suma  38 años, y de dos hijos maravillosos, el mayor Ingeniero en Telecomunicaciones y la niña estudiante de cuarto  año de Ciencias de la Computación (Cibernética). Ellos me apoyan, alientan y son el mayor estímulo por el cual luchar. Sin dudas el tesoro más preciado... la estabilidad.

-Además de equipos adecuados ¿que necesita un cirujano cardiovascular para realizar una operación exitosa?

Conocimientos, seriedad, profesionalidad, entrega y sobre todo entender que el resultado depende del trabajo en equipo formado por anestesiólogos, perfusionistas,  cardiólogos, enfermeras, técnicos, que deben funcionar en perfecta armonía. Es una labor  que genera mucha tensión, que consume largas y agotadoras horas en el salón, que solo se ve recompensada con la sonrisa de los familiares y del paciente cuando logramos el éxito, en realidad trabajamos por una sonrisa.

-Al cabo de poco más de un año de reabiertos los salones quirúrgicos ¿Cuál es el saldo?

Durante esta primera etapa hemos estado operando en solo dos  de los cuatro salones, en ellos se han realizado  más de 400 intervenciones,  con resultados muy estimulantes. En el próximo año aspiramos poder abrir los restantes salones para incrementar el volumen quirúrgico y así mejorar la satisfacción de la población quirúrgica cardiovascular.

-Cuénteme al menos un sueño por realizar dentro de su profesión...o fuera de ella.

En el plano  profesional nos queda mucho por aprender y hacer, pero sin dudas mi mayor anhelo es lograr explotar al máximo las capacidades instaladas en nuestra institución para poder realizar 1200 operaciones anuales.

El Instituto de Cardiología y Cirugía cardiovascular de La Habana. Sin dudas una institución del primer mundo

El Instituto de Cardiología y Cirugía cardiovascular de La Habana

Paredes, con su equipo, restaura un corazón

Paredes, con su equipo, restaura un corazón

“Debemos hacer el máximo de nuestros esfuerzos, dejar nuestra piel en el salón si fuera necesario para devolverle la salud a ese enfermo”, afirma Paredes.

“Debemos hacer el máximo de nuestros esfuerzos, dejar nuestra piel en el salón si fuera necesario para devolverle la salud a ese enfermo”, afirma Paredes.

Se han publicado 110 comentarios



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  • fulanito dijo:

    Un ejemplo, sin dudas. Recuerdo oltros cirujanos como el Profesor Sol, que era del Hosp. Julio Trigo, que iba en bicicleta a operar, y cuando llegaba al hospital tenia que esperar media hora o mas para recuperar el pulso.
    Es un honor haber tenido y tener profesores asi.

    Pero tambien causa verguenza (no para el medico, no) sino para el que lee, sino para quien escribe, el tener que reflejar en que condiciones vive, va y viene un profesional de esa clase: en un cacharro. Imaginenselo, despues de un acto quirurgico de 4 - 8 hrs o mas, botado con su cacharro con las manos llenas de grasa y tratando de llegar a casa para descansar... y el domingo a volver a arreglar el cacharro para poder llegar el lunes.

    Profesionales asi son un honor. El que vivan asi es una verguenza.

  • Lopez dijo:

    Las grandes contradiciones en Cuba, el delincuente en un carro último modelo y el super médico que salva vidas en un cacharro, la deferencia por supesto en el ser humano y la gratificación de salvar vidas.

  • Daisy Rivero Leon dijo:

    Indudablemente estamos en presencia de un profesional excelente, de un hombre de calidad humana excepcional, el verdadero profesional formado por una verdadera Revolucion que pone por encima de sus necesidades e intereses personales el de los enfermos.
    Hombres asi me hacen sentir profundamente revolucionaria y cubana, fidelista hasta la muerte.
    Soy paciente cardiovascular, ojala pasen muchos años y no agrave pero si asi fuera quisiera contar con hombres y mujeres como el, segura estoy que asi sera.
    La vida me dio la posiblidad de compartir muy de cerca con medicos cubanos en una Mision en Venezuela. Me senti orgullosa de ellos.

  • Luis Francisco Jacomino dijo:

    Ñooooooooooo fuera de liga este galeno,que clase de gente,el mayor reconocimiento a ese profesional.Impresionan ademàs las imàgenes de la Intituciòn Mèdica,lo que unido al conocimiento y talento del recurso humano la covierten en un centro relevamnte dentro del sistema de salud cubano.Esas cosas hacen grande a mi paìs.Ahh por favor traten de cambiarle el carrito a Àngel que un hombre que ha salvado tantas vida no se merece tener una Studesgracia, sino algo mejorcito en que moverse.No es muy difìcil que ruende sobre un Stualegrìa, (aunque esta marca no exista)

  • juan marrero dijo:

    Agradezco a Paquita este fabuloso reportaje. Es una deuda que muchos periodistas tenemos con el doctor Paredes y con el Instituto de Cardiología, y que aún no está saldada porque creemos necesario haya una mayor información por lo que este centro médico y su personal han realizado para salvar vidas.

    Hace casi 7 años Paredes me practicó una operación a corazón abierto y gracias a él me mantengo activo laboral y socialmente. Le estaré eternamente agradecido hasta que me llegue el último minuto de vida. A él, al doctor Llerena y a todos que los que tuvieron que ver con mi intervención que no se hizo en el Instituto de Cardiología, entonces en plena reconstrucción y modernización, sino en el CIMEQ, donde me trasladaron de urgencia desde la sala de terapia intensiva del Instituto de Cardiología.

    La entrevista hecha por Paquita, también recién operada exitosamente por Paredes, es reveladora de la calidad profesional y humana de este médico-cirujano, a quien entonces identificaban como "manos de oro" por la destreza, cuidado y resultados que alcanzaba dentro del salón de cirugía.

    Sugeriría que alguna de nuestras publicaciones escritas reproduzcan esta entrevista aparecida en Cubadebate que expone toda la grandeza, incluida la humildad, de este profesional de la medicina formado por la Revolución. Todo nuestro pueblo, no solo los que tienen acceso a Internet, merecen conocer su vida de abnegación, sacrificios y ética profesional.

    Juan Marrero

  • noris aldover dijo:

    EXELENTE PERSONA E INDIVIDUO,DEBERIAN VENDERLE UN AUTO NUEVO,O REGALARSELO,EN FIN YA SE LO HA GANADO AMPLIAMENTE CON SU TRABAJO.

  • YLHL dijo:

    Mi admiracion y respeto por Usted.

  • Jose Gonzalez dijo:

    Muy buen articulo!

  • Mariana dijo:

    Gracias por esta entrevista, creo que esto es lo que define a un BUEN PROFESIONAL CUBANO:

    -Una persona que lo admira mucho me dijo es “implacable” ¿es cierto? ¿Contra qué?

    Desde el año 1995 me desempeño como jefe de servicio de cirugía del Instituto, supondrás que es una gran responsabilidad. Alrededor de los que tenemos que tomar decisiones se fabula mucho, en realidad me considero una persona normal, de fácil de acceso, comunicativa. Cuando los enfermos se acercan a nosotros buscando salud, se entregan psicológica y físicamente; es la situación más indefensa de un ser humano. Estamos en la obligación de velar por su salud, tenemos que actuar con seriedad, respeto, profesionalidad, delicadeza, debemos hacer el máximo de nuestros esfuerzos, dejar nuestra piel en el salón si fuera necesario para devolverle la salud a ese enfermo. Realmente soy implacable con el que no cumpla con esos principios, con los chapuceros, con los insensibles, con los superficiales.

  • Jose Gonzalez dijo:

    Excelente doctor!

  • Alex cor dijo:

    Estimada Paquita, de esas historias esta cuajado el país. Este colega es de admirar y tiene la suerte de tener un carro viejo aunque sea y que puede ir a Francia todos los años. La que mas cercana conozco es la mia (disculpa) Profesor Titular, uno de los tres Doctores en Ciencias de mi Especialidad fuera de Ciudad Habana, misión internacionalista en Angola en pleno Cuito Cuanavale, Presidente en mi provincia de la SCOG, tambien voy de continuo a mi hospital a pie (de noche no hay parqueo de bicicleta)a resolver el problema de una mujer es estado critico y sin embargo yo sudado en mi bici me pasa por el lado algunos que fueron mis alumnos en un carro con aire acondicionado y otros que lo compraron ilegal, zapateros etc. saca tus propias conclusiones.

  • eduardo dijo:

    interesante e impresionante la entrevista digna de publicarse en la prensa en respuesta a escritos y criticas sobre el personal de la salud.destacar que la gran mayoria de los medicos vamos a nuestros centros de salud en lo que podemos, a pie, en bicicleta, en botella y las condiciones de nuestros hospitales no son tan favorables como las del instituto y tambien dejamos la piel para salvar a nuestros pacientes.aquellos que tenemos carros recibimos 10 litros de gasolina al mes que por supuesto no alcanza y una cantidad extra que se entregaba a los profesores y personal con responsabilidad en los centros se quito hace dos años sin ninguna explicacion y seguimos consagrados en el trabajo.un llamado a los carros estatales incluyendo a los del MINSAP que recojan a las batas blancas que esperan por un transporte para llegar a sus hospitales.

  • jotab dijo:

    Sin conocerlo personalmente, le admiro doctor Paredes. - Por por su sabiduría y mucho más por su humanismo. - En mi opinión creo que es usted un guevariano, y con eso lo digo todo.
    Coincido con otros foristas en que resulta indignante que una gloria de Cuba, - tanto como un campeón mundial o un reconocido músico,- tenga que andar pasando trabajo en un cacharro, mientras los ladrones y corruptos exhiben impudicamente sus lujosos autos por las calles de este país.

  • juan dijo:

    Tanta integridad, y hombria de bien, no deja de sorprender, y nos obliga a mejorar dia a dia, en nuestra labor. Adelante!!!!!

  • Aldo Alvarez dijo:

    El Dr. Paredes es un ejemplo del sacrificio de los profesionales de la salud en Cuba, los cuales en condiciones adversas llevan a cabo su diaria labor. Este profesional es digno de tener un auto moderno y contar con buenas condiciones de vida.Con tantas vidas de cubanos y extranjeros que ha salvado, debiera poder contar con un auto moderno y una alimentacion adecuada y mejores condiciones economicas, esto no puede ser visto como algo malo. Ser revolucionario no puede ser sinonimo de pasar hambre y de pasar trabajo. La sociedad debe compensar a los que mas aportan. Luego un profesional de esta categoria se queda y entonces es tratado como traidor, pero no sabemos darle la atencion que merecen de acuerdo a su dedicacion y sacrificio!!!

  • Alberto el de Pinar dijo:

    Que ejemplo de modestia y altruismo, pero no es el solo, en Pinar existe el Doctor Marquez Lore, neorocirujano y al igual que el doctor Paredes, todos los dias lo vemos a pie hacia el Hospital Abel Santamaría, aunque posee Moskovich que su hijo a duras penas lo mantiene con vida, pero que no puede usar la mayor parte de las vecez por falta de gasolina o roturas.
    ¿Coño que grande son estos casos? Pero no nos dá un tilin de verguenza ver publicadas estas cosas, no a ellos, que llevan la honrades y la virtud en su vida, sino a otros.

  • Atenea dijo:

    Estimada Paquita:
    Es bueno que usted toque este tema tan sensible en este nuevo año.
    Todos conocemos médicos abnegados y muy capacitados
    que lo dan todo, hasta el tiempo precioso de la infancia de sus hijos
    y que no tienen el mínimo confort material (no me refiero a lujos)
    o sea, se pueden quedar botados en carros muy deteriorados o a veces
    nunca tener un carro, de las otras necesidades básicas
    tampoco tener una casa medianamente aceptable y así el resto de las cosas.
    Mientras por otra parte vivimos rodeados de otro tipo de personas
    que ostentan todo lo material que exista: carros (de verdad),
    casas equipadas con todo y dinero abundante en las tres monedas,
    sin que se les conozca profesión ni oficio alguno............(ud sabe)
    Por supuesto éstos son los que dicen a sus hijos que para qué van a
    estudiar, si lo que hay que ser es "un bicho" y vivir del invento,en fin.

    Menos mal que quedamos personas que reconocemos a estos profesionales,
    pero eso no es suficiente. Algo debe hacerse para mejorar esto.
    Me quedo con una frase de Martí que hace poco descubrí completa
    pues sólo conocía una parte de ella:

    "Ser bueno es el único modo de ser dichoso
    ser culto es el único modo de ser libre.
    Pero en lo común de la naturaleza humana
    se necesita ser próspero para ser bueno"

    Feliz año 2012 para todos los médicos cubanos, y también para usted.

  • Guillermo Perry Mojica dijo:

    No conozco al Dr del reportaje pero así conozco unos cuantos medicosy científicos en Camagüey que desde las 6 y 30 am salen de sus casa para poder llegar a tiempo a sus Hospitales y brindar sus fabulosos Servicios y a sus centros de Investigaciones y Aplicaciones, es doloroso saber que estas cosas suceden en Nuestro País a 53 Años de Revolución y que un grupo no despreciable de delincuentes y vagos se pasean por nuestras calles llenos de cadenas de oro y especulan en cualquier parte aprovechándose de las necesidades que otros han tenido en venderles sus autos por cuestiones económicas y sin embargo estos otros Hombres de Bien anden pasando tanto Trabajo para Trabajar y brindar lo mejor de Si para que nuestro Pueblo Prospere y salga adelante de estas crisis.Pero mas temprano que tarde nuestro Partido y Gobierno trataran de dar a cada cual lo que se merece.

  • Felix Martínez dijo:

    opino que con la trayectoria de este hombre como trabajador y por la actividad que realiza como profesional deberia tenerse en cuenta la posibilidad de cambio de ese vehículo de forma que pueda llegar con seguridad, confianza y tranquilidad de nervios al quirofano. Gracias

  • yaquelin dijo:

    mi hermano estoy muy orgullosa de ti,,,eres lo mejor de lo mejor.....muchos besos te quiero mucho..pero como llore....saludos te manda jose le encanto esta entrevista.....

  • ALDO ALVAREZ dijo:

    Conozco personalmente al Dr. Paredes,es sencillamente una eminencia en el campo de la medicina,pero ademas es un hombre sencillo y natural,este colega merece todo el respeto y la consideracion del mundo y con esta entrevista se ha hecho justicia en reconocer su dedicacion sin limites y su bondad como ser humano.
    Puedo decir que mi madre esta viva gracias al Dr.Paredes, ya que el mismo le implanto varios Stems coronarios luego de sufrir un infarto del miocardio.
    Siempre le estare agradecido y desde lo mas profundo de mi corazon le envio un abrazo rompehuesos, en nombre de toda mi familia.

  • Teresa Fuego dijo:

    Fui paciente del Dr.Angel Manuel Paredes.Lo conocí en la etapa más triste de mi vida,estaba muy mal,mi corazón ya no podía más y tuve la gran suerte de poder llegar a él.Me operó a corazón abierto el 12 de Octubre de 1992(hace 19 años),me hizo una sustitución valvular aórtica y una crioablación de una via de conducción anólada intranodal.Esa operación fue cuando el Dr.Paredes tenía solamente 34 años,demasiado joven y ya era todo un genio y talento,me entregué a él psíquica y físicamente buscando no solamente salud,sino buscando vida que ya practicamente no tenía.El Dr.Angel Paredes me devolvió la salud y la calidad de vida ya que desde entonces me he sentido completamente bien,no he tenido limitaciones de nada,mi vida ha sido como la de cualquier mpersona completamente sana,puedo decir que le debo la vida.Paredes tiene bien merecido el nombramiento del primer cirujano cardiovascular nacional,yo diría que és el mejor del mundo y además de ser una bella persona,humano y solidario con sus pacientes.Su equipo merece el reconocimiento de todos,así como los Drs.clínicos,son los mejores y el Instituto ahora no tiene nada que envidiarle a ningún otro,el anterior que fue el que yo conocí,no carecía de nada pero éste está espectacular,me siento muy orgullosa de haber pasado por allí y de haber conocido al GRAN GENIO Y TALENTO.Felicidades,mi querido Dr.
    Teresa Fuego.

  • Juan Mijares dijo:

    Conoci a Paredes hace casi veinte años cuando opero a corazon abierto a mi esposa Teresa Fuego. Gracias a el y a su equipo, al Cardiovascular y a la medicina cubana, mi esposa esta a mi lado y junto a su familia. Gracias Paredes una vez mas. Estamos orgullosos de ti y del Instituto.
    Juan J MIjares(Pepin)

  • Liliam Villanueva dijo:

    Me da mucho gusto saber que alguien se ha interesado por este medico de gran coraje y ha dado a conocer su historia desde su infancia hasta la actualidad, les puedo decir que lo conozco personalmente y es una gran persona y excelente amigo, yo tambien voto porque le regalen un carro nuevo que de verdad le hace falta, pero no dejo de señalar que existen otros medicos que como él han pasado mucho trabajo pero eso no les ha sido obstáculo para desempeñar su gran labor, en verdad merecen un gran reconocimiento por su esfuerzo...

  • Rodolfo dijo:

    Exelente DOCTOR, con letra grande. Le deseo que sus deseos se conviertan en realidad en el a?o que recien comienza, FELICIDADES compatriota. En respuesta al comentario de Luis Francisco Jacomino "si no existe el Stualegria creo que este coterraneo merece un StuROLLROIS"

  • José dijo:

    Resiba mi mayor admiración y respetos, usted se los merece con creces.

  • ALIAS dijo:

    Por Favor un TOYOTA para el doctor.

  • Rodolfo dijo:

    "Las cosas buenas se deben hacer sin llamar al universo para que lo vean a uno pasar, se es bueno porque si y porque alla, adentro, sw siente como un gusto cuando se ha hecho un bien o se ha dicho algo util a los demas, ESO ES MEJOR QUE SER PRINCIPE: SER UTIL. (Jose Marti). Este es el principio por el que vive este medico de pueblo.

  • Oscar dijo:

    Estoy muy de acuerdo con lo expresado por la autora sobre el Dr. Paredes, pero quiero decir que él no es la excepción, sino la regla, la mayoría de nuestros profesionales, son abnegados trabajadores y que no perciben casi nada por su labor. Creo es hora de estimular más y mejor a nuestros profesionales de la salud.

  • lucila1977 dijo:

    PAREDES .ESTAMOS ORGULLOSOS DE TI: Y TE DESEAN LOS DE ACÁ, DE TU TERRUÑO,QUE CONTINÚES CON TUS ÉXITOS.
    UNA PUERTAGOLPEÑA

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Paquita Armas Fonseca

Paquita Armas Fonseca

Periodista cubana especializada en temas culturales. Colabora sistemáticamente con Cubadebate y otros medios digitales como La Jiribilla, CubaSi y el Portal de la Televisión Cubana. Fue directora de El Caimán Barbudo.

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