La Premio Nobel de la Paz en 1992, Rigoberta Menchú, acompaña hoy a sus conciudadanos guatemaltecos en su indignación por el golpe de Estado en Honduras.
Ese sentimiento lo expresa la representante de los pueblos indígenas en un llamamiento a la comunidad internacional, los estados y las fuerzas democráticas del mundo.
Con mucha indignación dice- estoy siendo testigo del descaro, la intolerancia y la violencia en contra del Presidente de Honduras, Manuel Zelaya, miembros de su gabinete, su pueblo y miembros del cuerpo diplomático acreditados en ese país.
El ejército hondureño, junto a sectores políticos contrarios al gobierno de esa hermana República, ha pretendiendo despojar de la forma más brutal y denigrante al Presidente la legitimidad que le inviste, y al pueblo de su dignidad y de su fe en la democracia, prosigue el texto.
Ante esos hechos inaceptables, dice, me uno al repudio general, condeno tajantemente los vejámenes a los que fue sometido Zelaya y su familia, y me solidarizo con el pueblo hondureño.
Menchú exige garantía total a la vida y la integridad física de Xiomara Castro, esposa del mandatario, y su familia, el cese de la persecución y respeto pleno a los derechos humanos de quienes piden el retorno del orden constitucional.
En esta hora crucial para la democracia hondureña y centroamericana los ciudadanos y ciudadanas junto a los gobiernos democráticos, debemos condenar y rechazar la consumación de un golpe de Estado en contra de un gobierno democráticamente electo, añade.
De ese hecho asevera que contraviene, lesiona y ofende las aspiraciones de paz y democracia que a lo largo de décadas los pueblos del área hemos venido tejiendo a fuerza de sacrificio.
La democracia en Honduras es responsabilidad de los hondureños, de todos los centroamericanos y todos los demócratas del mundo, concluye el texto firmado por Menchú.