Celebramos el 50 Aniversario de la Victoria de Playa Girón en Galway, exactamente en la sede de los Sindicatos de la ciudad. El Salón escogido estaba abarrotado. Por mi cuenta, más de 10 personas estuvieron todo el tiempo de pie, sin otros asientos disponibles. Y algo curioso, casi la mitad del auditorio eran jóvenes menores de 30 años.
Al terminar el acto, un hombre de unos 70 años, acompañado de quien nos presentó como su esposa, se acercó y de manera muy discreta me pidió hablar en privado. "Por favor, pido que ni mi nombre ni mi foto se usen en público, pues por diversas razones no puedo permitírmelo, pero quiero confesarme con ustedes", comenzó diciendo aquel misterioso personaje.
Soy irlandés. En abril de 1961 era piloto regular de los aviones de combate antisubmarinos de la Marina de los EEUU, y en ese momento estaba destacado en la Base de Opa Locka, en la Florida. Estando un día frente al televisor, vi un reportaje sobre Cuba y su líder Fidel Castro. En ese momento no lo conocía. Pregunte quién era y un oficial me explicó que era el jefe del gobierno cubano, que había hecho una Revolución con medidas de tipo social, se declaró luego comunista y dio armas al pueblo.
El oficial me explicó entonces que una brigada de cubanos exiliados lo iba a derrocar muy pronto. Me reí por dentro y pensé que estaban locos. Yo conocía a algunos exiliados cubanos y le dije: "Si son como los que yo conozco, más nunca lo tumban. No había pasado ni un día cuando me llamaron y me ordenaron que me prepara para una misión supersecreta y muy peligrosa. Me trasladaron hasta un hangar de la Base y alli nos revelaron la misión.
"Ustedes -nos dijo un alto oficial de la Marina- van a sobrevolar el área de Bahía de Cochinos, donde tienen lugar los combates de la brigada de los exiliados. Irán con sus aviones desarmados para evitar que la US Navy entre en combate directo sobre territorio cubano. El objetivo de la misión es la obtención de información segura e independiente de lo que está sucediendo realmente en el terreno.
Y exactamente así lo hice. Ese día y al dia siguiente, sobrevolé el área de los combates en Bahía de Cochinos y por lo menos en mi reporte y fotos estaba claro que la Brigada de exiliados no había logrado penetrar en la profundidad de territorio cubano.
"¿Por qué se quiere confesar ahora?", le pregunté
Porque días despues de la victoria cubana, hablo con mi padre, que estaba en Irlanda, y le cuento lo que había hecho. Me dijo furioso: "¿Cómo te has atrevido a hacer eso? ¿Cómo te atreviste ir a pelear contra un pueblo pobre y a pelear para las Corporaciones como la United Fruit, que son las que están detrás de todo eso? Imbécil, ¿no te das cuenta que es una isla pequeña que lucha por su independencia frente al gran poder imperial vecino.? ¿No entiendes que es como nuestra Revolución de 1916? No pelees contra una isla como Cuba que al igual que nostros ha tenido que luchar contra un cercano poder imperial y mira, me dijo al final, si vuelves a cumplir una misión así, te juro que te retiraré mi apellido.
Por suerte no lo hice más. Dejé la aviación de la Marina de los EEUU. Por eso hoy, con orgullo, aún conservo mi apellido. Y por esa razón es que hoy quiero que en un acto que he esperado cumplimentar desde aquellos días, me permitan disculparme ante el pueblo de Cuba.
Se hizo un pequeño silencio y sin que mediara ninguna palabra tanto Víctor Dreke, combatiente veterano de aquella gesta, así como los cubanos presentes, le estrechamos la mano. Él nos dio un abrazo. Vi que detrás de una columna, discretamente, la esposa lloraba.