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Pocas expectativas de que el derrame en Golfo de México pueda frenarse pronto

Vista de varios navíos que participan en la operación denominada “top kill”, el viernes 28 de mayo de 2010, en el Golfo de México, 88 kilómetros al sur de Venice, Luisiana, EEUU. El director ejecutivo de la British Petroleum (BP), Tony Hayward, realizó una visita a la zona para observar las operaciones. La empresa inició el miércoles una operación, denominada “top kill”, para sellar el pozo inyectando un fluido compuesto por una mezcla de agua, arcilla y químicos, a la que se sumarán después capas de cemento. EFE/SEAN GARDNER / POOL

Vista de varios navíos que participan en la operación denominada “top kill”, el viernes 28 de mayo de 2010, en el Golfo de México, 88 kilómetros al sur de Venice, Luisiana, EEUU. El director ejecutivo de la British Petroleum (BP), Tony Hayward, realizó una visita a la zona para observar las operaciones. La empresa inició el miércoles una operación, denominada “top kill”, para sellar el pozo inyectando un fluido compuesto por una mezcla de agua, arcilla y químicos, a la que se sumarán después capas de cemento. EFE/SEAN GARDNER / POOL

La petrolera BP daba pocos detalles sobre su intento de taponar el pozo que derrama crudo en el Golfo de México y los expertos decían que cualquier avance es a lo sumo gradual, por lo que no estaba claro el sábado cuándo se frenará el peor desastre petrolero de la historia de Estados Unidos.

BP advirtió que recién el domingo o después se sabrá si funciona su intento de taponar el pozo con una técnica llamada "corte superior".

Algunos científicos dijeron que podían ver un avance en el mejor de los casos gradual en las imágenes que una cámara de BP transmite por internet, en las que se observa lodo, gas y crudo que brotan desde el fondo del mar. El video en vivo se ha transformado en una sensación en la internet.

Las imágenes pueden ayudar a ver si BP está ganando su lucha contra el crudo, dijo Tony Wood, director de la Escuela Nacional de Control de Derrames en la Universidad Texas A&M en Corpus Christi, Texas. Si lo que sale es negro azabache, es porque BP está perdiendo el combate para frenar al crudo. Si es blancuzco, es mayormente gas, lo que tampoco es bueno.

En cambio, si es de color café lodoso, como era el viernes, puede ser una señal que el intento de taponar el pozo está comenzando a tener éxito, dijo Wood. Eso "podría significar que está saliendo lodo y que el lodo también está yendo hacia abajo", dijo, lo que es preferible antes que siga brotando petróleo.

Philip W. Johnson, profesor de ingeniería en la Universidad de Alabama, dijo que la cámara parecía mostrar lodo saliendo del pozo la mañana del viernes y dos de los brotes parecían menores que antes. El corte superior parecía tener "un efecto leve pero no espectacular", dijo.

Pero su colega en la Universidad de California en Berkeley, Bob Bea, dijo la noche del viernes que lo que veía no le parecía prometedor.

La tarea, dijo, es como alimentar a un bebé que no quiere comer: sólo tendrá éxito si la fuerza hacia abajo es mayor que la fuerza hacia arriba.

"Es obvio que el bebé está escupiendo la comida de vuelta", porque la presión desde abajo es más fuerte, dijo Bob Bea.

Persisten los interrogantes sobre el derrame petrolero

La nación impaciente no está satisfecha con las respuestas que recibe sobre el desastroso derrame petrolero en el Golfo de México.

¿Qué fue exactamente lo que falló? ¿De quién fue la culpa? ¿Cuánto petróleo está contaminando las aguas del golfo? ¿Podría el crudo llegar hasta la Florida e incluso la costa atlántica? ¿Cuáles serán las consecuencias ambientales y económicas? ¿Acaso las sustancias químicas empleadas para dispersar el petróleo dejarán su propio legado destructivo?

A medida que la mancha petrolera se expande, los residentes de las costas del golfo, Washington y el resto del país exigen respuestas inmediatas. Pero todos estos interrogantes no tienen respuesta fácil.

Durante tres semanas, más de una decena de audiencias en el Congreso y horas de declaraciones de testigos no aclararon la causa ni los efectos totales del hecho, que se desencadenó cuando estalló una plataforma submarina que mató a 11 trabajadores y provocó la filtración del petróleo en el lecho del golfo. Pero este tipo de audiencias, especialmente en un año electoral, suelen ser diseñadas más bien para dar a los legisladores un foro para fustigar un blanco políticamente seguro que para llegar a la verdad.

Algunos indicios vitales, como la enorme plataforma submarina y un mecanismo de seguridad que se suponía debía evitar cualquier explosión, yacen a más de kilómetro y medio (una milla) de profundidad, en un lugar sólo accesible mediante submarinos a control remoto. Algunos de los trabajadores que manejaban la plataforma en el momento de crisis, incluso dos responsables de contener la salida del petróleo, están muertos.

El panorama turbio no se limita al lecho del mar. El gobierno admitió que los reguladores federales estaban demasiado conectados con la industria petrolera y, por lo tanto, probablemente fueron demasiado flexibles para hacer aplicar las reglas de seguridad. ¿Pero acaso el amiguismo contribuyó de alguna manera al desastre?

Mientras BP PLC, propietaria del pozo, intenta cegarlo para impedir que siga soltando petróleo, no se ha precisado siquiera la cantidad de crudo que despide.

El jueves, las autoridades aumentaron el cálculo diciendo que el pozo ha estado filtrando entre medio y un millón de galones diarios. BP y la Guardia Costera calcularon poco después de la explosión que eran unos 210.000 galones por día.

Existe casi la misma incertidumbre acerca de lo que sucede con el petróleo que ya está en el agua. Los legisladores recibieron pocas explicaciones sobre lo que parece una larga columna de petróleo que se moviliza por debajo de la superficie del agua. ¿Es petróleo o una mezcla de petróleo y sustancias químicas? "Se desconoce", dijo Jane Lubchenco, una de las principales expertas en ciencias marinas en el gobierno.

Tampoco se sabe cuánto petróleo llegará a los pantanos de las costas. Si el crudo se ve arrastrado por una corriente de alta velocidad en el golfo podría llegar a los arrecifes de los cayos de la Florida e incluso avanzar a la costa atlántica. Los científicos dicen desconocer cuánto daño podría causar porque para entonces el petróleo estaría significativamente degradado.

(Con información de Agencias/ Patria Grande)