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Manolo Micler: "Nosotros no hacemos folclor, el folclor lo hace el pueblo"

Manolo Micler en "Con 2 que se quieran". Foto: Petí

Manolo Micler en "Con 2 que se quieran". Foto: Petí

Amaury. Muy buenas noches. Estamos en Con 2 que se quieran, ahora aquí en 5ta. Avenida y calle 32, en los maravillosos Estudios Abdala.

Hoy nos acompaña una gran personalidad de la cultura: bailarín, coreógrafo, y director general del Conjunto Folclórico Nacional de Cuba.

Muchas veces la gente me ha dicho: cuando llevas a algún bailarín, nada más estás llevando a personas del Ballet Clásico. Bueno, pues hoy estamos satisfaciendo los gustos y el interés de las personas que se preocupan por otros movimientos danzarios. Y sobre todo el folcor, que es tan importante y consustancial, utilizando esa palabra que me gusta tanto, a la naturaleza del cubano: Manolo Micler.

Manolo, bienvenido, muchas gracias por haber venido.

Manolo. Gracias por invitarme.

Amaury. No, es un deber, es más, tenía que haberlo hecho antes, es la realidad. Yo quiero empezar, porque María de los Ángeles García, relacionista pública del Conjunto Folclórico, me hizo llegar, por cierto, muy bien impreso, este programa del 45 aniversario del Conjunto Folclórico del año 2007. Y hay una cita en él, que hace Rogelio Martínez Furé sobre Fernando Ortiz que la incluyó aquí, donde dice: "Ciencia, conciencia y paciencia en la defensa e ilustración de nuestra cultura popular tradicional". ¿Qué quiso decir Don Fernando cuando dijo eso?

Manolo. Ese principio, te digo, es una máxima del Conjunto Folclórico Nacional. Ciencia porque para nosotros poder hacer nuestros espectáculos hay que realizar un trabajo de investigación.

Conciencia, porque hay que hacerlo a plenitud de lo que estamos haciendo y de asumir todas nuestras tradiciones, es lo que yo interpreto de esta ciencia, conciencia y paciencia. Como dice Obbatalá, humildad y paciencia.

Paciencia para poder rescatar y para poder llevar a cabo todos nuestros propósitos. Esa es una máxima del Conjunto.

Amaury. Ahora, cuando hablaste de Obbatalá, me estás llevando a la siguiente pregunta, sobre todo para saber qué terreno camino. ¿Tú eres un iniciado, tú eres una persona religiosa?

Manolo. Yo soy un iniciado hace 21 años en el Culto de los Orishas. Mi Orisha, del cual soy iniciado, soy hijo de Yemayá.

Amaury. Perdona que te interrumpa, pero aquí tuvimos una invitada, que no voy a decir el nombre por ética, que es una persona que está iniciada también en los cultos afrocubanos y dijo el nombre de su Orisha, sea dicho el Santo, y después me llamó y me dijo que editara el nombre de su santo porque se aprovechan y le hacen daño. No es tu caso ¿verdad?.

Manolo. No es mi caso, te lo puedo decir ahora mismo si así lo quieres, te lo digo: mi nombre verdadero es Nicolás Manuel García Micler. Posteriormente me pusieron Manolo Micler, Micler es el apellido de mi madre, y quise perpetuarlo. Y mi nombre más profundo es Omii Tomi, al que el agua lo favorece, el favorecido por las aguas.

Amaury. Ahí está, bueno, por eso es lo de Yemayá.

Manolo. Sí.

Amaury. Ahora, el maestro Furé ha dicho, y a mí me parece muy importante esa sentencia, y creo que no lo estaba circunscribiendo solamente al mundo de la danza, sino a la cultura toda. "No olvidemos jamás nuestros orígenes porque el mundo está lleno de imprevistos"

Manolo. Bueno, a mí me parece que eso es fundamental. Uno tiene que reconocerse, reconocer sus ancestros, reconocer sus raíces, reconocer donde uno nace, para entonces poder enfrentar con mejores armas lo que nos depara el porvenir.

Amaury. Claro, es lo que decía el maestro Furé, ¿no?, el imprevisto. La vida no es más que una secuencia de imprevistos, lo que va a pasar mañana, lo que va a pasar pasado mañana. Uno lucha para tener eso lo más controlado posible.

Manolo. Exactamente.

Amaury. Ahora, ¿cómo se crea, cuándo se crea y por qué se crea el Conjunto Folclórico Nacional de Cuba?

Manolo. El Conjunto Folclórico Nacional de Cuba se funda en 1962 por Rogelio Martínez Furé, etnólogo y por el coreógrafo mexicano Rodolfo Reyes.

En Cuba como tú conoces, no había una institución que fuera capaz de recoger todas estas tradiciones creadas por nuestro pueblo y llevarlas a la escena con todas las exigencias más modernas del teatro. Entonces, la labor del conjunto, inclusive, no ha sido solamente esta presentación de espectáculos, sino de hurgar, de investigar, de rescatar todas esas tradiciones creadas por nuestro pueblo.

Amaury. Pero en aquellos inicios tienen que haber estado rondando el Conjunto los espíritus bienhechores de un Don Fernando Ortiz, o de una Lidia Cabrera, de los etnólogos de la época. ¿Tú crees que esa comunión de espíritus bienhechores protejen al Conjunto?

Manolo. Por supuesto, toda esa tradición, pudiéramos decir, heredada de los padres de los estudios afrocubanos, están rondando en el Conjunto Folclórico. Rogelio fue alumno de Fernando Ortiz, de Argeliers León, de María Teresa Linares, que también fue directora de la Compañía en determinado momento. Todas esas personas nos están rondando constantemente e impulsándonos a hacer cada día nuestro trabajo. Y, por supuesto, inspirándonos en la seriedad, en el amor con que ellos trabajaron.

Amaury. ¿Y de dónde salieron los primeros bailarines que llegaron al Conjunto?

Manolo. Los primeros bailarines del Conjunto fueron personas muy humildes: lavanderas, zapateros, actores, por supuesto, porque también había profesionales, personas de muy humildes cunas, pero profundos conocedores de todas nuestras tradiciones.

Amaury. En los solares.

Manolo. En los solares, en los toques de santos, en el campo, en los bailes populares, bebieron de esa sabiduría, de ese patrimonio tan inmenso que nuestro pueblo ha creado.

Amaury. Manolo, y tú crees que esa primera hornada de bailarines que llegaron al Conjunto, no sé si te acordarás de algunos nombres, pero seguramente estarán allí gentes muy importantes y entrañables, porque Zenaida Armenteros estaba ahí desde el principio.

Manolo. Zenaida Armenteros, por supuesto, que es un icono para nosotros, esa es una figura que...

Amaury. ...Para la Patria...

Manolo. ...Para todos nosotros. Y de la segunda generación está, Silvina Fabart, está Johannes García, está Alfredo Ofarrill, que fueron intérpretes importantes de la Compañía que fueron de la generación nuestra. Como también puedo decirte que Ana Luisa Cáceres, también forma parte de esta segunda generación que se dedicó, lamentablemente por muy poco tiempo, a la coreografía, pero que tuvo sus resultados en la creación coreográfica.

Amaury. Ahora, será quizás por esa formación humilde de la que me hablabas que llegaban personas que trabajaban en labores prácticamente domésticas y que les llegaba esta necesidad de bailar por la sangre, por el barrio. ¿Quizás será por eso que el Conjunto se identifica, primero que todo, con los bailes afrocubanos? ¿Será por eso? Al principio, yo te hablo al principio, cuando no habían escuelas todavía.

Manolo. No habían escuelas, y te digo, estas personas conocían estas manifestaciones de su medio, pero no todos eran iniciados. Yo te puedo mencionar algunas bailarinas, como por ejemplo, Carmen Duquesne, que no era iniciada, o Nancy Zamora, que tampoco era iniciada y así sucesivamente te puedo mencionar varias personas. Efectivamente, la mayoría eran iniciados, como era Nieves Fresneda, Lázaro Ross, mi padrino, Margarita Ugarte, mi madrina. O sea, eran personas que eran iniciados, no te puedo negar. O Gregorio Hernández, iniciado, que era Abbakuá, o Juan de Dios Ramos, o sea, personas que sí aprendieron de su medio, por eso yo me considero afortunado, porque pude beber de la mano directa de estas personas que conocían profundamente nuestras tradiciones.

Amaury. Pero, qué ocurre cuando hoy uno ve el Conjunto, no es mi caso, como tú sabes, pero para muchas personas del público seguramente sí, ven primero una ausencia palpable, es muy visible, de que no hay personas de raza blanca en el Conjunto, y eso da la impresión como de que el Conjunto Folclórico solamente se dedica al baile puramente africano, desdeñando otras manifestaciones de la Cultura Cubana como pueden ser la música campesina, la música vernácula en todo sentido, el bolero, en fin, otras manifestaciones que ustedes tienen la obligación, y por supuesto, el deber de llevar al escenario.

Manolo. Mira, Amaury, eso no es tan exacto, no es tan exacto.

Amaury. ¡Qué bueno, qué bueno que no es tan exacto!

Manolo. Eso no es tan exacto. Yo te puedo decir, hablándote de la actualidad; en la actualidad hay muchos blancos, por supuesto, provenientes de las Escuelas de Arte, pero siempre, desde el inicio hubo personas de la raza blanca que estuvieron. Mínimo...

Amaury. ¡Tú!.

Manolo. Yo, por ejemplo, que soy de la generación del año 66. Pero es verdad, al principio había muchos negros, realmente, en esos momentos, la gente que dominaba más los bailes era por tradición familiar, y entonces los que tenían más tradiciones de estas raíces, por supuesto, eran gente negra, los negros y los mulatos. Ahora, con relación a los espectáculos el Conjunto, siempre, desde sus inicios, se manifestaron las dos raíces de nuestra cultura, o sea, la proveniente de Europa y la proveniente de África. Porque te puedo mencionar, el primer ciclo, el ciclo Yorubbá, era de los Dioses, un ciclo dedicado a los Dioses, a los Orishas. Después el ciclo Congo, pero antes de bailar el ciclo Congo, se tocaba o se bailaba una contradanza, para ver el mundo de los dominados y de los dominantes. Y entonces, ya el tercer espectáculo, que era el ciclo rumba y comparsa, era la síntesis de ambas culturas, de ambas tradiciones.

Amaury. Pero ¿tú podrías arriesgarte a decir en televisión que el Conjunto Folclórico Nacional fue uno de los primeros, -no estaba creada Danza Contemporánea en esa época, solamente estaba el ballet-, que fusionó en el escenario las dos culturas, la ibérica y la africana?

Manolo. Yo, no tanto, no puedo asegurarlo, no puedo aseverarlo. Pero lo que sí te puedo decir es que desde 1962, el Conjunto estuvo y estuvieron presentes las dos raíces fundamentales de nuestra cultura popular tradicional.

Amaury. Entonces, ya hemos dejado algunas interrogantes que normalmente el público tiene, y que nosotros tenemos el deber, ¡qué deber!, la obligación de aclarar en un programa como este.

Quiere decir, no hay que ser religioso exactamente para...

Manolo. ...Para nada...

Amaury. ...formar parte del Conjunto Folclórico Nacional de Cuba, una, y no importa el color de tu piel.

Manolo. Dice al maestro Don Fernando Ortiz que no es un problema de natura sino de cultura, de asumir de dónde tú vienes. Por eso la máxima esta que tú me mencionabas de Rogelio Martínez Furé.

Amaury Sí, sí.

Manolo. De no olvidemos jamás nuestros orígenes.

Amaury. Exactamente, bueno ya dichas y aclaradas algunas cosas, vamos a ir a un lugar mucho más entrañable, que es ¿dónde tú naciste exactamente?

Manolo. Bueno, yo no te voy a comenzar a hablar del día exactamente en que yo nací, ni dónde nací. Te voy a decir basándome en una filosofía, la filosofía de los Yorubbá.

Antes de yo nacer, Oloddumare, el Dios creador, mandó a buscar a mi Eleddá, mi Eleddá es mi alma. Y mi Elerí, mi cabeza, escogió mi destino. Y por supuesto, como yo estaba apurado, porque parece que uno escoge la vida buena o la vida mala. Parece que la vida que yo escogí no estaba muy buena que digamos, y entonces me apuré en nacer y nací siete mesino.

Amaury. Ah, caray.

Manolo. Nací el 10 de septiembre de 1946, en un barrio de los llamados marginales, aledaño a la Virgen del Camino. En el barrio donde yo nací, le decían El Callejón, en el barrio de Los Ángeles, le decían El Callejón, allí no había pavimento, era de tierra. Y era una cuartería que fue hecha con la madera que quitaron del hospital Reina Mercedes, que hicieron esa cuartería y se la alquilaban a la gente. Un barrio muy pobre.

Amaury. ¿Tu entorno familiar, quiénes lo conformaban, cuántas personas eran en tu núcleo, allí, en ese cuartón?

Manolo. Bueno, mi familia es bastante extendida, es bastante amplia, muy grande. Pero...

Amaury. ...Las personas que estaban muy cerca de ti.

Manolo. Bueno, mi madre, mi madre tuvo cinco hijos, cuatro varones y una hembra, yo soy el más pequeño. Muy pobres, extremadamente pobres, pero mi madre era una persona de mucho rigor, muy fuerte de carácter. Mi madre era una persona que tenía muy bajo nivel de escolaridad, no llegó a sexto grado, pero sí nos inculcó todos esos valores éticos y morales que tenemos en la actualidad.

Amaury. Tenía un alma elevada.

Manolo. Elevada, por supuesto.

Amaury. ¡No tenía una escuela, pero tenía un alma elevada!.

Manolo. Exactamente

Amaury, ¿Y cuándo tú piensas que bailar profesionalmente, era una posibilidad para ti? Porque tú veías la televisión y ahí salían Alberto Alonso, Sonia Calero...

Manolo. No, yo veía eso, por supuesto, no en mi casa, en casa del vecino porque yo no tenía televisión, pero puedo decirte que yo, después que participé en la Campaña de Alfabetización, y cuando regreso, me beco. Saliendo de la beca, voy a buscar a un amigo mío...

Amaury. ¿Te becas en una de estas becas para estudiar solamente?

Manolo. Sí, para estudiar.

Amaury. A mí me pasó igual.

Manolo. Y cuando salgo de pase, voy a buscar a un amigo mío y me dicen: está en Los Marmolistas, el local de un sindicato, cuando llego, había un grupo de aficionados que dirigía la maestra Graciela Chao y faltaba un bailarín.

Amaury. ¿Sobre qué año estamos hablando, Manolo?

Manolo. Estamos hablando del año 63, 1963. Y entonces faltaba un bailarín y me dicen: ¿tú te atreverías a bailar La Troika? Dígole, sí, cómo no, a ver, ¿cómo es?, era muy sencillo el paso de La Troika y la coreografía era bien sencilla. Y fue mi primera función en el Liceo de Guanabacoa. Y a partir de ese momento decidí que la danza iba a ser mi destino final.

Amaury. Fue como una iluminación.

Manolo. Sí, ahí ya, ahí, hablé con mi mamá, le dije: dejo la beca, me pongo a trabajar. Y dejé todo, porque sabía que eso iba ser, eso era lo que yo quería ser.

Amaury. Sí, sí, eso está muy bien, pero tú me hablas de una mamá, buena madre, generosa, recta, llena de virtudes. Pero uno no llega a una cuartería en un barrio cerca de la Virgen del Camino, y le dice a la mamá: yo quiero ser bailarín y ella le dice ¡ay, que bueno!

Manolo. No, no, por supuesto. Cuando yo decido dejar la beca, le digo: Mira, mima, voy a dejar los estudios porque voy a empezar a bailar en tal grupo. Y me dijo: ¿pero no es ballet, verdad? No, no, mima, no es ballet, es una danza folclórica, danzas rusas, latinoamericanas. Dice: Ah, bueno, está bien.

Amaury. ¡Qué cosa! Y tú sabes que yo recordaba, y te voy a hacer la pregunta ahora. Cuando tú me nombraste los bailes de la época. Yo digo, ¿por qué tú crees que muchos de esos bailes ya hoy están en desuso? El cha cha cha, la gente no baila boleros, la gente no baila danzón en líneas generales.

Manolo. Bueno, en sentido general, primeramente yo creo que los lugares donde se baila ese tipo de música, han disminuido, esa es en primera. Y en segunda, que los medios masivos -me perdonan-, pero están haciendo hincapié...

Amaury. No, no, te perdonan, dilo.

Manolo. Están haciendo hincapié en otras cosas, otros tipos de música, yo no estoy en contra de ningún tipo de género, ni ningún temor, porque por suerte, nuestro pueblo siempre ha asimilado todos los ritmos foráneos y los ha transformado en cubanos. O sea, que no es un tipo de temor, pero sí yo veo que se abusa, digamos, del regetón y no tengo nada en contra del regetón.

Amaury. No, no, ni yo tampoco.

Manolo. Pero no hay un equilibrio, yo creo que es falta de equilibrio.

Amaury. Ahí está, esa es la palabra, equilibrio. ¿Qué tiempo tú bailaste, qué tiempo fuiste bailarín, cuántos años?

Manolo. Yo bailé hasta 1982. Desde 1966, o sea.

Amaury. ¿Entraste en el Conjunto?

Manolo. En el Conjunto en el 66. Pero hay una cosa muy importante. Es que desde que yo entro al Conjunto, sin tener una conciencia clara, me di cuenta que el bailarín, como bailarín iba a tener una vida muy corta.

Amaury. Claro, porque normalmente los jóvenes no piensan eso.

Manolo. No, el bailarín, es muy efímera su carrera, y entonces lo que hay que prepararse para eso. Y yo, desde que entré, comencé a anotar, a mi forma y manera.

Amaury. Ah, por qué tú tienes una manera muy particular de...

Manolo. Yo anotaba las coreografías y de esa manera me aprendí el repertorio de aquel momento y eso me permitió después ser ensayador. Y entonces también me preocupé por aprender todos los bailes, masculinos y femeninos. Y eso me permitió ser profesor, y empecé con Rogelio Martínez Furé, no me perdía una conferencia de Rogelio por nada y empezamos a trabajar juntos en los grupos de teatro, en el Teatro Guiñol, en el Grupo de Tito Junco. He trabajado con diversos grupos de teatro impartiendo clases. También, por supuesto, en las escuelas de arte. Pero en esos inicios yo me hice maestro, como se dice, aprendiendo.

Amaury. ¿Y tú crees que ese interés que tú tenías, Manolo, ya desde joven, es una cosa que tú has podido transmitir hoy, y yo voy a hacer un salto, a los muchachos que llegan jóvenes al Conjunto salidos de las Escuelas de Arte?

Manolo. Yo pienso que eso es fundamental, cualquier persona que tenga una responsabilidad en nuestros medios tiene que tener esa responsabilidad de transmitir sus conocimientos.

Desafortunadamente todo el mundo no puede ser maestro, porque hay quien es muy buen intérprete, pero no tiene la posibilidad de transmitir los conocimientos.

Yo, gracias a Oloddumare y a Yemayá, pues tengo esa posibilidad de transmitir mis conocimientos. Y siempre estoy insistiéndoles a los jóvenes, que se preparen para el futuro, para mañana, para cuando ya no tengan fuerzas, ni puedan pararse en la escena por un problema de presencia física. Hay que prepararse. Además, nosotros hay una cosa muy importante, que es el lugar donde tú trabajas, que tienes que preparar esa cantera para que eso se mantenga y sea cada día mejor.

Amaury. Ahora, el momento ese del retiro. Hay gente que dice: sufrí cuando tuve que retirarme porque yo quería seguir bailando, pero estas piernas no dieron más. Y hay otras personas que dicen, piensan o sienten: Ay, ya esto se acabó, qué alivio, a comer, a engordar y a vivir. ¿Cómo fue tu caso?

Manolo. Bueno, tengo que decirte que en la mayoría de los casos cuesta mucho trabajo que el bailarín asuma el momento de decir adiós. Pero yo, en el caso mío, yo soy un bicho raro en este sentido. Dije, es preferible que la gente me diga ¿por qué te retiraste?, a que comenten: ¿Y este, hasta cuándo?

Amaury. ¿Cuándo se va a retirar?

Manolo. ¡¿Cuándo se va a retirar?! Entonces yo eso lo tuve claro, y me retiré, creo que en el momento justo. En el momento que estaba en plena capacidad, y además yo tenía una inclinación muy marcada hacia la creación coreográfica. Me gustó mucho.

Amaury. ¿Y ya siendo bailarín lo habías hecho?

Manolo. Siendo bailarín lo había hecho. Mi primer trabajo fue en 1974, hice un Zapateo. Yo me siento privilegiado, un hombre realizado en el sentido que he asumido toda la cultura popular tradicional. Y realmente he hecho de todo; música popular, danzas de los Orishas, bailes congos, La danza de los apalencados. O sea, que yo...

Amaury. Los Apalencados, esa es una obra muy, muy fuerte y muy popular.

Manolo. Sí, sí. La danza de Los apalencados, es una obra que ha impresionado en todos los lugares donde nos hemos presentado en el mundo entero. En todas partes que el Conjunto ha ido, ha tenido mucho éxito.

Amaury. Es que es bueno también recordar, aunque en este programa normalmente no hacemos este tipo de promociones, que el Conjunto Folclórico Nacional de Cuba, es uno de nuestros grupos artísticos que más países ha visitado. No sé si quedan países...

Manolo. Bueno, yo te digo, yo soy bastante malo con los números, pero te puedo decir que más de 80 giras internacionales ha hecho el Conjunto. Yo creo que nos queda Australia y algunos países asiáticos que no hemos visitado. Pero hemos visitado muchos países de Europa, de América, del Sur y del Norte, del Centro, y el Caribe.

Amaury. Y África.

Manolo. Y África, hemos estado en giras artísticas por Angola, Mozambique, Ghana, Zambia,  Argelia, quisiéramos ir a más.

Amaury. Yo creo que África es indispensable para el Conjunto Folclórico Nacional de Cuba, es absolutamente indispensable. Y tú me decías hace un ratico, Manolo, de tu manera muy particular de hacer coreografías. Cuando tú dices; mi manera muy particular, es  ¿cómo se hace una coreografía?

Manolo. Bueno, lo primero.

Amaury. ¿O cómo la haces tú?

Manolo. Bueno, yo pienso que, lo primero, querer ser coreógrafo, gustarte hacerlo. En segundo, tener el rigor para estudiar, porque sobre todo en nuestras tradiciones, nosotros tenemos que, a la hora de coreografiar, tener bien claro la danza original como es, su coreografía y a partir de eso, desarrollarla. No traicionar la esencia folclórica. Pero eso sí, no desechar la posibilidad de la innovación. De agarrar las técnicas de otras manifestaciones que puedan servir para magnificar, para engrandecer, para hacer sentir orgulloso a nuestro pueblo de sus tradiciones. Además, tener presente las tendencias que hay en el mundo en la actualidad desde el punto de vista coreográfico, nosotros no podemos vivir de espaldas a la realidad, porque nosotros mismos estamos cambiando constantemente.

Amaury. Es que no pueden convertir el ballet folclórico en una cosa museable.

Manolo. Claro, en un museo, y ese es el objetivo del Conjunto desde sus inicios. El Conjunto no es un museo, porque nosotros no hacemos folclor, el folclor lo hace el pueblo. Una rumba no está hecha para ser puesta en un escenario, es para gozar en el solar.

Amaury. Claro.

Manolo. O, por ejemplo, las danzas dedicadas a Yemayá son para comunicarse con los Orishas en un toque de Santo.

Amaury. A ver, pero voy a seguir curioseando, para yo estar tranquilo y para irme para mi casa esta noche con la tranquilidad de que sé un poquito más del folclor. En el Ballet Clásico hay una serie de pasos, cada paso tiene nombre, tienen sus nombres, nombres devenidos del francés, prácticamente todos.  Cada uno de esos pasos que uno ve, cuando uno ve el Conjunto Folclórico, ¿tienen nombres también?

Manolo. Bueno, hay algunos nombres, por ejemplo, sobre todo los toques, y uno identifica, digamos, determinados pasos con el toque que hace el tambor. Digamos, el chachá lukafú.

Amaury. A ver.

Manolo. Chachá lukafú es un paso que es común para todos los Orishas y cambia la gestualidad. Es un paso muy sencillo, bueno, entre comillas sencillo, no es tan fácil. Pero que cambia la gestualidad en dependencia de, si es Oggún, hace como si estuviera cortando, si es Changó, pues atrayendo los rayos y llevándolo a la pelvis, si es Yemayá es ese mismo paso, pero con movimiento de la falda que simboliza el movimiento del mar.

Amaury. Sí, pero cuando tú dices vamos a hacer aquí Oggún y empieza el toque, ya los bailarines saben que va.

Manolo. En dependencia del toque que sea, porque cada paso, o sea, yo puedo en determinado momento, como por ejemplo, yo acabo de hacer en Eshu, una coreografía que lleva un Pas de trois que yo hice, de Eleguá, la entrada de los Eleguá no es con un toque específico de Eleguá. Sino yo escogí otro, que por la riqueza de ese toque, yo lo cogí para la entrada. Y ahí me apropio de las técnicas de danza moderna y se lo aplico.

Amaury. ¿Y tú no tienes que pedir permiso a entidades divinas para eso?

Manolo. Para nada.

Amaury. No tienes que ir a tu altar y...

Manolo. ...No, dice el folclor, la amistad a un lado y el ñañigo por separado. Una cosa es Manolo religioso y una cosa es Manolo artista, aunque para mí eso sea fuente de inspiración. Aunque para mí eso sea la vida. Eso no tiene nada que ver.

Amaury. Pero no tienes que pedir permiso cada vez.

Manolo. No, para nada.

Amaury. Voy a violentar esto, voy a hacer lo otro.

Manolo. No, no, eso son fanatismos que no tienen nada que ver conmigo.

Amaury. Ahora, yo quisiera que tú me hablaras de una persona que ya nombraste, dijiste, mi padrino, pero que es una persona capital dentro de la Cultura Cubana. Y yo pienso -y es mi criterio-, no lo suficientemente reconocido, y creo que cada día debíamos hacerle un homenaje a Lázaro Ross.

Manolo. De acuerdo.

Amaury. Quisiera que me hablaras de él.

Manolo. De acuerdo, de acuerdo, bueno, primeramente quiero decirte, Lázaro para mi criterio como artista, como artista folclórico es una de las voces más privilegiadas que tiene y ha tenido el folclor.

Amaury. Bella voz, bella que no tuvimos antes, ni tenemos todavía.

Manolo. Ni tenemos aún. Eso es por una parte. Por otra parte, Lázaro Ross es una persona que a pesar de no haber sido de estudios académicos, fue una persona que supo estudiar, profundizar en sus tradiciones. Los conocimientos que él tenía por tradición, los hizo, por ejemplo, escribió obras de teatro, como el Alafin de Oyó, que en su momento fue una obra que tuvo mucha importancia en el repertorio del Conjunto Folclórico. Hizo una serie de discos...

Amaury. ...Aquí los grabó, en estos estudios...

Manolo. ...Una antología que para mí es muy importante.

Amaury. ...Ya estaba muy enfermo.

Manolo. ...Ya estaba muy enfermo, pero es de una gran importancia, porque rescata los cantos más olvidados, él los tiene ahí, de todos los Orishas. Para mí la obra de Lázaro Ross es fundamental en la historia del arte folclórico en sentido general.

Amaury. No, y además, no tuvo ningún prejuicio cuando Carlitos Alfonso y Síntesis lo llamaron para que los asesorara haciendo aquellos primeros discos de Ancestros.

Manolo. Lo hizo con Mezcla, también.

Amaury. Con Mezcla, cómo no.

Manolo. Con Síntesis fue fundamental para ese disco Ancestros.

Amaury. Bueno, tú tienes una, vamos otra vez a la cosa personal.

Manolo. Sí.

Amaury. Tú tienes una familia.

Manolo. Sí.

Amaury. Tú estás casado.

Manolo. Sí.

Amaury. Tienes tres hijos.

Manolo. Cuatro.

Amaury. Aquí vive uno solo, ¿no?.

Manolo. Aquí vive la hija mía mayor. Los otros tres viven en el exterior.

Amaury. Viven fuera, pero tienes contacto con ellos, por supuesto.

Manolo. Si, acaban de venir en diciembre, se pasaron el fin de año conmigo.

Amaury. Háblame de Manolo Micler padre, y esposo.

Manolo. Bueno, yo me casé en dos ocasiones, me casé en mi primer matrimonio con Miriam, que tenemos muy buena relación, y la quiero muchísimo.

Amaury. ¡Qué bueno!

Manolo. La madre de mis primeros dos hijos Naet y Dasy, y, mi segundo matrimonio fue con Mayda Calle, bailarina de ballet, y cambió, viró de palo pa'rumba.

Amaury. De tutú para rumba. (risas)

Manolo.  Afortunadamente para mí, porque yo pienso que sin Mayda yo no habría hecho la carrera que he podido desplegar en todos estos años. Porque ella, incluso, hasta hay momentos en que sacrificaba su carrera, porque yo pudiera hacer la mía.

Amaury. Y además, tú tuviste hace poco, no quiero ser indiscreto, pero tuviste un accidente cardiovascular.

Manolo. Cardíaco. Sí.

Amaury. Que, por suerte, del que te veo total y magníficamente recuperado.

Manolo. Aché.

Amaury. Ahí está. Ahora, eso, me dijiste los primeros nombres de tus dos hijos, pero los otros dos.

Manolo. Los otros dos son: Moremi y Diudi.

Amaury. ¿Pero eso son nombres africanos?

Manolo. Sí, todos esos se los puso Rogelio Martínez Furé, que aparte de ser mi compañero de trabajo, y persona que yo admiro, mi maestro, es ya mi familia. Él es mi familia. Me bautizó a Moremi.

Amaury. ¡Ah!, ¿sí?

Manolo. Él fue el padrino de Moremi.

Amaury. Entonces es tu compadre.

Manolo. Sí mi compadre, él es mi familia. Su familia y la mía son..., yo me considero familia de Rogelio Martínez Furé. Y tengo mis nietas.

Amaury. Ah, ¿ya tú tienes nietas?

Manolo. Sí, tengo cinco nietos.

Amaury. ¡Qué bárbaro! Qué producción en esa familia.

Manolo. Nair, Naomi, que me dijo, procura mencionarme en algún programa tuyo.

Amaury. Pues ya la estamos mencionando.

Manolo. Naomi, está Cristiana, que es de Moremi, Cristiana y Aurora. De Diudi, tengo a Melí y de Dazi, mi único hijo hombre, tengo a Nicolás, mi único nieto varón.

Amaury. Bueno, me voy a ir acercando, Manolo, al final. Ahora, ¿Por qué tú crees que en los últimos años el trabajo del Conjunto no se ha hecho tan visible? Cuando yo sé que el trabajo del Conjunto sigue siendo tan importante y tan bueno, como el que ha tenido a lo largo de todos estos 50 años.

Manolo. Bueno, mira, deja ver cómo te digo esto. No es tan difícil, porque yo pienso que lo que hay es un problema de programación. Y los medios no alcanzan y han proliferado mucho los Grupos proyecto. Y entonces, no hay cama para tanta gente, como dice la canción y entonces, pues quizás, a lo mejor no tengamos la frecuencia de presentaciones que debíamos tener.

Pero el Conjunto tiene su espacio, pero es un espacio de participación popular, que son los Sábados de la Rumba.

Amaury. Los Sábados de la Rumba.

Manolo. No es un comercial ni mucho menos.

Amaury. No, no, pero eso es una cosa muy importante. Es un lugar donde la gente va y participa, y es una manera de intercambiar con el público.

Manolo. Nosotros les damos, pero recibimos a la vez de nuestro pueblo su sapiencia. Pienso que tenemos problemas serios con la divulgación de lo que hace el Conjunto. Por eso, a veces, los Conjuntos Folclóricos, también eso es una cosa que ocurre, que los artistas folclóricos la gente no los conoce. No hay programas donde los artistas folclóricos puedan ser más reconocidos. Los artistas folclóricos en general, los bailarines, los cantantes, los percusionistas, que yo quisiera hablar de los percusionistas, nosotros no tenemos escuela de canto ni de percusión cubana.

Amaury. Eso es tradición oral pura.

Manolo. Eso es tradición pura, eso es de oído a oído y de oído a corazón, que nosotros tenemos un proyecto de hacer esta escuela, que pienso que es muy necesaria.

Amaury. Bueno, ahora, yo quisiera que tú me hicieras una reflexión final con respecto a esa realización y esa felicidad que tú tienes, de haber logrado ser: un buen bailarín. Tú no pensaste nunca llegar a ser el director del Conjunto Folclórico Nacional de Cuba. De haber logrado ser un buen hijo, un buen esposo, un buen padre, un buen aprendiz de tus maestros, un buen hijo de Yemayá, por lo tanto, un buen cubano. Quisiera que me dijeras.

Manolo. Bueno, te digo, yo pienso que todas las personas tenemos oculto adentro nuestro talento, lo que a veces uno no encuentra la manera de poder desarrollar todas esas potencialidades. Y, felizmente, hubo un enero del 59, que me dio la posibilidad de vivir un momento de efervescencia, donde la Cultura era algo importantísimo, empezando por la Campaña de Alfabetización. Me dio la posibilidad de codearme con personalidades, artistas, que a pesar de yo no ser una persona de estudios académicos, estar con ellos, diez, una hora, dos horas, eran verdaderas clases magistrales y te hablo de Roberto Blanco, te hablo de Nelson Dorr, te hablo de Adolfo de Luis, te hablo  de Berta Martínez, te hablo de Luís Trápaga, te hablo de Santiago Alfonso, mi maestro, gran maestro que me dio rigor. Te hablo de muchos compañeros muy difícil mencionarlos a todos.

Amaury. ¡Es imposible!.

Manolo. Que me perdonen si alguno se me olvida. Me siento realizado porque he podido hacer lo que he querido hacer. Y me siento muy feliz de vivir donde vivo. Y todo aquel que me conoce sabe, que yo fuera de Cuba, de este país, no puedo estar más de dos meses, dos meses y medio cuando más. Porque me gusta estar cerca de mis matas, me gusta ver a mis vecinos. Entonces, todas esas cosas unidas me han hecho a mí un hombre realizado.

Amaury. Bueno, yo te agradezco mucho, Manolo, que hayas venido. A mí me has aclarado una cantidad de cosas, espero que a los televidentes también. Te agradezco tu tiempo para venir a conversar un rato con Amaury, aquí en la televisión. Y quería terminarcon una frase que me parece fantástica: To iban eshu.

Manolo. ¡To iban eshu!, que lo que hicimos no pueda ser deshecho.

Amaury. Exactamente, te quiero mucho.

Manolo. Gracias.

Amaury. Gracias, muchas gracias.

Manolo Micler en "Con 2 que se quieran". Foto: Petí

Manolo Micler en "Con 2 que se quieran". Foto: Petí

Manolo Micler en "Con 2 que se quieran". Foto: Petí

Manolo Micler y Amaury Pérez en "Con 2 que se quieran". Foto: Petí

Manolo Micler en "Con 2 que se quieran". Foto: Petí

Manolo Micler en "Con 2 que se quieran". Foto: Petí

Manolo Micler en "Con 2 que se quieran". Foto: Petí

Manolo Micler y Amaury Pérez en "Con 2 que se quieran". Foto: Petí

Manolo Micler en "Con 2 que se quieran". Foto: Petí

Manolo Micler y María de los Ángeles García, ex bailarina y relacionista pública del Conjunto Folclórico, en "Con 2 que se quieran", junto a Amaury y el editro Manolito Iglesias. Foto: Petí

Manolo Micler en "Con 2 que se quieran". Foto: Petí

Manolo Micler y Amaury en "Con 2 que se quieran". Foto: Petí