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Diario de El Paso: El testigo de María Elvira, Live!

letra-hPor José Pertierra

Marzo 29, de 2011. El Paso, TX. El show María Elvira, Live!, llegó a El Paso esta semana. El abogado de Luis Posada Carriles convirtió el juicio federal contra Luis Posada Carriles en un farandulero programa de la televisión mayamense. El abogado defensor presentó a Roberto Hernández del Llano como su testigo estrella para tratar de impugnar el testimonio anterior del inspector cubano, Roberto Hernández Caballero, quien inspeccionó los lugares donde explotaron las bombas en La Habana en 1997.

Hernández del Llano es uno de los invitados preferidos de María Elvira. Acostumbra salir en la palestra televisiva para chismear sobre las vidas personales de Fidel Castro, su esposa y sus hijos. Nunca ofrece pruebas. Solo suelta el rumor para que se riegue por la Calle Ocho de Miami. Así también hizo en El Paso.

CUBA EN TELA DE JUICIO

Antes del testimonio, el fiscal Jerome Teresinski protestó inútilmente ante la Jueza Kathleen Cardone. Le recordó que la jueza anteriormente había dictaminado que no permitiría que Cuba sea juzgada en El Paso. “Este caso es sobre los delitos de Luis Posada Carriles”, dijo el fiscal.

La jueza respondió, “Yo he decidido que el gobierno de Cuba no está siendo procesado aquí, pero permitiré el testimonio del testigo. A medida que proceda el interrogatorio, usted puede protestar a la pregunta y decidiré si permito la respuesta”.

Sabiendo que por el agujero legal que abrió la jueza cabe un elefante, Teresinski volvió a insistir. “Su Señoría, no es que quiera ser quisquilloso...” La risa del abogado del abogado defensor despertó la ira a Teresinski, y —sin terminar la frase anterior— el fiscal le dijo a la jueza: “No le veo la gracia a esto. La conducta del abogado de Posada Carriles es asombrosa. Es falta de profesionalismo de su parte”.

La jueza trató de calmarlo, pero Teresinski se pasó el resto del día encolerizado. Cada pregunta que el abogado de Posada Carriles le hizo al testigo fue puntuada por una fuerte queja de Teresinski.

La jueza rechazó casi todas las protestas del fiscal, y Hernández del Llano hizo en corte el tipo de declaraciones escandalosas que normalmente se escuchan en el programa de María Elvira.

LAS JUGOSAS DECLARACIONES DEL TESTIGO

Dijo que Roberto Hernández Caballero, el inspector cubano que testificó el mes pasado en El Paso, lo torturó personalmente en abril de 2005 en Villa Marista. No ofreció detalles. Solo soltó la acusación. No explicó por qué nunca había dicho eso en las tantas entrevistas que le hizo María Elvira en Miami. Hubieran sido jugosas declaraciones que pudieran haber aumentado el índice de audiencia del programa y garantizarle más fama al testigo en la Calle Ocho.

El testigo contó que trabajó anteriormente en el Ministerio del Interior (MININT) cubano, pero renunció el cargo hace casi 20 años. Dijo haber sido mayor del MININT, y que desertó en el 2007. Ahora vive —where else?— en Miami.

Declaró que en el 2003, dos agentes de la contrainteligencia del MININT lo trataron de reclutar nuevamente. “La tarea que me querían encomendar involucraba a un amigo mío y a un pariente, por eso la rechacé”, contó. “¿Sufrió usted algunas consecuencias?” le preguntó el abogado Arturo Hernández. “Sí. Me amenazaron, y poco después tropas de Villa Marista invadieron la casa de mi hermano Pedro Hernández del Valle y desalojaron a su familia de ahí”, contestó Hernández del Llano.

EL ARROZ CON MANGO

El interrogatorio del testigo se convirtió en un arroz con mango de apellidos. El abogado Hernández le preguntaba al testigo Hernández sobre el testigo anterior Hernández. De Hernández a Hernández sobre Hernández. Afortunadamente, dos de los tres Hernández saben que el apellido se pronuncia Hernández y no Jernandes. Incluso cuando el fiscal Teresinski pronunció mal el apellido de Hernández del Llano, el abogado Jernandes se rió y dijo que el fiscal estaba equivocado. Que no se dice Deliano. Que “el apellido del testigo se pronuncia Jernandes del Llahno”. Con un maestro de castellano como ese, creo que Teresinski está frito.

Roberto Hernández del Llano le dijo al abogado Jernandes que Roberto Hernández Caballero es el responsable de su detención en el 2005. “Desde enero del 2003, Hernández ha dirigido todas las operaciones represivas contra mí”, dijo Hernández del Llano. “Me torturó físicamente, y me golpeó”.

En eso, la jueza declaró un receso. Tenía varios asuntos pendientes que quería resolver. Ella está encargada de otros casos, además del de Posada Carriles. El caso resume mañana miércoles, porque hoy tuvo que suspender el proceso debido a la enfermedad de un integrante del jurado.

Todavía no ha terminado el interrogatorio del abogado defensor, y aún falta el contra-interrogatorio del fiscal.

MARIA ELVIRA

María Elvira tendrá que esperar antes de volver a entrevistar a su “amigo”, como lo llama ella. Lo espera el mundillo nocturno de las pantallas televisivas de Miami, donde acostumbra a declarar sobre los “agentes castristas en Miami”, las casas de seguridad “del régimen”, la supuesta “fortuna de Castro”, los “terroristas que ampara la dictadura en Cuba”, más íntimos detalles sobre la enfermedad y el tratamiento de Fidel Castro.

La conductora del programa María Elvira, Live!, nunca ha mostrado asombro ante las revelaciones actualizadas de su invitado sobre tantos supuestos secretos de la Revolución, cuando lleva casi 20 años retirado del MININT.

María Elvira Salazar conoce El Paso. Después de promocionar con bombos y platillos en su programa las revelaciones que le hizo Posada Carriles durante una entrevista comprometedora de agosto de 1998, María Elvira testificó aquí el mes pasado.  Se retractó de lo que había promovido antes y dijo que las declaraciones del acusado habían sido simplemente un alarde de su parte y que el jurado no las deberían tomar en serio. En la entrevista, http://www.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2011/03/posada-interview-to-maria-elviara-salazar.pdf">Posada Carriles había dicho: “No tengo remordimiento ninguno y acepto mi responsabilidad histórica. La única opción que tenemos los cubanos es combatir al régimen violento, con la violencia”.

Teresinski aún no ha interrogado a Roberto Hernández del Llano. La fiscalía tiene acceso a un expediente sobre el testigo, que incluye la solicitud de asilo que presentó en el 2007. También puede pedirle a Cuba el expediente penal, si es que el testigo verdaderamente estuvo preso allá. Veremos qué preguntas le hará Teresinski mañana.

EL MEDICO FORENSE DE LA DEFENSA

El doctor Ronald K. Wright

El doctor Ronald K. Wright

Ayer también testificó un médico forense que contrató el abogado Hernández. El doctor Ronald K. Wright.  Vino a El Paso con un traje blanco y corbata de lazo. Se parecía a Colonel Sanders, el vocero de unas cafeterías especializadas en comida rápida, basada en pollos fritos —Kentucky Fried Chicken. Con un fuerte acento del sur de los Estados Unidos, http://www.rkwrightmd.com/Trial-depo.pdf">declaró que ha testificado en 520 casos— 178 de ellos casos penales.

Con la excepción de seis casos, siempre ha testificado a favor de la defensa. “Es que la Fiscalía tiene el mercado de los patólogos forenses acaparado.” Dijo que es más fácil que lo contrate la defensa. Testificó que Posada Carriles le pagó $4,500 por su testimonio. Si solamente calculamos los casos penales y los multiplicamos por los $4,500 que le pagaron por éste, el Dr. Wright ha ganado más de $800,000 por su testimonio. Buena pega.

FINGERS

La abogada defensora Rhonda Anderson interrogó al Dr. Wright, quien testificó que la esquirla que se le clavó en el cuello no fue la causa de la muerte de Fabio Di Celmo. Que lo mató la falta de tratamiento médico inmediato. “Si yo hubiera estado ahí, él no hubiera muerto”, dijo con mucha confianza el médico. Por supuesto, no le preguntaron como puede el médico de Miami tener tanta confianza en que las esquirlas de la explosión no lo alcanzaran también a él.

“Lo único que tendrían que haber hecho para salvarle la vida era detener la sangre”, declaró. Levantó ambos brazos, movió sus dedos, y dijo: “Fingers, fingers, fingers. Es muy simple”. Los que rodeaban a Di Celmo pudieran haberle salvado la vida con sus dedos, testificó el abogado pagado por la defensa de Posada Carriles.

LA VANIDAD

Mientras más vanidoso el testigo, más fácil el contra-interrogatorio. El fiscal Timothy J. Reardon lo acorraló con sus preguntas y pronto logró que el testigo admitiera que Fabio Di Celmo murió debido a una hemorragia severa.

“El Señor Di Celmo murió, ¿no es así?” preguntó. Al escuchar la afirmación del testigo, volvió a preguntar. “Usted no estaba ahí, ¿no es así?”. “¿Está usted diciendo que Di Celmo no se desangró?” El Dr. Wright titubeó y dijo: “bueno, sí. Pero no tendría que haber pasado”.

“¿No tenía que haber pasado, porque usted hubiera sabido como atenderlo con sus dedos inmediatamente?”, preguntó con evidente desprecio el fiscal. No hizo falta la respuesta.