Foto de archivo
La operación para sellar "definitivamente" el pozo de crudo submarino Macondo, que podría frenar el vertido de petróleo en el Golfo de México, fue postergado para el próximo mes de septiembre, según informó el almirante retirado de la Guardia Costera de Estados Unidos, Thad Allen, principal funcionario que supervisa las labores en medio del desastre ocurrido el pasado 20 de abril.
Allen dijo que bajo el último cronograma acordado con la petrolera británica Bristish Petroleum (BP), la operación para sellar con la inyección de lodo y cemento en el fondo a través de un pozo de alivio "debería ser concretada la semana después del feriado del Día del Trabajador" en Estados Unidos, que este año cae el 6 de septiembre.
"En las últimas 40 horas hemos acordado una secuencia de acciones que voy a ordenar a BP que tome, comenzando con quitar el sistema de prevención de explosiones, buscando el material que puede causarnos un problema, y realmente intentar ubicar un nuevo dispositivo de prevención de explosiones y luego el bottom-kill", que busca encementar el pozo averiado a unos cuatro mil metros por debajo del lecho marino (superficie cubierta por agua de mar independientemente del régimen de marea), dijo Allen.
Agregó que "esto asegurará que podamos resistir cualquier presión que se pueda generar", señaló. "Si todo eso funciona, deberíamos mirar algún momento de la semana después el Día del Trabajador".
La operación bottom-kill se realizará luego de que el pozo fuera tapado con barro y cemento con el procedimiento static kill, operación que consistió en bombear lodo y cemento en el pozo dañado y que supuestamente puso fin a la fuga de crudo el pasado 15 de julio.
Allen precisó que la petrolera británica BP, responsable de la mayor catástrofe ecológica de Estados Unidos tras la explosión de su plataforma Deepwater Horizon, donde murieron 11 operarios y que desde hace más de 115 días derrama unos 40 mil barriles de crudo, debía reemplazar una válvula anti-explosión, ubicada a mil 500 metros de profundidad, a la salida del pozo antes de proceder con el operativo bottom kill.
Hace unas dos semanas, BP inyectó lodo y cemento en la parte de arriba del pozo para taparlo, para posteriormente continuar con el sellado en el fondo a través de un pozo de alivio.
Con respecto a esta operación, Allen comentó que los ingenieros de BP y científicos del Gobierno de Estados Unidos estaban "preocupados" de que el cemento pudiera haber dejado atrapados hasta mil barriles de petróleo en el espacio entre el ducto del pozo y las capas de rocas alrededor.
La empresa petrolera ha intentado frenar el vertido de petróleo desde el pasado mes de mayo y hasta el momento todas las acciones han resultado un fracaso.
Uno de los primeros intentos fue inyectar una mezcla de cemento y lodo pesado para sellar el pozo averiado. La diferencia con los dos últimos intentos es que BP ha contado con una campana de contención sobre el pozo, que lo ha mantenido sellado desde principios de agosto y que permitiría a los equipos inyectar la mezcla a baja presión y velocidad con mayores probabilidades de "éxito" desde la superficie.
El derrame petrolero, producto de la explosión de la plataforma de BP, compañía petrolera que ignoró tres indicadores de alerta minutos antes del hecho, como lo señalaron Henry Waxman y Bart Stupak, titulares de la comisión de energía y comercio de la Cámara estadounidense, se ha convertido en el peor de la historia.
Fuentes ecológicas han señalado que el vertido ha afectado cientos de especies marinas, entre estas, ballenas, delfines, 110 tipos de aves neotropicales migratorias, mariscos, entre otras, así como a la economía de la población afectada.
(Con información de Telesur)