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Comité organizador defiende vuvuzelas: "Jamás serán prohibidas"

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El comité organizador del Mundial de Sudáfrica descartó hoy una posible prohibición de las vuvuzelas, las trompetas tradicionales que tantas molestias están generando.

El portavoz del comité, Rich Mkhondo, aseguró que no hay intención alguna de censurar las cornetas.

"Las vuvuzelas están aquí para quedarse. Jamás serán prohibidas", afirmó tajante. "Sólo le pedimos a la gente que las use con conocimiento".

"Las vuvuzelas son un fenómeno cultural para nuestro país y para el fútbol", concluyó.

La BBC informó hoy de que la posibilidad de prohibición existía.

"Si hay motivos para hacerlo, sí", dijo a la emisora británica BBC Danny Jordaan, director ejecutivo del comité organizador, al ser preguntado si contempla prohibir las trompetas típicas que hacen sonar los fans sudafricanos durante los encuentros.

"Hemos tenido algunas cadenas de televisión y personas que se han quejado y es algo que vamos a evaluar conforme avance el torneo", dijo Jordaan según la web de la BBC.

Jordaan admitió que no es un gran fan de las vuvuzelas. "Preferiría que la gente cantara", señaló.

Varios jugadores se han quejado del ruido que provocan, lo que dificulta su comunicación en la cancha.

El comité organizador de Sudáfrica 2010 se plantea prohibir las vuvuzelas

El director ejecutivo del Comité Organizador del Mundial de Sudáfrica, Danny Jordaan, dijo hoy que se está considerando prohibir las vuvuzelas (trompetas) durante el torneo tras las quejas recibidas por parte de televisiones y espectadores por el constante zumbido que acompaña a los partidos.

En declaraciones a la BBC, Jordan declaró que se está estudiando esta cuestión y que podría haber una decisión para frenar un ruido que no deja oír ni siquiera los cánticos de los aficionados.

Preguntado por la posibilidad de que se impida a los aficionados entrar en los estadios con vuvuzelas, Jordaan contestó: "si hay razones para hacerlo, se hará".

"Algunas cadenas que retransmiten los partidos y otras personas nos lo han pedido y es algo que estamos evaluando", aseguró el máximo responsable de la organización de este Mundial.

Jordaan añadió que ya se ha hecho algo para evitar el abuso del uso de estos instrumentos: "hemos pedido que no se utilicen durante los himnos nacionales y cuando se hace un anuncio. Sé que es una cuestión delicada y la estamos manejando lo mejor posible".

"Esta cuestión se ha planteado muchas veces y mi opinión personal es que prefiero los cánticos. Siempre han sido generadores de un ambiente maravilloso en los estadios e intentaremos animarles (a los sudafricanos) porque ahí está la auténtica fuerza", aseguró.

Jordaan apeló a recuperar los días de la "lucha" (contra el apartheid): "cantábamos y no soplábamos. Marchábamos y cantábamos".

"A lo largo de nuestra historia hemos demostrado que somos buenos para cantar, algo que inspira y suscita emociones. Este es un gran debate y continuará", concluyó el director ejecutivo.

Algunas cadenas de televisión ya han tomado medidas, como las dos cadenas públicas alemanas, ARD y ZDF, que han regresado a la locución tradicional con el micrófono en mano para amortiguar el permanente zumbido ambiental de las vuvuzelas.

Así lo afirmó el director de programación de la ARD, Thomas Wehrle, en la edición digital de "Der Spiegel", que se hizo eco de la preocupación entre los responsables de los medios por los efectos desesperantes de la popular trompa africana en los oídos europeos.

Según ese semanario, tras probar en vano varios sistemas para aminorar el zumbido -y visto que no se puede simplemente eliminar, puesto que forma parte del sonido ambiente suministrado por el agencia suiza Infront, con derechos exclusivos de la FIFA-, los profesionales de la locución volvieron al viejo micro.

Esto permite una mejor amortiguación del sonido ambiental que los modernos auriculares-micrófono, ya que da la opción de acercarse el micro a la boca, lo que unido a una reducción en paralelo de la toma del sonido ambiental reduce el ruido de las vuvuzelas.

En el arranque del Mundial se han creado varios foros de internet y comunidad Facebook de grupos de protesta -Anti-vuvuzela-Gruppen-, donde algunos cuentan que han optado por dejar muda la televisión y otros por ignorar el torneo en Sudáfrica.

Algunos foristas rechazaron el argumento de Joseph Blatter, según el cual hay que respetar la vuvuzela porque es parte de la cultura sudafricana, y documentaron que estas trompetas llegaron a África hace diez años como producto barato de fabricación china. (Con información de EFE)

Malditas cornetas

Por Raúl Kollmann

Página 12, Argentina

Malditas cornetas. Aunque no parezca, las malditas cornetas nos volvieron locos a nosotros, los argentinos. Nadie sabe quién las toca, porque nigerianos había pocos. El 70 por ciento éramos argentinos. Pero no podíamos cantar "vamos, vamos Argentina" ni "es un sentimiento, no puedo parar" ni "volveremos, volveremos", porque las malditas cornetas te rompen los oídos y no se escucha ni lo que uno canta.

La mayoría de los que estuvimos en Ellis Park nunca habíamos llegado tan temprano a una cancha. Cuatro horas antes del partido, las inmediaciones ya estaban copadas por la celeste y blanca. No había "tenés entradas, que no tengo", sino todo lo contrario. Muchísimos ofreciendo entradas que les sobraban. Las de 160 dólares, perfectas, plateas laterales altas, se terminaron vendiendo en 80. Hubo barrabravas que se ofrecían de intermediarios -como los de Tigre-, pero había que hablar con el jefe y entregarlas a 50 dólares.

Pasaban algunos nigerianos camino a la cancha, pero las cosas no pasaban de cantitos. No faltó el barra que se animó a un piquito con uno de camiseta verde, con todas las cámaras apuntándolo. Ovación de la multitud.

A 50 metros del Ellis Park todo se hace más ordenado. Piden entradas tres veces, la última colocándola en un lector de códigos de barras. Un poco antes, una revisación más bien superficial, pase por el detector de metales y palpado estilo aeropuerto. Centenares de voluntarios vestidos de amarillo indicando por dónde ir, rampas -no escaleras- en caracol y, al final, la multitud celeste y blanca, sentada, dominando casi todo el estadio. Banderas argentinas de todo el interior, de todos los barrios metropolitanos, de hinchadas hasta de los que juegan en el Argentino C.

Y todo el tiempo las malditas cornetas. Nos queríamos hacer mayoría, pero el atronador sonido de abejas lo hacía imposible. Ellos ni siquiera dan la impresión de haber venido a ver el partido, vinieron a tocar la corneta. Les hace gracia eso, se divierten más que mirando lo que pasa en la cancha. Y uno que se quiere matar, porque las tenés pegadas al oído. Y porque no te dejan cantar. No te dejan ni hablar. La mitad de los argentinos estamos consumiendo caramelitos para el dolor de garganta, porque no hay voz que alcance. No te escucha ni el que está a medio metro. El único momento en que, en serio, nos hicimos mayoría, fue cuando se cantó el Himno Nacional. Es decir, se tarareó. Porque lo único que fue antes del partido es la parte orquestal, pero todo el mundo se engancha en el tarareo. Ahí sí fue atronador y emocionante.

De entrada, fiesta. Messi en su esplendor, Higuaín que lo erra, corner, Heinzeeeeeee. Las cornetas bajaron un poquito y hubo momentos, tal vez segundos, en que pudimos cantar algo. Había ganas, euforia, con ese inicio electrizante. Pero bastaba que la pelota fuera por el lado de Jonás para que empezáramos a mirarnos desconfiados. Y después, el toque para atrás y más para atrás y todavía más para atrás, ponía a todos impacientes. Los ánimos sólo se encendían cuando la agarraba Messi y arrancaba para adelante. Ahí venía el grito, claro, tapado por las malditas cornetas.

Segundo tiempo a puro sufrimiento. Se ve que ellos no son gran cosa, pero nosotros no la embocamos. Messi la sigue descosiendo, nos miramos, lo admiramos, los nigerianos también se quedan con la boca abierta. Pero se rehacen enseguida y tocan la corneta. Messi se come un par de goles y, la verdad, en la tribuna había parálisis, aliento contenido. A esa altura ya ni daba para los cantitos.

Final. Suspiro generalizado. No hay clima de fiesta. En el inmenso patio de atrás del estadio se iba a armar un pogo argentino pero no dio para un festejo descontrolado ni mucho menos. Ya era de noche, hacía frío y la zona del estadio no parecía de lo más segura. ¿Rearmará el equipo Maradona? ¿Formará una línea de cuatro que dé más tranquilidad? Pero, fundamentalmente, ¿cómo corno haremos para aguantar las cornetas durante el partido contra Corea del Sur?