Un multitudinario homenaje recibe hoy el fallecido cantante peruano Arturo Cavero, conocido como "Zambo", como aquí se llama a los mulatos como él, e intérprete excepcional de aires criollos y afroperuanos.
Dueño de una voz peculiar que los conocedores vinculan al filín negro y que podía por tanto alcanzar tonos muy altos, el "Zambo" recibe el aprecio de gobernantes y multitudes, en el Museo de la Nación, donde desde ayer sus restos son velados.
Largas filas de ciudadanos de todos los sectores aguardan para despedirlo, como expresión del aprecio que el pueblo le tenía, por la calidad de su voz, lo popular de sus canciones y por su humildad y sencillez, pues era ajeno a los alardes y los escándalos que tanto marean a los astros.
El presidente Alan Gracía, quien era amigo del "Zambo", decretó duelo nacional y en virtud de ello la bandera peruana ha sido izada a media asta en el palacio de gobierno y en todos los edificios públicos y unidades militares.
La tristeza por la partida del cantor popular, es acompañada por el tronar del cajón (caja de madera que los esclavos negros improvisaron en la Colonia como tambor) que el difunto tocaba magistralmente y que hoy le da un lógico clima musical al adiós.
Alto y voluminoso, el "Zambo" falleció ayer, a los 69 años de edad, por complicaciones de la obesidad, tras largos días de angustia por su agravamiento, que tuvieron en vilo a todo un país, hasta el desenlace fatal que dio paso a un desembalse de afecto por quien vivirá por siempre en la memoria y la cultura de los peruanos.
El "Zambo" se fue rodeado del cariño de un pueblo que hoy recordará por siempre su voz en canciones emblemáticas que hizo inolvidables, entre ellas "Contigo Perú", casi un segundo himno nacional.
(Con información de Prensa Latina)