Más de la mitad de los lectores de Cubadebate que respondieron a una encuesta sobre la política exterior de Estados Unidos para Honduras, se inclinaron por Otto Reich y John Negroponte a la hora de designar quién manda en la Casa Blanca respecto a este tema.
Las otras opciones eran Hillary Clinton, Barack Obama, Hugo Llorens y el embajador norteamericano en la OEA, Lewis Anselem, como pueden apreciar aquí.
John Negroponte, ex embajador yanqui en Honduras, estuvo vinculado a la subvención de contra en Nicaragua y de los paramilitares que ejecutaron a cientos de personas en Centroamérica durante los años ochenta. Fue, además, embajador de EEUU en Iraq y el representante de su paísante las Naciones Unidas, director nacional de Inteligencia y, por último, subsecretario de Estado en el gabinete de Condoleezza Rice.
La historia de Reich en las relaciones de Usamérica con Latinoamérica es tanto o más repulsiva. Trabajó sin descanso para mantener el bloqueo contra Cuba; ayudó a Orlando Bosch, el célebre terrorista, a encontrar refugio en Estados Unidos y creó propaganda nacional antisandinista para la Casa Blanca con Reagan desde la Oficina de Diplomacia para Latinoamérica del Departamento de Estado. Su último puesto de trabajo en el Departamento de Estado lo obtuvo en la primera administración Bush, y desde ahí apoyó el fracasado golpe de Estado de 2002 contra Hugo Chávez en Venezuela, así como el golpe que sí tuvo éxito en Haití contra Jean-Bertrand Aristide en 2004.
Como diría Roy Chaderton, el embajador de Venezuela ante la OEA, "hemos tenido el Primer Reich, después el Segundo Reich y ahora, por desgracia, nos enfrentamos al Tercer Reich que se mueve en el ámbito latinoamericano gracias a una ONG para avivar las llamas del golpe".