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Boti escribió 102 poemas y 42 cartas para conquistar su amor

Regino Boti, Cachitica y la hija de ambos, Caridad.

Regino Boti, Cachitica y la hija de ambos, Caridad.

El bardo cubano Regino E. Boti Barreiro escribió 102 poemas y 42 cartas de amor para conquistar a Caridad León, una joven que se convertiría en su esposa el 11 de marzo de 1922.

Esa singular correspondencia y las mencionadas poesías, inspiradas entre el 15 de marzo de 1920 y el 23 de febrero de 1921, reflejan el lado más humano y menos solemne del autor de Arabescos Mentales, al decir de uno de sus descendientes, el Máster en Psiquiatría Regino Rodríguez Boti.

"Cachitica" (sobrenombre de Caridad) aún no había cumplido los 20 años, y su pretendiente, nacido el 18 de febrero de 1878, le doblaba la edad, pero esa diferencia no fue óbice para que tuvieran tres hijos y el matrimonio durara 36 años, subraya el nieto de ambos.

Rodríguez Boti precisa que el poeta muere el cinco de agosto de 1958 y su viuda le sobrevive casi tres décadas, hasta su deceso en noviembre de 1987. Pocos meses antes, entregó a su hija Florentina Regis los originales amarillentos de los 102 poemas y 42 cartas de amor con que el padre de ésta la enamoró.

El también albacea literario de su renombrado ascendiente ofreció a la AIN fragmentos de esas misivas aún inéditas e incluidas en La sutil emboscada del amor, un texto listo para su publicación y en espera del interés de alguna editorial.

La parte poética de ese tributo a su amada fue incluida en \"La Copa de Eros\", manuscrito que nunca vio la luz y que junto a otros miles permanece en el archivo Boti.

Al mediodía del 18 de agosto de 1920, la primera voz lírica de altas resonancias estéticas en el siglo XX cubano escribe a su adorada que "en vano hice por verla ayer; y con esa idea se deslizaron las horas, largas, lentas, aburridas, esperando, también en vano, la tarde".

"Sus versos, preciosos. Teme usted que no me agraden por apartarse su estilo de lo vulgar, y es eso precisamente lo que admiro en ellos", responde al día siguiente la destinataria, que para ahogar las cuitas del remitente indaga "si aceptaría con gusto pasar la tarde del domingo en casa".

(Con información de Pablo Soroa, de la AIN)