Por Liurka Rodríguez, desde Haití
Jacmel, al igual que otras ciudades de Haití esconde una historia en la distancia, entre el mar y la montaña. Antigua morada de indios taínos y escenario de batallas independentistas, este sitio conserva aún el estilo indómito de sus héroes legendarios. Cuentan, además, que muy cerca de sus costas ondeó por primera vez la bandera venezolana, hace más de dos siglos.
Ubicado a unos 100 kilómetros de Puerto Príncipe, Jacmel es la capital del departamento del Sudeste. Con una población que rebasa los 40 mil habitantes, muchos se dedican, fundamentalmente, a la pesca. Es, probablemente, de los paisajes naturales de Haití, el más difundido en imágenes.
Los reportes de enero del 2010 aseguraron que la ciudad no escapó a la furia del terremoto, sin embargo, este último no pudo borrar la belleza que reposa de tarde en tarde sobre sus payas, ni el color del mercado, ni el pregón de los jornaleros...
Unos kilómetros hacia adelante está la Marigot. Por los valles de la sub comuna Grand Rivière atraviesa el río del mismo nombre, contaminado con el vibrión colérico. La epidemia ha matado a más de 3 mil haitianos, según datos recientes emitidos por el gobierno.
Una inacabada construcción de mampostería sirvió de cimientes para levantar un Centro de Tratamiento de Cólera (CTC), operado íntegramente por un refuerzo de la Brigada Médica Cubana que llegó recientemente a Haití, a propuesta del Comandante en Jefe. Cada equipo de trabajo labora durante 12 horas y está compuesto por un médico y dos enfermeras. Un técnico de vectores completa la nómina, con la función de velar por la higiene ambiental.
La Directora del CTC, la bayamesa Odalys Fonseca, relata con orgullo cada hora dedicada a la atención de los pacientes. Asimismo, se expresa la jefa de enfermeras, Amparo Raquel, añadiendo la disposición de permanecer en el recóndito lugar, el tiempo necesario. Alojados todos en una modesta casa campestre, se comunican en las noches de descanso con una emisora local, que a menudo premia el aporte de la Mayor de las Antillas con la música de sus ondas.
Al combate diario contra el cólera se han sumado dos Grupos de Pesquisa Activa (GPA) compuestos por dos médicos de nacionalidades haitiana y cubana, además de tres enfermeras. Su función es llegar a cada sub comuna para poder identificar a tiempo a los afectados por cólera, realizar charlas educativas, entre otras tareas. Para ello, explica el jefe de la brigada, Dr. Jorge Enrique Casas, han recibido la valiosa ayuda de grupos de solidaridad con Cuba que residen en la zona, quienes avisan de los posibles focos de contaminación y orientan la travesía. En el aparte reservado para las anécdotas, todos coinciden en que a la enfermera Graciela acumula el récord de las caídas, debido a la irregularidad de los terrenos. "Siempre me levanto y continúo"-ella acota.
En la comuna de Cay Jacmel, el Centro de Referencia Comunitaria (CRC), continúa con sus habituales servicios de salud. Dispone del mayor número de cooperantes cubanos del departamento. Es dirigido por Rosaura Pérez, una camagüeyana que escuchamos, entre los típicos sollozos del fin de diciembre, recomendar a su hijo mayor cuidar del menor de catorce años.
Es 31 de diciembre, casi medianoche. En el hemisferio hubo quien brindó por una dicha mejor. Los colaboradores cubanos de la salud en Haití dedican su mejor pensamiento al enero triunfal, refulgente y libertario. El 2011 aparece sin más cubierta que su brisa sempiterna, a ratos verde o blanca, pero siempre de textura solidaria.
Médicos cubanos en Haití
Médicos cubanos en Haití