Imprimir
Inicio »Noticias, Cultura  »

Carlos Manuel de Céspedes: "Cuba y la Iglesia son las dos pasiones mías"

| 383

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Amaury. Muy buenas noches. Estamos en Con 2 que se quieran, ahora aquí, en 5ta. Avenida y calle 32, en los maravillosos Estudios Abdala. Hoy, ya en los programas finales de esta primera etapa. Hace unos meses nos encontramos en un recital de poesía de Marilyn Bobes y lo invité, pero los tiempos de grabación del programa no me habían permitido cumplir aquella promesa que había hecho con él.

Para mí es un honor tenerlo conmigo, por muchos motivos, y ustedes conocen algunos de ellos. Es un nuevo privilegio tener frente a mí, y ya con ustedes, a una persona que yo he admirado de toda mi vida. Que lo quiero, a veces en la distancia, a veces en la cercanía, y que siempre ha estado ahí, formando parte de la Cultura Cubana como eje-centro y como protector espiritual. Está con nosotros, llenando de gozo y luz el estudio, Monseñor, Padre, Carlos Manuel de Céspedes García Menocal.

Padre, mis respetos muy grandes y mi agradecimiento.

Monseñor. Los míos a ti, y muchas gracias por tus palabras tan amables, que no dejan de estar exageradas. Pero bueno, son las tuyas.

Amaury. Normalmente soy exagerado, pero prefiero ser exagerado en afectos que corto.

Monseñor. Ya lo sé. (risas)

Amaury. ¿Usted está cumpliendo 50 años de servicio?

Monseñor. ¿De sacerdote?

Amaury. De sacerdote, de servicio como sacerdote. ¿Cuánto pesa eso? Si pesa.

Monseñor. Depende de lo que se entiende por peso. Si es en el sentido positivo -porque hay una realidad con la que yo no puedo dejar de contar, porque la llevo muy adentro-, entonces sí pesa muchísimo, pesa, pero al mismo tiempo es una carga que se lleva con ligereza, porque no es uno quien la lleva: tú eres un hombre de fe y sabes que esa carga quien la lleva es otro y uno no hace nada más que tratar de seguir sus pasos.

Sí, son 50 años en diciembre. Yo fui ordenado sacerdote en Roma, en el año 61, por el Cardenal (Antonio) Samoré. De aquella época hay otro sacerdote aquí en La Habana que fue ordenado ese mismo día, en la misma celebración, Monseñor (Alfredo) Petit, que era compañero mío de estudios, y además, nos ordenamos juntos, como ya dije. Y después de eso, bueno, ya me quedé en Roma un par de años más para sacar la Licencia en Teología y vine para Cuba en el año 63.

Amaury. ¿Y vino ya, directo, a ser profesor en el Seminario?

Monseñor. Profesor. Suponía que lo iba a ser, porque había estudiado la Licencia en Teología en Roma, pero no sabía que iba a ir exactamente a vivir al Seminario como vicerrector -se decía entonces-, en el Seminario El Buen Pastor, sino que iba a estar en el Obispado con Monseñor Evelio Díaz, y viví con él una temporadita hasta que pidieron que fuera para allá como responsable de la disciplina en el Seminario y, al mismo tiempo, profesor. Y he seguido de profesor en el Seminario de muy distintas asignaturas, hasta ahora. Sigo siendo profesor en el Seminario.

Amaury. Yo creo que ya que estamos hablando del Seminario, no esperemos para hacer la pregunta: ¿Qué cosa es el Seminario? Aunque parezca una pregunta tonta, para las personas que no están familiarizadas con el tema, será bueno aclarárselo. ¿Y cómo funciona un seminario?

Monseñor.  Bueno, seminario quiere decir semillero, viene del latín, porque se supone que es la semilla de las vocaciones sacerdotales. Todos los que son sacerdotes han pasado por un seminario un tiempo para su formación espiritual, ante todo, interiorizando los valores que se deben vivir como sacerdote e intelectual de todas las materias que componen nuestra vida sacerdotal y también pastoral.

Amaury. ¿Cuáles son las materias que se imparten?

Monseñor. Filosofía, Teología, Humanidades -clásicos, por supuesto-. La más importante siempre es la Teología. Y la formación también pastoral, para el trato con las personas, la capacidad de presentar de la mejor manera el mensaje evangélico, con fidelidad. Eso es lo que se aprende en el seminario.

El Seminario de Cuba, actualmente, el de La Habana, que es el único completo, comprende dos ciclos: un primer ciclo de cuatro años, de Humanidades y Filosofía, y un segundo ciclo, de Teología, de otros cuatro años. Son ocho años en los cuales el seminarista va creciendo -se supone-, espiritualmente, intelectualmente y también en capacidades para el trato humano. Y por el camino, eso es libre, él que está allí, y piensa que sí, que eligió bien, pues sigue en el Seminario y llegado su momento es ordenado sacerdote. Pero otros no, por el camino lo dejan voluntariamente, porque piensan que no es ese su camino.

Amaury. ¿Y durante los ocho años estudian latín?

Monseñor. No, el latín se estudia nada más que uno de los años, lamentablemente. Yo soy profesor de latín y me quejo. Ahora han puesto para el próximo año, dos, lo cual ya es algo. Porque en un año de latín y un año de griego, que también enseño, es muy poco lo que se puede aprender. Es para tener una idea del idioma, nada más.

Amaury. Y qué curioso, porque yo recuerdo que cuando era niño, las misas eran en latín...

Monseñor. ...Sí, pero ya no, claro.

Amaury. Y después no como usted dice, pero sin embargo, su Santidad Benedicto XVI, ha vuelto a incentivar el hecho de que las misas sean en latín.

Monseñor. Sí, pero es decir, en aquel entonces todas las misas para el gran público, eran en latín. Cuando aquello no era un año, eran cuatro años lo que había para estudiarlo, y no solamente por las misas, sino para el rezo del breviario, que es el rezo de las oraciones propias de los sacerdotes. Eran en latín. La administración de los sacramentos, todo eso, era en latín. El latín sigue siendo el idioma oficial de la Iglesia. Por ejemplo, los documentos de la Santa Sede, se traducen a las lenguas vernáculas, pero el idioma de la versión oficial es el latín. Pero eso nada más que lo manejan los latinistas. Ahora, para el pueblo en general, hay que tener una idea de la lengua, no solamente por la liturgia, por las misas, sino porque grandes teólogos y padres de la Iglesia se expresaron en latín y aunque se traduzcan al castellano, o al francés, o al italiano, hay giros que si tú no los entiendes en latín, estás un poco perdido.

Amaury. ¿Usted sería partidario de que volvieran las misas a ser en latín?

Monseñor. No, yo no. Yo no, porque esa es una lengua que la gente no entiende. Gustándome el latín enormemente, porque es una lengua que me gusta mucho, igual que el griego, no voy a hacer una misa en griego ni en latín para que no la entienda ninguna de mis viejitas buenas de San Agustín. Hay que ofrecerlas en castellano, y en un castellano, además, bastante llano para que todo el mundo pueda comprender lo que uno lee y lo que uno predica.

Amaury. Ahora, voy a ir saltando a algunos temas que seguramente a nuestros televidentes les llamarán la atención. La Iglesia se ha modernizado y hay gente que dice que no. ¿Siguen los feligreses yendo a confesión?

Monseñor. Sí, van, ¡cómo no! Quizás algunos van demasiado, porque van sin gran necesidad, porque tienen gusto de hablar con el sacerdote, y saben que ahí lo van a pescar, en el confesionario. Y otros quizás deberían ir con más frecuencia, porque tendrían más asuntos que confesar y pedir consejo. Pero sí, siguen confesándose. Yo estoy disponible para la confesión todos los días, antes de la misa.

Amaury. Normalmente, ya esto es indiscreción, pero usted me dirá y me callará, como ha hecho en otros momentos de la vida. ¿Cuáles son los pecados de los que la gente más se arrepiente?

Monseñor. De todo un poco, y depende de la persona, porque hay gente que quizás pueda tener un crimen en su vida; nunca he confesado a un criminal, y supongo que eso será algo que le pese sobre la conciencia. Pero esa feligresía habitual de las parroquias nuestras, se arrepiente más, por ejemplo, de la falta de caridad para con otras personas; de un ejercicio malo de la responsabilidad, sea en familia, sea en su trabajo. Cosas de ese tipo.

Amaury. Ahora, yo quisiera ir en este momento, antes de caer en su vida personal, que ya iremos, a hablar de la religiosidad en el cubano...

Monseñor.  ...O sea que yo no me voy a liberar de la confesión, con la característica de que el confesor vas a ser tú ahora. ¡Ah, yo creía! (risas)

Amaury. (risas) No, usted Padre me va a hacer ese favor. La religiosidad en el cubano, ¿cómo se manifiesta, cómo usted la percibe?

Monseñor. Es muy curioso, el pueblo cubano, yo creo que es un pueblo muy religioso, pero minoritariamente católico, en el estricto sentido de la palabra. El pueblo cubano, en general, tiene un sustrato católico antiguo, con una formación religiosa más bien pobre en la mayoría, y solo una minoría que ha permanecido siempre fiel, que la familia quizás trasmitió aquello, sí tienen un conocimiento de la fe y lo viven con mucha identidad.

Entonces, a eso se mezclan, sobre todo, las religiones de origen africano y así surge el fenómeno de la santería, que está muy expandido en el pueblo, más que cuando yo era joven. No sólo en las personas de origen africano, sino también en personas de origen europeo, blancos, que son también hoy día santeros, de un grado u otro, más o menos comprometidos.

Y después está el espiritismo, están las religiones protestantes, el anglicanismo y ahora, últimamente, este es un caso muy, muy curioso y nos revela esta especie de idiosincrasia del cubano frente a muchas cosas, hay un grupo de musulmanes cubanos que va creciendo.

Amaury. Sí, realmente es raro.

Monseñor. ¡Un grupo muy minoritario, claro!

Amaury. Pero, por ejemplo. Conozco, Padre, a muchísimos católicos que han perdido el hábito de ir a misa.

Monseñor. Es una falla, pero no por eso se pierde la identidad católica, o sea, un católico puede ser muy católico en los contenidos de la fe y en su ética personal y por razones cualesquiera, no tener esa valoración de la misa de domingo. Sin embargo, hay otros que van casi todos los días y no solo el domingo, que es el día prescrito como obligatorio, o sea, que en eso la variante es grande. Pero sin duda que hoy día -no solo en Cuba, en el mundo entero-,  la práctica religiosa dominical ha descendido no mucho, ¡muchísimo!.

Amaury. Usted, Padre, estudió Derecho, ¿por qué no ejerció?

Monseñor. Bueno, yo no lo terminé.

Amaury. ¿No lo terminó nunca?

Monseñor. No lo terminé nunca, porque cuando fui a entrar al Seminario en el año 56 que estaba en el cuarto año de Derecho, entonces era el plan de los cinco años, el Obispo del momento -el Monseñor Evelio Díaz-, el Administrador Apostólico y el Cardenal (Manuel) Arteaga, me dijeron que continuara la carrera, que estuviera en el Seminario y que la combinara como pudiera y así fue unos meses, porque el 2 de diciembre de ese año, fecha del desembarco del Granma, a la Universidad la cerraron hasta el año 59 cuando yo salía para Roma. Y cuando vine de Roma, ya la escuela de Derecho no era lo mismo. Pero después ya, claro, uno se va complicando con el trabajo sacerdotal, dando clases yo mismo en el Seminario. Pero que conste, que es una carrera que me gustó mucho, y me sigo interesando. Mantengo relaciones con algunos profesores. Hasta hace unos años con (Julio Fernández) Bulté, que era un gran amigo, y entonces, evidentemente, con Bulté me mantenía muy al corriente de todas las cosas de la Facultad.

Amaury. ¿Cuándo es que usted descubre su vocación religiosa?  ¿Cuándo decide que su vida va a estar encomendada al Señor?

Monseñor. Mira, eso estuvo presente desde que uno ya empieza a ser un adolescente, y se pregunta qué va a ser uno cuando crezca. Esa era una posibilidad. Ser sacerdote. Porque mi familia era muy cristiana, muy católica, los sacerdotes amigos eran visita en la casa y era una vida que era capaz de entusiasmar a un joven.

Cuando entré en la Universidad, la verdad que le cogí más el gusto todavía a la carrera de Derecho: vacilé entre Derecho y Arquitectura, eran las dos carreras que me gustaban. Al fin me decidí por Derecho, y me gustaba mucho, la verdad que me gustaba cantidad y me sigue interesando. Yo leo cuanto artículo bueno de Derecho me cae en las manos y libros, etc.

Pero llegó un momento en que dije: bueno, Carlos Manuel, ya tienes 20 años, no puede vivir así siempre uno en la provisionalidad. Y había un sacerdote franciscano, que era el asesor de las Juventudes Universitarias Católicas, en ese instante, el Padre Zabala, Luis de Zabala, con el que yo conversaba estas cosas y era muy simpático, muy poco ortodoxo y me dijo: Vamos a conversar sobre eso, sobre tu entrada o no al Seminario, pero quiero que te leas tres libros primero: El Diario de un cura rural, El Poder y la Gloria de Graham Greene y El mundo, la carne y el Padre Smith. Cuando te leas los tres libros, ven otra vez y hablamos del asunto.

Amaury. Que forma tan original de ponerlo a prueba...

Monseñor. ...Tres novelas. Yo lo vi una vez después, viejito él ya, en Puerto Rico, se lo conté y él ya ni se acordaba de aquello. Pero así fue. Y entonces, nada, ya eso fue como una decisión que tomé ayudado por el Padre Zabala y por el entonces Rector del Seminario, que era Monseñor Evelio Ramos, que quizás tú lo hayas conocido.

Amaury. ¡Sí, cómo no, claro que lo conocí!

Monseñor. Y ya todo fue paz y tranquilidad, nunca tuve ninguna vacilación después. Me fue muy bien en el Seminario y después como sacerdote.

Amaury. Pero usted, ya en esa época, Padre, porque son las cosas que la gente está interesada por saber. ¿Usted era consciente de la cantidad de privaciones que iba a sufrir como mortal encomendándose al Señor, con la cantidad, no vamos a decir frenos, pero sí condicionantes que pone la Iglesia, para una persona que entra al Seminario? Hablo del celibato, hablo de la dejación de las cosas materiales...

Monseñor. Todo eso es verdad, pero no son solo privaciones, más que privaciones son renuncias, si tú quieres. La más fuerte quizás sea la del celibato, no cabe la menor duda. Pero hay tantos dones que yo veía que me vendrían con el sacerdocio también. No solo en el orden espiritual, sino como servicio a los demás. El sacerdote tiene una serie de puertas abiertas en el trato con las personas, católicos y no católicos, y eso es muy consolador. Entonces uno pesa todas esas cosas y sí, yo era consciente de eso, cómo no. Más que a los veinte años ya un muchacho joven, pues, qué se yo, tiene amigos y amigas, y sale y va a fiestas y todo lo demás, y hay alguna que le gusta más que las demás y todo eso. Eso es así. Y eso se tiene en cuenta, y uno decide.

Amaury.  Está muy discutido el tema del celibato. Está en estos días, en estos tiempos, muy sobre el tapete, como se dice. ¿Qué opinión le merece a usted eso?

Monseñor. Mira...

Amaury. ...Yo sé que es una pregunta...

Monseñor. ...Es una buena pregunta muy indiscreta tuya, pero bueno, yo te la voy a contestar de todas maneras. (risas)

Amaury. (risas) Yo se lo pido, es que es la única persona que me la puede contestar.

Monseñor. No claro, no cabe duda que es una cosa muy costosa y podría discutirse. El otro día, hace muy pocos, 15 días quizás, descubrí en una publicación alemana una carta de cuatro teólogos del momento, uno de los cuales era Ratzinger, Papa actualmente. Hablaban, después del Concilio Vaticano II, cuáles eran las cosas que podrían discutirse y plantear una revisión. Una de ellas era el celibato.

Eso no es un dogma de fe, y de hecho los sacerdotes de las Iglesias Católicas Orientales unidas a Roma no están obligados al celibato, pero la Iglesia tiene eso como disciplina universal desde la Edad Media, y lo mantiene porque considera que es una riqueza para la Iglesia. Y te digo que sí, que lo es, sin entrar en detalles, que ya pertenecerían a otro ámbito.

Cuando uno vive su celibato con fidelidad, puede tener momentos fuertes, malos. Pero habitualmente uno vive una situación de disponibilidad interior frente a Dios y frente a las personas que eso no se cambia por nada. Yo te aseguro que yo he sido sacerdote célibe, y he sido muy feliz.

Amaury. Ha sido un hombre feliz, se le ve. Lo he percibido siempre en su mirada, en su bondad y en su caballerosidad.

Monseñor. Lo soy, la verdad que lo he sido, no quiere decir que no haya tenido dificultades, que no haya tenido situaciones duras. Pero en general sí, he sido un sacerdote muy feliz.

Amaury. Sí, pero claro no ha llegado al silicio, ni a la autoflagelación. (risas)

Monseñor. (risas) ¡No, no, hasta ahí no llegué!

Amaury. Padre, yo quiero, fíjese que le hice algunas preguntas de las que yo pensé, ¡el Padre me mata, me va a matar!

Monseñor. ¡No!

Amaury. Pero son preguntas que la gente se hace.

Monseñor. Pero además, no te des importancia, que las preguntas esas no eres tú el primero que me las hace.

Amaury. No, no, no, está claro, lo que no sé, en lo que entro en duda es...sí, en televisión, 8 y 30 pm, por el canal 6, un martes, alguna vez lo ha dicho. Por lo menos tengo esa duda.

Monseñor. ¡Claro en televisión! Yo contesto, no hay problemas.

Amaury. Bueno, un día estábamos en la Basílica de San Francisco de Asís, en un concierto, no sé si era de José María Vitier. Estábamos allí y alguien se acercó y le dijo una cosa muy cómica, porque le afirmó que usted era el bisnieto de Carlos Manuel de Céspedes. ¡Y usted no es bisnieto de Carlos Manuel de Céspedes!

Monseñor. Yo soy el tataranieto, el tataranieto.

Amaury. ¡Pero usted le dijo que sí!

Monseñor. Sí. Ah, bueno, porque es que la palabra bisnieto me suena bien. Tataranieto es una generación más arriba, más antigua, y me suena feo. Desde que yo era muchachito, la palabra esa, tataranieto, perdona la expresión que voy a usar, pero me parecía una expresión "chea", como dirían los muchachos de ahora, mientras que bisnieto parece una expresión mucho más noble. Nieto dos veces, entonces, pues, bisnieto. (Risas)

Amaury. ¿Y también de Mario García Menocal?

Monseñor. Nieto de Gabriel, que era hermano de Mario, y Mario era el tío abuelo. El tío Mario, como le decíamos siempre.

Amaury. ¿Y qué se comentaba en la familia, qué comentaban sus abuelos de Carlos Manuel?

Monseñor. Bueno, piensa que mis abuelos no conocieron a Carlos Manuel...

Amaury. ...No lo conocieron.

Monseñor. ¡No, qué va! Mis abuelos eran viejitos, pero no tanto. Carlos Manuel se murió en el 74.

Amaury. Pero en la familia se hablaba de Carlos Manuel.

Monseñor. Se hablaba mucho, pero no por conocimiento directo sino por lo que les habían contado a ellos sus padres. Mi bisabuelo, Carlos Manuel, a sus hijos sí les contaba muchas cosas de su padre, y esas cosas fueron pasando así por tradición oral. Me acuerdo, de cuando era niño, que mi madre decía que en la Historia de Cuba había muchos cuentos reales muy hermosos que hacerle a los niños y me contaba cosas de la Guerra de los Diez Años, de la Guerra de Independencia, del exilio en Cayo Hueso... Así me criaron a mí. Entonces, claro, después, cuando llegué a la escuela y empecé a estudiarlas en los libros, ya yo me las sabía, porque ya me las habían contado en mi casa como cuentos para niños, pero verdaderos. Me decían: esto no es cuento, es verdad, esto fue así.

Amaury. ¿Y sus compañeros de escuela, estarían sobrecogidos con el hecho de tener como condiscípulo a un descendiente del Padre de la Patria?

Monseñor. No, no, sobrecogidos, no. Todo depende de cómo se viva eso. También me enseñaron, afortunadamente, de que esa cuestión de apellidos y tal, no es como para preciarse, sería una vanagloria, pues en definitiva la gloria es del que siembra eso. Uno no es nada más que un deudor, que debe tratar de llevar ese apellido con todo lo que representa en Cuba. De eso se va dando cuenta uno mientras más crece. Lo que representa Carlos Manuel de Céspedes en la Historia de Cuba, y que uno tiene que tratar de llevarlo con honor, pero al mismo tiempo con sencillez y sabiendo que es algo dado.

Lezama (José Lezama Lima) cuando se refiere a Carlos Manuel, y lo tiene escrito, pero, además, me lo dijo en más de una ocasión, decía: "Ese es el señorío fundacional. Y de eso tú no puedes olvidarte nunca, aunque te pese, tienes que cargar con el señorío fundacional."

Amaury. Pero fíjese que Lezama Lima le dice: aunque le pese.

Monseñor. Claro, porque hay que tener siempre en cuenta que uno se llama Carlos Manuel de Céspedes y García Menocal. Eso pesa en el sentido de que hay que tener como una atención; una atención muy constante en muchas cosas. Yo no sé cuántos, no me acuerdo, porque tengo mala memoria para los números, pero Alba de Céspedes, la escritora descendiente de Carlos Manuel, nieta, pero por el lado de Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, tuvo la curiosidad, con algunos historiadores, de sacar la cuenta de cuántos de la familia murieron entre las dos guerras. Y eran muchos, muchos.

Alba me decía: ¡Carlos Manuel, esto no lo podemos olvidar nunca! En las dos guerras, en la del 68 y en la del 95. Y entre los Menocal también hay muchos. Porque da la bendita casualidad, cosa que no se sabe mucho, que mi bisabuelo Menocal, Gabriel, el padre de mi abuelo Gabriel y de Mario Menocal fue el que encabezó el único alzamiento de una cierta importancia que hubo en Occidente cuando el 10 de Octubre del 68. Él era amigo de Carlos Manuel. Cuando se empezó a organizar el alzamiento del 10 de Octubre allá, él  empezó a organizarlo acá. Creo que duró quince días el alzamiento. porque le mandaron para enseguida las tropas españolas de Colón y se acabó. Pero había esa vinculación entre los García Menocal y los Céspedes desde entonces.

Amaury. Yo estoy mirando, primero, el entusiasmo con que usted me está hablando, cosa que me tiene  arrobado...

Monseñor. ...Es que eso es carne de mi carne. ¡Cómo no voy a poner entusiasmo!  ¡No lo pongo, me nace, yo no lo tengo que poner!

Amaury. Y además, usted es muy generoso. Pero, a ver, usted nunca ha hecho distingos entre personas de otras denominaciones religiosas. Hablamos de eso, casi al principio, ni de distintas maneras de pensar políticamente, ni ha tenido nunca reparos raciales. ¿Usted ha ejercido eso como disciplina propia, o piensa que esa tolerancia es un don divino?

Monseñor. Mira, creo que yo puntualizaría primero una  expresión tuya. Uno hace los distingos, yo los hago, por ejemplo, en el plano intelectual. Cuando me preparaba para venir a Cuba, ya como sacerdote, sabiendo la orientación ideológica, teórica, de la Revolución, yo me "meché" con los contenidos teóricos, porque hay que hacer distingos en ese plano. Qué cosa es cada cosa. Pero eso es con respecto a los contenidos intelectuales, pero no con respecto a las personas. Tenía amigos marxistas desde que yo estaba en la Universidad, compañeros míos de la Universidad que ya lo eran en aquella época. Y eso en mí no fue fruto de una disciplina. Yo creo que es algo que me nació ser siempre así. Eso, de verdad, espontáneamente no me ha costado nada, eso ha sido así tal cual. A los amigos míos marxistas los he querido igual que si fueran católicos de comunión diaria y a los protestantes y a todos los demás.

Amaury. Yo creo que por eso también a usted se le quiere tanto y se le respeta tanto en el ambiente intelectual cubano, porque bueno, ¡usted es un intelectual! (risas)

Monseñor. (risas) Yo no sé si será verdad lo que te voy a contar ahora. Pero me lo contaron a mí cuando entré en la Academia de la Lengua. Una de las normas de la Academia, no en Cuba, en todas las academias, es que no se pueden tratar, en el seno de la Academia, ni temas religiosos, ni políticos. No se puede tocar el tema. Y parece que cuando hubo alguien, porque normalmente cuando se va a elegir un miembro nuevo, hay tres que lo proponen. Y cuando me propusieron a mí, hubo alguien que dijo: Carlos Manuel de Céspedes es muy buena gente, pero que no nos vaya a meter el tema religioso aquí, porque acuérdense que él es sacerdote. Y ahí estaba entonces el Presidente de la Academia, Lisandro Otero, que era amigo mío desde muy joven y Lisandro dice: Mira, si Carlos Manuel acepta ser miembro de la Academia y sabe que una de las condiciones es esa, el último que va a tocar ese tema aquí va a ser él. Y si alguien se lo toca, él le va a decir: cuando salgamos de la reunión yo hablo contigo todo lo que tú quieras. Y después fue que me hicieron el cuento, después de los meses de estar allí dentro.

Amaury. ¿Y por qué dice que no tiene la certeza de que es cierto?.

Monseñor. No, no, yo sí la tengo, pero bueno yo no estaba allí.

Amaury. ¡Ah, claro!

Monseñor. Yo no estaba allí, eso me lo contaron porque yo no era miembro todavía.

Amaury. Bueno, cuando terminemos el programa, antes de que yo me vaya, usted me dice, no en televisión, ¿quién fue la persona que dijo eso?

Monseñor. ¡No, yo no lo sé!.

Amaury. ¿Ah, no lo sabe?.

Monseñor. Ah, no, eso no lo sé, a lo mejor está muerto, hijo.

Amaury. Bicho malo nunca muere, Padre. (risas). Cuando usted se gradúa en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, usted llega a Cuba en el 63, digo, si no estoy equivocado...

Monseñor. ...Sí, exacto, yo terminé la Licencia en Teología en julio y llegué aquí en agosto.

Amaury. Cuándo usted llega, ¿qué panorama se encuentra?

Monseñor. ¿El panorama que había en Cuba?

Amaury. Sí. ¿Qué panorama se encuentra en Cuba? La Iglesia estaba empezando a tener problemas con el Estado

Monseñor. No, en el 63 no los estaba empezando a tener, ¡ya los había tenido!.

Amaury. Ya los había tenido, claro.

Monseñor. Muy fuertes desde el 61.

Amaury. ¡Pero en el 63 todavía existían!

Monseñor. ¡Ah, claro muy fuertes!

Amaury. Muy fuertes. O sea, ¿cuál fue su posición ante eso? ¿Y cuál fue el conflicto, además? Si lo pudiera explicar.

Monseñor. Sí, primero mi posición, fue lo primero que dijiste. Cuando venía para Cuba en el avión, entré por México. Fui primero a Estados Unidos a ver a la familia mía, que ya se había ido. No tenía familia en Cuba cuando vine para acá.

Pero llegó un momento en que la azafata del avión, era por la noche, dijo: esas lucecitas que estamos viendo allá abajo, ya eso es Cuba, eso es Pinar del Río. Tuve así, como una emoción especial y le di gracias a Dios por estar regresando a Cuba, que era mi ilusión.

Pero le pedía a Dios realmente en mi oración íntima -esto lo he contado poco-, que me ayudara como sacerdote a hacer elemento siempre de unión y nunca de división en Cuba, cuando me tocara ejercer el ministerio aquí y lo he tratado de hacer. Pero como te dije, en la otra respuesta anterior, lo he sido casi naciéndome desde adentro, sin problema alguno.

Cuando llegué a La Habana, empecé a buscar a los que yo sabía que quedaban aquí, amigos míos de antes, algunos se incorporaron a la Revolución, algunos con cargos dirigentes, inclusive. Los empecé a buscar porque eran amigos y punto. Tenía que verlos después de cuatro años fuera y, desde el principio, tuve muy buena relación con ellos.

Ahora bien, en Cuba había habido enfrentamientos entre Gobierno e Iglesia. No es cuestión ahora de hacer balances pormenorizados, que yo he escrito y ha escrito otra gente sobre esa historia. Creo que la responsabilidad en eso es compartida. Además, Cuba no fue una excepción frente a los gobiernos marxistas. En todos los países que fueron marxistas, desde el punto de vista ortodoxo, hubo conflictos con las iglesias, sea con la católica, fuera con los protestantes o con los ortodoxos orientales.

Afortunadamente, afortunadamente, siempre hubo alguien, o más que alguien, no solo en singular, sino en plural, en los dos sectores, por decirlo de algún modo, que se preocupaba porque eso no fuera así e iban sembrando, iban sembrando. Y eso fue lo que creo que a la larga dio sus frutos. Que no ha sido una cosa ni impuesta, ni rápida, ha sido de una maduración lenta, pero creo que sincera por las dos partes.

Y hoy día, yo creo que no digo ningún disparate, la situación de la Iglesia en Cuba, es una situación normal, completamente normal, como puede ser en cualquier otro país católico y mejor que en muchos.

Amaury. ¿Y la visita del Santo Padre en el 98, usted cree que colaboró?

Monseñor. ¡Colaboró muchísimo! Fue un punto de giro para muchas cosas. Fue un punto de giro en el tema de las relaciones Iglesia-Estado. Pero también fue un punto de giro para mucha gente que se había alejado de la Iglesia, por lo que fuera, por temor, por enfriamiento, por lo que fuera, eso no hay que juzgarlo y con la visita del Papa -el entusiasmo que el Papa supo insuflar- mucha gente se acercó nuevamente a la Iglesia en aquel momento y siguen cerca.

Amaury. Hablemos de Monseñor Carlos Manuel de Céspedes, escritor. Usted tiene una obra literaria apreciable (Carlos Manuel hace una mueca de desdén). Padre, le pido por favor que no sea modesto, porque es verdad y entonces me hace quedar a mí como un loco (risas) después la gente dice por ahí: ¡Amaury está adulando al Padre!

Monseñor. No, pero adularme ¿para qué?, ¿qué te puedo dar yo a ti? (risas)

Amaury. (risas) ¡Mucho! Usted sabe lo que vale su bendición para mí.

Monseñor. ¡Pero tú ya la tienes desde hace mucho tiempo. La bendición, el cariño, todo eso!.

Amaury. Hablemos de su vocación de escritor, de su trabajo  directamente con las letras. Y usted además es un melómano, a usted le gusta muchísimo la música. Y en algún momento, recuerdo que yo era muy joven, y andaba por ahí por los predios de Eusebio (Leal), bueno, de lo que iba a ser La Habana de Eusebio, como le llamamos muchos, y a mí me gustan mucho las obras de Broadway y me dijeron: el Padre Carlos Manuel de Céspedes las conoce todas. ¿Es cierto?

Monseñor. Eso no es cierto. Puede ser que si nos trasladamos a Nueva York, son las obras del Metropolitan, las que yo me sé. No soy tan amigo de los musicales americanos, pero de la Ópera, sí.

Amaury. ¡Ah, pues mire! La gente crea rumores con respecto a las cosas. Me decían, ¡sí, le gustan mucho las obras de Broadway!

Monseñor. No, yo no era muy fanático de eso. Me gustan algunas obras, por supuesto, pero no es lo mío. Lo mío sí es la Música, me gusta mucho desde que era niño, la Ópera, la Zarzuela, los Conciertos de la Sinfónica. Desde muy chiquito yo iba a todas esas cosas. Y me sigue gustando mucho. Además, tengo el vicio, que no sé si es bueno o malo, no, si fuera vicio... no es vicio, si es vicio sería malo, es una condición, de estudiar con música desde siempre, o sea, yo estudio, trabajo, escribo, todo con música al lado.

Amaury. ¿Pero no lo distrae? A mí muchas veces me distrae.

Monseñor. No, por ejemplo, Monseñor Jaime (Ortega), que es un gran amante de la música, siempre me dice eso: ¿Cómo tú puedes, porque yo me iría detrás de la música?

Amaury. Claro, es lo que me pasa a mí.

Monseñor. No, yo no. Yo necesito de ella para alimentarme. Cuando escribo cualquier cosa, aunque sea una cosa sencilla como puede ser un artículo de Palabra Nueva, u otra cosa más compleja, yo siempre lo hago con música.

Amaury. A ver, Padre, nos vamos acercando a la curva final de la entrevista. ¿Qué opinión le merece a usted la pretensión de llevar al Padre Félix Varela a los altares?

Monseñor. Yo creo que el Padre Varela fue un hombre santo, eso no me cabe la menor duda, independientemente de los procesos. La Iglesia no lo ha declarado y para declarar a un hombre beato, primero, Santo después, hay una serie de requisitos. En el caso de la comisión que hizo todos los estudios para le beatificación del Padre Varela, yo estaba. Estaba en la subcomisión teológica, que tiene que estudiar todos los escritos que se conservaran de Varela y no solo ver en que estaba de acuerdo Varela con el pensamiento humano, filosófico de la Iglesia, y si en materia religiosa había algo que se opusiera a la Doctrina eclesiástica; y es impecable, es impecable. En ese sentido, Varela es impecable.

Había otra comisión que se ocupaba de la vida, y la vida de Varela fue ejemplar siempre, más que ejemplar, casi heroicamente ejemplar, o sea, que yo creo que las condiciones están. Pero en un proceso de beatificación y de canonización entran otras cosas, porque entra la ejemplaridad. Se presenta un señor o una señora, que van a ser beatificados, canonizados y se supone que se presentan como modelos a imitar. Hay que conocer muy bien la época para entender bien algunas opciones de Varela, por ejemplo, su participación en Las Cortes.

Hoy día eso no se permite, un sacerdote no puede ser miembro de ningún parlamento y entonces eso, pues puede ser chocante, aunque se sepa que él fue al Parlamento y se presentó a elecciones porque el Obispo fue quién se lo mandó, el Obispo Espada, pero bueno, está eso ahí. Por otro lado, era partidario de la independencia de Cuba, y eso en aquella época, frente a España, era un problema. Cuba era un país que tenía concordato con la Santa Sede, etc. No solamente por la independencia, si no había otros medios que apelar a la guerra. Hoy día no se aprueba que se apele a la guerra por cualquier cosa, tiene que ser defensiva. Entonces hay una serie de inconvenientes que yo creo que, no digo que imposibiliten totalmente, no hay que cejar en eso, hay que seguir insistiendo y presentando por acá y por allá, porque realmente el hombre era santo, pero obstaculizan la marcha rápida de la beatificación de Varela.

Mira, el caso del hermano de San Juan de Dios, el Hermano Olayo, el que se beatificó hace un par de años.  Esa fue una causa de beatificación sin problemas, un hombre bueno, santazo, sencillo, pobre, humilde, hijo de la beneficencia que consagra su vida a los enfermos. No había ningún obstáculo que ponerle. No escribió una letra. Me acuerdo una vez que fui a Roma a una de las gestiones, precisamente por la causa de Varela, y el Postulador, que se ocupa de echar adelante esas causas de beatificación y canonización, hablando de los escritos de Varela, se quedó así, mirándome, tratando de que yo entendiera el por qué de muchas cosas. Dice: "Padre, ¿usted escribe?" Digo: "Sí, no soy un gran escritor, pero escribo, ¿por qué?" Y me dice: "Si usted quiere verse en los altares, no escriba ni una letra. (risas) A los escritores les es muy difícil llegar a los altares, porque le analizan hasta la última letra." "No hay problema ninguno; no voy a verme en los altares." (risas)

Amaury. ¿Pero no hay una simplificación también de la doctrina, cuando se dice que hay que reconocerle un milagro, dos milagros?

Monseñor. Eso puede cambiar, eso es disciplina eclesiástica. Inclusive es más simple ahora que hace cien años, pero bueno, eso es así.

Amaury. Quiero terminar la entrevista, se está conmemorando este año, el 400 Aniversario de nuestra Virgencita de La Caridad.

Monseñor. Del encuentro de la imagen...

Amaury. ...Del encuentro de la imagen, por supuesto, y se está haciendo una peregrinación por todo el país. En este momento en que nuestro programa está al aire, sabe Dios por dónde ande. ¿Qué valor en la reunificación de los cubanos -donde quiera que estén- usted le otorga a esa imagen de la Virgen de La Caridad?

Monseñor. Mira, la Virgen de la Caridad, para nosotros es ante todo, la Virgen María, la madre de Jesucristo. Sea cual sea la advocación -sea la Virgen de La Caridad, sea la Guadalupe, la advocación que sea-, tiene el valor de ser María, la madre de Jesús, pero, por condicionamientos históricos, que sería largo de expresar; esa imagen pequeñita...

Amaury.  ...¡muy pequeñita y muy grande a la vez!

Monseñor. Sí, se ha convertido con los siglos en el corazón del pueblo cubano. Y hay mucha gente que, a lo mejor no son católicos practicantes, que no ponen un pie en la iglesia casi nunca, pero al Cobre si van alguna vez en su vida y tienen en su casa alguna estampa de la Virgen de La Caridad, que le llamaron la Virgen Mambisa, porque los mambises la llevaron a la guerra, cuando fueron a combatir. Los mambises se ponían bajo la protección de María de la Caridad.

Creo que hay que aprovechar esa convocatoria de la imagen de La Caridad y las cosas que se organicen en torno a su presencia, en un pueblo, o en una iglesia de La Habana, precisamente para transmitir los valores que en otra situación, quizá no se van a oír tan claramente. O sea, que yo creo que sí, que es una cosa buena. Une a todos los cubanos, sean como sean, piensen lo que piensen, La Caridad por encima de todo y es una advocación preciosa, además, tener como advocación a María bajo La Caridad. Es decir, el amor, no hay más hermosa advocación en todo el mundo.

Y creo que sí, que eso es un vínculo de unión, pero hay que aterrizarlo más en la vida, no solamente quedarnos en el rato de la imagen o frente a la estampa que tengo en mi casa, sino, ¡vivir la caridad! Ese es el mensaje de la Virgen de la Caridad.

Amaury. Bueno, Padre, yo le agradezco muchísimo que usted haya hecho un espacio en su tiempo, yo sé que está muy ocupado y los televidentes se habrán dado cuenta, para venir a conversar conmigo y me voy a ir con la imagen, quiero irme con esta imagen, no solo con la imagen de su bondad, de su nobleza, de su inteligencia, de su amor por Cuba, sino con esta imagen, o sea, pensando...

Monseñor. ¡Cuba y la Iglesia son las dos pasiones mías! Siempre lo he dicho, porque es así. Es que es así.

Amaury. Pero, qué lindo pensar, y así me gustaría irme para mi casa, pensando en que usted es el tataranieto del Padre de la Patria y un defensor de la Madre de Cuba, la Caridad del Cobre.

Monseñor. Esa no necesita que la defiendan. ¡Ella se defiende sola!

Amaury. ¡Ella se defiende sola! (risas). Padre querido, su bendición y gracias.

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Con el equipo de realización de "Con 2 que se quieran". Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Se han publicado 383 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Osmara dijo:

    Discrepo con el monseñor cuando afirma que la relación gobierno iglesia es normal.
    Si fuera así la iglesia tuviera sus programas pastorales por radio y televisión.

  • ESTRELLA FERMINA dijo:

    SALUDOS A TODOS.

    NOSE COMO DARLE LAS GRACIAS SIEMPRE LAS DOY A CUBADEBATE, EL OTRO DIA
    NOS DIERON UNA GRAN SORPRESA CON LA PELICULA SOBRE NUESTRO APOSTOL JOSE MARTI,
    LES DOY GRACIAS IGUALMENTE AL COLECTIVO DEL POGRAGRAMA CON 2 QUE SE QUIERAN A TODOS LOS COMPANEROS QUE AYUDAN A QUE NOS LLEGUE COSAS TAN HERMOSAS
    TODO SUS ESFUERZOS NOS LLEGAN CON MUCHA ALEGRIA Y OPTIMISMO.

    CUBA VA.

    GRACIAS.

  • Cary dijo:

    Amaury:
    Como siempre, muy buena entrevista.
    Que Dios te continúe bendiciendo.

  • Elizabeth Fonseca dijo:

    Sencillamente, genial. He visto casi todas las entrevistas o me las leí en Cubadebate, y nunca me animé a escribir. Hoy es diferente. No era el cura aquel del que nos habló Martí en "A ti hombre de campo" el que se sentó en la butaca de esta programa anoche, era la sensibilidad cubana, la del creyente, la del hombre espiritual que lleva también la Revolución en los labios, porque cree en el ser humano, en los valores dela caridad -que nosotros entendemos como solidaridad- y que como Martí, cree en el mejoramiento humano y en la utilidad de la virtud, y que reconoció una verdad como un templo: aquí ser católico, espiritista, protestante o musulman no es un problema, no lo ha sido nunca a pesar de las contradicciones, porque siempre ha habido un líder que no ha permitido que la diferencias lleguen a los extremos de otras sociedades. Un país que dio la lección del recibimiento de Juan Pablo II con Fidel pidiendole a los revolucionarios en la televisión que le dieran la bienvenidad al visitante. Este es el país que queremos: respetuoso de la fe de todos, las que sean. Gracias Amaury, Gracias Monseñor.

    Los abrazo,

    Elizabeth

  • Anillo dijo:

    Esto sí es un programa que nos merecemos: hasta se habló del celibato... apretaste Amaury que buena onda el cura. por que no sale mas en tv
    sdos, Anillo

  • Fabian Martínez dijo:

    gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, graciasgracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, graciasgracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, graciasgracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, graciasgracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, graciasgracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias

  • Luís Guillermo dijo:

    Sobre Dardo ¿que decir? Nada simplemente eso, es un Dardo y ya saben lo que se hace con ese implemento… por lo demás, que vaya a poner orden en su país… Soy católico, cubano y no estoy para soportar habladurías de nadie y menos aún de un extranjero. Soy de los que piensan que somos felices aquí, y tal como ellos nos desprecian en su país, nosotros no lo despreciamos acá, pero tampoco debemos soportar sus improperios. Lo cortés no quita lo valiente. Amo a los cubanos y a todos en general, pero no me humillo en ninguna parte y menos aún en mi país.

  • enrique dijo:

    Yo quiero felicitar a amary perez vidal por entrevistar al monseñor carlos manuel de cespede y menconal y asi saber un poco mas de la vida de este prestigioso cura que eso nos hace estar bien con el señor y a el yo lo conozco de la iglesia de san agustin a donde va uno todos los domingo a la misa que el da.

  • Amaury Pérez dijo:

    Amigos: Cual no sería mi sorpresa al visitar el foro y encontrar 96 comentarios a las 10 y 42 de la mañana.
    Claro que la entrevista se nos quedó corta por falta de tiempo.
    Paso a paso llegaremos a la meta me dicta mi consciente. Ya en algún momento TODAS las denominaciones religiosas tendrán su espacio en los medios; tiempo al tiempo. ¡Cuantas preguntas se me quedaron por hacer? ¡cientos! pero ya tendrán su momento, no hay que apresurarse. Los instantes cambian como cambia la vida.
    El comentario de Fabian me parece original y lo agradezco como todos. Ya esto se está acabando, les juro que los voy a extrañar apesar de lo que escribió en otro foro Miriam Acevedo.
    Anoche, sobre las 10 hablé con Monseñor por teléfono. Lo sentí contento pero abrumado con tantas llamadas. Quedamos en volver a hablar hoy para que me cuente la reacción de sus alumnos en el Seminario. Lo prometí ir a misa de 11 el domingo en San Agustin. Hace años que no recibo misa oficiada por él.
    También anoche me llamaron varios sacerdotes amigos, entre ellos el Padre Polcari al que seguro muchos conocen porque estuvo al frente de la Iglesia de San Lázaro en el Rincón y después en la de María de la Caridad en Centro Habana. También estaba feliz.
    No es mi costumbre responder comentarios polémicos porque para eso están ustedes con mayor capacidad de recepción que la mía.
    De tennis, corbatas y camisas mal abotonadas no hablo más.
    Los abrazo y agradezco en nombre de Carlos Manuel.

  • LYM dijo:

    No soy creyente y admiro mucho a Monseñor, es una gran personalidad de nuestra nacionalidad y ahora lo veo mas terrenal, fue muy cálida y familiar esta entrevista, es muy modesto y realmente ha dado un ejemplo a creyentes y no creyentes, pues ha manifestado su respeto a todas las religiones que es algo que no acabo de entender de algunos religiosos, esa manía de enfrentamiento, si cada cual se acoge a la religión que mas le satisface. Estoy segura que él ha sido un eslabón fundamental en todo este proceso de acercamiento entre el estado y la iglesia en nuestro país, que como dice ya se ha normalizado como debe ser, este país querámoslo a no es religioso, y todo debe, en la vida de los cubanos, fluir incluyendo ese indiscutible hecho. Gracias Amaury y gracias Monseñor por llegar a todos tan afectuosamente y por representar tan dignamente a su institución para lograr mas respeto de todos, como estoy segura que será, pues usted representa lo mejor, pues es indiscutible lo que se refería Dardo, pienso que usted deberá estar muy avergonzado por esos ejemplos que sucedieron y aún subsisten en todo el mundo y en nuestra América.

  • cnk dijo:

    Oiga Luis Guillermo, no entiendo por qué ni como se siente despreciado "en su país", como Ud. dice, es como cubano o como católico? No le parece que raya en lo chovinista y superficial?

  • Enrique Maresma Ballesteros dijo:

    Bueno...!!! creo que con la entrevsita al monseñor Carlos Manuel, el programa, Amaury, han tomado tal altura, que tendremos que comenzar a usar trajes de cosmonautas, pues el Monseñor lo a elevado tanto y de tal manera que lo ha llevado muy cerca del paraiso.

    Que manera de interpretar y consagrase a Cuba - cubanos - régimen solcial y trabajar consagrado para unirnos como dios manda.

    Como el Monseñor vio la diferencia ESTADO-IGLESIA y lo alcanzado hasta hoy en el punto avanzado y sin resentimientos de menera lenta, pero sincera, como lo que fué ; un suceso traumático y doloroso para ambas partes, pero suceso al fin pasado.

    No creo apelar a detalles, ni los recientes, ni a los pasados cientos de años, sobre la proyección de la iglesia, trato de interpretar el pensamiento y proyección del Monseñor

    Hasta ayer me creí ATEO y el Monseñor me ubicó en mi posición exacta, ni siquiera me sentí señalado como UNA OBEJA DESCARRIADA , emocionante, fluida, maravillosa entrevista. Grande MONSEÑOR, GRANDE AMURY.

    Nací , crié, y desarrollé en el seno de una familia profundamente religiosa y nunca puse el pié en una iglesia. Nunca entendí esa obligación como expresara la señora Natalia Bolivar, mis demás hermanos sí ( me refiero a los de sangre si). No obstante me siento muy orgulloso de haber sido el producto de esa mi familia profundamente religiosa (reitero), pues me inculcaron todos esos valores de amar al prógimo, la tolerancia, hacer el bien sin mirar a quien.

    Disfrute , Goce, Felicidad anoche frente a la pantalla. Amaury me pareció Grande , me pareció a veces un niño que se refugiaba en el padre, era como si entrevistara y a la vez estuviera disfrutando desde afura como otro televidente, cuántas emociones sublimes y hermosas experimentadas.

    AHORA ME ASASLTA LA NOSTALGIA POR EL PROGRAMA MUCHO MAS!.

    COMO ME GUSTARÍA UN ENCUENTRO EN CUALQUIER PARTE CON LOS SEGUIDORES DEL C2QSQ Y AMAURY, ESTRECHAR SUS MANOS, ESTRECHAR LA MANO A TANTOS Y TANTOS AMIGOS DE ESTE FORO COMO GUILLECITO EL CURIOSO, SIQUITRAQUE, LA CASA FANTASMAS,GARCIA CLAVIJO,MANOLGLES, NIELSEN, ETC,,POR CITAR ALGUNOS.

    AMIGO G CURIOSO SERÍA ESTE UN CUENTRO CON TODOS UDS, PERSONAS DE LAS QUE SE APRENDE Y SE CRECE EN TODOS LOS ASPECTOS DE LA VIDA.

    EL ENCUENTRO QUE PROPONGO COMO IDEA Y LO CONVOCO AMIGO G.CURIOSO PUES SE QUE LA TIENE,COMO TAMBIEN A LOS ANTES MENCIONADOS, A LOS FOREROS EN TOTAL.

    PUDIERA SE EN CUALQUIER PARTE, POR EJEMPLO...ABIERTO . PARQUE MACEO, el METROPOLITANO, EL BOTANICO DETRÁS DEL CLINICO DE 26, U OTRO QUE PUDE SE OCURRA, ESTO ES SOLO IDEA, NO SERÁ UNA PEÑA PERO ES CASI, NO LLEGO HASTA ALLÁ, PERO SI HAY PROGRESO EN ESTO , MUCHO MEJOR, SERIA LA PEÑA DE C2QSQ Y AMAURY... PERO ESTE ES SOLO UN SUEÑO LO IMPORTANTE EN REALIDAD ES SI PODAMOS CONCRETAR ESTA IDEA EN PRNCIPIO.

    BUENO AMIGOS AHORA ME DESPIDO CON UNA FRASE QUE ME PRODUCE MUCHO GOCE, PLACER Y BIENESTAR CUANDO LA RECIBO O LA DIGO A ALGUIEN, ES COMO LA EXPRESIÓN MAS ALTA DE AMOR, EL AFECTO QUE SE PUEDA PROFESAR AL PRÓGIMO, INDEPENDIENTEMENTE DE RECONOCERME COMO UNA PERSONA NO CREYENE, QUE DESPUES DE LAS PALABRAS DEL MONSEÑOR, ME SIENTO QUE NO SOY COMO ME CREIA.

    COMO DIJO AMAURY AL PRINCIPÌO; HOY ME SIENTO MEJOR SER HUMANO. Y AGREGO, HOY AMANECÍ SIENDO OTRA PERSONA

    QUE DIOS LOS BENDIGA A TODOS !.

    ENRIQUE MARESMA BALLESTEROS.

  • Cornelia Limonta dijo:

    Amaury querido lo que hay es que festejar que haya ocurrido lo que ocurrió anoche. Fue un ACONTECIMIENTO INEDITO PARA LA PATRIA que nos hace mejores. No sé de quien fue la idea de invitarlo, debe ser tuya pues no te andas con imposiciones, pero alguien la permitió y eso es un paso de avance gigantesco.
    Estoy con prisas, me volveré a comunicar.

  • dai23 dijo:

    creo que después de tantas opiniones y felicitaciones por este maravilloso programa y la entrevista de excelente factura que nos entregaste este martes, me queda solo decirte: !Que Dios te bendiga Amaury!!

  • Arturo Ramos dijo:

    Hace rato no intervenía en este Foro.

    La entrevista de ayer, FENOMENAL.

    El Monseñor Carlos Manuel de Céspedes nos honra a los cubanos con su presencia. De hecho por ejemplo, yo me reprocho el no haberlo conocido antes. Trataré de acceder a sus escritos, y además, pienso que gente como el debe tener espacios a los que se tenga mas acceso.

    En cuanto a la polémica sobre el comentario de Dardo Rivas, yo estoy muy de acuerdo con el.

    Dardo Rivas es, a todas luces, muy amigo de Cuba, y sus comentarios bienvenidos.

    Me afilo los dientes para la entrevista con Silvio Rodríguez.

  • Denisse Hernandez dijo:

    entrevista de lujo, como casi siempre... aunque monseñor carlos manuel es una figura de nuestra cultura poco mediatica, creo que la gente no olvida el caudal de sabiduria y espiritualidad que el entraña, y ello se aprecia en esta increible cantidad de comentarios, y serian muchos mas si contaramos a las personas que quisieran comentar pero no pueden hacerlo por falta de conexion o de tiempo... entonces, siguiendo la linea de esta excelente entrevista, dios bendiga a todos los que hacen posible este magnifico programa que tanto nos ha dado a muchos, en especial a ti, amaury

  • vera dijo:

    hola: he visto casi todos los programas de Amaury y debo expresar que han sido extraordinarios, y puede que su cualidad mayor esté en esa manera suya repleta de ternura y amor hacia el prójimo.
    Hay mucho respeto en Amaury hacia los invitados. A veces como en la entrevista de anoche parece temeroso pero logra sobreponerse y mantener el ritmo de modo que llegamos al final y nos quedamos boquiabiertos por la forma en que se nos fue el tiempo.
    !No nos percatamos y la entrevista llegó al final! Nos quedamos con ganas de escuchar, de ver más.
    Genial Amarury. Eres un comunicador nato como lo fue tu mamá.
    Respecto a los comentarios generados a partir del post de Dardo, pienso que no atacó al padre Carlos Manuel, simplemente fue objetivo desde sus vivencias y amplios conocimientos. Es que ciertamente, aunque creamos o no en Dios, la Iglesia ha asumido un papel muy triste durante toda su historia.
    Otra cosa son los hombres. Ejemplos hay de sobra. Los hay buenos y malos. No en blanco y negro sino a todo color, repletos de matices. Y entre los buenos está ese padre Varela nuestro, canonizado o no, pero bueno. Y los hay por toda América Latina prestos a estar del lado del más humilde, del más necesitado como también están aquellos que dieron su bendición a asesinos y torturadores.
    Carlos Manuel, califica entre los buenos, hace honor a su apellido y a su estirpe de cubano.
    Anoche el tiempo voló, me quedé con muchos de deseos de escuchar más.

  • Jorge dijo:

    Excelente la entrevista ofrecida por el monseñor a los telespectadores cubanos (e internacionales). Hizo referencia a su descendencia del padre de la Patria, primer presidente de la República en Armas. Sin embargo, me hubiera gustado también conocer los comentarios en su familia del tercer presidente cubano de la República Neocolonial del cual también procede el monseñor.

  • Ultramarino dijo:

    Don Amaury:
    Debo reconocer que no soy y nunca fui fiel seguidor de su obra en ninguna de sus variantes, sin embargo, el solo hecho de invitar a una de las personas más cultas que conozco en el ámbito intelectual cubano hizo el milagro que viera el programa de ayer... debo referirle que no me arrepiento... y que en él he descubierto en Ud el carisma y a la vez humildad que acompañó a su señora madre (QEPD) o a Pinelli e hizo de ellos Glorias inolvidables de nuestra cultura.
    Sin duda Amaury Ud se ha lucido con este programa, hoy he venido a buscar el resto de las entrevistas, ahora mismo las imprimo para leerlas. Sé que no vale de mucho... pero desde ayer cuenta Ud con mi admiración más profunda... pido a Ud encarecidamente que sepa disculparme por no haber reconocido su obra con anterioridad y además comunique a todo el equipo de realización nuestras más sinceras felicitaciones
    Piense en algo más profundo relativo a monseñor Carlos M. de Céspedes y a Eusebio Leal... sus seguidores se lo agradeceríamos eternamente... tanta bondad y conocimiento no puede seguir siendo privilegio de sus más cercanos conocidos... GRACIAS

  • rosita dijo:

    Precioso, amoroso, el programa de ayer con Monseñor Carlos Manuel de Cespedes, que paz nos trasmitió, de verdad que nos pareció corto muy corto el programa, nos quedamos con deseos de seguir escuchando la conversación tan amena entre ambos, es mas parecía que estaban en la sala de nuestras casas. Dios los bendiga a ambos. Los quiero mucho.

  • Laura dijo:

    Hola.

    Me a gustado excesivamente el programa de anoche no me he movido ni un segundo de al frente del TV, a ver creo que le estan callendo arriba a un señor que a emitido una opinion particular sobre el entrevistado, por favor tolerancia a las opiniones de los demas.

    Yo coincido con los puntos de vista de Dardo Rivas, sobre la Iglesia como institucion estoy segura que el y no pude interpretar en ningun momento que el estuviera insultando al entrevistado.

    Yo los programas de Amaury con mi respeto mas grande no me gustan verlos por que no me atrae el en nada ni como artista ni como persona, fijense bien con mi respeto hacia el, pero hay que agradecerle que es valiente, creo que es primera vez en mi vida que veo a un clerigo en una entrevista en la TV cubana y el señor es bien valiente y cubano.

    Mis respetos para el, fue un gran programa..................

  • LYM dijo:

    Esperamos a Silvio, tan añorado y nos quedaremos ansiosos por la próxima temporada, el resto del año será terrible sin este programa. gracias nuevamente Amaury, has sido muy receptivo con las críticas, aunque las has rechazado indiscutiblemente has modificado en algo tu accionar en el programa, aunque a mi siempre me has gustado tal cual eres, pero bueno es mas elegante así. Un abrazo grande

  • Jutía dijo:

    Para Amaury y todo el colectivo de C2QSQ:
    gracias por ofrecernos programas como estos,el de anoche fue sencillamente excepcional. En casa nos quedamos con deseos de que continuara la entrevista.
    A Dios gracias por seres humanos como Monseñor Carlos Manuel de Cespedes, ejemplo de amor, sencillez, bondad, entrega, de cubanía, de unión, que tanta falta nos hace en estos tiempo.
    En nombre de mi familia en Vueltas, Villa Clara,gracias a Amaury y a Monseñor, que Dios y nuestra madre la Virgen de la Caridad,(que fue marivollo su paso por Villa Clara)lo siga colmando de bendiciones y fuerzas. Anhelamos poder estar en una misa de Monseñor.
    Paz y bien!!

  • Alberto el de Pinar dijo:

    Amaury, creo que deberías hacer otro programa con el Padre Carlos Manuel, cuando me vine a dar cuenta ya estabas acabando, se que esto es imposible, pero nos quedamos con deseos de seguir conversando con tan ilustre personalidad de nuestro país, fue hermoso las cosas que dijo, en especial sobre la fé de los cubanos, que anque durante tanto tiempo se ha negado como fenomeno social, si existe y ha ido algo que nos ha mantenido en pie. Saludos al Padre Carlos Manuel y gracias a tí por esta entrevistas

  • Lazaro Rico Gonzalez dijo:

    Primero mis respetos para el elexcelente artista que es Amauri,espero no haberle faltado el respeto, solo es una duda que he tenido por tanto tiempo que hoy tengo la posibilidad de comentar desde que tengo uso y razon e admirado muchisimo a Consuelo y el trabajo suyo como interprete y artista que es por favor solo fue un comentario nada mas mil disculpas.

  • Alberto el de Pinar dijo:

    Amauri; Se me olvidaba, tambien de serte posible invita a Fidel, ese cubano de los cubanos, no se si te sera posible, pero creo que el no te negará a ti y a los cubanos esa oportunidad.

  • Manuel Guerrero dijo:

    Amaury un cable de AFP no te nombran, es lo habitual, pero dice cosas de las que algunos foristas han hablado:

    Relación Iglesia-gobierno en Cuba es "normal", dice influyente sacerdote

    LA HABANA, 15 Jun 2011 (AFP) - La situación de la Iglesia Católica en Cuba, que tuvo "fuertes" choques con el gobierno comunista, es ahora "normal", como en cualquier país católico, opinó el monseñor Carlos Manuel de Céspedes, influyente figura del clero y la cultura cubana.

    "Hoy día (...) la situación de la Iglesia en Cuba es una situación normal, completamente normal, como puede ser en cualquier otro país católico y mejor que en muchos", dijo De Céspedes en una inusual entrevista a un sacerdote en la televisión (estatal).

    Céspedes, de 75 años -50 de sacerdocio- y autor de varios libros y ensayos, sirvió de enlace entre la Iglesia y el gobierno del ex presidente Fidel Castro en los años de mayores tensiones.

    Tataranieto de Carlos Manuel de Céspedes del Castillo, considerado el "padre de la Patria", y con un árbol genealógico de presidentes, políticos y literatos, el sacerdote consideró que la Iglesia y el gobierno comparten responsabilidad en el enfrentamiento, de alta tensión en los años 60.

    "Cuba no fue una excepción entre los gobiernos marxistas. En todos los países que fueron marxistas, desde el punto de vista ortodoxo, hubo conflictos con las iglesias", católicas y no católicas, indicó.

    El acercamiento entre el gobierno comunista y la Iglesia inició con el viaje de Juan Pablo II en 1998 y "ha sido una cosa ni impuesta ni rápida", sino de "maduración lenta" y "sincera por las dos partes", dijo.

    El clímax del acercamiento se produjo en 2010 con un inédito diálogo entre el jefe de la Iglesia Católica, el cardenal Jaime Ortega, y el presidente Raúl Castro, que derivó en la liberación de más de un centenar de presos políticos.

    La visita papal fue "un punto de giro" en las relaciones Iglesia-Estado y también "para mucha gente que se había alejado de la Iglesia" y retornó, añadió.

    No obstante, opinó que el pueblo cubano es "muy religioso, pero minoritariamente católico", con las religiones de origen africano "muy expandidas".

    En Cuba, 15% de los 11,2 millones de habitantes es practicante de una religión definida, 15% se dice ateo y el resto son creyentes de marcado sincretismo religioso, sobre todo el cristianismo y cultos de origen africano.

  • Pablo Vargas dijo:

    La luz necesita de si misma
    para ser más que una metáfora
    en el centro mismo de la creación.

    Hermanito Amaury el programa de ayer, no sólo no defraudo mis amplias expectativas, sino que me hizo comprobar para mi placer, que siempre estuve por debajo de ellas.

    No recuerdo un sólo instante de la noche de ayer en el que no hayamos tenido mi esposa y yo una sonrisa estampada en el rostro. No encuentro ahora mismo, ni lo intento, las palabras para expresar con aproximada exactitud cuanta satisfacción y gozo, acompañadas de una gran paz espiritual me produjo estar frente a la pantalla del televisor en la quietud de la sala de mi casa. Te doy mi palabra de que había un silencio sobrecogedor y supongo que lo mismo habrá ocurrido en un sin número de hogares, la de anoche fue de hecho una de las más memorables que recuerdo en mucho tiempo.

    Hace unos días que habíamos coincidido con Monseñor en la Biblioteca Nacional, en un homenaje a nuestro común amigo Ciro Bianchi y allí bromeabamos sobre su próxima comparecencia en el programa y él me decía que tú como siempre exagerabas cuando se trataba de hablar sobre las virtudes y aptitudes de los amigos, a lo que yo le respondí que ni siquiera en la desmesura se podía incurrir tratándose de él, que era una persona, tan generosa, sencilla y sabia. Cómo podrás imaginar Monseñor hizo muchas bromas sobre eso restándole importancia, como acostumbra a hacer cuando se trata de su participación en algun evento o actividad cultural, social o religiosa.

    En mi nombre y en el de todos los que tal vez desearían y quisas no puedan o no sepan hacerlo, los felicito a ambos por este programa antológico que casi cierra esta primera temporada y que concluirá el próximo martes con nuestro hermano Silvio, en especial a ti Amaury y a tu equipo por este esfuerzo titánico y tan valioso de hacernos conocer y disfrutar a los más lúcidos, brillantes, genuinos y leales artistas y personalides de este pueblo valeroso y sacrificado como pocos.

    Me despido solicitando la bendición de nuestro querido Monseñor y el abrazo apretado y siempre cálido de mi hermano Amaury Pérez.

    Pablito Vargas
    A mediados de junio de 2011

  • Norma Normand dijo:

    Estimado Amaury:

    Asidua televidente de su programa y coleccionista de todas las entrevistas, me toca esta vez, no molestarlo pidiéndole alguna no aparecida en CUBARTE, sino felicitarlo, de todo corazón por la entrega de anoche, con su invitado de lujo, Monseñor Carlos Manuel de Céspedes. Sin desmeritar a ninguno de sus anteriores entrevistados (¡claro que no!), la atmósfera mezcla de manigua y templo que dejó anoche el Vicario es una de esas vivencias mágicas, sobrehumanas casi, que se disfrutan pocas veces en la vida.

    Muchas gracias, Amaury, una vez más.

    Con un saludo reverente,

    Norma Normand Cabrera

  • Respetuosa dijo:

    Señor Dardo Rivas, voy a obviar lo mucho que de bueno, trascendente y glorioso la Iglesia Católica ha aportado a la humanidad en muchos planos y le voy a invitar a que medite un poco en que mucho de divino ha de haber en una institución que ha subsistido a los errores y pecados de los hombres que la conforman, tanto sacerdotes como laicos. Ahí tiene que estar presente el soplo del Espíritu Santo.
    Evidentemente usted hubiera preferido que se abordaran tantos temas que hubiera sido necesario disponer de un programa de doscientas horas de duración. Si ello fuese racional y posible, seguramente Monseñor hubiera accedido a responder a todas sus preguntas con la caridad, la elegancia y la inteligencia superior que le caracterizan.
    Ah, y otra cosa: sane su espíritu -en el sentido que cotidianamente damos a esta palabra. Los mensajes de odio no producen buenos frutos y casi todos los cubanos preferimos los mensajes de paz. Queremos paz y queremos ser mensajeros de paz.

Se han publicado 383 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Amaury Pérez Vidal

Amaury Pérez Vidal

Cantautor cubano. Fundador de la Nueva Trova. Ha conducido varios espacios exitosos en la televisión nacional. Ha escrito varias novelas y poemas.

Vea también