Convertir a Gibara, muy próxima al lugar por donde arribó por primera vez a Cuba el Gran Almirante Cristobal Colón en 1492, en una ciudad turística es la idea que anima a muchos.
Es idea convertida realidad a partir de proyectos de desarrollo local. Se logrará con la inversión estatal por intermedio del Ministerio del Turismo, el apoyo del Gobierno y las formas no estatales con propietarios de hostales, restaurantes y otras instalaciones de oferta de servicios gastronómicos.
Con entusiasmo habla de lo que se gesta en esa tierra de encantos Lorenzo Peña Leyva, director de la Empresa Integral Turística de Gibara, surgida el primero de abril de este año con el complejo El Faro de Gibara, integrado por el Hostal Buenavista (cuatro habitaciones), restaurante El Faro (60 a 100 capacidades) y bar El Coral (40).
La entidad también asumió la administración de la cafetería El Barrilito, en Velasco, y Punto de Venta La Enramada, en Gibara, para poco a poco asimilar las nuevas inversiones en ejecución y otras cuyos proyectos están en preparación.
En este caso aparecen el bar Gibara (frente a la Plaza de la Cultura), que se concebirá al estilo de la canchánchara de Trinidad, con un patio donde tendrán su espacio los artesanos; un centro recreativo cultural, un hostal de 14 habitaciones, lugar que se le conoce como la casa de Arsenita y hay otros muchos planes, pero sin dudas hoy el que mantiene en vilo y lleno de entusiasmo a gibareños y holguineros en general es el rescate de la edificación más alta de la Villa Blanca de los Cangrejos, construida en 1926 por el comerciante Don Felipe Ordoño Díaz.
Muy cerca del litoral, en el mismo centro histórico de la ciudad, está el edificio de dos niveles y un mirador, donde hoy fuerzas constructivas se empeñan en su restauración y remodelación para restituirle sus valores patrimoniales y agregarle otros atributos y así convertirlo en el Hotel Ordoño, de cuatro estrellas.
La instalación de la línea hoteles Encanto del Grupo turístico Cubanacán S.A dispondrá de 27 habitaciones, 15 matrimoniales y 12 dobles, lobby Bar-cafetería, restaurante y otros servicios muy personalizados en función de los clientes, según explicó el arquitecto Yosvier Rodríguez Lucas, inversionista.
Pero para materializar ese empeño antes de abril, a propósito de la celebración allí del festival de cine pobre de Humberto Solás, muchos y engorrosos trabajos han realizado los constructores, mientras que otros tantos quedan por hacer en ese inmueble bastante deteriorado, fundamentalmente en su interior, debido a una explosión de gran envergadura ocurrida hace unos 17 años en el primer nivel y abandono a que fue sometido por un período largo.
"Este edificio de dos plantas fue construido para distintos usos por su dueño, acorde con las características de la época: la primera fungía como almacenes con estructura porticada de puntal alto y la segunda la residencia de la familia y huéspedes. En la cubierta una especie de mirador y área de estar. Ante esta distribución, la necesidad de llegar a 27 habitaciones y adaptarlo a las particularidades de un hotel fue preciso incluir varias transformaciones en el interior, como construir un nivel intermedio en lo que fuera el almacén. Por lo que ahora ya tiene tres plantas", significó.
Otras de las obras de mayor envergadura a la cual se han enfrentado, según Yosvier es a la construcción de una planta para el tratamiento de residuales líquidos, a partir de que Gibara no tiene alcantarillado. "Esta problemática representaba una seria dificultad para la puesta en marcha de la instalación y de otro lado estaba la disyuntiva de agredir el medioambiente. En el sótano se previó esa estación depuradora, que permitirá que las sustancias finales puedan utilizarse como abono".
Destacó que en esta edificación de arquitectura estilo ecléctico, caracterizado por una decoración en sus elementos compositivos mucho más rica que el neoclásico, se ha respetado al máximo la mayoría de sus detalles artísticos. Específicamente, en la segunda planta donde sus muros están ricamente decorados con molduras que imitan cuadros, guirnaldas; al igual que en la sala, cuartos, galería interior y comedor. Restauradores de vecina provincia de Las Tunas con vasta experiencia de en este tipo de labor, tienen a su cargo la tarea.
Jorge Luis Díaz, delegado del Ministerio del Turismo en la provincia, tiene plena confianza en que la obra valorada en unos dos millones 430 mil pesos, de ellos un millón 666 mil en dólares, concluirá en el tiempo previsto, para convertirse en sitio de amplia atracción y contribuir a impulsar el turismo de ciudad en Gibara, donde directivos con experiencia en la actividad manejan varias ideas de comercialización de este nuevo destino.
Al respecto Lorenzo explicó las tres principales vertientes planificadas: traer turistas de los alojados en hoteles de Guardalavaca, Pesquero y Esmeralda mediante excursiones. La segunda propiciar con ofertas atrayentes la incorporación del mercado interno, como sucedía entre las décadas del 30 al 50 del siglo pasado, cuando muchos holguineros y bayameses buscaban a Gibara para vacacionar y la tercera se basa en la realización de contratos directos con turoperadores, que sería el que daría el turismo de estancia con paquetes todo incluido.
De otros planes fueron revelados por el director de la Empresa Integral Turística Gibara. "Ya quedó abierta una nueva ruta a Gibara por mar desde Guardalavaca con un catamarán que traerá vacacionistas los martes y jueves y lanzaremos en breve una opcional para los que deseen pasarse un día en Gibara".
(Tomado de ahora.cu)