Que me vele el paisaje de Viñales,
la vega más lozana,
la entrañable presencia de su valle.
Así lo plasmó en su poema "Testamento" la escritora cubana Dora Alonso, y sus deseos se cumplieron. Tras morir el 21 de marzo del 2001 sus cenizas fueron esparcidas en ese lugar de la geografía pinareña.
"Eso lo hice yo, escogí el lugar que más le gustaba a ella. Ella quería quedarse para siempre allí, y esa fue una manera de complacerla", aseguró Fausto Rodríguez Sánchez quien le acompañó en la vida desde el año 1955.
Esta relación afectiva de Dora con el Valle de Viñales la llevó a su novela radial Flor de aguinaldo, que transmitió la emisora cubana Radio Progreso.
Carmen Puga, asesora del espacio Novela Cubana, significó: "A Dora Alonso le gustaba el Valle de Viñales. Lo reflejó en su obra con la belleza que ella tenía por dentro, y la belleza que tiene el propio valle por su única y exclusiva naturaleza".
"Yo recuerdo que hablaba del campo cuando crecían los aguinaldos, que ella decía que eran montes que parecían nevados, uso imágenes muy lindas que soy incapaz de repetir", explicó Puga.
"¿Por qué le gustaba el Valle? Yo creo que es por la paz que se siente en ese lugar, por la sencillez al mismo tiempo de una geografía bella. Y pienso que si le gustaba tanto a Dora, era porque ella era un poco así: sencilla, enigmática y única como el Valle de Viñales", sentenció a los realizadores del radiodocumental "Renacer entre aguinaldos".
Caridad Martínez, quien dirigió todas las novelas radiales de Dora Alonso transmitidas por la emisora cubana Radio Progreso, al referirse a la manera en que la escritora reflejó su cariño por esta región vueltabajera, en Flor de Aguinaldo, señaló: "la forma de describir sus paisajes, la psicología de sus personajes, la sencillez de su gente, la grandeza de ese lugar. Pienso que en toda la obra te da el amor que ella sentía por el valle".
También en su producción literaria la escritora dejó plasmado su afecto por el Valle de Viñales, como lo confirmó, Fausto Rodríguez Sánchez: "El impacto de Viñales, tanto de la naturaleza como de su gente fue tan fuerte sobre ella que parte de su obra está situada en ese lugar, por ejemplo El Valle de la pájara pinta, que fue un libro para niños de ella, nació allí".
Al referirse a este texto, en una entrevista concedida a Fernando Rodríguez Sosa y publicada por el periódico Trabajadores, Dora Alonso señaló: "Es mi libro más completo, pues técnicamente es el mejor realizado...Incluso, después que escribí El valle de la Pájara Pinta, que se desarrolla allí, cada vez que voy a esa zona estoy esperando ver a Isabela, a la abuela Cirilina, a Garralén. Es mi única obra donde mis personajes me rodean y me llevan de la mano."
Para quienes conocieron a la escritora, el hecho de que sus cenizas se esparcieran allí, hace eterna su presencia en el Valle de Viñales.
(Por Carlos González Almora, Yemilé Crespo Barrios y Pedro Alfredo Castillo González)