Escalante no pudo con el peso del doping
Es triste y, en especial, penoso: el gran flagelo del deporte contemporáneo, el doping, ha asomado tres veces su oreja peluda en los nacientes Juegos Panamericanos de Guadalajara.
Sin haberse iniciado las competiciones, tres atletas habían recibido la negativa a intervenir en el evento, una vez que sus respectivos análisis de laboratorio arrojaron resultados positivos a sustancias prohibidas.
En los casos de la fondista brasileña Simone Alves da Silva y del ciclista de montaña puertorriqueño Kelvin González, sus muestras delataron la presencia de la célebre Eritropoyetina. Mientras, el pesista chileno Cristian Escalante, que iba a ser el abanderado de su delegación, debió renunciar a su sueño dorado por causa del Methylhexaneamine.
Alves Da Silva pretendía competir en cinco y diez mil metros, pero en su orina aparecieron rastros de la conocida hormona sintética que aumenta la capacidad de transporte de oxígeno en la sangre. Para colmo, la muchacha es reincidente: en septiembre de 2009 se le comprobó el consumo de Oxilofrina, lo que entonces le acarreó una sanción de noventa días.
Por su parte, González se convirtió en el undécimo deportista boricua que falla en el examen antidoping y queda excluido de la cita continental.
En cuanto a Escalante, cerca estuvo de tener el privilegio de portar el estandarte patrio en la inauguración en el estadio Omnilife. Sin embargo, acabó siendo sustituido en la encomienda por el karateca David Dubó.
"Lo único que quiero que sepan es que en mis 22 años de carrera nunca consumí una sustancia para beneficiarme", declaró Escalante una vez que se hizo público el anuncio de su descalificación.
Su caso es sui generis, porque a tenor con la prensa chilena, él mismo advirtió a las autoridades de la posibilidad de haber consumido alguna sustancia prohibida.
"Consumí un producto sin saber que tenía Methylhexaneamine -dijo el fornido atleta-, y al darme cuenta de eso, de inmediato di aviso de la situación, pues nunca hubo intencionalidad de sacar provecho deportivo. Siempre he sido transparente. Realmente fue un doping bobo. Es un resbalón muy grande el que me pegué".
Si quiso hacer trampas o no, lo cierto es que Escalante pagará el mismo precio que Alves Da Silva y que González. Los Panamericanos, que serían el escenario de su retiro competitivo, serán por siempre un pésimo recuerdo para este veterano.
¿Habrá más víctimas del doping en Guadalajara? Por lo pronto, hay avisos de tormenta...