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El amor y el temor son los principios de la regulación divina de la conducta

yoruba-danza(Segunda parte y final) Entrevista con el santero Remberto

R.M.L.G.: ¿A Dios se le ama y se le teme?

Remberto: Las dos cosas.

R.M.L.G.: ¿Cuál de los dos sentimientos es más fuerte?

Remberto: El temor. Tú amas a Dios, pero tú no lo conoces, no has podido establecer una conversación como la que estoy estableciendo contigo, ni conoces las condiciones que Él te pueda poner a ti en tu vida presente, pasada y futura. Y no hay nada como el temor a lo desconocido. El temor es mucho más fuerte porque no sabes hasta dónde pueda llegar el castigo. Esta incertidumbre es lo que te hace caer en preguntas del tipo: "¿Y si me pasa algo, si me sucede algo? ¿Y si al final de verdad me pasan la cuenta?" Es un sentimiento hacia un poder infinitamente superior al tuyo, que tú no tienes cómo encauzar ni puedes encuadrar. Quizá tú ames mucho a tu madre, por el hecho de ser tu madre, y ames mucho a tu esposo por el hecho de ser tu esposo; pero no tienes por qué temerles, o no es necesario que les temas. Pero el temor a Dios es infinito, pues no sabes cuándo, cómo y hasta dónde este poder te pueda tocar. El temor hacia Algo que desconoces es superior, es lo superior.

R.M.L.G.: ¿Y Usted cree que, si desapareciera el temor, desaparecería el sentimiento religioso?

Remberto: Yo creo que no, porque quedaría el amor. Ambas cosas van aparejadas. El temor y el amor van aparejados para llegar a Dios; de una manera muy distinta el uno del otro, pero ambos van caminando de la mano. Quizá tú le temas a una cosa, no sé, a equis circunstancia, y al mismo tiempo la ames. Quizá de niña le tenías temor a tu padre, a que te fuera a golpear, a que te fuera a castigar, o qué sé yo... Sin embargo, lo amabas, porque era tu padre, porque te dio la vida, te lo dio todo. ¿Hasta qué punto puedes separar el amor del temor? Lo que puedo asegurarte es que el temor es un freno muy grande en el individuo que tiene una religión, para no caer en el vacío.

R.M.L.G.: ¿Qué otras cosas puede aportarle la religión a la humanidad? ¿Qué papel puede tener la religión en la solución de los problemas humanos?

Remberto: La ética. La moral basada en el amor y el temor de Dios. Todas las religiones tienen sus principios, tanto la católica, como la yoruba, como cualquier otra. Pienso que el sentimiento de humanismo, el sentimiento de proteccionismo, el sentimiento de amor hacia algo, va muy aparejado a la cuestión religiosa. Como decía Heródoto, la humanidad es la misma y la historia se repite. Imagínate a dónde iríamos a parar y cómo estaría el mundo si no existiese un freno para todos nuestros desenfrenos, y perdona la redundancia.

R.M.L.G.: Pero la religión no es el único freno.

Remberto: ¿Cuál otro?

R.M.L.G.: El derecho, la ley.

Remberto: El temor a violar la ley y que te pongan una multa o te metan preso nunca será superior al temor de Dios.

R.M.L.G.: También está la moral. No toda moral es religiosa, y la idea del bien puede ser un regulador eficaz de la conducta.

Remberto: Bueno, eso es discutible. En sus orígenes, la moral es religiosa. Los primeros tratados éticos están en textos religiosos. Revisa el Viejo Testamento: no robes, no mates, no cometas adulterio... Revisa también los libros de Ifá. Luego vienen las adaptaciones, incluso las adaptaciones ateas. Pero no hay mayor regulador de la conducta que la idea de Dios. Eso te lo puedo asegurar. Porque es la idea más poderosa, más infinita, más inescrutable. Sin ella imperaría la prepotencia de unos seres sobre otros, de unos países sobre otros, de unas naciones sobre otras, de un sistema sobre otro sistema...

R.M.L.G.: Pero eso es lo que se observa a simple vista en el mundo, aunque, según todas las estadísticas existentes, la aplastante mayoría de la población de todos los países es religiosa.

Remberto: Es verdad. ¡Imagínate si no tuvieran ningún temor de Dios! Este temor pone limitaciones y frena en parte la actuación de los individuos, las naciones, los Estados. Hasta en las guerras se hace tregua en época de Navidad, por respeto al nacimiento de Cristo. Por respeto y por temor (vuelvo siempre a lo mismo), dos países que se están bombardeando y quieren destruirse el uno al otro, ponen un límite, aunque sea temporal, a la destrucción y la irracionalidad. La religión es el freno; el amor y el temor son las riendas que tiene Dios para evitar que su Creación se descarrile; aunque a veces parece que nosotros los humanos hacemos todo lo que está a nuestro alcance para descarrilarla. El temor a caer en un vacío, a que seas castigado; y el amor que puedes sentir hacia todo lo que te rodea, que te impulsa a hacer el bien al medio social en que te desenvuelves son los principios cósmicos de la regulación divina de la conducta.

R.M.L.G.: ¿Qué futuro Usted le augura a la religión?

Remberto: No sé. Mis conocimientos, mi lógica, mi raciocinio, mi entendimiento no me alcanzan para predecir el futuro de la religión; pero me imagino que una nación, un pueblo, un mundo sin religión, serían el desastre en todos los sentidos, porque imperaría entonces el poder de los hombres, las ideas de los hombres, los apetitos, las ambiciones y los instintos; y eso no tendría freno. La humanidad debería amarse un poco más, compenetrarse un poco más, cosa que me parece bien difícil: ¡han pasado muchos años desde que el mundo es mundo y los seres humanos cada vez somos más bárbaros! Pero si esa compenetración fuera factible, sería la maravilla. Viviríamos todos sobre la base del amor a Dios y al Hombre.