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Lección para Haití: Dos años después, Pisco sigue sufriendo

Iglesia de PiscoPasaron dos años desde que Pisco, Perú, fue destruido por un terremoto de magnitud 7,9 que mató a 596 personas y redujo a escombros esta ciudad costera, donde abundaba la pobreza.

Luego del temblor, miles de rescatistas y de funcionarios llegaron a la zona, junto con millones de dólares en asistencia. Se hicieron planes para ayudar a los sobrevivientes, edificar construir viviendas resistentes a los terremotos y reconstruir el principal hospital de la zona. Aseguraron que Pisco entera sería reconstruida.

Nada de eso sucedió.

Muchas de las calles de Pisco siguen cubiertas de escombros.

Miles de personas viven a chozas. Otros miles se han ido.  Y el nuevo hospital? Nada. Ni ha comenzado la construcción.

"El estado se olvidó de nosotros'', declaró Medalit Díaz, de 33 años, quien vive en una de varias tiendas y chozas precarias erigidas junto al estadio de fútbol de la ciudad.

El mundo estuvo lleno de buenas intenciones en los días posteriores a la tragedia, en que en las pantallas de televisión se ven padres llorando y rescatistas que hacen lo que pueden por ayudar, como ocurre hoy con Haití, devastada por un terremoto que mató a unas 200.000 personas. A veces, esas buenas intenciones dan resultados. Llega asistencia durante años y se resuelven los problemas de una comunidad. Pero en sitios como Pisco, las buenas intenciones duran pocas semanas y tropiezan con corrupción, burocracias titubeantes y disputas políticas.

Díaz es una mucama que vive con una hermana, un hermano, su padre, dos hijas y una sobrina en una choza de un ambiente. Dice que al principio no podía creer que estuviese viviendo en esas condiciones.   De a poco, una se acostumbra, pero es duro'', expresó.

La situación en Pisco contrasta con la de Banca Ache, la localidad indonesa devastada por un tsunami en el 2004, donde la destrucción alcanzó niveles casi apocalípticos. Desaparecieron barrios enteros, muchas embarcaciones aparecieron tierra adentro, lejos de la costa. Tomó meses recuperar todos los cadáveres. Se calcula que unas 230.000 personas murieron en Idonesia, Tailandia, la India y Sri Lanka. Más de la mitad de ellas en la provincia de Ache.

En las primeras semanas reinó el caos, pero con el correr de los meses las cosas se fueron organizando. Un año después del tsunami avanzaban a buen paso numerosos proyectos de reconstrucción. Hoy que han pasado cinco años cuesta creer que sucedió algo tan terrible no hace mucho tiempo. Hay calles bien pavimentadas, casas resistentes a los terremotos y escuelas y clínicas modernas.

También hay orfanatos cómodos y terapeutas que ayudan a sobrellevar el stress. Abundan los talleres donde se capacita a la gente para que consiga trabajo.

En total fueron donados 13.000 millones de dólares para la reconstrucción. Casi la mitad fueron usados en Ache.

No solo enviaron dinero, sino que se preocuparon por ayudarnos a salir adelante'', expresó H. Tu Bulquaini, director de Markaz Al-Islah, un pequeño orfanato y escuela con internado.   Los niños lo percibían. Se ocuparon de nosotros.  Cómo podemos pagarles?''.

Cuál es la diferencia?  Por qué Banda Ache fue reconstruida y Pisco no? Por qué un desastre genera apoyo y donaciones por años y otro, por más que haya sido de menor magnitud, es olvidado tan pronto?

Para empezar, Pisco enfrentaba problemas a varios niveles: su infraestructura ya estaba decrépita, había una burocracia infernal que lo único que hacía era poner obstáculos, la ayuda estuvo mal organizada y, por sobre todo, abundaba la corrupción y las intrigas. Todo esto hizo que le resultase difícil a los organismos internacionales trabajar con las autoridades locales.

En Ache, por el contrario, la reconstrucción estuvo muy bien organizada, con un buen comando central, que mantuvo una relación fluida con los donantes. Además, las tenebrosas imágenes de la tragedia que asomaban por las pantallas de los televisores justo antes de la Navidad hicieron que lloviese la ayuda financiera.

En muchos sentidos, Pisco y Ache representan los extremos opuestos de lo que puede suceder con la ayuda internacional cuando hay una tragedia natural. No está claro cuáles son las reglas que hacen que el mundo le preste atención a un desastre y no a otro.

En el caso de Bangladesh, por ejemplo, hay una calamidad natural tras otra y cuesta enfocar la atención cuando el país es azotado por un ciclón o una inundación. En Mianmar, donde un ciclón mató a casi 140.000 personas en el
2008, el gobierno militar impidió el ingreso de organismos internacionales de ayuda en un primer momento. Cedió ante la condena generalizada, pero mantuvo alejados al grueso de los periodistas, por lo que el mundo no pudo informarse demasiado de esa tragedia.

Cuando Cachemira sufrió un terremoto en el 2004, murieron 80.000 personas. Si bien la respuesta del gobierno fue muy lenta, muchos de los sobrevivientes dicen que no se sintieron olvidados.

"No somos desagradecidos. Estamos satisfechos con lo que nos llegó'', dijo Mohammed Imtiaz, propietario de un pequeño restaurante en la ciudad de Muzaffarabad, que fue destruida por el temblor.

El gobierno promete que el año que viene iniciará la construcción de tres ciudades nuevas, más de cinco años después de la tragedia.

Imtiaz encoge los hombros. "Aquí seguimos esperando'', manifestó.

(Con información de AP)