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Biodiversidad, otra deuda con la naturaleza

rana_peligro_de_extensin1Por Marta Gómez Ferrals
Prensa Latina

La biodiversidad planetaria sigue herida de muerte y a fines del pasado año, en rigor el Año Internacional dedicado por la ONU al tema, la comunidad internacional conoció del fracaso de los intentos de revertir tal situación.

Fue en la Cumbre de Biodiversidad celebrada en Nagoya, Japón, el pasado octubre, donde se dio el aldabonazo, por cierto bastante esperado: el magro trabajo realizado durante unos ocho años por la comunidad mundial no fue suficiente.

La lista de de especies amenazadas

Tal cita mundial, que aglutinó a líderes y expertos de 193 países, divulgó un estudio científico auspiciado por la ONU con la participación de 174 investigadores de 38 países.

Es el mayor y más actualizado análisis de la biodiversidad mundial realizado hasta la fecha.

Según este, cada año 52 especies nuevas se sitúan al borde de la extinción y, aunque los esfuerzos hechos hasta ahora no han logrado invertir la tendencia, en determinados aspectos se han producido efectos alentadores.

Para muchos expertos esta realidad sombría, de negras perspectivas, puede no mejorar si no se actúa con mayor celeridad, con la entrega de recursos financieros a los más pobres.

Estimados de la organización BirdLife Internacional concluyen que se necesitan unos 15 mil millones de dólares adicionales al año para la expansión y mejor gestión de sus áreas protegidas.

Los países más pobres y emergentes esperan por las entregas de financiación a corto y largo plazos comprometida desde el 2009 por los más desarrollados.

El estudio antes citado, que analizó 25 mil especies, concluyó que al menos la quinta parte de estas está amenazada.

Detallando, un promedio de 52 tipos de mamíferos, aves y anfibios están en peligro cada año.

De ellos, los anfibios son los que encabezan la lista de riesgos, con el 41 por ciento de especies amenazadas.

La merma anual del patrimonio, aseguran científicos, afecta a toda la humanidad, mientras que la acción humana continúa siendo el principal enemigo de la biodiversidad, más que el aspecto de las especies invasoras, que tanto viene preocupando en los últimos años.

La Convención Marco de la ONU sobre biodiversidad estima que en la Tierra existen 13 millones de especies vegetales y animales, en diversos ecosistemas, de los cuales un millón 800 mil han sido descritas.

Miles se han perdido antes que pudieran ser conocidas y clasificadas. Es deseable que las recién halladas en la remota Bali tengan tiempo para ser sistematizadas por la ciencia y que nunca desaparezcan.

El cambio climático, una real amenaza

El Informe Planeta Vivo 2010, el último elaborado por la organización conservacionista WWF, reconoce el hecho incontestable del cambio climático como una amenaza creciente para la propia existencia del planeta y toda forma de vida en este.

El estudio, confeccionado cada dos años por la institución internacional, apunta que desde los años 70 del pasado siglo la humanidad sobrepasó los límites aceptables de la huella ecológica en la biosfera en comparación con la capacidad regenerativa del planeta.

La huella ecológica es un método de medición que analiza las demandas humanas y la regeneración natural.

Hábitats y ecosistemas cada vez más sobreexplotados y degradados, junto con el incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero, con el dióxido de carbono a la cabeza, siguen determinando en el actual estado de salud de un planeta, sin señales de recuperación.

El informe de WWF también exhorta, como la mayoría de los pueblos y ciudadanos conscientes del planeta, sobre la urgencia de cambiar los modelos de desarrollo, que preconizan la explotación de la naturaleza, el consumismo y el enriquecimiento personal, a como dé lugar.

Muchos científicos alientan a luchar y a hacer campañas en ese sentido. Allí donde se ha trabajado en la conservación, se han conseguido buenos resultados, hacen notar expertos.

Entonces, la especie humana debe darse otro tiempo, porque nunca se ha dado por vencida desde que el mundo es mundo.

Una comunidad internacional sacudida por catástrofes devastadoras, pobreza y hambre, pendiente, por si fuera poco, de las acciones militaristas, aún debe encontrar fuerzas y lugar a favor de la biodiversidad.

Un enfoque holístico (del todo) ayudará a entender mejor las cosas y organizar prioridades. En ese campo, la voluntad política y el valor de los gobernantes, también es crucial. El camino es de todos.