Cubadebate

Ilustración de Titán

Hace cinco años, varios cientos de científicos se reunieron en el Centro Europeo de Operaciones Espaciales en Darmstadt, Alemania, para presenciar un notable acontecimiento: la recepción de las primeras señales que llegaban de la superficie de la luna más grande de Saturno, Titán.

Después de una década de planificación y construcción de Huygens, la misión no tripulada de Europa a este mundo misterioso. Un viaje de más de tres mil millones de kilómetros de la sonda que, a bordo de su nave nodriza de la NASA, Cassini, le llevó más siete años. Un gran número de trayectorias profesionales dependían del éxito de la misión. De ahí la tensión en la sala de control el 14 de enero de 2005.

"Si Huygens hubiese fallado, habría sido un desastre. Sabíamos que no tendríamos otra oportunidad de ir a Titán en 20 años", dice el profesor Juan Zarnecki. Su equipo de la Open University diseñó instrumentos clave para la sonda, que lleva el nombre del astrónomo holandés del siglo XVII, Christopher Huygens, que descubrió Titán.

"Teníamos una acuciante preocupación. Habíamos hablado que Titán era un lugar increíblemente emocionante para conseguir que las agencias espaciales pudieran financiar Huygens. Sin embargo, sólo teníamos la palabra de los teóricos de que esta difusa bola naranja, tal como aparecía en nuestras mejores imágenes, era interesante. Si después resultara ser soso y aburrido, no nos lloverían elogios precisamente."

Luego llegaron los datos, y los primeros resultados ya los recibimos con júbilo en Darmstadt, estaba claro que la sonda de la Agencia Espacial Europea se había comportado magníficamente. En ese punto, Titán aparece como un lugar muy interesante por cierto. Las fotografías revelaron costas que delimitaban oscuros lagos, mientras que la superficie se hallaba con una constitución tostada, comparado por un investigador con un postre cremoso [crème brûlée].

Comparación entre la Tierra, la Luna y Titán

Desde entonces, los científicos han estado estudiando las señales enviadas por Huygens durante su descenso en paracaídas, de dos horas y media, a través de la espesa atmósfera de Titán, de color naranja y rica en nitrógeno. Estos proporcionan suficientes datos para llenar más de un simple lápiz de memoria USB, haciendo que algunos resultados de Huygens sean de los más caros y valiosos recogidos por los científicos.

Al mismo tiempo, la nave nodriza Cassini, continuó con su cámara y sus barridos de radar sobre la luna cubierta de niebla, para descubrir las principales características de la superficie. El conjunto de ambos resultados, hasta hace poco completamente analizados, han descubierto un mundo mucho más extraordinario de lo que hubiéramos sospechado.

"Hay lagos y mares que hacen de Titán ese otro lugar del sistema solar, aparte de la Tierra, con grandes y estables volúmenes de líquido en su superficie", explica Zarnecki. "También hay canales de ríos, grandes extensiones de dunas, clima y meteorología, hidrocarburos complejos y, lo más emocionante, unas fuertes señales de que Titán tiene un océano bajo la superficie que podría proporcionar un hogar para la vida primitiva. Titán resulta ser un lugar increíble. Es una luna que podría ser un planeta."

De hecho, en muchos aspectos Titán se parece a la Tierra, con una importante salvedad. Es extraordinariamente frío, tiene unas temperaturas atmosféricas de unos 200 grados más bajas que nuestro planeta. Al estar situado diez veces más lejos del Sol que la Tierra, consecuentemente recibe una centésima parte del calor del sol que baña nuestro mundo. Puede haber material orgánico complejo en ese lugar, pero las condiciones son simplemente demasiado frías para que la vida pueda evolucionar en la superficie.

Resulta que esos ríos, lagos y mares de la superficie no son de agua, sino de metano, el cual desempeña el mismo papel meteorológico en Titán como hace el agua aquí en la Tierra. Se evapora desde los grandes mares de metano líquido, como el gigante Kraken Mare. Después se condensa y cae en forma de lluvia de metano, a veces ocurren inundaciones repentinas que van labrando los lechos de los ríos, como los recogidos por las cámaras de Huygens.

"El agua en la Tierra existe bajo tres formas: líquido, vapor y hielo", dice Zarnecki. "Pues igualmente pasa en Titán, pero con metano. Por lo tanto, juega el papel de impulsor de los sistemas meteorológicos de esta luna."

En cuanto a la existencia de complejos hidrocarburos en Titán, éstos se forman en la atmósfera superior, donde débilmente llega la radiación ultra-violeta del Sol y rompe las moléculas de metano, transformándolas en hidrocarburos más complejos, como la gasolina. Esta es la causa de gran parte de la calima que ha ocultado la superficie de Titán, como una niebla sobre Los Angeles. Los dispositivos a bordo de Huygens han detectado etano, acetileno y otras moléculas complejas hidrocarburadas (el sueño de un magnate del petróleo). Estos hidrocarburos caen al suelo por la lluvia, aunque la gravedad de Titán es tan débil que, las gotas serían mucho más grandes que las gotas de lluvia de la Tierra.

Sin embargo, estos mares y lagos no cuentan toda la historia. Huygens se asentó en la superficie de la luna, fotografió un paisaje de piedras que resultó no ser de piedra, sino de hielo, la evidencia de que el agua existe en Titán, al menos de una forma.

Los científicos sugieren que, si Titán no fuera tan frío, probablemente se llenara de vida, de tan abundantes que son sus suministros de materias primas orgánicas. Esta luna es, en efecto, un vestigio enfriado de la formación del sistema solar primitivo. Por tanto, es de enorme importancia científica, de acuerdo con Al Díaz, administrador asociado de ciencia en la NASA, que ha colaborado en Huygens. "Titán es una máquina del tiempo, que nos da la oportunidad de observar las condiciones que existían en la Tierra primigenia", señaló después de ver los datos recibidos de Huygens.

En cualquier caso, esta luna podría algún día ser el hogar de formas de vida complejas. "En un par de miles de millones de años, nuestro Sol se expandirá hasta convertirse en un tipo de estrella llamada gigante roja y envolverá a la Tierra con su plasma supercaliente", observa Zarnecki. "Nuestros océanos hervirán y la Tierra se convertirá en un lugar muy desagradable para vivir. Por el contrario, en Titán, las temperaturas subirán un par de cientos de grados, con lo que se convertirá en el nuevo paraíso."

Son importantes también, las observaciones de radar de Cassini, que revelan que Titán tiene una rotación muy irregular. "Todos los planetas y lunas tienen irregularidades leves en su giro, incluyendo a la Tierra", explica Zarnecki. "El efecto es que nuestros días se alargan o se acortan durante un microsegundo o dos. Pero en Titán el efecto es mucho mayor, lo que sugiere la existencia de un océano subterráneo que separa la corteza de la luna de su núcleo. Esta capa actúa como el líquido de un cojinete de una bola gigante, lo cual permite a la corteza y al núcleo de Titán girar a velocidades diferentes, causando estas irregularidades."

En cuanto a la composición de esa capa de líquido, la evidencia apunta como principal candidato al agua, lo que a su vez, tiene consecuencias interesantes, dicen los científicos. Titán probablemente tiene un núcleo caliente, que mantiene esa capa de agua en estado líquido caliente. Por lo tanto, tenemos la perspectiva de una sopa rica en hidrocarburos, filtrándose a través de la corteza de Titán hacia un océano subterráneo.

"Estos descubrimientos hacen que la biología de Titán sea muy interesante. Tenemos un montón de materia orgánica en la superficie y un mar de agua líquida por debajo. ¿Se mezclan los dos? ¿Se han estado mezclando durante miles de millones de años? En otras palabras, ¿hay prósperas colonias de bichos allá abajo, moviéndose y viviendo felices bajo la superficie de Titán?

No sorprende nada que tal perspectiva está alimentando el apetito científico de una misión de retorno a Titán. Ya se están planeando varias sondas, incluyendo una misión conjunta europeo-estadounidense, que llevaría dirigibles y globos. Estos aprovecharían la espesa atmósfera de la luna, que es más densa que la de la Tierra, y su baja gravedad, que es una séptima parte de la nuestra.

"Volar en Titán debe ser fácil. Siguiendo sus vientos deberíamos ser capaces de darle la vuelta en un par de semanas, en busca de lugares promisorios para aterrizar e investigar", señala Zarnecki. "También podríamos navegar en sus mares de metano con naves robot y convertirnos en los primeros marineros extraterrestres. Lo más importante, sin embargo, sería tratar de encontrar signos de una incipiente biología en Titán. Eso sería el colmo."

(Con información de Bit Navegantes)