Las medidas de seguridad en los aeropuertos de EEUU han aumentado con el pretexto del intento de atentado del pasado día de Navidad. AFP
The Daily Press
Newport News, Virginia
Como un jubilado profesional de la política de relaciones exteriores de Estados Unidos, con enfoque hacia América Latina, estoy consternado por que la Administración de Seguridad del Transporte (TSA) ha añadido a Cuba a la lista de viajeros de 14 países que serán sometidos a cacheo de cuerpo completo antes de poder abordar vuelos con destino a Estados Unidos. Lo que está haciendo la TSA sólo confirma que después de 50 años la cola, cada más día más desgastada, del exilio cubano en la Florida sigue siendo la que menea al perro de la política exterior estadounidense.
Cuba no es ahora y nunca ha sido directamente responsable del terrorismo ni lo ha apoyado. De hecho, su experiencia con el terrorismo es de víctima y no de autor: En 1976 un avión de Cubana de Aviación fue bombardeado por los exiliados cubanos. Causaron la muerte de las 73 personas a bordo.
Añadir a Cuba a la lista de los países cuyos viajeros recibirán un control especial por la TSA es contraproducente: en primer lugar, se politiza lo que no debe politizarse: nuestros esfuerzos para defendernos de las amenazas verdaderas a aeronaves nuestras de parte de extremistas islámicos. En segundo lugar, disminuye nuestra credibilidad ante las naciones amigas y solidarias que no comparten nuestra peculiarmente americana obsesión de demonizar a Cuba.
Bob Austin
Williamsburg
(Publicado el 12 de enero de 2010, en el Daily Press, Estados Unidos)