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Carlos Manuel de Céspedes: "Cuba y la Iglesia son las dos pasiones mías"

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Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Amaury. Muy buenas noches. Estamos en Con 2 que se quieran, ahora aquí, en 5ta. Avenida y calle 32, en los maravillosos Estudios Abdala. Hoy, ya en los programas finales de esta primera etapa. Hace unos meses nos encontramos en un recital de poesía de Marilyn Bobes y lo invité, pero los tiempos de grabación del programa no me habían permitido cumplir aquella promesa que había hecho con él.

Para mí es un honor tenerlo conmigo, por muchos motivos, y ustedes conocen algunos de ellos. Es un nuevo privilegio tener frente a mí, y ya con ustedes, a una persona que yo he admirado de toda mi vida. Que lo quiero, a veces en la distancia, a veces en la cercanía, y que siempre ha estado ahí, formando parte de la Cultura Cubana como eje-centro y como protector espiritual. Está con nosotros, llenando de gozo y luz el estudio, Monseñor, Padre, Carlos Manuel de Céspedes García Menocal.

Padre, mis respetos muy grandes y mi agradecimiento.

Monseñor. Los míos a ti, y muchas gracias por tus palabras tan amables, que no dejan de estar exageradas. Pero bueno, son las tuyas.

Amaury. Normalmente soy exagerado, pero prefiero ser exagerado en afectos que corto.

Monseñor. Ya lo sé. (risas)

Amaury. ¿Usted está cumpliendo 50 años de servicio?

Monseñor. ¿De sacerdote?

Amaury. De sacerdote, de servicio como sacerdote. ¿Cuánto pesa eso? Si pesa.

Monseñor. Depende de lo que se entiende por peso. Si es en el sentido positivo -porque hay una realidad con la que yo no puedo dejar de contar, porque la llevo muy adentro-, entonces sí pesa muchísimo, pesa, pero al mismo tiempo es una carga que se lleva con ligereza, porque no es uno quien la lleva: tú eres un hombre de fe y sabes que esa carga quien la lleva es otro y uno no hace nada más que tratar de seguir sus pasos.

Sí, son 50 años en diciembre. Yo fui ordenado sacerdote en Roma, en el año 61, por el Cardenal (Antonio) Samoré. De aquella época hay otro sacerdote aquí en La Habana que fue ordenado ese mismo día, en la misma celebración, Monseñor (Alfredo) Petit, que era compañero mío de estudios, y además, nos ordenamos juntos, como ya dije. Y después de eso, bueno, ya me quedé en Roma un par de años más para sacar la Licencia en Teología y vine para Cuba en el año 63.

Amaury. ¿Y vino ya, directo, a ser profesor en el Seminario?

Monseñor. Profesor. Suponía que lo iba a ser, porque había estudiado la Licencia en Teología en Roma, pero no sabía que iba a ir exactamente a vivir al Seminario como vicerrector -se decía entonces-, en el Seminario El Buen Pastor, sino que iba a estar en el Obispado con Monseñor Evelio Díaz, y viví con él una temporadita hasta que pidieron que fuera para allá como responsable de la disciplina en el Seminario y, al mismo tiempo, profesor. Y he seguido de profesor en el Seminario de muy distintas asignaturas, hasta ahora. Sigo siendo profesor en el Seminario.

Amaury. Yo creo que ya que estamos hablando del Seminario, no esperemos para hacer la pregunta: ¿Qué cosa es el Seminario? Aunque parezca una pregunta tonta, para las personas que no están familiarizadas con el tema, será bueno aclarárselo. ¿Y cómo funciona un seminario?

Monseñor.  Bueno, seminario quiere decir semillero, viene del latín, porque se supone que es la semilla de las vocaciones sacerdotales. Todos los que son sacerdotes han pasado por un seminario un tiempo para su formación espiritual, ante todo, interiorizando los valores que se deben vivir como sacerdote e intelectual de todas las materias que componen nuestra vida sacerdotal y también pastoral.

Amaury. ¿Cuáles son las materias que se imparten?

Monseñor. Filosofía, Teología, Humanidades -clásicos, por supuesto-. La más importante siempre es la Teología. Y la formación también pastoral, para el trato con las personas, la capacidad de presentar de la mejor manera el mensaje evangélico, con fidelidad. Eso es lo que se aprende en el seminario.

El Seminario de Cuba, actualmente, el de La Habana, que es el único completo, comprende dos ciclos: un primer ciclo de cuatro años, de Humanidades y Filosofía, y un segundo ciclo, de Teología, de otros cuatro años. Son ocho años en los cuales el seminarista va creciendo -se supone-, espiritualmente, intelectualmente y también en capacidades para el trato humano. Y por el camino, eso es libre, él que está allí, y piensa que sí, que eligió bien, pues sigue en el Seminario y llegado su momento es ordenado sacerdote. Pero otros no, por el camino lo dejan voluntariamente, porque piensan que no es ese su camino.

Amaury. ¿Y durante los ocho años estudian latín?

Monseñor. No, el latín se estudia nada más que uno de los años, lamentablemente. Yo soy profesor de latín y me quejo. Ahora han puesto para el próximo año, dos, lo cual ya es algo. Porque en un año de latín y un año de griego, que también enseño, es muy poco lo que se puede aprender. Es para tener una idea del idioma, nada más.

Amaury. Y qué curioso, porque yo recuerdo que cuando era niño, las misas eran en latín...

Monseñor. ...Sí, pero ya no, claro.

Amaury. Y después no como usted dice, pero sin embargo, su Santidad Benedicto XVI, ha vuelto a incentivar el hecho de que las misas sean en latín.

Monseñor. Sí, pero es decir, en aquel entonces todas las misas para el gran público, eran en latín. Cuando aquello no era un año, eran cuatro años lo que había para estudiarlo, y no solamente por las misas, sino para el rezo del breviario, que es el rezo de las oraciones propias de los sacerdotes. Eran en latín. La administración de los sacramentos, todo eso, era en latín. El latín sigue siendo el idioma oficial de la Iglesia. Por ejemplo, los documentos de la Santa Sede, se traducen a las lenguas vernáculas, pero el idioma de la versión oficial es el latín. Pero eso nada más que lo manejan los latinistas. Ahora, para el pueblo en general, hay que tener una idea de la lengua, no solamente por la liturgia, por las misas, sino porque grandes teólogos y padres de la Iglesia se expresaron en latín y aunque se traduzcan al castellano, o al francés, o al italiano, hay giros que si tú no los entiendes en latín, estás un poco perdido.

Amaury. ¿Usted sería partidario de que volvieran las misas a ser en latín?

Monseñor. No, yo no. Yo no, porque esa es una lengua que la gente no entiende. Gustándome el latín enormemente, porque es una lengua que me gusta mucho, igual que el griego, no voy a hacer una misa en griego ni en latín para que no la entienda ninguna de mis viejitas buenas de San Agustín. Hay que ofrecerlas en castellano, y en un castellano, además, bastante llano para que todo el mundo pueda comprender lo que uno lee y lo que uno predica.

Amaury. Ahora, voy a ir saltando a algunos temas que seguramente a nuestros televidentes les llamarán la atención. La Iglesia se ha modernizado y hay gente que dice que no. ¿Siguen los feligreses yendo a confesión?

Monseñor. Sí, van, ¡cómo no! Quizás algunos van demasiado, porque van sin gran necesidad, porque tienen gusto de hablar con el sacerdote, y saben que ahí lo van a pescar, en el confesionario. Y otros quizás deberían ir con más frecuencia, porque tendrían más asuntos que confesar y pedir consejo. Pero sí, siguen confesándose. Yo estoy disponible para la confesión todos los días, antes de la misa.

Amaury. Normalmente, ya esto es indiscreción, pero usted me dirá y me callará, como ha hecho en otros momentos de la vida. ¿Cuáles son los pecados de los que la gente más se arrepiente?

Monseñor. De todo un poco, y depende de la persona, porque hay gente que quizás pueda tener un crimen en su vida; nunca he confesado a un criminal, y supongo que eso será algo que le pese sobre la conciencia. Pero esa feligresía habitual de las parroquias nuestras, se arrepiente más, por ejemplo, de la falta de caridad para con otras personas; de un ejercicio malo de la responsabilidad, sea en familia, sea en su trabajo. Cosas de ese tipo.

Amaury. Ahora, yo quisiera ir en este momento, antes de caer en su vida personal, que ya iremos, a hablar de la religiosidad en el cubano...

Monseñor.  ...O sea que yo no me voy a liberar de la confesión, con la característica de que el confesor vas a ser tú ahora. ¡Ah, yo creía! (risas)

Amaury. (risas) No, usted Padre me va a hacer ese favor. La religiosidad en el cubano, ¿cómo se manifiesta, cómo usted la percibe?

Monseñor. Es muy curioso, el pueblo cubano, yo creo que es un pueblo muy religioso, pero minoritariamente católico, en el estricto sentido de la palabra. El pueblo cubano, en general, tiene un sustrato católico antiguo, con una formación religiosa más bien pobre en la mayoría, y solo una minoría que ha permanecido siempre fiel, que la familia quizás trasmitió aquello, sí tienen un conocimiento de la fe y lo viven con mucha identidad.

Entonces, a eso se mezclan, sobre todo, las religiones de origen africano y así surge el fenómeno de la santería, que está muy expandido en el pueblo, más que cuando yo era joven. No sólo en las personas de origen africano, sino también en personas de origen europeo, blancos, que son también hoy día santeros, de un grado u otro, más o menos comprometidos.

Y después está el espiritismo, están las religiones protestantes, el anglicanismo y ahora, últimamente, este es un caso muy, muy curioso y nos revela esta especie de idiosincrasia del cubano frente a muchas cosas, hay un grupo de musulmanes cubanos que va creciendo.

Amaury. Sí, realmente es raro.

Monseñor. ¡Un grupo muy minoritario, claro!

Amaury. Pero, por ejemplo. Conozco, Padre, a muchísimos católicos que han perdido el hábito de ir a misa.

Monseñor. Es una falla, pero no por eso se pierde la identidad católica, o sea, un católico puede ser muy católico en los contenidos de la fe y en su ética personal y por razones cualesquiera, no tener esa valoración de la misa de domingo. Sin embargo, hay otros que van casi todos los días y no solo el domingo, que es el día prescrito como obligatorio, o sea, que en eso la variante es grande. Pero sin duda que hoy día -no solo en Cuba, en el mundo entero-,  la práctica religiosa dominical ha descendido no mucho, ¡muchísimo!.

Amaury. Usted, Padre, estudió Derecho, ¿por qué no ejerció?

Monseñor. Bueno, yo no lo terminé.

Amaury. ¿No lo terminó nunca?

Monseñor. No lo terminé nunca, porque cuando fui a entrar al Seminario en el año 56 que estaba en el cuarto año de Derecho, entonces era el plan de los cinco años, el Obispo del momento -el Monseñor Evelio Díaz-, el Administrador Apostólico y el Cardenal (Manuel) Arteaga, me dijeron que continuara la carrera, que estuviera en el Seminario y que la combinara como pudiera y así fue unos meses, porque el 2 de diciembre de ese año, fecha del desembarco del Granma, a la Universidad la cerraron hasta el año 59 cuando yo salía para Roma. Y cuando vine de Roma, ya la escuela de Derecho no era lo mismo. Pero después ya, claro, uno se va complicando con el trabajo sacerdotal, dando clases yo mismo en el Seminario. Pero que conste, que es una carrera que me gustó mucho, y me sigo interesando. Mantengo relaciones con algunos profesores. Hasta hace unos años con (Julio Fernández) Bulté, que era un gran amigo, y entonces, evidentemente, con Bulté me mantenía muy al corriente de todas las cosas de la Facultad.

Amaury. ¿Cuándo es que usted descubre su vocación religiosa?  ¿Cuándo decide que su vida va a estar encomendada al Señor?

Monseñor. Mira, eso estuvo presente desde que uno ya empieza a ser un adolescente, y se pregunta qué va a ser uno cuando crezca. Esa era una posibilidad. Ser sacerdote. Porque mi familia era muy cristiana, muy católica, los sacerdotes amigos eran visita en la casa y era una vida que era capaz de entusiasmar a un joven.

Cuando entré en la Universidad, la verdad que le cogí más el gusto todavía a la carrera de Derecho: vacilé entre Derecho y Arquitectura, eran las dos carreras que me gustaban. Al fin me decidí por Derecho, y me gustaba mucho, la verdad que me gustaba cantidad y me sigue interesando. Yo leo cuanto artículo bueno de Derecho me cae en las manos y libros, etc.

Pero llegó un momento en que dije: bueno, Carlos Manuel, ya tienes 20 años, no puede vivir así siempre uno en la provisionalidad. Y había un sacerdote franciscano, que era el asesor de las Juventudes Universitarias Católicas, en ese instante, el Padre Zabala, Luis de Zabala, con el que yo conversaba estas cosas y era muy simpático, muy poco ortodoxo y me dijo: Vamos a conversar sobre eso, sobre tu entrada o no al Seminario, pero quiero que te leas tres libros primero: El Diario de un cura rural, El Poder y la Gloria de Graham Greene y El mundo, la carne y el Padre Smith. Cuando te leas los tres libros, ven otra vez y hablamos del asunto.

Amaury. Que forma tan original de ponerlo a prueba...

Monseñor. ...Tres novelas. Yo lo vi una vez después, viejito él ya, en Puerto Rico, se lo conté y él ya ni se acordaba de aquello. Pero así fue. Y entonces, nada, ya eso fue como una decisión que tomé ayudado por el Padre Zabala y por el entonces Rector del Seminario, que era Monseñor Evelio Ramos, que quizás tú lo hayas conocido.

Amaury. ¡Sí, cómo no, claro que lo conocí!

Monseñor. Y ya todo fue paz y tranquilidad, nunca tuve ninguna vacilación después. Me fue muy bien en el Seminario y después como sacerdote.

Amaury. Pero usted, ya en esa época, Padre, porque son las cosas que la gente está interesada por saber. ¿Usted era consciente de la cantidad de privaciones que iba a sufrir como mortal encomendándose al Señor, con la cantidad, no vamos a decir frenos, pero sí condicionantes que pone la Iglesia, para una persona que entra al Seminario? Hablo del celibato, hablo de la dejación de las cosas materiales...

Monseñor. Todo eso es verdad, pero no son solo privaciones, más que privaciones son renuncias, si tú quieres. La más fuerte quizás sea la del celibato, no cabe la menor duda. Pero hay tantos dones que yo veía que me vendrían con el sacerdocio también. No solo en el orden espiritual, sino como servicio a los demás. El sacerdote tiene una serie de puertas abiertas en el trato con las personas, católicos y no católicos, y eso es muy consolador. Entonces uno pesa todas esas cosas y sí, yo era consciente de eso, cómo no. Más que a los veinte años ya un muchacho joven, pues, qué se yo, tiene amigos y amigas, y sale y va a fiestas y todo lo demás, y hay alguna que le gusta más que las demás y todo eso. Eso es así. Y eso se tiene en cuenta, y uno decide.

Amaury.  Está muy discutido el tema del celibato. Está en estos días, en estos tiempos, muy sobre el tapete, como se dice. ¿Qué opinión le merece a usted eso?

Monseñor. Mira...

Amaury. ...Yo sé que es una pregunta...

Monseñor. ...Es una buena pregunta muy indiscreta tuya, pero bueno, yo te la voy a contestar de todas maneras. (risas)

Amaury. (risas) Yo se lo pido, es que es la única persona que me la puede contestar.

Monseñor. No claro, no cabe duda que es una cosa muy costosa y podría discutirse. El otro día, hace muy pocos, 15 días quizás, descubrí en una publicación alemana una carta de cuatro teólogos del momento, uno de los cuales era Ratzinger, Papa actualmente. Hablaban, después del Concilio Vaticano II, cuáles eran las cosas que podrían discutirse y plantear una revisión. Una de ellas era el celibato.

Eso no es un dogma de fe, y de hecho los sacerdotes de las Iglesias Católicas Orientales unidas a Roma no están obligados al celibato, pero la Iglesia tiene eso como disciplina universal desde la Edad Media, y lo mantiene porque considera que es una riqueza para la Iglesia. Y te digo que sí, que lo es, sin entrar en detalles, que ya pertenecerían a otro ámbito.

Cuando uno vive su celibato con fidelidad, puede tener momentos fuertes, malos. Pero habitualmente uno vive una situación de disponibilidad interior frente a Dios y frente a las personas que eso no se cambia por nada. Yo te aseguro que yo he sido sacerdote célibe, y he sido muy feliz.

Amaury. Ha sido un hombre feliz, se le ve. Lo he percibido siempre en su mirada, en su bondad y en su caballerosidad.

Monseñor. Lo soy, la verdad que lo he sido, no quiere decir que no haya tenido dificultades, que no haya tenido situaciones duras. Pero en general sí, he sido un sacerdote muy feliz.

Amaury. Sí, pero claro no ha llegado al silicio, ni a la autoflagelación. (risas)

Monseñor. (risas) ¡No, no, hasta ahí no llegué!

Amaury. Padre, yo quiero, fíjese que le hice algunas preguntas de las que yo pensé, ¡el Padre me mata, me va a matar!

Monseñor. ¡No!

Amaury. Pero son preguntas que la gente se hace.

Monseñor. Pero además, no te des importancia, que las preguntas esas no eres tú el primero que me las hace.

Amaury. No, no, no, está claro, lo que no sé, en lo que entro en duda es...sí, en televisión, 8 y 30 pm, por el canal 6, un martes, alguna vez lo ha dicho. Por lo menos tengo esa duda.

Monseñor. ¡Claro en televisión! Yo contesto, no hay problemas.

Amaury. Bueno, un día estábamos en la Basílica de San Francisco de Asís, en un concierto, no sé si era de José María Vitier. Estábamos allí y alguien se acercó y le dijo una cosa muy cómica, porque le afirmó que usted era el bisnieto de Carlos Manuel de Céspedes. ¡Y usted no es bisnieto de Carlos Manuel de Céspedes!

Monseñor. Yo soy el tataranieto, el tataranieto.

Amaury. ¡Pero usted le dijo que sí!

Monseñor. Sí. Ah, bueno, porque es que la palabra bisnieto me suena bien. Tataranieto es una generación más arriba, más antigua, y me suena feo. Desde que yo era muchachito, la palabra esa, tataranieto, perdona la expresión que voy a usar, pero me parecía una expresión "chea", como dirían los muchachos de ahora, mientras que bisnieto parece una expresión mucho más noble. Nieto dos veces, entonces, pues, bisnieto. (Risas)

Amaury. ¿Y también de Mario García Menocal?

Monseñor. Nieto de Gabriel, que era hermano de Mario, y Mario era el tío abuelo. El tío Mario, como le decíamos siempre.

Amaury. ¿Y qué se comentaba en la familia, qué comentaban sus abuelos de Carlos Manuel?

Monseñor. Bueno, piensa que mis abuelos no conocieron a Carlos Manuel...

Amaury. ...No lo conocieron.

Monseñor. ¡No, qué va! Mis abuelos eran viejitos, pero no tanto. Carlos Manuel se murió en el 74.

Amaury. Pero en la familia se hablaba de Carlos Manuel.

Monseñor. Se hablaba mucho, pero no por conocimiento directo sino por lo que les habían contado a ellos sus padres. Mi bisabuelo, Carlos Manuel, a sus hijos sí les contaba muchas cosas de su padre, y esas cosas fueron pasando así por tradición oral. Me acuerdo, de cuando era niño, que mi madre decía que en la Historia de Cuba había muchos cuentos reales muy hermosos que hacerle a los niños y me contaba cosas de la Guerra de los Diez Años, de la Guerra de Independencia, del exilio en Cayo Hueso... Así me criaron a mí. Entonces, claro, después, cuando llegué a la escuela y empecé a estudiarlas en los libros, ya yo me las sabía, porque ya me las habían contado en mi casa como cuentos para niños, pero verdaderos. Me decían: esto no es cuento, es verdad, esto fue así.

Amaury. ¿Y sus compañeros de escuela, estarían sobrecogidos con el hecho de tener como condiscípulo a un descendiente del Padre de la Patria?

Monseñor. No, no, sobrecogidos, no. Todo depende de cómo se viva eso. También me enseñaron, afortunadamente, de que esa cuestión de apellidos y tal, no es como para preciarse, sería una vanagloria, pues en definitiva la gloria es del que siembra eso. Uno no es nada más que un deudor, que debe tratar de llevar ese apellido con todo lo que representa en Cuba. De eso se va dando cuenta uno mientras más crece. Lo que representa Carlos Manuel de Céspedes en la Historia de Cuba, y que uno tiene que tratar de llevarlo con honor, pero al mismo tiempo con sencillez y sabiendo que es algo dado.

Lezama (José Lezama Lima) cuando se refiere a Carlos Manuel, y lo tiene escrito, pero, además, me lo dijo en más de una ocasión, decía: "Ese es el señorío fundacional. Y de eso tú no puedes olvidarte nunca, aunque te pese, tienes que cargar con el señorío fundacional."

Amaury. Pero fíjese que Lezama Lima le dice: aunque le pese.

Monseñor. Claro, porque hay que tener siempre en cuenta que uno se llama Carlos Manuel de Céspedes y García Menocal. Eso pesa en el sentido de que hay que tener como una atención; una atención muy constante en muchas cosas. Yo no sé cuántos, no me acuerdo, porque tengo mala memoria para los números, pero Alba de Céspedes, la escritora descendiente de Carlos Manuel, nieta, pero por el lado de Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, tuvo la curiosidad, con algunos historiadores, de sacar la cuenta de cuántos de la familia murieron entre las dos guerras. Y eran muchos, muchos.

Alba me decía: ¡Carlos Manuel, esto no lo podemos olvidar nunca! En las dos guerras, en la del 68 y en la del 95. Y entre los Menocal también hay muchos. Porque da la bendita casualidad, cosa que no se sabe mucho, que mi bisabuelo Menocal, Gabriel, el padre de mi abuelo Gabriel y de Mario Menocal fue el que encabezó el único alzamiento de una cierta importancia que hubo en Occidente cuando el 10 de Octubre del 68. Él era amigo de Carlos Manuel. Cuando se empezó a organizar el alzamiento del 10 de Octubre allá, él  empezó a organizarlo acá. Creo que duró quince días el alzamiento. porque le mandaron para enseguida las tropas españolas de Colón y se acabó. Pero había esa vinculación entre los García Menocal y los Céspedes desde entonces.

Amaury. Yo estoy mirando, primero, el entusiasmo con que usted me está hablando, cosa que me tiene  arrobado...

Monseñor. ...Es que eso es carne de mi carne. ¡Cómo no voy a poner entusiasmo!  ¡No lo pongo, me nace, yo no lo tengo que poner!

Amaury. Y además, usted es muy generoso. Pero, a ver, usted nunca ha hecho distingos entre personas de otras denominaciones religiosas. Hablamos de eso, casi al principio, ni de distintas maneras de pensar políticamente, ni ha tenido nunca reparos raciales. ¿Usted ha ejercido eso como disciplina propia, o piensa que esa tolerancia es un don divino?

Monseñor. Mira, creo que yo puntualizaría primero una  expresión tuya. Uno hace los distingos, yo los hago, por ejemplo, en el plano intelectual. Cuando me preparaba para venir a Cuba, ya como sacerdote, sabiendo la orientación ideológica, teórica, de la Revolución, yo me "meché" con los contenidos teóricos, porque hay que hacer distingos en ese plano. Qué cosa es cada cosa. Pero eso es con respecto a los contenidos intelectuales, pero no con respecto a las personas. Tenía amigos marxistas desde que yo estaba en la Universidad, compañeros míos de la Universidad que ya lo eran en aquella época. Y eso en mí no fue fruto de una disciplina. Yo creo que es algo que me nació ser siempre así. Eso, de verdad, espontáneamente no me ha costado nada, eso ha sido así tal cual. A los amigos míos marxistas los he querido igual que si fueran católicos de comunión diaria y a los protestantes y a todos los demás.

Amaury. Yo creo que por eso también a usted se le quiere tanto y se le respeta tanto en el ambiente intelectual cubano, porque bueno, ¡usted es un intelectual! (risas)

Monseñor. (risas) Yo no sé si será verdad lo que te voy a contar ahora. Pero me lo contaron a mí cuando entré en la Academia de la Lengua. Una de las normas de la Academia, no en Cuba, en todas las academias, es que no se pueden tratar, en el seno de la Academia, ni temas religiosos, ni políticos. No se puede tocar el tema. Y parece que cuando hubo alguien, porque normalmente cuando se va a elegir un miembro nuevo, hay tres que lo proponen. Y cuando me propusieron a mí, hubo alguien que dijo: Carlos Manuel de Céspedes es muy buena gente, pero que no nos vaya a meter el tema religioso aquí, porque acuérdense que él es sacerdote. Y ahí estaba entonces el Presidente de la Academia, Lisandro Otero, que era amigo mío desde muy joven y Lisandro dice: Mira, si Carlos Manuel acepta ser miembro de la Academia y sabe que una de las condiciones es esa, el último que va a tocar ese tema aquí va a ser él. Y si alguien se lo toca, él le va a decir: cuando salgamos de la reunión yo hablo contigo todo lo que tú quieras. Y después fue que me hicieron el cuento, después de los meses de estar allí dentro.

Amaury. ¿Y por qué dice que no tiene la certeza de que es cierto?.

Monseñor. No, no, yo sí la tengo, pero bueno yo no estaba allí.

Amaury. ¡Ah, claro!

Monseñor. Yo no estaba allí, eso me lo contaron porque yo no era miembro todavía.

Amaury. Bueno, cuando terminemos el programa, antes de que yo me vaya, usted me dice, no en televisión, ¿quién fue la persona que dijo eso?

Monseñor. ¡No, yo no lo sé!.

Amaury. ¿Ah, no lo sabe?.

Monseñor. Ah, no, eso no lo sé, a lo mejor está muerto, hijo.

Amaury. Bicho malo nunca muere, Padre. (risas). Cuando usted se gradúa en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, usted llega a Cuba en el 63, digo, si no estoy equivocado...

Monseñor. ...Sí, exacto, yo terminé la Licencia en Teología en julio y llegué aquí en agosto.

Amaury. Cuándo usted llega, ¿qué panorama se encuentra?

Monseñor. ¿El panorama que había en Cuba?

Amaury. Sí. ¿Qué panorama se encuentra en Cuba? La Iglesia estaba empezando a tener problemas con el Estado

Monseñor. No, en el 63 no los estaba empezando a tener, ¡ya los había tenido!.

Amaury. Ya los había tenido, claro.

Monseñor. Muy fuertes desde el 61.

Amaury. ¡Pero en el 63 todavía existían!

Monseñor. ¡Ah, claro muy fuertes!

Amaury. Muy fuertes. O sea, ¿cuál fue su posición ante eso? ¿Y cuál fue el conflicto, además? Si lo pudiera explicar.

Monseñor. Sí, primero mi posición, fue lo primero que dijiste. Cuando venía para Cuba en el avión, entré por México. Fui primero a Estados Unidos a ver a la familia mía, que ya se había ido. No tenía familia en Cuba cuando vine para acá.

Pero llegó un momento en que la azafata del avión, era por la noche, dijo: esas lucecitas que estamos viendo allá abajo, ya eso es Cuba, eso es Pinar del Río. Tuve así, como una emoción especial y le di gracias a Dios por estar regresando a Cuba, que era mi ilusión.

Pero le pedía a Dios realmente en mi oración íntima -esto lo he contado poco-, que me ayudara como sacerdote a hacer elemento siempre de unión y nunca de división en Cuba, cuando me tocara ejercer el ministerio aquí y lo he tratado de hacer. Pero como te dije, en la otra respuesta anterior, lo he sido casi naciéndome desde adentro, sin problema alguno.

Cuando llegué a La Habana, empecé a buscar a los que yo sabía que quedaban aquí, amigos míos de antes, algunos se incorporaron a la Revolución, algunos con cargos dirigentes, inclusive. Los empecé a buscar porque eran amigos y punto. Tenía que verlos después de cuatro años fuera y, desde el principio, tuve muy buena relación con ellos.

Ahora bien, en Cuba había habido enfrentamientos entre Gobierno e Iglesia. No es cuestión ahora de hacer balances pormenorizados, que yo he escrito y ha escrito otra gente sobre esa historia. Creo que la responsabilidad en eso es compartida. Además, Cuba no fue una excepción frente a los gobiernos marxistas. En todos los países que fueron marxistas, desde el punto de vista ortodoxo, hubo conflictos con las iglesias, sea con la católica, fuera con los protestantes o con los ortodoxos orientales.

Afortunadamente, afortunadamente, siempre hubo alguien, o más que alguien, no solo en singular, sino en plural, en los dos sectores, por decirlo de algún modo, que se preocupaba porque eso no fuera así e iban sembrando, iban sembrando. Y eso fue lo que creo que a la larga dio sus frutos. Que no ha sido una cosa ni impuesta, ni rápida, ha sido de una maduración lenta, pero creo que sincera por las dos partes.

Y hoy día, yo creo que no digo ningún disparate, la situación de la Iglesia en Cuba, es una situación normal, completamente normal, como puede ser en cualquier otro país católico y mejor que en muchos.

Amaury. ¿Y la visita del Santo Padre en el 98, usted cree que colaboró?

Monseñor. ¡Colaboró muchísimo! Fue un punto de giro para muchas cosas. Fue un punto de giro en el tema de las relaciones Iglesia-Estado. Pero también fue un punto de giro para mucha gente que se había alejado de la Iglesia, por lo que fuera, por temor, por enfriamiento, por lo que fuera, eso no hay que juzgarlo y con la visita del Papa -el entusiasmo que el Papa supo insuflar- mucha gente se acercó nuevamente a la Iglesia en aquel momento y siguen cerca.

Amaury. Hablemos de Monseñor Carlos Manuel de Céspedes, escritor. Usted tiene una obra literaria apreciable (Carlos Manuel hace una mueca de desdén). Padre, le pido por favor que no sea modesto, porque es verdad y entonces me hace quedar a mí como un loco (risas) después la gente dice por ahí: ¡Amaury está adulando al Padre!

Monseñor. No, pero adularme ¿para qué?, ¿qué te puedo dar yo a ti? (risas)

Amaury. (risas) ¡Mucho! Usted sabe lo que vale su bendición para mí.

Monseñor. ¡Pero tú ya la tienes desde hace mucho tiempo. La bendición, el cariño, todo eso!.

Amaury. Hablemos de su vocación de escritor, de su trabajo  directamente con las letras. Y usted además es un melómano, a usted le gusta muchísimo la música. Y en algún momento, recuerdo que yo era muy joven, y andaba por ahí por los predios de Eusebio (Leal), bueno, de lo que iba a ser La Habana de Eusebio, como le llamamos muchos, y a mí me gustan mucho las obras de Broadway y me dijeron: el Padre Carlos Manuel de Céspedes las conoce todas. ¿Es cierto?

Monseñor. Eso no es cierto. Puede ser que si nos trasladamos a Nueva York, son las obras del Metropolitan, las que yo me sé. No soy tan amigo de los musicales americanos, pero de la Ópera, sí.

Amaury. ¡Ah, pues mire! La gente crea rumores con respecto a las cosas. Me decían, ¡sí, le gustan mucho las obras de Broadway!

Monseñor. No, yo no era muy fanático de eso. Me gustan algunas obras, por supuesto, pero no es lo mío. Lo mío sí es la Música, me gusta mucho desde que era niño, la Ópera, la Zarzuela, los Conciertos de la Sinfónica. Desde muy chiquito yo iba a todas esas cosas. Y me sigue gustando mucho. Además, tengo el vicio, que no sé si es bueno o malo, no, si fuera vicio... no es vicio, si es vicio sería malo, es una condición, de estudiar con música desde siempre, o sea, yo estudio, trabajo, escribo, todo con música al lado.

Amaury. ¿Pero no lo distrae? A mí muchas veces me distrae.

Monseñor. No, por ejemplo, Monseñor Jaime (Ortega), que es un gran amante de la música, siempre me dice eso: ¿Cómo tú puedes, porque yo me iría detrás de la música?

Amaury. Claro, es lo que me pasa a mí.

Monseñor. No, yo no. Yo necesito de ella para alimentarme. Cuando escribo cualquier cosa, aunque sea una cosa sencilla como puede ser un artículo de Palabra Nueva, u otra cosa más compleja, yo siempre lo hago con música.

Amaury. A ver, Padre, nos vamos acercando a la curva final de la entrevista. ¿Qué opinión le merece a usted la pretensión de llevar al Padre Félix Varela a los altares?

Monseñor. Yo creo que el Padre Varela fue un hombre santo, eso no me cabe la menor duda, independientemente de los procesos. La Iglesia no lo ha declarado y para declarar a un hombre beato, primero, Santo después, hay una serie de requisitos. En el caso de la comisión que hizo todos los estudios para le beatificación del Padre Varela, yo estaba. Estaba en la subcomisión teológica, que tiene que estudiar todos los escritos que se conservaran de Varela y no solo ver en que estaba de acuerdo Varela con el pensamiento humano, filosófico de la Iglesia, y si en materia religiosa había algo que se opusiera a la Doctrina eclesiástica; y es impecable, es impecable. En ese sentido, Varela es impecable.

Había otra comisión que se ocupaba de la vida, y la vida de Varela fue ejemplar siempre, más que ejemplar, casi heroicamente ejemplar, o sea, que yo creo que las condiciones están. Pero en un proceso de beatificación y de canonización entran otras cosas, porque entra la ejemplaridad. Se presenta un señor o una señora, que van a ser beatificados, canonizados y se supone que se presentan como modelos a imitar. Hay que conocer muy bien la época para entender bien algunas opciones de Varela, por ejemplo, su participación en Las Cortes.

Hoy día eso no se permite, un sacerdote no puede ser miembro de ningún parlamento y entonces eso, pues puede ser chocante, aunque se sepa que él fue al Parlamento y se presentó a elecciones porque el Obispo fue quién se lo mandó, el Obispo Espada, pero bueno, está eso ahí. Por otro lado, era partidario de la independencia de Cuba, y eso en aquella época, frente a España, era un problema. Cuba era un país que tenía concordato con la Santa Sede, etc. No solamente por la independencia, si no había otros medios que apelar a la guerra. Hoy día no se aprueba que se apele a la guerra por cualquier cosa, tiene que ser defensiva. Entonces hay una serie de inconvenientes que yo creo que, no digo que imposibiliten totalmente, no hay que cejar en eso, hay que seguir insistiendo y presentando por acá y por allá, porque realmente el hombre era santo, pero obstaculizan la marcha rápida de la beatificación de Varela.

Mira, el caso del hermano de San Juan de Dios, el Hermano Olayo, el que se beatificó hace un par de años.  Esa fue una causa de beatificación sin problemas, un hombre bueno, santazo, sencillo, pobre, humilde, hijo de la beneficencia que consagra su vida a los enfermos. No había ningún obstáculo que ponerle. No escribió una letra. Me acuerdo una vez que fui a Roma a una de las gestiones, precisamente por la causa de Varela, y el Postulador, que se ocupa de echar adelante esas causas de beatificación y canonización, hablando de los escritos de Varela, se quedó así, mirándome, tratando de que yo entendiera el por qué de muchas cosas. Dice: "Padre, ¿usted escribe?" Digo: "Sí, no soy un gran escritor, pero escribo, ¿por qué?" Y me dice: "Si usted quiere verse en los altares, no escriba ni una letra. (risas) A los escritores les es muy difícil llegar a los altares, porque le analizan hasta la última letra." "No hay problema ninguno; no voy a verme en los altares." (risas)

Amaury. ¿Pero no hay una simplificación también de la doctrina, cuando se dice que hay que reconocerle un milagro, dos milagros?

Monseñor. Eso puede cambiar, eso es disciplina eclesiástica. Inclusive es más simple ahora que hace cien años, pero bueno, eso es así.

Amaury. Quiero terminar la entrevista, se está conmemorando este año, el 400 Aniversario de nuestra Virgencita de La Caridad.

Monseñor. Del encuentro de la imagen...

Amaury. ...Del encuentro de la imagen, por supuesto, y se está haciendo una peregrinación por todo el país. En este momento en que nuestro programa está al aire, sabe Dios por dónde ande. ¿Qué valor en la reunificación de los cubanos -donde quiera que estén- usted le otorga a esa imagen de la Virgen de La Caridad?

Monseñor. Mira, la Virgen de la Caridad, para nosotros es ante todo, la Virgen María, la madre de Jesucristo. Sea cual sea la advocación -sea la Virgen de La Caridad, sea la Guadalupe, la advocación que sea-, tiene el valor de ser María, la madre de Jesús, pero, por condicionamientos históricos, que sería largo de expresar; esa imagen pequeñita...

Amaury.  ...¡muy pequeñita y muy grande a la vez!

Monseñor. Sí, se ha convertido con los siglos en el corazón del pueblo cubano. Y hay mucha gente que, a lo mejor no son católicos practicantes, que no ponen un pie en la iglesia casi nunca, pero al Cobre si van alguna vez en su vida y tienen en su casa alguna estampa de la Virgen de La Caridad, que le llamaron la Virgen Mambisa, porque los mambises la llevaron a la guerra, cuando fueron a combatir. Los mambises se ponían bajo la protección de María de la Caridad.

Creo que hay que aprovechar esa convocatoria de la imagen de La Caridad y las cosas que se organicen en torno a su presencia, en un pueblo, o en una iglesia de La Habana, precisamente para transmitir los valores que en otra situación, quizá no se van a oír tan claramente. O sea, que yo creo que sí, que es una cosa buena. Une a todos los cubanos, sean como sean, piensen lo que piensen, La Caridad por encima de todo y es una advocación preciosa, además, tener como advocación a María bajo La Caridad. Es decir, el amor, no hay más hermosa advocación en todo el mundo.

Y creo que sí, que eso es un vínculo de unión, pero hay que aterrizarlo más en la vida, no solamente quedarnos en el rato de la imagen o frente a la estampa que tengo en mi casa, sino, ¡vivir la caridad! Ese es el mensaje de la Virgen de la Caridad.

Amaury. Bueno, Padre, yo le agradezco muchísimo que usted haya hecho un espacio en su tiempo, yo sé que está muy ocupado y los televidentes se habrán dado cuenta, para venir a conversar conmigo y me voy a ir con la imagen, quiero irme con esta imagen, no solo con la imagen de su bondad, de su nobleza, de su inteligencia, de su amor por Cuba, sino con esta imagen, o sea, pensando...

Monseñor. ¡Cuba y la Iglesia son las dos pasiones mías! Siempre lo he dicho, porque es así. Es que es así.

Amaury. Pero, qué lindo pensar, y así me gustaría irme para mi casa, pensando en que usted es el tataranieto del Padre de la Patria y un defensor de la Madre de Cuba, la Caridad del Cobre.

Monseñor. Esa no necesita que la defiendan. ¡Ella se defiende sola!

Amaury. ¡Ella se defiende sola! (risas). Padre querido, su bendición y gracias.

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Con el equipo de realización de "Con 2 que se quieran". Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí

Se han publicado 383 comentarios



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  • Siquitraque dijo:

    Desde la atalaya de la popularidad Amaury hizo patria, desde la cobardía se le destruye. Amaury demostró en en un año y medio de programas lo que la prensa cubana no ha hecho en 50. No sean abusadores ¿será que lo leyeron en pd porqueen el foro jamás han participado y vamos por 11,500 comentarios. Una recomendación compañeros no sean abusadores ¿por que no le respondieron a Alfredo Guevara?

  • Hortensia Rivera dijo:

    A los periodistas que se defienden como gatos boca arriba:
    ¿Por qué tanta guapería con Amaury y no dicen nada de los señalamientos de Raúl Castro, o contra los criterios aún más combativos de un guerrillero urbano como Alfredo Guevara?
    Desde su atalaya Amaury está haciendo mucho más que todos ustedes por Cuba.
    Vergüenza debía darles no haber escrito ni una nota sobre el programa que el pueblo ha hecho suyo.
    Amaury, sigue haciendo Patria. Ya cada cual tomará su lugar.

  • raul garces dijo:

    Amigos, también con todo respeto:
    La invitación que formulé a la Facultad nace de una opinión personalísima. Por razones de trabajo, estoy demasiado lejos de ese lugar como para arrogarme el derecho de convocar "oficialmente" a un debate allí. No pretendía tender una trampa ni acorralar a nadie. A mi juicio, debemos librarnos de cierta paranoia social que considera "tramposo", "peligroso", "imprudente" cualquier intento de defender con inteligencia enfoques encontrados sobre las cosas. Esto no es una polémica nacional, ni se va a acabar el mundo porque argumentemos en un foro como este -o como aquel- nuestras opiniones.

    Tampoco se acabará poque las defendamos en televisión. De hecho, Amaury, pregúntale a una amiga común sobre un programa que hacíamos hace algunos años, por Telerebelde. Una de las emisiones la dedicamos precisamente a debatir, participación del pueblo incluida, las luces y las sombras de la prensa cubana. Creo en la posibilidad de hacer todas las cosas -o casi todas, para no ser absolutos- cuando se le rinde culto a la seriedad, la honestidad y la profundidad de las ideas.

    Pienso que, justamente, esa es la causa de que tu programa haya llegado tan lejos. Nos has dado a los periodistas una lección de Periodismo y has demostrado cuánto se puede hacer en la misma televisión que trasmite programas a veces marchitos, a veces insulsos, y a veces, también, excelentes, sobre todo si se les compara con referentes televisivos que andan por ahí, y que conocemos bien.

    Por eso, por tu profundidad en las ideas, fue que "saltamos" con aquella frase que reduce el periodismo a un sultanato, y a los jóvenes a bufones condenados a repetir lo que les dictan. Tú tendrás razones para decirlo, como Jesús tiene las suyas para ahondar en las complejidades del problema. Reducirlo, sería como atribuir la culpa del quinquenio gris a los creadores e intelectuales que lo vivieron, como si ellos hubieran podido resolverlo por arte de birlibirloque.

    Tu opinión no me molestó tanto como lo que, crecientemente, va convirtiéndose en una moda: criticar con ligereza a los periodistas sin analizar la sociedad que los pare, las condiciones en las que desenvuelven su trabajo, las razones -algunas justificadísimas, otras incomprensibles- por las que no tenemos una prensa mejor. Como si fuéramos genéticamente estúpidos.

    Aunque debatamos, sé que podrías comprender mejor que nadie lo que digo. Habiendo hecho un programa de televisión tan polémico como el tuyo, durante tanto tiempo, eres más sensible que nadie a esas "mediaciones" de las que habla Jesús. Cada una de tus preguntas, cuidadosamente pensadas, fueron en sí mismas una mediación. De ti, de las periodistas que ayudaron a confeccionarlas, del país maravilloso en que vivimos. Esta misma entrevista de Carlos Manuel, o la de Silvio, que vino después, son ejemplos elocuentes de eso.

    No digo más, que no sea felicitarte. A fin de cuentas, mi opinión, la de Jesús y otras que puedan aparecer, son menos trascendentes que tu resultado. Entusiásmate a otra temporada. Por encima de la polémica y la confrontación, siempre será más importante para nuestra gente advertir que, ni siquiera en los tiempos más amargos, Cuba ha dejado de tener, multiplicados por toda la Isla, "dos que se quieran". Un abrazo.

  • jamp dijo:

    Estimado Amaury: Quisiera modestamente reiterarte el consejo que te dijera Eusebio Leal en su entrevista, "Tranquilízate".
    Parece que por momentos, la intranquilidad hace presa de tu noble espíritu y estropeas con una mano lo que haces con la otra.
    No fue la excelente entrevista a Monseñor Céspedes la primera tormenta en un vaso de agua que desatas no con el programa, sino con tu intervención en los comentarios. Recuerdo las insinuaciones de "censura" cuando afirmaste innecesariamente mediante tu equipo que había que esperar una semana o más para poner la transcripción de un programa grabado.
    Tampoco ahora era preciso desencadenar un enjuiciamiento ni a la iglesia ni a la prensa cubana, ninguna de ambas perfectas, aunque una te haga más caso o más gracia que la otra. No hace falta que te inmoles en un duelo televisado, como si fueras un político populista. Aquí ha habido duelos bien masivos y clarificadores, sin ruido y con más o menos nueces. Y termino con un consejo de otro grande: recuerda lo que dijo Marinello sobre el ejercicio de la libertad responsable.

  • Edda Diz dijo:

    Amaury:
    Lamentable tu comentario sobre los periodistas cubanos. Para ¿defenderse? no es necesario ofender. Comparto los criterios de Jesús, Raulito y Martin. Te recuerdo con Martí que la sencillez es la grandeza. Y que al igual que honrar honra, (intentar) deshonrar, deshonra.

  • D.Príncipe dijo:

    Creo que vale para todos re-visitar este artículo, publicado en Juventud Rebelde hace más de un año, cuando C2QSQ aún no comenzaba su andar en la TV cubana.

    http://www.juventudrebelde.cu/opinion/2010-04-05/con-dos-que-se-quieran-la-television-que-viene/

  • Guillermo Gaspar dijo:

    Estimada Edda no le de mas vueltas a este asunto que la silla tiene comején. Yamp aquí eres un sabelotodo o sabelotoda con ganas de dar consejos. ¿quien es Martín? con tantos seudónimos es imposible saber.
    Siempre recuerdo: ¡Que alguien tumbe a Stevenson!, ¡Que pierda Juantorena!,
    Ahora ¡A crucificar a Amaury porque dijo algo indebido en un pequeño foro de un GRAN programa!
    P.D Sigan leyendo los libelos contrarrevolucionarios de internet y se enfermarán como ellos ¿por que por ahí se enteraron no? ¡no me vengan a decir que se leyeron nuestro foro! por suerte ya la gente está con Silvio y muy pocos volverán atrás.
    Gracias D. PRINCIPE, tremenda galleta bofetada con guante blanco. Después de esto de Arleen hace casi 15 meses....NADA.

  • Rogelio Rivas dijo:

    Saludos a todos.

    Amigos, maravilloso el artículo de Arleen, aunque no nos llamemos a engaño, esto no lo pudo leer CASI NADIE, y además fue hace mucho tiempo. Señores provocadores, como contestarles sin que después me tilden de inquisidor o falta de respeto, voy a escoger bien las palabras, al menos voy a tratar. Voy a comenzar diciendo que este programa es, ¡claro que si! , muy popular, no solo por las cualidades artísticas , técnicas y de buen gusto en general que lo adornan, sino también por la calidad de la entrevista y lo grande de los entrevistados, aunque Amaury diga que no es periodista, como bien dice Arleen en su trabajo, bien podría dar algunas clases a muchos de como hacer las preguntas en una entrevista, sin caer, (y esto lo añado yo) en la complacencia, en lo banal, en lo frívolo y sobre todo en la propaganda barata. Si bien es cierto que al programa yo no le veo una motivación política, si ha estimulado el debate y la reflección sobre múltiples cosas que necesitábamos hacía tiempo, Tal ves Amaury no se halla propuesto con su proyecto tal cosa, pero fue algo que surgió espontáneamente en el camino, porque lo bueno he inteligente, siempre nos lleva a la polémica y el debate, el mundo no se va a acabar por eso, claro que no, pero nos va a hacer mas concientes, inteligentes y menos ciegos o burros. No creo que nuestro Amaury halla escrito algo inapropiado en su comentario sobre la prensa; después de tanta provocación,solo se expresó como buen cubano que es y lo hizo con la total libertad que nos permite este foro, no se cual será la libertad responsable a la que hace referencia jamp, pero me suena a callarse la boca ante lo mal hecho y a autocensurarse para ser complacientes y fieles al inmovilismo y la mediocridad. Solo puedo concluir expresando que yo bien pudiera decir una cuantas cositas desagradables sobre la prensa y la televisión cubanas, pero me las reservo porque corro el riesgo de ser censurado y quiero que se publique lo que escribí. Amaury no es un político populista, si es un comunicador excelente además de un gran artista, un hombre comprometido con su tiempo y su pueblo, por todas estas cualidades y por lo grande de su proyecto televisivo que para mi ya pasó a la historia, Muchas gracias Amaury, no te sientas mal por los mal agradecidos, los apáticos y los oportunistas. Que dios te bendiga hermano, sigue adelante y no des explicaciones innecesarias, nosotros te entendemos y consideramos, los cubanos te deben estar queriendo más ahora, Gracias

  • Luis Luque dijo:

    Saludos. Soy católico, y periodista. Algo ha llamado mi atención entre los temas de debate, y me detengo brevemente.

    Sobre los criterios vertidos por el sr. Dardo Ribas, y que han sido halagados por algunos en el foro, es preocupante ver cómo, a la repetición de tópicos gastados e históricamente superados, la llaman «sabiduría» y «erudición». Entre sus muchos desvaríos, el sr. Rivas la ha emprendido incluso contra las casas religiosas (conventos) y las ha calificado de «nidos de víboras», y ha asegurado, categóricamente y como un mantra inalterable, que Cristo no es Dios porque, sencillamente, «Dios no existe».

    No puedo detenerme a desmontar, por su variedad, la cantidad de «descubrimientos» que hace este señor. De su «erudición», de sus correctas y sabias maneras, me libre Dios, que de los poco entendidos y groseros me libro yo.

    Pido, por último, a Amaury, que se tome el trabajo de conversar con dos o tres de los periodistas citados por Jesús Arencibia para ver si logra descubrirles por alguna parte esa alma «de súbditos» que él describe. O si verdaderamente encuentra, entre los profesionales de la prensa, más animadversión hacia su persona que gratitud por su obra artística y por el programa que ha conducido todos estos meses. Conversa, Amaury; acércate, dialoga, y conoce...

  • Rogelio Rivas dijo:

    Fe de errata, donde escribí halla, debió ser haya, Gracias

  • Miriam Rodriguez Betancourt dijo:

    ESTIMADO AMAURY: CELEBRO QUE, A RAÍZ DE SU COMENTARIO, SE HAYA DESATADO LA POLÉMICA, Y QUE ALGUNOS PERIODISTAS CUBANOS ESTÉN PARTICIPANDO EN ELLA CON SERENIDAD Y ALTURA, EN MI OPINIÓN. LA PRENSA CUBANA DEBE TRATAR, PUBLICAMENTE SI FUERA NECESARIO, SUS PROBLEMAS; AUTOCRITICARSE EN LA MEDIDA REQUERIDA Y, DESDE LUEGO, DEFENDER SU PRESTIGIO, QUE ES EL DE SUS PERIODISTAS, CUANDO RECIBE ATAQUES Y NO CRITICAS.

    COMO BIEN DICE JESUS ARENCIBIA, DE VEZ EN CUANDO, SE EMITEN DESDE NUESTRO PROPIO PATIO OPINIONES SOBRE EL PERIODISMO CUBANO, LA MAYORÍA INFUNDADAS, OTRAS ARGUMENTADAS, PERO CASI TODAS ACERRIMAS, NEGADORAS A ULTRANZA, INCLUSO EXPRESADAS DE MODO INDIRECTO O EN ESPACIOS CERRADOS, COMO SI SE QUISIERA REHUIR LA CONFRONTACIÓN POSIBLE. LAS SUYAS, ES JUSTO RECONOCERLO, TIENEN EL MERITO DE LA FRANQUEZA, “SIN PELOS EN LA LENGUA”, LO QUE, SI BIEN ES LOABLE EN MUCHAS OCASIONES, EN MUCHAS OTRAS SUELE AFRONTAR EL RIESGO DE CAER EN LA OFENSA. Y CONVERTIR EN EXABRUPTO LO QUE QUIZÁS FUE PENSADO COMO ARGUMENTO.

    EL DESACUERDO QUE NOS PROVOCA SU COMENTARIO NO ES, POR SUPUESTO, EL RECHAZO AL DERECHO QUE USTED TIENE DE EXPRESAR SUS OPINIONES CRÍTICAS, AUN EN EL CASO DE QUE ESTUVIERA TOTALMENTE EQUIVOCADO O FUERA INJUSTO, INCLUSIVE.

    DONDE A MI JUICIO RADICA SU DESACIERTO, POR GENERALIZAR UNA OPINIÓN QUE ROZA LA CALUMNIA SIN MENCIONAR CONCRETAMENTE A LOS INCULPADOS, ES EN ESOS DOS PÁRRAFOS FATALES, (y cito nuevamente a Jesús). NO ESCAPARÁ A SU COMPRENSION DE HOMBRE INTELIGENTE, LA SORPRESA Y LA REPULSA QUE EN TANTOS JÓVENES PERIODISTAS PUEDA CAUSAR UN JUICIO SEMEJANTE.

    ADMITO, AMAURY, QUE USTED SE SIENTA JUSTAMENTE HERIDO POR LA FALTA DE RECONOCIMIENTO QUE LA PRENSA CUBANA HAYA DADO A SU PROGRAMA, DE INDISCUTIBLE REPERCUSIÓN NACIONAL, Y QUE EXPRESE ESE SENTIMIENTO EN NOMBRE DE SU COLECTIVO. NADIE PUEDE IGNORAR LOS ESFUERZOS, LAS TENSIONES, QUE UN PROGRAMA DE ESA ÍNDOLE SUPONE PARA SUS REALIZADORES. QUIERO PENSAR QUE LA INDIGNACIÓN POR ESE TRATAMIENTO LE NUBLÓ LA RAZÓN, COMO SE DICE, PORQUE, AUNQUE NO LO CONOZCO, NO DA USTED LA IMPRESIÓN DE PERSONA OBCEDADA Y, MUCHO MENOS, GROSERA.

    CONFÍO EN QUE EN ESTE DEBATE NO SE PIERDA LA ÉTICA; EN DEFINITIVA LO QUE DEBE IMPORTARNOS A TODOS LOS POLEMISTAS ES CONTRIBUIR A LA REALIZACION DE UN MEJOR PERIODISMO REVOLUCIONARIO. Y ESO SÓLO SE LOGRA CON LA CONFRONTACIÓN DE IDEAS. (Miriam Rodríguez Betancourt)

  • Ricardo Ronquillo Bello dijo:

    QUE QUIENES DEFIENDEN LO QUE NO LO NECESITA: EL PROGRAMA CON 2 QUE SE QUIERAN, PORQUE MERECE LOS LAURELES QUE TANTOS FORISTAS, Y LOS QUE NO LO SON, LE RECONOCEN, ATAQUEN UNA COLUMNA COMO ACUSE DE RECIBO, DAN LA RAZÓN A LOS COLEGAS OFENDIDOS, NO POR LA CRÍTICA O LA ACIDEZ DE AMAURY, SINO POR EL GRADO DE DESCONOCIMIENTO QUE EXPRESAN.
    ACUSE DE RECIBO ES UNA COLUMNA, EN EL SENTIDO MARTIANO DE ESA PALABRA, QUE HA COMPARTIDO, CONTRA LOS QUE APUESTAN, NO A UN QUINQUENIO, SINO A UN PEREMNE TIEMPO GRIS PARA LA PRENSA, LOS DRAMAS DE LOS SERES HUMILDES DEL PAÍS, ENTRAMPADOS ENTRE EL MARABUSAL BUROCRÁTICO Y DE INSENSIBILIDADES DEL QUE NI SIQUIERA UNA REVOLUCIÓN TAN AUTÉNTICA COMO LA CUBANA LOGRO LIBRARSE. ACUSE FUE EL PUENTE QUE LOGRÓ CONECTAR NO POCAS VECES ESAS ALMAS SIN NOMBRE NI GLORIA PARA OTROS ESPACIOS, INCLUSO SIN TELEVISOR PARA PODER DELAITARSE CON PROGRAMAS COMO EL DE AMAURY, CON LAS INSTITUCIONES QUE DEBERÍAN EXISTIR PARA REPRESENTARLOS Y APOYARLOS.
    UN ESPACIO COMO ESE NO PODRÍA NUNCA PRETENDER RESOLVER CADA PROBLEMA DEL PAÍS, CADA DOLOR O TRAUMA INDIVIDUAL, FAMILIAR O COMUNITARIO, PORQUE NI SU TIEMPO, NI SU ESPACIO, NI LAS LÓGICAS DE FUNCIONAMIENTO DE LOS MEDIOS Y DE CUALQUIER NACIÓN SE LO PERMITIRÍAN. EL ÁNSIA MAYOR DE UNA COLUMNA COMO ESA ES ABONAR UN CAMINO DE SENSIBILIDAD Y RESPETO INSTITUCIONAL HACIA LOS CIUDADANOS.
    POR LO DEMÁS, CREANNOS CUANDO DECIMOS QUE EL PERIODISMO AUTÉNTICAMENTE REVOLUCIONARIO CUBANO, AUTÉNTICAMENTE MARTIANO, HA LIBRADO UNA LUCHA COSTOSA, SILENCIOSA, INCLUSO SILENCIADA, CONTRA NO POCOS SULTANES, CASI SIEMPRE FUERA DE NOSOTROS, PERO CON PODER SUFICIENTE PARA EXTENDER HASTA NUESTRA FRONTERA SUS DOMINIOS.
    CREAN CUANDO DECIMOS QUE A NADIE COMO AL PERIODISTA CON UN SENTIDO ÉTICO DEL BIEN PÚBLICO HIEREN Y OFENDEN TANTO LOS SILENCIOS. NO OLVIDEMOS QUE LIBERTAD E INDEPENDENCIA PARA LA PRENSA NO ES UN PRIVILEGIO ESPECIAL PARA LOS PERIODISTAS, SINO UNA PROTECCIÓN ESPECIAL PARA LOS CIUDADANOS.
    SI ALGUNOS ENTRE NOSOTROS FALTÓ A LA ÉTICA Y EL HONOR DE LA PROFESIÓN NOS DUELE TANTO COMO A TODOS. SI HEMOS PADECIDO ALGÚN OLVIDO PEDIMOS PERDÓN CON HUMILDAD.

  • Juan Pedro dijo:

    Felicito la agradable entrevista al Monsenor Carlos Manuel de Céspedes en la Televisión Cubana.

    Lo que mas importa en este tipo de entrevistas a una persona como lo es el Mosenor Céspedes, es el mensaje esencial que transmite a tantos miles de personas que la pudieron disfrutar. Ese mensaje esencial lo fue en su entrevista, la importancia de la union de los cubanos, que por diferentes causas y en diferentes instantes de nuestra historia han sufrido la desunion, el distanciamiento, la ruptura familiar, y a su vez, los cubanos, por consecuencia, hemos sido objeto de desilusion, resentimientos, y hasta odio. Cada una de esas consecuencias y de esos sentimientos podrian llenar infinitas paginas de casos y anecdotas particulares, pero existe un tiempo nuevo para el futuro de la nacion cubana, en el que la union de los cubanos es indispensable para el engrandecimiento de la Patria.

    La entrevista al Mosenor Carlos Manuel de Céspedes fue un importante grano de arena en esa noble y necesaria tarea por la union de los cubanos.

  • Emilia Rodriguez Almeida dijo:

    he leido la entrevista que usted ha hecho y quiero decirle que me gusto mucho porque instiga a la union cosa muy importante en el mundo actual. Tambien he leido los comentarios, y desde luego, aquellos que sacan a la luz los acontecimientos de siglos pasados. Queria decir que soy catolica por educacion y por mi modo de vida, aunque la revolucion y mis estudios me alejaron de la fe. la vida quiso que me quedara en russia, donde trabajo hasta el dia de hoy en la docencia en la universidad y segun algunos de mis alumnos me consideran leyenda pues llevo 40 anos trabajando. Queria decirle a los que critican a la Iglesia con tanta fiereza no sin razon, aunque el conocimiento que manifiestan es bastante superficial. Estas personas no ven que son iguales a los que extremos de la otra parte. La libertad es algo que nos caracteriza como cubanos, pero he llegado a la conclusion de que es una quimera que no existe. Es ilusion, es peligrosa lo mismo que la exclavitud. He perdido la fe religiosa pero en mis estudios siento un gran respeto por la Iglesia. De no existir ella no habria ningun cristianismo, que ha hecho mucho por combatir las flaquezas del hombre. Una amiga y profesora que se especializa en la utopia, todo es utopia en el mundo. Es posible que la utopia cristiana de construccion del mundo de hermandad y amor al projimo en un futuro no muy lejano sea una arternativa al mundo facista que se avecina. Creo que esta misiva no la lea Monsenor, Cespedes, me gustaria hablar con el, aunque esto resulta imposible, incluso si vaya a Cuba en un futuro proximo. Amaury gracias / tratare de ver con mas frecuencia su programa.

  • Manuel Martin Lora dijo:

    Carlos Manuel de Céspedes: “Cuba y la Iglesia son las dos pasiones mías”
    Comentario del tataranieto del PADRE DE LA PATRIA.

    Ha sido muy debatido en el aducido foro, la excelente entrevista a ese gran cubano, que de sangre le viene la cubania, entre sus dos pasiones; la más impronta el amor y entrega a los sueños patrios, amen de su credo religioso y su vasta cultura. Los más de 371 comentarios de este artículo demuestran realmente la valía que tiene el debate crítico, la polémica conciente, ello es muy positivo, independientemente de que los ROJOS y los AMARILLOS discrepen en algún momento con alguna expresión fuerte al oído de las partes divergentes.

    Es interesante ese debate, pero todos y cada uno de los que han participado en el, debemos asumir la importancia que tiene el pensamiento de GANDI, cuando señala:
    • “La Tolerancia es la virtud mas útil de la vida social, respeto y consideración hacia las maneras de pensar, actuar y sentir de los demás; aunque sean diferentes a las nuestras”
    • “Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo”

    Nuestro respeto y admiración a Monseñor Carlos Manuel de Céspedes García Menocal, no solo por su señorío fundacional, bien merecido; sino por su elocuente y practica de Patriotismo y Cubania.

    Gracias a Amaury Pérez Vidal, por el magnifico espacio televisivo, que ha sabido ganar la telé audiencia de nuestro pueblo.

    Manuel

    17:20 pm del 19 de setiembre del 2011

  • Lázaro Iglesia dijo:

    Muy buena entrevista. Estoy muy contento con el resultado. Espero que sea el preámbulo porque creo que tuvo muy buena aceptación. Dios merece ser anunciado por personas llenas de Él. ¿No es así? Enhorabuena

  • ADELFA PINEDA CESPEDES dijo:

    HOLA

    AMAURY, ESPECTACULAR TU ENTREVISTA CON MONSEÑOR CARLOS MANUEL DE CESPEDES, ME GUSTARIA QUE TU NOS HICIERAS EL PUENTE CON EL;

    DE MANERA QUE CONCIERA A MI PADRE QUE ES NIETA DEL GENERAL CARLOS MANUEL DE CESPEDES TATIS TAMBIEN CUBANO.

    CON EL SENTIMIENTO HISTORICO QUE SIEMPRE LA LLENA DE NOSTALGIA Y ANHELOS POR CONOCER SU FAMILIA MI MADRE CECILIA ROBERTA CESPEDES MARQUEZ, ESCRITORA DE LAS OBRAS LITERARIAS

    LA CUNA VACIA, DE GENRAL A MENDIGO, LA HIJA DE CARTAGENA DE INDIAS, EL PRECIO DEL AMOR, EL BARCO CARBONERO, VEINTE AÑOS DE PRISION,

    DESDE CARTAGENA COLOMBIA REGION CARIBE

    ADELFA PINEDA CESPEDES

  • ADELFA PINEDA CESPEDES dijo:

    ADELFA PINEDA CESPEDES dijo:
    HOLA

    AMAURY PEREZ VIDAL, ESPECTACULAR TU ENTREVISTA CON MONSEÑOR CARLOS MANUEL DE CESPEDES, ME GUSTARIA QUE TU NOS HICIERAS EL PUENTE CON EL;

    DE MANERA QUE CONCIERA A MI MADRE QUE ES NIETA DEL GENERAL CARLOS MANUEL DE CESPEDES TATIS.

    CON EL SENTIMIENTO HISTORICO QUE SIEMPRE LA LLENA DE NOSTALGIA Y ANHELOS POR CONOCER SU FAMILIA MI MADRE CECILIA ROBERTA CESPEDES MARQUEZ, ESCRITORA DE LAS OBRAS LITERARIAS

    LA CUNA VACIA, DE GENRAL A MENDIGO, LA HIJA DE CARTAGENA DE INDIAS, EL PRECIO DEL AMOR, EL BARCO CARBONERO, VEINTE AÑOS DE PRISION,

    DESDE CARTAGENA COLOMBIA REGION CARIBE

    ADELFA PINEDA CESPEDES

  • Olga lidia garcia dijo:

    Quisiera hacerle una pregunta al Monseñor Carlos Manuel de Cespedes:
    ¿Es verdad que se está analizando considerar una Santa a Mariana Grajales, la madre de los Maceos?

  • Pinto dijo:

    Para Dardo Rivas
    Te escribo como una persona que si leyó con profundidad todos tus comentarios. Realmente me pareces una persona frustrada, triste, llena de rencor y siento lástima por ti. No niego los atropellos de la Iglesia a lo largo de la historia humana, pero has conevrtido el foro en una tribuna del odio y respondes a la inquisición con más inquisición. Eres altanero y te tomas el derecho de juzgar a todo el mundo con un lenguaje arrogante y despectivo. Si eres tan sincero averigua sobre tus paradigmas más allá de lo que ves y también te sorprenderás.
    Fuera de discusiones de religión o fe, solo digo que lamento que personas como tú puedan "influir" a otras con sus comentarios y prefiero que las religiones cristianas con sus defectos y virtudes sean las que ejercen esa influencia, tienen mucho más amor que enseñar que tú.
    Y por favor, no me ataques, no tengo tiempo para tus improperios.
    Nota para todos: Olvidemos el odio y pensemos en los dos humanos que compartieron una noche excepcional en la televisión cubana.

  • Aristides Rondón Velázquez dijo:

    Monseñor:
    No creo, por su grandeza espiritual e intelectual, le haya abrumado un sólo minuto de su valiosa existencia ningún dardo. Ni ningún incognito Dardo.
    El minuto que vive Cuba es de reconcialición y unidad. Eso usted me lo ha demostrado. No estamos en momentos de juicios finales. Ni creo a forista alguno preparado para ello.
    Coincido con todos los que le han rendido tributo a usted y respeto al programa de Amaury.
    La elevada calidad del programa de Amaury y la estatura intelectual de los entrevistados pueden haber despertado algunas preocupaciones. En ninguno de los 60 programas hubo excesos.Los disfruté todo.
    No coincido con que estaban despolitazados. Eso es imposible.Todos las emisiones las aprecio, las tengo todas y he releido la de natalia Bolivar y otras.
    Mi nota no es demorada es pensada. A Amaury mi respeto por su brillantez como entrevistador y el uso del idioma que sale maltrecho de muchos programs televisivos, en especial los sabados.
    A Usted la reiteración de mi deseo sincero de contar con usted por muchos años. Así piensan mis hijos tambien.

  • ileem alonso dijo:

    Tuve el privilegio de formar parte de su congregación en su parroquia San Agustín, leer esta entrevista me trae recuerdos muy lindos, tengo solo 23 años y asisto a la iglesia desde que soy niña de la mano de mi abuela una de esas viejas a las que ay que explicarle las cosas despacio, a las que monseñor se refiere con cariño en su entrevista. Recuerdo que era muy bueno con todos y compartía mucho con nosotros los niños y bueno después cuando me hice adolescente, formaba parte del corro y monseñor siempre cantaba con nosotros durante la misa, claro desde su asiento pero lo disfrutaba mucho. Todos lamentamos su ausencia.

Se han publicado 383 comentarios



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Amaury Pérez Vidal

Amaury Pérez Vidal

Cantautor cubano. Fundador de la Nueva Trova. Ha conducido varios espacios exitosos en la televisión nacional. Ha escrito varias novelas y poemas.

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