Cubadebate

Con información de Prensa Latina

Silvio Rodríguez en Paraguay, el 1 de agosto de 2009. (Foto: La Nación, de Paraguay)

Más de ocho mil paraguayos entablaron aquí una conexión musical y humana con el compositor e intérprete cubano Silvio Rodríguez, en un concierto gratuito en la explanada frente al Palacio Presidencial, cuyos ecos perduran hoy en un recuerdo colectivo.

El presidente Fernando Lugo, quien había compartido la víspera, horas antes, un almuerzo con el autor de La era está pariendo un corazón, asistió a la función que transcurrió en una fecha -la del 1 de agosto-, declarada por decreto presidencial Día de la Solidaridad y la Memoria.

Una fecha como esa, cinco años atrás, murieron más de 400 personas en el incendio del supermercado Ycua Bolaños, ante la orden de los dueños de cerrar las puertas para que las personas no abandonaran el local sin pagar.

Una lluvia persistente se cernía sobre Asunción, pero ni esta ni el frío intenso mermaron la sistencia de un público que vibró con las canciones de Silvio, cuyas letras coreó a menudo de memoria.

El concierto lo abrió el cantautor paraguayo Ricardo Flecha, quien se unió después a su colega cubano en un dúo excepcional: Flecha cantando en guaraní estrofas de Pequeña serenata diurna, mientras Silvio lo hacía en español.

Los más de ocho mil espectadores congregados en la plazoleta, entre quienes mayoreaban los jóvenes, agradecieron cada canción con aplausos y vítores a Cuba, en un clima de alta temperatura emocional.

Un momento especial fue cuando el trovador recordó a los cinco antiterroristas cubanos presos en cárceles estadounidenses desde hace más de una década y les dedicó Dulce abismo, una pieza de su autoría preferida por ellos.

También dio lectura íntegra al mensaje enviado por el actor norteamericano Danny Glover a una universidad en Estados Unidos, el 12 de septiembre de 2008, a raíz de una conferencia sobre el caso de los Cinco, como se les conoce internacionalmente.

En el subrayaba cómo Gerardo Hernández, René González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González actuaron en defensa propia, de su nación y su familia porque el gobierno de Estados Unidos, en violación de sus propias leyes y en contravención de su propio llamado a prevenir y detener acciones terroristas, no actuó .

Fue, según consenso, un concierto memorable, en el que tanto los artistas como el público permanecieron en estado de gracia. Silvio dedicó una de sus piezas antológicas, Unicornio, a las víctimas de Ycua Bolaños, cuyos familiares enarbolaban en alto sus retratos.