El gobierno del presidente demócrata de Estados Unidos, Barack Obama, y la oposición republicana mantuvieron hoy la dura pulseada por los recortes sobre el presupuesto para el año fiscal 2011, mientras se acerca la posibilidad de un cese de actividades federales si no alcanzan un acuerdo antes de la medianoche del viernes.
En juego están numerosas operaciones gubernamentales no esenciales, pero si el cese de actividades se prolonga demasiado también se verán afectados los pagos a los militares norteamericanos y a decenas de miles de empleados federales.
También quedarán cerrados los parques nacionales y los museos financiados por el gobierno, y en algunos lugares, como la ciudad de Washington, la capital federal, hasta se verá interrumpida la recolección de basura.
El presidente Obama mantuvo varias reuniones con los líderes de la oposición republicana en el Congreso, pero por ahora no lograron destrabar las diferencias.
El "speaker" (presidente) de la Cámara de Diputados, John Boehner, de Ohio, se entrevistó varias veces también con el jefe de la bancada demócrata en el Senado, Harry Reid, de Nevada, pero tampoco alcanzaron conclusiones positivas.
Bajo la presión del Tea Party, el movimiento conservador que lucha contra los impuestos federales y, en general, contra la presencia del gobierno en las vidas de los estadounidenses, los republicanos arrancaron reclamando un recorte de más de 60.000 millones de dólares en el presupuesto federal para el año fiscal 2012, pero ahora aceptarían una poda de unos 40.000 millones.
Los demócratas, por su lado, estaban hoy dispuestos a aceptar recortes por hasta unos 35.000 millones de dólares, según deslizaron voceros del oficialismo.
(Con información de ANSA)