- Cubadebate - http://www.cubadebate.cu -

Diario de El Paso: La ignorancia del experto y las 71 objeciones del Fiscal

luis-posada-carriles-13Por José Pertierra

Abril 1,  2011. El Paso, TX. El abogado de uno de los asesinos del diplomático chileno, Orlando Letelier, en Washington, D.C. testificó hoy a favor de Luis Posada Carriles en El Paso.

José Dionisio Suárez Esquivel fue condenado por conspirar para asesinar a Letelier y a su asistente Roni Karpen Moffitt en el centro de la capital estadounidense el 21 de septiembre de 1976. El ciudadano de los Estados Unidos, Michael Townley, confesó haber puesto la bomba que Suárez Esquivel y su cómplice Virgilio Paz detonaron desde el automóvil que conducían detrás del de Letelier.

Después de vivir como un fugitivo por 14 años, Suárez Esquivel fue arrestado en la Florida en 1990. Confesó el papel que jugó en la conspiración y fue condenado a ocho años de prisión. Su abogado Ralph E. Fernández sostuvo la novedosa teoría legal que la lluvia —y no su cliente— detonó accidentalmente el artefacto.  Sin embargo, la teoría no prosperó. La fiscalía no presentó cargos contra la lluvia, y el tribunal condenó a su cliente.

LOS CONOCIMIENTOS DEL EXPERTO

Fernández testificó hoy en El Paso que salió de Cuba de niño, a los 8 años. Dijo no haber pisado territorio cubano desde 1961, pero se atrevió a declararle al jurado en El Paso: “Conozco todo lo que pasa en Cuba. Me es difícil ser modesto sobre eso”. Ahora ejerce la abogacía en Tampa.

La Jueza Kathleen Cardone lo calificó como un experto en asuntos relacionados con Cuba y con la falsificación de evidencia. Así el abogado Fernández pudo ventilar sus opiniones libremente. También testificó que el investigador cubano, Roberto Hernández Caballero, que inspeccionó los hoteles que fueron atacados con bombas en 1997 en La Habana, falsificó evidencia contra un cliente que defendió Fernández en Tampa ante cargos federales de que había secuestrado un avión cubano.

LAS 71 OBJECIONES DEL FISCAL

El fiscal Timothy J. Reardon III se opuso furiosamente al testimonio de Ralph Fernández, y le pidió a la jueza Cardone que lo descalificara como testigo. “Es simplemente un abogado defensor que hace años le hizo un contra-interrogatorio a Hernández Caballero, defendiendo a un cliente suyo que fue acusado del secuestro de un avión cubano”, argumentó Reardon. La jueza rechazó su reparo y permitió el testimonio.

Durante las 2 horas que la abogado defensora, Rhonda Anderson, interrogó a Fernández, el fiscal Reardon se levantó y planteó 71 objeciones. Reardon hizo casi un reparo por cada pregunta que Anderson le realizó al testigo. La jueza Cardone desestimó aproximadamente 95% de las protestas del fiscal.

La queja principal de Reardon fue que el testimonio del testigo es totalmente irrelevante a este caso. El secuestro del avión cubano no está relacionado con los cargos pendientes en El Paso contra Posada Carriles, dijo Reardon, y el testigo no tiene conocimiento alguno sobre las bombas que estallaron en La Habana en 1997. Además, el acusado de este caso es Luis Posada Carriles y no la República de Cuba. La jueza no explicó las razones por las cuales decidió permitir el testimonio.

La única vez que se mencionó el nombre y el apellido de Luis Posada Carriles durante el testimonio de Ralph Fernández fue cuando Reardon lo hizo para protestar la irrelevancia de las declaraciones del abogado de Tampa.

EL SOPLON

El testigo asombró a la jueza, a los abogados, a los fiscales y al jurado, cuando sin que le preguntaran confesó ser un informante del FBI en la Florida. Un soplón. “Yo colaboré con la inteligencia estadounidense aún mientras representaba a mi cliente, porque pensé que existían intereses comunes”, declaró Fernández. El abogado de Tampa no explicó si, antes de proveerle información al FBI, le pidió permiso a su cliente.

“Mis encargados son del FBI”, dijo orgullosamente el testigo. “El encargado es el agente del FBI que lo dirige a uno”, añadió. Cuando la abogada Anderson le preguntó sobre una carta que recibió de su encargado en el FBI, Fernández se le viró al jurado y dejó caer una frase tentadora: “Entramos ahora en asuntos que tienen que ver con la seguridad nacional del país”.

Solo nos pudimos enterar de que la carta comienza Dear Ralph —querido Ralph. La jueza pidió un sidebar con los abogados y fiscales. Conversaron privadamente y cuando Anderson reanudó el interrogatorio, no le volvió a preguntar de la carta del FBI.

Pero este testigo divulgaba secretos, aunque no se lo pidieran. Espontáneamente reveló que su cliente, Adel Regalado, colaboró con la fiscal Caroline Heck-Miller en Miami para condenar a los Cinco cubanos. “Regalado era un asset [una fuente]. Esto no se ha divulgado anteriormente”, contó Fernández como si fuese un actor en una telenovela.

Un rápido rastreo de los periódicos de la época, sin embargo, muestra que Fernández reveló el mismo secreto a un diario de la Florida en el año 2002. Fernández declaró al periódico que un fiscal de Miami le dijo al juez de inmigración que Regalado tenía información sobre los Cinco que le era útil a los Estados Unidos.

LOS HERMANOS AL RESCATE

La Jueza Cardone permitió que Fernández hiciera declaraciones sobre el derribo de los aviones de Hermanos al Rescate en 1996. “Cuba presentó evidencia que había sido falsificada, tratando de establecer que el derribo ocurrió sobre aguas territoriales cubanas”, dijo Fernández y admitió también haber representado a José Basulto —la cabeza de Hermanos al Rescate.

Fernández contó sobre las supuestas obras humanitarias de Hermanos al Rescate, pero omitió mencionar las acciones violentas contra Cuba cometidas por José Basulto.

HAY VIDEOS DE LOS TURISTAS HACIENDO PIPÍ, DICE EL EXPERTO

Ralph Fernández dijo que sabía de todo sobre Cuba, y le contó al jurado que el gobierno comunista de Castro filma a todos los extranjeros que visitan a la isla, incluso cuando están haciendo sus necesidades en el baño. Al escuchar esa declaración, la abogada defensora aprovechó para preguntarle al testigo sobre los hoteles en La Habana.

Supongo que, a pesar de que hace días no se habla de eso en El Paso, el jurado todavía se acuerda de que el acusado se llama Luis Posada Carriles, y que tiene tres cargos relacionados al perjurio que cometió cuando desmintió estar involucrado en las bombas que explotaron en los hoteles de Cuba en 1997. El inspector cubano había testificado anteriormente que Cuba no tiene videos de las explosiones que ocurrieron en esa fecha.

“¿Sabe usted si Cuba graba videos en los hoteles?”, preguntó la abogada Anderson.

La respuesta fue digna de la filosofía del sinsentido que expone el Sobrero Loco en Alicia en el País de las Maravillas. Declaró Fernández: “No tan diferente de todos lados que es en todos lados. Todo es grabado en todos lados en Cuba, de acuerdo a nuestra inteligencia”.

Con cara de "¿qué dijo?", Reardon protestó inútilmente tres veces, pero la jueza permitió que Fernández terminara su narrativa sobre las costumbres videográficas cubanas. “Los baños, las cocinas, todo es grabado en Cuba”, concluyó.

El testigo no explicó cuantas cámaras de video hay en la isla para poder grabar en todos los baños, cocinas y todos los rincones del país. Pensé que con todas esas grabaciones el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) bien pudiese ampliar su programación televisa y ofrecerle más variedad a la población. Por lo menos algunos episodios sobre las costumbres de los turistas en Cuba.

El fiscal estaba atónito. “No sé ni por dónde comenzar con esta objeción”, le dijo a la jueza Cardone. No tenía que haberse molestado. La jueza tajantemente rechazó su queja y dejó que el testigo pontificara sobre cómo los comunistas acostumbran a grabar a los turistas haciendo pipí.

La jueza se molestó, pero no con el testimonio del testigo. Amenazó al fiscal. “Estoy muy cerca de imponerle sanciones, Sr. Reardon”. El fiscal se disculpó, pero siguió protestando durante el resto del interrogatorio de Fernández.

UNA OPINION SOBRE HERNANDEZ CABALLERO

“¿Tiene usted alguna opinión sobre Roberto Hernández Caballero?” preguntó la abogado de Posada Carriles. Después de otra inútil protesta más de parte del fiscal, el testigo dijo: “Hernández Caballero hace cualquier cosa que sirva los intereses de Cuba”.

Con esa declaración terminó la abogada Anderson de interrogar a su testigo.

“I AM PROUD TO BE AN AMERICAN”

Le tocó al fiscal Reardon hacer las preguntas. “¿Apoya usted que asesinen a Fidel Castro?” preguntó.

“No. Quiero que viva 20 años más para verlo debilitado, para que pague por todo lo que ha hecho”, dijo Fernández. “Quiero que el mundo lo vea debilitarse, porque Castro es el padre fundador del terrorismo”, añadió el abogado del asesino de Orlando Letelier.

Reardon le preguntó cuál es la causa por la cual él aboga. Fernández inmediatamente respondió orgullosamente, “primero la libertad de Cuba, y segundo la seguridad de los Estados Unidos. Uno no puede ser un buen cubano, si no es un buen americano [refiriéndose a los estadounidenses y no a los habitantes del continente]”. Explicó que si existiera algún conflicto entre la libertad de Cuba y la seguridad de los Estados Unidos, él escogería lo último. “I am proud to be an American” [estoy orgulloso de ser un americano], declaró el testigo. No sé si los Estados Unidos está tan orgulloso de Ralph Fernández.

Recordando que Fernández había declarado conocer “casi todo de lo que pasa en Cuba”, Reardon le mostró una foto del hotel Copacabana. “Es un edificio que nunca he visto anteriormente”, dijo el experto.

“¿Tiene usted conocimiento personal de que hay cámaras de video monitoreando en ese hotel?” preguntó el fiscal. Fernández trató de explicar que le habían contado que sí, y Reardon insistió que la pregunta está estrictamente limitada a lo que él ha presenciado. “No”, tuvo que responder el testigo. “Nunca he estado ahí”.

Con esa admisión de ignorancia terminó el testimonio del experto.

EL TESTIGO HONDUREÑO

La defensa entonces citó a Fernando Lardizábal como su próximo testigo. Un oficial de la fuerza naval hondureña en los años 80, Lardizábal admitió no tener ninguna información sobre las bombas que estallaron en La Habana en 1997.

Reardon pidió que la jueza desestimara todo el testimonio de Lardizábal como completamente irrelevante. Por supuesto la jueza Cardone rechazó el pedido del fiscal, y permitió que el hondureño declarara que Posada Carriles era un “alto oficial de la inteligencia estadounidense que luchó en nombre de los Estados Unidos en los años 80 en Centro América”.

Dijo que Posada Carriles representó a la CIA en varias reuniones de alto nivel en Honduras, y que estuvo encargado de suministrar a los Contras de Nicaragua durante esa década. “Posada Carriles estaba en la CIA”, declaró Lardizábal.

LA ESTRATEGIA DE LA DEFENSA

¿Por qué tanto afán de la defensa de sacar el historial en la CIA de Posada Carriles? El abogado Arturo Hernández viene amenazando con contarlo todo desde que este caso comenzó, y la fiscalía ha luchado a capa y espada contra la desclasificación de ciertos documentos delicados.

Esta tarde, la fiscalía presentó una moción confidencial que preparó hace tres días sobre información que la defensa pide que sea desclasificada. La fiscal Behling se opone a la desclasificación, e incluso se la ha ofrecido a la jueza —pero no al abogado de Luis Posada Carriles.

Los testimonios de Ralph Fernández y Fernando Lardizábal tienen como propósito recordarle a la jueza y a la fiscalía que Posada sabe mucho. Que si siguen presionándolo, es capaz de divulgar algunos secretos de la CIA que Estados Unidos no quiere que cuente. Ralph Fernández dejó muy claro que él también sabe mucho, y parece tener muchas ganas de contarlo.

Hasta ahora, la defensa no ha rebatido lo establecido por la evidencia y los testimonios de los testigos de la defensa.

Veremos si la defensa piensa rebatir la evidencia de la fiscalía, o si el jurado se pasará los próximos días escuchando al abogado defensor demonizar a Cuba para tratar de santificar a Posada, mientras sigue amenazando con destapar los esqueletos que hay en Langley.