Cambios estructurales precisó la XX Feria Internacional del Libro Cuba 2011 en su sede central de la fortaleza de San Carlos de La Cabaña, de La Habana.
Walfredo Sánchez, miembro del Comité Organizador de la cita, en declaraciones exclusivas a la AIN, destacó que al dedicarse el encuentro a las culturas de las naciones integradas en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) se precisó cambiar el pabellón habitual destinado a esos fines por un área más amplia.
Ello implicó, dijo, trasladar esa sede desde la plaza de San Francisco a la de Armas, en el otro extremo del parque Morro Cabaña y acondicionar unos mil metros cuadrados para que cada representación tuviera el espacio mínimo necesario para desarrollar sus respectivos programas.
Como un gran logro Sánchez menciona la creación de la Sala Bicentenario, una exposición sintetizada en imágenes icónicas y textos de personalidades de la humanidad como Bolívar, Martí, Marx o Fidel acerca del proceso de más de dos centurias de las luchas libertarias en Nuestra América.
Sánchez subraya la excelencia del equipo creativo, encabezado por el historiador Sergio Guerra Villaboy, con la asesoría de la doctora María Dolores Ortiz y la participación de los Premios Nacionales de Edición Luis de las Traviesas y Víctor R. Malagón y el diseñador Ares Pérez Fregel, entre otros.
Dicha exposición, toda una joya de concreción y efectividad, merece recorrer, junto con la feria las principales ciudades de la Isla porque es un acertado vistazo a acontecimientos claves de una historia común, con la facilidad de su ágil montaje y posibilidad de traslado, que mucho agradecerían los asiduos habituales a estos encuentros literarios.
Como otro impulso integrador de los países del ALBA, Sánchez menciona la colaboración recibida por parte de Venezuela y Ecuador en la adquisición de las estanterías y vitrinas de exhibición, imprescindibles para mostrar adecuadamente la diversa oferta de ejemplares en la feria.
Al respecto elogió la gran acogida y apoyo recibido por parte de la empresa ecuatoriana COMEFEX, decisiva en la compra de ese mobiliario esencial y la posibilidad de emprender y desarrollar proyectos conjuntos similares o en otras áreas.