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Los ikines no se manejan a voluntad

OyáEntrevista al Licenciado en Biología José Luis Contreras Carmona, hijo de Oggún & Yemayá. Investigador del Instituto Cubano de Antropología.

R.M.L.G.- ¿En realidad cuantas deidades tiene el panteón yoruba? ¿Por qué siempre los mismos?

José Luis- De las deidades que llegan a Cuba, se mantienen en activo entre veinticuatro o veinticinco de ellas, al menos de las que más se hablan y se conoce, sin embargo, quienes saben en verdad de este asunto, dicen que el panteón está compuesto por más de doscientas deidades. A esto hay que agregar, por supuesto, que no todas llegaron a la isla.

En el caso de Oyá, de Yegua, de Obba, o de Inle Abbata son deidades que no son comunes en la práctica. Tal vez esté asociado a que nuestros precursores religiosos no tenían esas entidades para entregar. No se si conoce que hubo un período en nuestra formación religiosa, en Ocha, en que las ceremonias que se realizaban eran de pata/cabeza, ángel de la guarda y elegba, luego pasamos hacia la ensalada santoral. Cuando hablo de ensalada, me refiero a que independiente de tu ángel de la guarda se reciben otros santos que ayudan a la persona en su desenvolvimiento. Mi madrina Yuya dice que adquirir santos depende de la necesidad y de la situación en que se encuentre una persona en determinado momento. Recibir un santo es para la solución de una problemática. Recibirlos todos no es aconsejable, es no distinguir, es tener más de lo que hace falta, ¿si los tienes todos, cuándo tengas problemas, qué vas a recibir? Es lo que nos enseñaron nuestros mayores.

Santos como Oyá, son muy costosos, sus ceremonias requieren mucha sabiduría, y condiciones naturales y sociales complejas, me refiero a ceremonias en un área como el cementerio. Se dice que Olofi escoge a sus hijos según la irradiación, la situación de cada cuál, la identificación de estos con su ángel de la guarda. Considero que Oyá es un santo poco común.

RMLG- Pero si le sale a la persona, le sale. ¿O es que los ikines o caracoles  son empujados en una dirección privilegiando a unos santos y a otros no?

José Luis- No, no. Las probabilidades matemáticas de una respuesta, en un sistema de adivinación no son tan  evidentes. El rango de una respuesta de sí o no es un 50%. En Cuba hay una tendencia en la que se le asocia un oricha a una persona según su aspecto físico, forma de hablar, caminar, relacionarse, interactuar entre la gente, etc.  Algo similar ocurre que cuando se determina el ángel de la guarda de alguien, nos fijamos mucho en estas apariencias. Ya eso es muy común, tú llegas a consultarte y el consultante enseguida, sin tirarte nada, te asocia con un oricha, tal vez sea por la irradiación de este sobre ti, porque eso también es posible; dice-- tú eres hijo de Changó y tú de Ochún, cuando en realidad Olofi es quien ha determinado tu ángel de la guarda.  Es en ese 50% de probabilidades en el que el consultante especula nombrando esos primeros orichas; preguntan por Changó, Ochun, Yemayá, Obatalá que son los más frecuentes.

Una vez que se haya fracasado en ese intento, vienen  santos como Oggún, Ochosi, Oyá, Obba, Inle Abbata, Babalú Aye, Yewa, entre otros, orichas que no son muy comunes, tal vez por lo celosos que son con sus hijos, además de sus ceremonias que son verdaderamente complejas. Además de económicamente caros, son orichas que se pueden recibir de addimú, es decir que en posteriores ceremonias pueden ser recibidos por el santero. El caracol de Elegba, ese va desde el inicio. Muchos de ellos no se coronan o se asientan, se reciben. Oyá, por ejemplo, no es de los más comunes. Cada signo tiene un grupo de orichas que hablan y lo caracterizan, así mismo tienen un grupo de plantas, un grupo de refranes, un grupo de obras, un grupo de historias etc. y el babalawo con toda astucia, al hacer la pregunta, consulta para ver si vino por aquí o por allá. Generalmente, viene dado por el conocimiento que tenga el intérprete del signo en cuestión. Y eso no se inventa. Eso sale en itá, dicen los que saben que ni el más sabio de los sacerdotes de Ifa, logra predecir un posible Odun.

R.M.L.G.- ¿Y Oyá? Háblame de ese oricha.

José Luis- Oyá o Yansán como también se le conoce es la divinidad de las tormentas y de los suaves vientos, es considerada la Diosa de la Guerra. Identificada con el espíritu de los antepasados. Es la Diosa del rio Niger (Odo Oya), dicen que este ha recibido su nombre por esta deidad. Según la trasmisión oral del pueblo religioso cubano, fue la primera esposa de Changó,  de esta misma fuente se especula que este rio se formó por las lágrimas que ella derramó el día que murió su esposo. Es hermana de Ochun y de Obba.

Es la patrona,  portera y dueña del cementerio, aunque se le asocia con los muertos, los que la ayudan en sus combates, puedo decir que ella les teme y sus manillas al sonar los espantan. Usa corona, de 9 puntas, de las que cuelgan sus herramientas y armas, y cuando estas se analizan se nota que tienen funciones necrológicas y guerreras, ---si--- porque nadie dude que es un oricha violento y guerrero. El signo que lo caracteriza en el caracol es Osa (9) número simbólico, en la tirada del coco por Okana y Oyekun.  Hay signos donde se habla de Oyá espantando a la muerte. Historias que defienden a Oyá como la verdadera y legítima esposa de Changó. Otros relatos que hablan que Oyá fue la esposa de Oggún y fue la razón de la gran contradicción entre Changó y este. O tan complejo como que fue la responsable de la muerte de su hijo, cuando lo apalearon en el Yorye de su Ifa por un capricho suyo, pues Orula había determinado que este no era su camino, Ofun Be.

Comentan los santeros viejos que a este santo le pertenecen las frutas de color ocre, caimito, ciruelas moradas, o pasas, las  berenjenas, plátano indio, ñame crudo, maíz hervido, pescado frito, frijoles colorados, harina de maíz, muñetas de frijoles colorados, dulce de harina agria, natilla de chocolate, dulce de coquito prieto, bebidas como el vino tinto; se le ofrecen animales como chivas, palomas gallinas y guineas, todas preferiblemente de color oscuro. También se representa con los colores del arcoíris. Dice la tradición religiosa que está representada en los días viernes de la semana. Es dueña del mineral cobre;  se le llama con un acheré, hecho de vaina de framboyán, su árbol representativo. Otras yerbas como el croto, llantén, chirimoya, hierba fina, hierba de la niña, quiebra hacha, granada, berenjena, son empleadas en sus rituales religiosos. Sincréticamente en la religión católica representa a la virgen de la Candelaria y su dia es el 2 de febrero.

Los hijos de Oyá son resolutivos, impositivos, desafiantes así como el viento, desafían los espacios, no olvidan, muy, muy inteligentes, de una gran capacidad creativa, no creo que conocen límites. En fin  es un santo muy bonito.

R.M.L.G.- ¿Qué quieres decir con que es un santo muy bonito?

José Luis- Inspirado en la vivencia de mi madrina es que te lo digo. Es un santo que propicia, desde el punto de vista religioso, al individuo entender los fenómenos sociales de su alrededor. Se asocia al viento (Osa). En una de las letras del caracol se detalla como es su despliegue por el espacio. Así como no se puede describir al viento por su forma; bueno, porque es amorfo, invisible, inatrapable, así parecido es la vivencia de Oyá. Como algo que no está sólido, que no está definido, no está firme, esto hace que pueda la persona que lo tiene sentirse en el aire, insegura, o exactamente lo contrario, muy firme, muy decidida, muy segura de sí mismo. Valga una anécdota. La hermana de mi madrina hizo Obatalá. En su itá le salió: no cruzar líneas de tren. En la línea férrea de Concha y Luyanó aquel día, el tren estaba detenido, y la hermana de mi madrina, tenía que cruzar al otro lado del anden, estuvo, no se qué tiempo en el lugar, y al fin, decide cruzar, y en ese momento, -tra-catán--el tren reculeteó y la cabeza quedó bajo sus ruedas en la línea. ¿A quién correspondió recoger los restos? -A mi madrina. También fue la que tuvo que tener la fortaleza suficiente al separarse de su esposo y continuar su vida religiosa independiente,  ahora como líder de una gran familia religiosa, fue en su momento alfabetizadora, su posterior esposo, combatiente de la Columna Número 1, en la Sierra Maestra,  fallecido hace algunos años, también le correspondió a ella correr con las acciones fúnebres. Igual a una de sus hijas fallecidas, "a quien pido su bendición desde su monte celestial''. Otra con trastornos psiquiátricos. Sufrir las pérdidas de ahijados, familias, amigos, compadres santorales. ¿Acaso eso no es suficiente para sentirse tan débil como una brisa  y a la vez tan fuerte como una tormenta?

Yo me siento complacido, muy feliz de haber nacido de Oyá y de Oggún, cuando mi madrina hizo santo, nació de jimagua con Oggún, ella y su difunto esposo Wilfredo Jaramillo, Oggún Funchó, prestigioso Oba del siglo pasado, ambos coronados el mismo día 18 de agosto, no recuerdo el año exactamente,  por Apolinar González Ochagueye, Polo como cariñosamente le decían, padrino también de una gran gama de religiosos cubanos y residentes en el extranjero, de origen cubano o no, padrino además de una gloria de la cultura cubana, como Lázaro Ros, Omo Oggún. Provengo de una  de las ramas religiosas más antiguas de Cuba,  esos son mis antepasados los que me conducen por el buen camino cada día, a los que todas las mañana les pido su bendición. Por fortuna o desgracia soy hasta este momento el último ahijado asentado de Yuya, lo digo con orgullo, pues es un criterio muy personal; dicen los religiosos y algunas fuentes evolucionistas, que la vida del individuo tiene un carácter cíclico, pasando por diferentes estadios bióticos o abióticos, es decir elementos vivos como plantas, animales, o no vivo como minerales, materias orgánicas e inorgánicas. Cuando hablo de este tema pienso que mi madrina cumplió con ese ciclo, nació en su coronación: un hijo de Oyá y un hijo de Oggún, en la mía, una hija de Oyá y una hija de Oggún coronaron a un nuevo hijo de Oggún, quien deberá continuar un nuevo ciclo.  ¿La edad que tiene Yuya? Uno nunca sabe  cuanto puede durar una tormenta, pero esta, de la que me tocó, por fortuna formar parte, ojalá que me dure 100 años, las anteriores casi 9 décadas  se las ha proporcionado la fe y la dedicación que ella siente por su santo. Es una fervorosa creyente.