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Amaury Pérez: “A esta hora esto es un tren que no hay quien lo pare”

amaury-perez-vidal-cubadebateLA HABANA.- Cuando el cantautor colombiano Juanes arribó por primera vez a Cuba, el pasado 24 de junio, ya traía en sus maletas 50 permisos aprobados por el Departamento de Estado y del Tesoro para que músicos de Estados Unidos y Puerto Rico se presenten el próximo 20 de septiembre en la Plaza de la Revolución de esta ciudad.
Desde que decidió en mayo pasado realizar en La Habana el segundo concierto llamado Paz sin Fronteras, nada ha sido improvisado en la organización de uno de los eventos musicales que “pasará a la historia” por el número de asistentes que convocará: entre 500 mil y 700 mil personas, según las estimaciones del músico Amaury Pérez, principal organizador del concierto por la parte cubana.
Cada paso que ha dado el multipremiado músico colombiano ha sido estudiado con detalle. Nada, ni las protestas surgidas en Miami, Florida, Estados Unidos, ni las amenazas a su esposa embarazada y a él, ni el anuncio de un supuesto boicot comercial a sus discos lo han orillado a cancelar el concierto en Cuba.
Con gran sigilo e inteligencia, Juanes (Juan Esteban Aristizábal) planeó todo, va siempre un paso delante de sus detractores de Miami, a decir de Amaury.
“Juanes es un hombrecito porque me lo ha demostrado. Él trató de conciliarlos a todos: los cubanos de Miami y los cubanos de La Habana. Ha tratado de que todo sea bajo el concilio, pero no ha logrado el concilio. Juanes nunca puso en duda el venir. Yo nunca he visto a Juanes vacilando.”
Lo expresa sin titubeos Amaury Pérez, fundador de la llamada Nueva Trova Cubana, en entrevista con Proceso:
“A esta hora esto es un tren que no hay quien lo pare”
El cantautor cubano hace un símil de las protestas del exilio cubano de Miami con una guerra sucia contra un “gesto de amistad” que pretende Juanes con un concierto “blanco”, sin color ni predominio de una raza, sin ideologías.
“Los cubanos de Miami nos bombardean con granadas, cohetes, cañones… Sólo por el hecho de que Juanes pueda venir con sus compañeros y cantar libremente en Cuba, opinar los que se les dé la gana. Cantar sus canciones, que un público tremendo los aplauda y los reciba con los brazos abiertos”, señala una y otra vez.
Confirma que el gobierno cubano no ha puesto ninguna condición a Juanes para realizar el concierto.
“Nada, nada de condiciones”, insiste, y explica que la lista de invitados al magno evento del 20 de septiembre será responsabilidad del propio Juanes, “quien es el verdadero director artístico”.
El autor de Acuérdate de abril revela que Juanes, “con la absoluta libertad que tiene”, se ha encontrado con cantantes cubanos que radican en La Florida. Sostuvo una amplia reunión con Emilio Estefan, a quien no pudo convencer de participar en el recital de La Habana.

Bendición de Clinton

Unas semanas antes de su arribo a la capital cubana, Juanes buscó la bendición de Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos; de Thomas Shannon, vicesecretario adjunto; y del director para América Latina del Consejo de Seguridad Nacional, Dan Restrepo.
Precavido como es, Juanes planificó todo de tal manera que la reacción de la comunidad cubana en Miami no afectará la organización.
Entrevistado en su departamento de toda la vida, ubicado en la zona exclusiva de Miramar, Amaury Pérez habla de la “honestidad y transparencia” de Juanes; da detalles de la cena en La Habana en la que se decidió formalmente organizar el concierto, y saca a relucir una gama de calificativos para un exilio cubano “que no acaba de aprender de sus errores históricos”, refiriéndose en particular y con dureza a Willy Chirino y a María Conchita Alonso.
–¿Cómo se decide hacer el concierto?
–Él vino a Cuba hace un mes y medio, estuvo 24 horas, y conversando con el viceministro de Cultura, Abel Acosta, me llamaron para asistir a una cena el 24 de junio. Lo fui a saludar. Yo ya lo había conocido hace muchos años, cuando él hacía la promoción de su primer disco en México.
“En esa ocasión, me preguntó sobre Cuba, me dijo que admiraba la música de Silvio (Rodríguez) y mi música. Me preguntó si la música de él se conocía en Cuba; le dije que las primeras canciones, sobre todo A Dios le pido, se escuchaban en la radio.
“Asistí a la comida junto con Silvio Rodríguez. Ahí nos saludamos. Él vino con la idea de hacer este concierto, estaba muy entusiasmado. Nuestro viceministro Abel Acosta le explicó que si estaba dispuesto asumir las consecuencias y las represalias que esto traería. Él dijo que estaba consciente y asumía los riesgos.”
–¿Ustedes sabían que se había reunido con Hillary Clinton?
–Cómo no, él lo dijo, él fue muy honesto. Él dijo que lo primero que había hecho fue reunirse con Clinton. Siempre ha tenido la idea de invitar a músicos de Estados Unidos y Puerto Rico; como sabemos, los artistas de Puerto Rico están condicionados por las leyes estadunidenses del bloqueo.
“Él se había entrevistado con Hillary Clinton, nos mostró una fotografía con Thomas Shannon y Dan Restrepo. Si bien no le habían dado el apoyo oficial, le expresaron su aprobación pues consideraban que era importante el intercambio cultural con Cuba. Le aprobaron 50 permisos para igual número de músicos estadunidenses y puertorriqueños.
“Todo eso lo habló con nosotros. No dijo nombres de los artistas que vendrían. Tenía la idea de invitar a un grupo de artistas. Es cierto que en ese momento (la cena fue el 24 de junio) sólo se estaba confirmando a él mismo.
“La voz cantante fue Juanes. Los artistas los escogía Juanes, eso no hay duda. En esa conversación surgió la idea de los Van Van. Juanes se puso feliz porque recordó que en algunos conciertos, cuando era muy joven, él les abrió el espectáculo en Colombia.
“Cuba no le impuso ningún artista. Cuando nos reunimos no había lista de artistas cubanos, él traía algunas ideas. Iba a escoger a los artistas que él quisiera. En ese momento no había nombres de extranjeros ni de cubanos. Ahí sale el nombre de Silvio, a mí me pide que participe y surgen en la comida los Van Van.
“Nosotros queríamos que hubiera muchos más, pero de qué tamaño podría ser ese concierto, es un concierto que debe tener un límite y la idea es que los invitados, los artistas que el público cubano no puede ver, sean los que tengan más participación.
“En esa comida Juanes invitó a Silvio a cantar; Silvio, sin mediar condición alguna, le dijo que sí. Yo también le dije que sí. No nos puso ninguna condición sobre qué deberíamos cantar, y nosotros tampoco pusimos condiciones. Nada, nada, nada…
“Una de las preguntas que hizo fue sobre los espacios más grandes que teníamos. Se habló de la Plaza de la Revolución. Es el lugar más grande que nosotros tenemos para ofrecer conciertos y eso. Yo incluso le expliqué que la plaza no sólo tenía un simbolismo político e ideológico, también religioso.
“Le hice la historia de la primera misa que se hizo en la Plaza de la Revolución. Recientemente triunfaba la Revolución y un comandante rebelde que era cura, el padre Sardiña, ya fallecido, ofició la primera misa de la Caridad del Cobre. La madre de Fidel Castro estuvo como feligresa de esa misa. También el papa Juan Pablo II ofició una misa masiva en la Plaza de la Revolución.
“Le expliqué que se habían hecho muchos conciertos ahí. Yo recordaba uno de la Nueva Trova Cubana, después uno que hicieron Silvio, Fito Páez y Luis Eduardo Aute. No sería la primera vez que se hacía un concierto masivo en ese lugar.
“Ahí surge la idea, de Abelito Acosta, de que yo sea el organizador por la parte cubana, porque tengo experiencia, he organizado muchas actividades masivas, artísticas por supuesto, no políticas. Tengo alguna experiencia y Juanes no tiene en Cuba una infraestructura de producción para estar aquí montando el espectáculo.
“Hay que ayudarlo para montar tarimas, luces, audio, pantallas, los acondicionamientos lógicos para un evento de tal magnitud. Todo mundo está de acuerdo. Esto es mucho trabajo para mí, y además tengo que cantar.”
–¿Qué solicitó o cuáles fueron las condiciones que puso Juanes?
–Sus requerimientos son: primero, que no se politizara el concierto, de ambas partes, ni de los artistas que vienen ni de los organizadores. Se le dijo que no sería politizado por la parte cubana. Segundo, aceptó que se hiciera en la Plaza de la Revolución. Tercero, pidió que se ponchara la televisión a dos manos (cubana-colombiana); se le dijo que sí. Pidió que la señal fuera libre y abierta, se le dijo que sí. Cualquier país en el mundo puede tomar la imagen sin que medie dinero. Puede engancharse a la señal cubana y transmitirla sin permiso de ningún tipo.
“Otro requerimiento fue no lucrar con el concierto. Que no se hiciera un DVD, que no se hiciera un disco, que no tuviera ninguna comercialización. Que la política de mercado no estuviera dando vuelta aquí. Finalmente pidió que no se reservaran espacios especiales para nadie, sea artista, funcionario o simple espectador. A todo se le dijo que sí y se está cumpliendo al pie de la letra.”
–¿Aceptarían que entre los invitados estuvieran músicos como Willy Chirino o Gloria Estefan?
–Yo no soy el gobierno de Cuba, en nombre del gobierno yo no puedo hablar. Ellos, sobre todo Willy Chirino, han politizado el tema, han llegado incluso a la descalificación personal de Silvio y de mi persona. En las declaraciones de Willy ha habido una intromisión en los asuntos del país.
"Yo jamás me lo esperé de Willy; yo esperaba de Willy mantuviera una posición de acuerdo con las que han sido sus ideas. Pero aquí de eso se trataba, de ventilar ideas. Han dicho cosas increíbles de nosotros: que hemos firmado cartas de fusilamiento... en realidad, cosas que están en el límite de la locura total.
“Pero Willy fue más allá: nos tildó a Silvio y mí de esbirros castristas y han dicho que un día vendrán y cantarán sin nosotros. Pero a Willy se le escucha en Cuba, a María Conchita Alonso, otra de las que más ha ofendido, la conocen cuatro personas en Cuba. María Conchita Alonso no representa absolutamente nada para este país. Muy violenta en sus opiniones.
“Juanes desde el inicio preguntó si podría invitar a músicos de Miami; él ha sido muy transparente. Nunca se le han puesto límites, nunca se le impusieron condiciones, nada. Él tiene una lista de los invitados al concierto, y nosotros la respetaremos.”
–¿Cuál ha sido la reacción de Juanes con la respuesta de los cubanos en Miami?
–Se quedó perplejo. Lo primero es quedarse en shock y realizar algunas acciones en Miami. Visitó a personas que para él representan a la comunidad cubana en Estados Unidos. Porque pertenecen a los círculos de poder. Se fue a ver a la congresista republicana de Estados Unidos Eliana Ros; se quedó ahí, porque si llega a ver a los hermanos Díaz-Balart (congresistas cubanos americanos) se hubiera arrepentido, pues esos además de reaccionarios son brutos.
“Se reunió con Emilio Estefan, indiscutiblemente un gran productor y también de gran trayectoria , pero un tipo que ejerce su feudo en Miami, un control absoluto de los artistas. Toda esa gente se niega y lo desestimula, le dicen que no se mezcle con tipos como nosotros (Silvio y yo), y él va quedándose asombrado.
“Pero como es un hombrecito, y me lo ha demostrado, nunca ha pensado cancelar. Juanes nunca puso en duda en venir. Yo nunca he visto a Juanes vacilando. El fue excesivamente respetuoso. Yo no había encontrado un muchacho bueno como Juanes. Me ha sorprendido.”
–¿No cree que estiman muy alto, 500 mil personas, la asistencia al concierto del 20 de septiembre?
–No, calculamos 500 mil personas. Pero puede ser un concierto de 700 mil u 800 mil asistentes, todo depende de la gente que se vaya sumando. Si mañana se suman cuatro o cinco artistas de Estados Unidos que están por confirmar, gestiones que está haciendo el propio Juanes, esa cifra puede subir.
“Será un concierto histórico, innegable. Para Juanes y los artistas que vengan es un triunfo, un récord cantar para un público masivo. Sería el primer gran concierto libre, gratuito. Será una gran ventana para que el mundo pueda ver cómo los jóvenes cubanos se divierten sin ninguna manipulación.”